bianchi e. - jesus y las bienaventuranzas - sal terrae 2012

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Coleccioacuten laquoEL POZO DE SIQUEMraquo

302

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ENZO BIANCHI

Jesuacutesbienaventuranzas

Sal Terrae

S ANTANDER ndash 2012

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Tiacutetulo del original italiano

Le vie della felicitagraveGesugrave e le beatitudini

copy 2010 by RCS Libri SpAMilano

wwwbureu

Traduccioacuten Joseacute Peacuterez Escobar

copy 2012 by Editorial Sal TerraePoliacutegono de Raos Parcela 14-I

39600 Maliantildeo (Cantabria)Tfno 942 369 198 Fax 942 369 201salterraesalterraees wwwsalterraees

Imprimatur983128

Vicente Jimeacutenez Zamora Obispo de Santander20-04-2012

Disentildeo de cubiertaMariacutea Peacuterez-Aguilera

wwwmariaperezaguileraes

Reservados todos los derechos

Ninguna parte de esta publicacioacuten puede ser reproducidaalmacenada o transmitida total o parcialmentepor cualquier medio o procedimiento teacutecnico

sin permiso expreso del editor

Impreso en Espantildea Printed in SpainISBN 978-84-293-2007-7

Depoacutesito Legal SA-243-2012

Impresioacuten y encuadernacioacutenGrafo SA ndash Basauri (Vizcaya)wwwgrafoes

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Iacutendice

Introduccioacuten 9

1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje 102 Bienaventuranzas y felicidad 123 Las bienaventuranzas

entre el pasado el presente y el futuro 154 El escaacutendalo de las bienaventuranzas 175 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas 19

1 Bienaventurados los pobres de espiacuteritu

porque de ellos es el reino de los cielos 23

Introduccioacuten 23

1 Pobres y pobres de espiacuteritu 252 Jesuacutes es el pobre bienaventurado 31

3 Una Iglesia pobre 34Conclusioacuten 36

2 Bienaventurados los que lloran

porque seraacuten consolados 39

Introduccioacuten 40

1 Los que lloran porque sufren 422 Los que lloran porque son atacadosa causa de su fe 47

IacuteNDICE 5

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3 Los que lloran porque sonpecadores arrepentidos el peacutenthos 50

Conclusioacuten 54

3 Bienaventurados los mansos

porque heredaraacuten la tierra 55

Introduccioacuten 55

1 La mansedumbre en las Escrituras 562 La mansedumbre de Jesuacutes 603 La mansedumbre de los cristianos 64Conclusioacuten 67

4 Bienaventurados los que tienen hambre y sed

de justicia porque seraacuten saciados 69

Introduccioacuten 70

1 laquoBienaventurados vosotrosque ahora teneacuteis hambreraquo 70

2 laquoBienaventurados los que tienenhambre y sed de justiciaraquo 73

3 Los cristianos y los no cristianosante esta bienaventuranza 79

Conclusioacuten 81

5 Bienaventurados los misericordiosos

porque encontraraacuten misericordia 83

Introduccioacuten 83

1 laquoEl Sentildeor el Sentildeor

Dios misericordioso y compasivoraquo 842 laquoSed misericordiososcomo vuestro Padre es misericordiosoraquo 87

6 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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3 La bienaventuranza del perdoacuten y la compasioacuten 91

Conclusioacuten 95

6 Bienaventurados los puros de corazoacuten

porque veraacuten a Dios 99

Introduccioacuten 99

1 La pureza de corazoacuten en el Antiguo Testamento 1002 Jesuacutes el puro de corazoacuten por excelencia 1043 La pureza de corazoacuten permite laquover a Diosraquo 108

Conclusioacuten 111

7 Bienaventurados los que trabajan por la paz

porque seraacuten llamados hijos de Dios 113

Introduccioacuten 114

1 Hacer la paz 115

2 La paz en el Antiguo Testamento 1173 La paz en el Nuevo Testamento 1194 laquo porque seraacuten llamados hijos de Diosraquo 123

Conclusioacuten 124

8 Bienaventurados los perseguidos por causa de la

justicia porque de ellos es el reino de los cielos 127

Introduccioacuten 1281 La persecucioacuten contra los hombres

que viven la justicia 1292 La persecucioacuten contra los cristianos 1303 laquoAsiacute persiguieron a los profetas

anteriores a vosotrosraquo 137

Conclusioacuten 140

Bibliografiacutea 143

IacuteNDICE 7

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1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje

EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza la felicidad queestaacute reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especiacuteficos Se llama dichoso(rsquoašre en hebreo palabra que deriva de la raiacutez rsquoašar laquoandaravanzarraquo makaacuterios en griego) a laquoquien encuentra alegriacutea enla ensentildeanza del Sentildeor y la medita diacutea y nocheraquo3 (Sal 12)es laquodichoso quien discierne al pobreraquo (Sal 412 cf Prov 1421) es laquodichoso quien actuacutea con justicia y practica siem-pre el derechoraquo (Sal 1063)

En continuidad con los Profetas y los Salmos tambieacuten Jesuacutes proclamoacute en su predicacioacuten algunas bienaventuranzasTenemos numerosos vestigios en los evangelios laquoDichoso elque no encuentra en miacute motivo de escaacutendaloraquo (Mt 116 Lc723) laquoDichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en praacutecticaraquo (Lc 1128) laquoDichosos aquellos siervos a quienes el Sentildeor encuentre vigilando a su llegadaraquo (Lc1237) No obstante hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jesuacutes las palabras de apertura el laquograndioso portalraquo4 del

Sermoacuten de la montantildea el primer gran discurso de Jesuacutes enel Evangelio de Mateo (cf Mt 51ndash729) y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf Lc 617-49)

10 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

3 La traduccioacuten de los textos claacutesicos y patriacutesticos y donde ha sido ne-cesario de los textos biacuteblicos es obra del autor

4 CM M ARTINI Il discorso della montagna Mondadori Milano 2006p 47 (trad esp El sermoacuten de la montantildea PPC Madrid 2008)

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

12 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

14 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

16 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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Coleccioacuten laquoEL POZO DE SIQUEMraquo

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ENZO BIANCHI

Jesuacutesbienaventuranzas

Sal Terrae

S ANTANDER ndash 2012

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Tiacutetulo del original italiano

Le vie della felicitagraveGesugrave e le beatitudini

copy 2010 by RCS Libri SpAMilano

wwwbureu

Traduccioacuten Joseacute Peacuterez Escobar

copy 2012 by Editorial Sal TerraePoliacutegono de Raos Parcela 14-I

39600 Maliantildeo (Cantabria)Tfno 942 369 198 Fax 942 369 201salterraesalterraees wwwsalterraees

Imprimatur983128

Vicente Jimeacutenez Zamora Obispo de Santander20-04-2012

Disentildeo de cubiertaMariacutea Peacuterez-Aguilera

wwwmariaperezaguileraes

Reservados todos los derechos

Ninguna parte de esta publicacioacuten puede ser reproducidaalmacenada o transmitida total o parcialmentepor cualquier medio o procedimiento teacutecnico

sin permiso expreso del editor

Impreso en Espantildea Printed in SpainISBN 978-84-293-2007-7

Depoacutesito Legal SA-243-2012

Impresioacuten y encuadernacioacutenGrafo SA ndash Basauri (Vizcaya)wwwgrafoes

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Iacutendice

Introduccioacuten 9

1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje 102 Bienaventuranzas y felicidad 123 Las bienaventuranzas

entre el pasado el presente y el futuro 154 El escaacutendalo de las bienaventuranzas 175 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas 19

1 Bienaventurados los pobres de espiacuteritu

porque de ellos es el reino de los cielos 23

Introduccioacuten 23

1 Pobres y pobres de espiacuteritu 252 Jesuacutes es el pobre bienaventurado 31

3 Una Iglesia pobre 34Conclusioacuten 36

2 Bienaventurados los que lloran

porque seraacuten consolados 39

Introduccioacuten 40

1 Los que lloran porque sufren 422 Los que lloran porque son atacadosa causa de su fe 47

IacuteNDICE 5

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3 Los que lloran porque sonpecadores arrepentidos el peacutenthos 50

Conclusioacuten 54

3 Bienaventurados los mansos

porque heredaraacuten la tierra 55

Introduccioacuten 55

1 La mansedumbre en las Escrituras 562 La mansedumbre de Jesuacutes 603 La mansedumbre de los cristianos 64Conclusioacuten 67

4 Bienaventurados los que tienen hambre y sed

de justicia porque seraacuten saciados 69

Introduccioacuten 70

1 laquoBienaventurados vosotrosque ahora teneacuteis hambreraquo 70

2 laquoBienaventurados los que tienenhambre y sed de justiciaraquo 73

3 Los cristianos y los no cristianosante esta bienaventuranza 79

Conclusioacuten 81

5 Bienaventurados los misericordiosos

porque encontraraacuten misericordia 83

Introduccioacuten 83

1 laquoEl Sentildeor el Sentildeor

Dios misericordioso y compasivoraquo 842 laquoSed misericordiososcomo vuestro Padre es misericordiosoraquo 87

6 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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3 La bienaventuranza del perdoacuten y la compasioacuten 91

