querido françois

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« … C’est vouloir écrire telle ou telle histoire. On écrit tout le temps, on a une sorte de logement en soi, d’ombre, où tout va, où l’intégralité du vécu s’amasse, s’entasse. Il représente la matière première de l’écrit, la mine de tout écrit. Cet « oubli », c’est l’écrit non écrit : c’est l’écrit même. Dans le film le camion transporte cette masselà. Tout l’écrit du monde. Comme si ça pouvait se mesurer, se peser : trentedeux tonnes d’écrit, cela me plaît. C’est ce que j’appelle : l’image. Mais cet écrit universel, dans Le Camion, il est mélangé, c’est celui du spectateur, c’est le mien, tout est fondu ensemble : masse noire et close qui avance et parcourt le monde, oubliée. Mais en vie. Pas morte. Prête à servir à tout. Aux plus grandes erreurs politiques de l’histoire des peuples. A un poème de Mallarmé. A une souffrance sans cause apparente qui traverse une femme, un soir, quelq sera dit nulle part. » Extrait d’entretien de Marguerite Duras avec Michelle Porte à propos du « Camion » p 105 ue part, et dont rien se Querido François, Empiezo por esta cita para seguir con nuestra correspondencia ya que varios estratos hacen eco a tu carta: memoria, olvido, vuelta a la superficie, atmósfera ansiogénica, puesta en escena, vínculo.... Cuando escribes « los muros de la ciudad no rezuman el aburrimiento sino el olvido. Las ciudades no tienen memoria... ». Eso remite a una frase que escribió Frédéric Valabrègue en 1997 en su texto para mi catálogo del CNP: « ...es que algo está rezumando ». (Estaba relacionada con la fotografía de la « Tumba » recién cerrada) y más adelante « la violencia del mundo está incluida, y más explosiva y amenazante dado que viene contenida ». Al principio, mi trabajo está vinculado con esta pregunta: ¿cómo la memoria surge en un paisaje? (Búnker, Trinchera de Verdun, Vercors...), una vuelta a la superficie, una violencia latente, algo ya ansiogénico. Con las ciudades, el objetivo era diferente pero este cuestionamiento idéntico, claro que en las « Showroom » de Hong Kong hay algo atractivo y luego conforme vamos descodificando el dispositivo, se vuelve inquietante, tiene que ver con una trampa (en el sentido etimológico: artificio para engañar a alguien). Nos podemos preguntar: ¿para engañar a quién? Me acuerdo de un lugar del que no pude sacar fotografías en Bombay pero que me pareció extremadamente violento, una vía rápida pasando por encima de una chabola de un millón de personas, ¿cómo se puede construir negando tanto la existencia de seres humanos? ¿Cómo la gente puede creer que eso no se ve? O peor aún ¿le da igual? Tu expresión « decorado de blitzkrieg » me hace pensar en las fotos de soldados de plomo que hice en 1991, juguetes inquietantes, pero también en la ciudad sobre todo como decorado, puesta en escena consciente o insconciente. Se me ocurre en especial la foto de Corviale, aquel bloque de ladrillos de un kilómetro de largo construido, pero como abandonado en la periferia de Roma, en la que tenemos el sentimiento de que los urbanistas la pusieron lo más lejos posible en el límite del plan catastral. En la misma imagen, en su estructura, era para mí una puesta en escena; desde que era adolescente, siempre he sido fascinada por las didascálicas, un muro (de edificio) bloquea la mirada, un telón de teatro, una pantalla... uno de esos innumerables muros que guetoizan el espacio...y ese espacio que

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Querido François, ue part, et dont rien se Extrait d’entretien de Marguerite Duras avec Michelle Porte à propos du « Camion » p 105