Conclusioacuten 95

6 Bienaventurados los puros de corazoacuten

porque veraacuten a Dios 99

Introduccioacuten 99

1 La pureza de corazoacuten en el Antiguo Testamento 1002 Jesuacutes el puro de corazoacuten por excelencia 1043 La pureza de corazoacuten permite laquover a Diosraquo 108

Conclusioacuten 111

7 Bienaventurados los que trabajan por la paz

porque seraacuten llamados hijos de Dios 113

Introduccioacuten 114

1 Hacer la paz 115

2 La paz en el Antiguo Testamento 1173 La paz en el Nuevo Testamento 1194 laquo porque seraacuten llamados hijos de Diosraquo 123

Conclusioacuten 124

8 Bienaventurados los perseguidos por causa de la

justicia porque de ellos es el reino de los cielos 127

Introduccioacuten 1281 La persecucioacuten contra los hombres

que viven la justicia 1292 La persecucioacuten contra los cristianos 1303 laquoAsiacute persiguieron a los profetas

anteriores a vosotrosraquo 137

Conclusioacuten 140

Bibliografiacutea 143

IacuteNDICE 7

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1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje

EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza la felicidad queestaacute reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especiacuteficos Se llama dichoso(rsquoašre en hebreo palabra que deriva de la raiacutez rsquoašar laquoandaravanzarraquo makaacuterios en griego) a laquoquien encuentra alegriacutea enla ensentildeanza del Sentildeor y la medita diacutea y nocheraquo3 (Sal 12)es laquodichoso quien discierne al pobreraquo (Sal 412 cf Prov 1421) es laquodichoso quien actuacutea con justicia y practica siem-pre el derechoraquo (Sal 1063)

En continuidad con los Profetas y los Salmos tambieacuten Jesuacutes proclamoacute en su predicacioacuten algunas bienaventuranzasTenemos numerosos vestigios en los evangelios laquoDichoso elque no encuentra en miacute motivo de escaacutendaloraquo (Mt 116 Lc723) laquoDichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en praacutecticaraquo (Lc 1128) laquoDichosos aquellos siervos a quienes el Sentildeor encuentre vigilando a su llegadaraquo (Lc1237) No obstante hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jesuacutes las palabras de apertura el laquograndioso portalraquo4 del

Sermoacuten de la montantildea el primer gran discurso de Jesuacutes enel Evangelio de Mateo (cf Mt 51ndash729) y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf Lc 617-49)

10 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

3 La traduccioacuten de los textos claacutesicos y patriacutesticos y donde ha sido ne-cesario de los textos biacuteblicos es obra del autor

4 CM M ARTINI Il discorso della montagna Mondadori Milano 2006p 47 (trad esp El sermoacuten de la montantildea PPC Madrid 2008)

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

12 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

20 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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Coleccioacuten laquoEL POZO DE SIQUEMraquo

302

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ENZO BIANCHI

Jesuacutesbienaventuranzas

Sal Terrae

S ANTANDER ndash 2012

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Tiacutetulo del original italiano

Le vie della felicitagraveGesugrave e le beatitudini

copy 2010 by RCS Libri SpAMilano

wwwbureu

Traduccioacuten Joseacute Peacuterez Escobar

copy 2012 by Editorial Sal TerraePoliacutegono de Raos Parcela 14-I

39600 Maliantildeo (Cantabria)Tfno 942 369 198 Fax 942 369 201salterraesalterraees wwwsalterraees

Imprimatur983128

Vicente Jimeacutenez Zamora Obispo de Santander20-04-2012

Disentildeo de cubiertaMariacutea Peacuterez-Aguilera

wwwmariaperezaguileraes

Reservados todos los derechos

Ninguna parte de esta publicacioacuten puede ser reproducidaalmacenada o transmitida total o parcialmentepor cualquier medio o procedimiento teacutecnico

sin permiso expreso del editor

Impreso en Espantildea Printed in SpainISBN 978-84-293-2007-7

Depoacutesito Legal SA-243-2012

Impresioacuten y encuadernacioacutenGrafo SA ndash Basauri (Vizcaya)wwwgrafoes

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Iacutendice

Introduccioacuten 9

1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje 102 Bienaventuranzas y felicidad 123 Las bienaventuranzas

entre el pasado el presente y el futuro 154 El escaacutendalo de las bienaventuranzas 175 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas 19

1 Bienaventurados los pobres de espiacuteritu

porque de ellos es el reino de los cielos 23

Introduccioacuten 23

1 Pobres y pobres de espiacuteritu 252 Jesuacutes es el pobre bienaventurado 31

3 Una Iglesia pobre 34Conclusioacuten 36

2 Bienaventurados los que lloran

porque seraacuten consolados 39

Introduccioacuten 40

1 Los que lloran porque sufren 422 Los que lloran porque son atacadosa causa de su fe 47

IacuteNDICE 5

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3 Los que lloran porque sonpecadores arrepentidos el peacutenthos 50

Conclusioacuten 54

3 Bienaventurados los mansos

porque heredaraacuten la tierra 55

Introduccioacuten 55

1 La mansedumbre en las Escrituras 562 La mansedumbre de Jesuacutes 603 La mansedumbre de los cristianos 64Conclusioacuten 67

4 Bienaventurados los que tienen hambre y sed

de justicia porque seraacuten saciados 69

Introduccioacuten 70

1 laquoBienaventurados vosotrosque ahora teneacuteis hambreraquo 70

2 laquoBienaventurados los que tienenhambre y sed de justiciaraquo 73

3 Los cristianos y los no cristianosante esta bienaventuranza 79

Conclusioacuten 81

5 Bienaventurados los misericordiosos

porque encontraraacuten misericordia 83

Introduccioacuten 83

1 laquoEl Sentildeor el Sentildeor

Dios misericordioso y compasivoraquo 842 laquoSed misericordiososcomo vuestro Padre es misericordiosoraquo 87

6 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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3 La bienaventuranza del perdoacuten y la compasioacuten 91

Conclusioacuten 95

6 Bienaventurados los puros de corazoacuten

porque veraacuten a Dios 99

Introduccioacuten 99

1 La pureza de corazoacuten en el Antiguo Testamento 1002 Jesuacutes el puro de corazoacuten por excelencia 1043 La pureza de corazoacuten permite laquover a Diosraquo 108

Conclusioacuten 111

7 Bienaventurados los que trabajan por la paz

porque seraacuten llamados hijos de Dios 113

Introduccioacuten 114

1 Hacer la paz 115

2 La paz en el Antiguo Testamento 1173 La paz en el Nuevo Testamento 1194 laquo porque seraacuten llamados hijos de Diosraquo 123

Conclusioacuten 124

8 Bienaventurados los perseguidos por causa de la

justicia porque de ellos es el reino de los cielos 127

Introduccioacuten 1281 La persecucioacuten contra los hombres

que viven la justicia 1292 La persecucioacuten contra los cristianos 1303 laquoAsiacute persiguieron a los profetas

anteriores a vosotrosraquo 137

Conclusioacuten 140

Bibliografiacutea 143

IacuteNDICE 7

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1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje

EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza la felicidad queestaacute reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especiacuteficos Se llama dichoso(rsquoašre en hebreo palabra que deriva de la raiacutez rsquoašar laquoandaravanzarraquo makaacuterios en griego) a laquoquien encuentra alegriacutea enla ensentildeanza del Sentildeor y la medita diacutea y nocheraquo3 (Sal 12)es laquodichoso quien discierne al pobreraquo (Sal 412 cf Prov 1421) es laquodichoso quien actuacutea con justicia y practica siem-pre el derechoraquo (Sal 1063)

En continuidad con los Profetas y los Salmos tambieacuten Jesuacutes proclamoacute en su predicacioacuten algunas bienaventuranzasTenemos numerosos vestigios en los evangelios laquoDichoso elque no encuentra en miacute motivo de escaacutendaloraquo (Mt 116 Lc723) laquoDichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en praacutecticaraquo (Lc 1128) laquoDichosos aquellos siervos a quienes el Sentildeor encuentre vigilando a su llegadaraquo (Lc1237) No obstante hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jesuacutes las palabras de apertura el laquograndioso portalraquo4 del

Sermoacuten de la montantildea el primer gran discurso de Jesuacutes enel Evangelio de Mateo (cf Mt 51ndash729) y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf Lc 617-49)

10 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

3 La traduccioacuten de los textos claacutesicos y patriacutesticos y donde ha sido ne-cesario de los textos biacuteblicos es obra del autor

4 CM M ARTINI Il discorso della montagna Mondadori Milano 2006p 47 (trad esp El sermoacuten de la montantildea PPC Madrid 2008)

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

12 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

14 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

16 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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ENZO BIANCHI

Jesuacutesbienaventuranzas

Sal Terrae

S ANTANDER ndash 2012

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Tiacutetulo del original italiano