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« … C’est vouloir écrire telle ou telle histoire. On écrit tout le temps, on a une sorte de logement en soi, d’ombre, où tout va, où l’intégralité du vécu s’amasse, s’entasse. Il représente la matière première de l’écrit, la mine de tout écrit. Cet « oubli », c’est l’écrit non écrit : c’est l’écrit même. Dans le film le camion transporte cette masselà. Tout l’écrit du monde. Comme si ça pouvait se mesurer, se peser : trentedeux tonnes d’écrit, cela me plaît. C’est ce que j’appelle : l’image. Mais cet écrit universel, dans Le Camion, il est mélangé, c’est celui du spectateur, c’est le mien, tout est fondu ensemble : masse noire et close qui avance et parcourt le monde, oubliée. Mais en vie. Pas morte. Prête à servir à tout. Aux plus grandes erreurs politiques de l’histoire des peuples. A un poème de Mallarmé. A une souffrance sans cause apparente qui traverse une femme, un soir, quelqsera dit nulle part. » Extrait d’entretien de Marguerite Duras avec Michelle Porte à propos du « Camion » p 105

ue part, et dont rien se

Querido François, Empiezo por esta cita para seguir con nuestra correspondencia ya que varios estratos hacen eco a tu carta: memoria, olvido, vuelta a la superficie, atmósfera ansiogénica, puesta en escena, vínculo.... Cuando escribes « los muros de la ciudad no rezuman el aburrimiento sino el olvido. Las ciudades no tienen memoria... ». Eso remite a una frase que escribió Frédéric Valabrègue en 1997 en su texto para mi catálogo del CNP: « ...es que algo está rezumando ». (Estaba relacionada con la fotografía de la « Tumba » recién cerrada) y más adelante « la violencia del mundo está incluida, y más explosiva y amenazante dado que viene contenida ». Al principio, mi trabajo está vinculado con esta pregunta: ¿cómo la memoria surge en un paisaje? (Búnker, Trinchera de Verdun, Vercors...), una vuelta a la superficie, una violencia latente, algo ya ansiogénico. Con las ciudades, el objetivo era diferente pero este cuestionamiento idéntico, claro que en las « Showroom » de Hong Kong hay algo atractivo y luego conforme vamos descodificando el dispositivo, se vuelve inquietante, tiene que ver con una trampa (en el sentido etimológico: artificio para engañar a alguien). Nos podemos preguntar: ¿para engañar a quién? Me acuerdo de un lugar del que no pude sacar fotografías en Bombay pero que me pareció extremadamente violento, una vía rápida pasando por encima de una chabola de un millón de personas, ¿cómo se puede construir negando tanto la existencia de seres humanos? ¿Cómo la gente puede creer que eso no se ve? O peor aún ¿le da igual? Tu expresión « decorado de blitzkrieg » me hace pensar en las fotos de soldados de plomo que hice en 1991, juguetes inquietantes, pero también en la ciudad sobre todo como decorado, puesta en escena consciente o insconciente. Se me ocurre en especial la foto de Corviale, aquel bloque de ladrillos de un kilómetro de largo construido, pero como abandonado en la periferia de Roma, en la que tenemos el sentimiento de que los urbanistas la pusieron lo más lejos posible en el límite del plan catastral. En la misma imagen, en su estructura, era para mí una puesta en escena; desde que era adolescente, siempre he sido fascinada por las didascálicas, un muro (de edificio) bloquea la mirada, un telón de teatro, una pantalla... uno de esos innumerables muros que guetoizan el espacio...y ese espacio que

tenemos, entre el muro que bloquea y el que está mirando, ¿de qué tipo es dicho espacio? Eso es lo que creo: que muchas imágenes funcionan sobre ese modelo, esa misma pregunta. Una última idea: me alejo de la exposición « Acercamiento » pero la continuación de esta investigación alrededor de las ciudades consiste en acercarse al « cuerpo en el espacio del trabajo », otra vez un espacio del « a pesar de todo », quizá una necesidad de encontrar un vínculo, una actividad humana ¡ tal como lo escribes! Los edificios están dedicados a una función, muy pocas veces a la búsqueda de otra cosa pero sin pretensiones... Seguiremos, hasta pronto. Claire