Le vie della felicitagraveGesugrave e le beatitudini

copy 2010 by RCS Libri SpAMilano

wwwbureu

Traduccioacuten Joseacute Peacuterez Escobar

copy 2012 by Editorial Sal TerraePoliacutegono de Raos Parcela 14-I

39600 Maliantildeo (Cantabria)Tfno 942 369 198 Fax 942 369 201salterraesalterraees wwwsalterraees

Imprimatur983128

Vicente Jimeacutenez Zamora Obispo de Santander20-04-2012

Disentildeo de cubiertaMariacutea Peacuterez-Aguilera

wwwmariaperezaguileraes

Reservados todos los derechos

Ninguna parte de esta publicacioacuten puede ser reproducidaalmacenada o transmitida total o parcialmentepor cualquier medio o procedimiento teacutecnico

sin permiso expreso del editor

Impreso en Espantildea Printed in SpainISBN 978-84-293-2007-7

Depoacutesito Legal SA-243-2012

Impresioacuten y encuadernacioacutenGrafo SA ndash Basauri (Vizcaya)wwwgrafoes

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Iacutendice

Introduccioacuten 9

1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje 102 Bienaventuranzas y felicidad 123 Las bienaventuranzas

entre el pasado el presente y el futuro 154 El escaacutendalo de las bienaventuranzas 175 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas 19

1 Bienaventurados los pobres de espiacuteritu

porque de ellos es el reino de los cielos 23

Introduccioacuten 23

1 Pobres y pobres de espiacuteritu 252 Jesuacutes es el pobre bienaventurado 31

3 Una Iglesia pobre 34Conclusioacuten 36

2 Bienaventurados los que lloran

porque seraacuten consolados 39

Introduccioacuten 40

1 Los que lloran porque sufren 422 Los que lloran porque son atacadosa causa de su fe 47

IacuteNDICE 5

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3 Los que lloran porque sonpecadores arrepentidos el peacutenthos 50

Conclusioacuten 54

3 Bienaventurados los mansos

porque heredaraacuten la tierra 55

Introduccioacuten 55

1 La mansedumbre en las Escrituras 562 La mansedumbre de Jesuacutes 603 La mansedumbre de los cristianos 64Conclusioacuten 67

4 Bienaventurados los que tienen hambre y sed

de justicia porque seraacuten saciados 69

Introduccioacuten 70

1 laquoBienaventurados vosotrosque ahora teneacuteis hambreraquo 70

2 laquoBienaventurados los que tienenhambre y sed de justiciaraquo 73

3 Los cristianos y los no cristianosante esta bienaventuranza 79

Conclusioacuten 81

5 Bienaventurados los misericordiosos

porque encontraraacuten misericordia 83

Introduccioacuten 83

1 laquoEl Sentildeor el Sentildeor

Dios misericordioso y compasivoraquo 842 laquoSed misericordiososcomo vuestro Padre es misericordiosoraquo 87

6 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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3 La bienaventuranza del perdoacuten y la compasioacuten 91

Conclusioacuten 95

6 Bienaventurados los puros de corazoacuten

porque veraacuten a Dios 99

Introduccioacuten 99

1 La pureza de corazoacuten en el Antiguo Testamento 1002 Jesuacutes el puro de corazoacuten por excelencia 1043 La pureza de corazoacuten permite laquover a Diosraquo 108

Conclusioacuten 111

7 Bienaventurados los que trabajan por la paz

porque seraacuten llamados hijos de Dios 113

Introduccioacuten 114

1 Hacer la paz 115

2 La paz en el Antiguo Testamento 1173 La paz en el Nuevo Testamento 1194 laquo porque seraacuten llamados hijos de Diosraquo 123

Conclusioacuten 124

8 Bienaventurados los perseguidos por causa de la

justicia porque de ellos es el reino de los cielos 127

Introduccioacuten 1281 La persecucioacuten contra los hombres

que viven la justicia 1292 La persecucioacuten contra los cristianos 1303 laquoAsiacute persiguieron a los profetas

anteriores a vosotrosraquo 137

Conclusioacuten 140

Bibliografiacutea 143

IacuteNDICE 7

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1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje

EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza la felicidad queestaacute reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especiacuteficos Se llama dichoso(rsquoašre en hebreo palabra que deriva de la raiacutez rsquoašar laquoandaravanzarraquo makaacuterios en griego) a laquoquien encuentra alegriacutea enla ensentildeanza del Sentildeor y la medita diacutea y nocheraquo3 (Sal 12)es laquodichoso quien discierne al pobreraquo (Sal 412 cf Prov 1421) es laquodichoso quien actuacutea con justicia y practica siem-pre el derechoraquo (Sal 1063)

En continuidad con los Profetas y los Salmos tambieacuten Jesuacutes proclamoacute en su predicacioacuten algunas bienaventuranzasTenemos numerosos vestigios en los evangelios laquoDichoso elque no encuentra en miacute motivo de escaacutendaloraquo (Mt 116 Lc723) laquoDichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en praacutecticaraquo (Lc 1128) laquoDichosos aquellos siervos a quienes el Sentildeor encuentre vigilando a su llegadaraquo (Lc1237) No obstante hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jesuacutes las palabras de apertura el laquograndioso portalraquo4 del

Sermoacuten de la montantildea el primer gran discurso de Jesuacutes enel Evangelio de Mateo (cf Mt 51ndash729) y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf Lc 617-49)

10 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

3 La traduccioacuten de los textos claacutesicos y patriacutesticos y donde ha sido ne-cesario de los textos biacuteblicos es obra del autor

4 CM M ARTINI Il discorso della montagna Mondadori Milano 2006p 47 (trad esp El sermoacuten de la montantildea PPC Madrid 2008)

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

18 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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Tiacutetulo del original italiano

Le vie della felicitagraveGesugrave e le beatitudini

copy 2010 by RCS Libri SpAMilano

wwwbureu

Traduccioacuten Joseacute Peacuterez Escobar

copy 2012 by Editorial Sal TerraePoliacutegono de Raos Parcela 14-I

39600 Maliantildeo (Cantabria)Tfno 942 369 198 Fax 942 369 201salterraesalterraees wwwsalterraees

Imprimatur983128

Vicente Jimeacutenez Zamora Obispo de Santander20-04-2012

Disentildeo de cubiertaMariacutea Peacuterez-Aguilera

wwwmariaperezaguileraes

Reservados todos los derechos

Ninguna parte de esta publicacioacuten puede ser reproducidaalmacenada o transmitida total o parcialmentepor cualquier medio o procedimiento teacutecnico

sin permiso expreso del editor

Impreso en Espantildea Printed in SpainISBN 978-84-293-2007-7

Depoacutesito Legal SA-243-2012

Impresioacuten y encuadernacioacutenGrafo SA ndash Basauri (Vizcaya)wwwgrafoes

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Iacutendice

Introduccioacuten 9

1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje 102 Bienaventuranzas y felicidad 123 Las bienaventuranzas

entre el pasado el presente y el futuro 154 El escaacutendalo de las bienaventuranzas 175 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas 19

1 Bienaventurados los pobres de espiacuteritu

porque de ellos es el reino de los cielos 23

Introduccioacuten 23

1 Pobres y pobres de espiacuteritu 252 Jesuacutes es el pobre bienaventurado 31

3 Una Iglesia pobre 34Conclusioacuten 36

2 Bienaventurados los que lloran

porque seraacuten consolados 39

Introduccioacuten 40

1 Los que lloran porque sufren 422 Los que lloran porque son atacadosa causa de su fe 47

IacuteNDICE 5

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3 Los que lloran porque sonpecadores arrepentidos el peacutenthos 50

Conclusioacuten 54

3 Bienaventurados los mansos

porque heredaraacuten la tierra 55

Introduccioacuten 55

1 La mansedumbre en las Escrituras 562 La mansedumbre de Jesuacutes 603 La mansedumbre de los cristianos 64Conclusioacuten 67

4 Bienaventurados los que tienen hambre y sed

de justicia porque seraacuten saciados 69

Introduccioacuten 70

1 laquoBienaventurados vosotrosque ahora teneacuteis hambreraquo 70

2 laquoBienaventurados los que tienenhambre y sed de justiciaraquo 73

3 Los cristianos y los no cristianosante esta bienaventuranza 79

Conclusioacuten 81

5 Bienaventurados los misericordiosos

porque encontraraacuten misericordia 83

Introduccioacuten 83

1 laquoEl Sentildeor el Sentildeor

Dios misericordioso y compasivoraquo 842 laquoSed misericordiososcomo vuestro Padre es misericordiosoraquo 87

6 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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3 La bienaventuranza del perdoacuten y la compasioacuten 91

Conclusioacuten 95

6 Bienaventurados los puros de corazoacuten

porque veraacuten a Dios 99

Introduccioacuten 99

1 La pureza de corazoacuten en el Antiguo Testamento 1002 Jesuacutes el puro de corazoacuten por excelencia 1043 La pureza de corazoacuten permite laquover a Diosraquo 108

Conclusioacuten 111

7 Bienaventurados los que trabajan por la paz

porque seraacuten llamados hijos de Dios 113

Introduccioacuten 114

1 Hacer la paz 115

2 La paz en el Antiguo Testamento 1173 La paz en el Nuevo Testamento 1194 laquo porque seraacuten llamados hijos de Diosraquo 123

Conclusioacuten 124

8 Bienaventurados los perseguidos por causa de la

justicia porque de ellos es el reino de los cielos 127

Introduccioacuten 1281 La persecucioacuten contra los hombres

que viven la justicia 1292 La persecucioacuten contra los cristianos 1303 laquoAsiacute persiguieron a los profetas

anteriores a vosotrosraquo 137

Conclusioacuten 140

Bibliografiacutea 143

IacuteNDICE 7

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1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje

EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza la felicidad queestaacute reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especiacuteficos Se llama dichoso(rsquoašre en hebreo palabra que deriva de la raiacutez rsquoašar laquoandaravanzarraquo makaacuterios en griego) a laquoquien encuentra alegriacutea enla ensentildeanza del Sentildeor y la medita diacutea y nocheraquo3 (Sal 12)es laquodichoso quien discierne al pobreraquo (Sal 412 cf Prov 1421) es laquodichoso quien actuacutea con justicia y practica siem-pre el derechoraquo (Sal 1063)

En continuidad con los Profetas y los Salmos tambieacuten Jesuacutes proclamoacute en su predicacioacuten algunas bienaventuranzasTenemos numerosos vestigios en los evangelios laquoDichoso elque no encuentra en miacute motivo de escaacutendaloraquo (Mt 116 Lc723) laquoDichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en praacutecticaraquo (Lc 1128) laquoDichosos aquellos siervos a quienes el Sentildeor encuentre vigilando a su llegadaraquo (Lc1237) No obstante hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jesuacutes las palabras de apertura el laquograndioso portalraquo4 del

Sermoacuten de la montantildea el primer gran discurso de Jesuacutes enel Evangelio de Mateo (cf Mt 51ndash729) y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf Lc 617-49)

10 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

3 La traduccioacuten de los textos claacutesicos y patriacutesticos y donde ha sido ne-cesario de los textos biacuteblicos es obra del autor

4 CM M ARTINI Il discorso della montagna Mondadori Milano 2006p 47 (trad esp El sermoacuten de la montantildea PPC Madrid 2008)

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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Iacutendice

Introduccioacuten 9

1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje 102 Bienaventuranzas y felicidad 123 Las bienaventuranzas

entre el pasado el presente y el futuro 154 El escaacutendalo de las bienaventuranzas 175 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas 19

1 Bienaventurados los pobres de espiacuteritu

porque de ellos es el reino de los cielos 23

Introduccioacuten 23

1 Pobres y pobres de espiacuteritu 252 Jesuacutes es el pobre bienaventurado 31

3 Una Iglesia pobre 34Conclusioacuten 36

2 Bienaventurados los que lloran

porque seraacuten consolados 39

Introduccioacuten 40

1 Los que lloran porque sufren 422 Los que lloran porque son atacadosa causa de su fe 47

IacuteNDICE 5

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3 Los que lloran porque sonpecadores arrepentidos el peacutenthos 50

Conclusioacuten 54

3 Bienaventurados los mansos

porque heredaraacuten la tierra 55

Introduccioacuten 55

1 La mansedumbre en las Escrituras 562 La mansedumbre de Jesuacutes 603 La mansedumbre de los cristianos 64Conclusioacuten 67

4 Bienaventurados los que tienen hambre y sed

de justicia porque seraacuten saciados 69

Introduccioacuten 70

1 laquoBienaventurados vosotrosque ahora teneacuteis hambreraquo 70

2 laquoBienaventurados los que tienenhambre y sed de justiciaraquo 73

3 Los cristianos y los no cristianosante esta bienaventuranza 79

Conclusioacuten 81

5 Bienaventurados los misericordiosos

porque encontraraacuten misericordia 83

Introduccioacuten 83

1 laquoEl Sentildeor el Sentildeor

Dios misericordioso y compasivoraquo 842 laquoSed misericordiososcomo vuestro Padre es misericordiosoraquo 87

6 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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3 La bienaventuranza del perdoacuten y la compasioacuten 91

Conclusioacuten 95

6 Bienaventurados los puros de corazoacuten

porque veraacuten a Dios 99

Introduccioacuten 99

1 La pureza de corazoacuten en el Antiguo Testamento 1002 Jesuacutes el puro de corazoacuten por excelencia 1043 La pureza de corazoacuten permite laquover a Diosraquo 108

Conclusioacuten 111

7 Bienaventurados los que trabajan por la paz

porque seraacuten llamados hijos de Dios 113

Introduccioacuten 114

1 Hacer la paz 115

2 La paz en el Antiguo Testamento 1173 La paz en el Nuevo Testamento 1194 laquo porque seraacuten llamados hijos de Diosraquo 123

Conclusioacuten 124

8 Bienaventurados los perseguidos por causa de la

justicia porque de ellos es el reino de los cielos 127

Introduccioacuten 1281 La persecucioacuten contra los hombres

que viven la justicia 1292 La persecucioacuten contra los cristianos 1303 laquoAsiacute persiguieron a los profetas

anteriores a vosotrosraquo 137

Conclusioacuten 140

Bibliografiacutea 143

IacuteNDICE 7

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1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje

EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza la felicidad queestaacute reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especiacuteficos Se llama dichoso(rsquoašre en hebreo palabra que deriva de la raiacutez rsquoašar laquoandaravanzarraquo makaacuterios en griego) a laquoquien encuentra alegriacutea enla ensentildeanza del Sentildeor y la medita diacutea y nocheraquo3 (Sal 12)es laquodichoso quien discierne al pobreraquo (Sal 412 cf Prov 1421) es laquodichoso quien actuacutea con justicia y practica siem-pre el derechoraquo (Sal 1063)

En continuidad con los Profetas y los Salmos tambieacuten Jesuacutes proclamoacute en su predicacioacuten algunas bienaventuranzasTenemos numerosos vestigios en los evangelios laquoDichoso elque no encuentra en miacute motivo de escaacutendaloraquo (Mt 116 Lc723) laquoDichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en praacutecticaraquo (Lc 1128) laquoDichosos aquellos siervos a quienes el Sentildeor encuentre vigilando a su llegadaraquo (Lc1237) No obstante hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jesuacutes las palabras de apertura el laquograndioso portalraquo4 del

Sermoacuten de la montantildea el primer gran discurso de Jesuacutes enel Evangelio de Mateo (cf Mt 51ndash729) y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf Lc 617-49)

10 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

3 La traduccioacuten de los textos claacutesicos y patriacutesticos y donde ha sido ne-cesario de los textos biacuteblicos es obra del autor

4 CM M ARTINI Il discorso della montagna Mondadori Milano 2006p 47 (trad esp El sermoacuten de la montantildea PPC Madrid 2008)

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

12 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

14 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

18 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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3 Los que lloran porque sonpecadores arrepentidos el peacutenthos 50

Conclusioacuten 54

3 Bienaventurados los mansos

porque heredaraacuten la tierra 55

Introduccioacuten 55

1 La mansedumbre en las Escrituras 562 La mansedumbre de Jesuacutes 603 La mansedumbre de los cristianos 64Conclusioacuten 67

4 Bienaventurados los que tienen hambre y sed

de justicia porque seraacuten saciados 69

Introduccioacuten 70

1 laquoBienaventurados vosotrosque ahora teneacuteis hambreraquo 70

2 laquoBienaventurados los que tienenhambre y sed de justiciaraquo 73

3 Los cristianos y los no cristianosante esta bienaventuranza 79

Conclusioacuten 81

5 Bienaventurados los misericordiosos

porque encontraraacuten misericordia 83

Introduccioacuten 83

1 laquoEl Sentildeor el Sentildeor

Dios misericordioso y compasivoraquo 842 laquoSed misericordiososcomo vuestro Padre es misericordiosoraquo 87

6 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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3 La bienaventuranza del perdoacuten y la compasioacuten 91

Conclusioacuten 95

6 Bienaventurados los puros de corazoacuten

porque veraacuten a Dios 99

Introduccioacuten 99

1 La pureza de corazoacuten en el Antiguo Testamento 1002 Jesuacutes el puro de corazoacuten por excelencia 1043 La pureza de corazoacuten permite laquover a Diosraquo 108

Conclusioacuten 111

7 Bienaventurados los que trabajan por la paz

porque seraacuten llamados hijos de Dios 113

Introduccioacuten 114

1 Hacer la paz 115

2 La paz en el Antiguo Testamento 1173 La paz en el Nuevo Testamento 1194 laquo porque seraacuten llamados hijos de Diosraquo 123

Conclusioacuten 124

8 Bienaventurados los perseguidos por causa de la

justicia porque de ellos es el reino de los cielos 127

Introduccioacuten 1281 La persecucioacuten contra los hombres

que viven la justicia 1292 La persecucioacuten contra los cristianos 1303 laquoAsiacute persiguieron a los profetas

anteriores a vosotrosraquo 137

Conclusioacuten 140

Bibliografiacutea 143

IacuteNDICE 7

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1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje

EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza la felicidad queestaacute reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especiacuteficos Se llama dichoso(rsquoašre en hebreo palabra que deriva de la raiacutez rsquoašar laquoandaravanzarraquo makaacuterios en griego) a laquoquien encuentra alegriacutea enla ensentildeanza del Sentildeor y la medita diacutea y nocheraquo3 (Sal 12)es laquodichoso quien discierne al pobreraquo (Sal 412 cf Prov 1421) es laquodichoso quien actuacutea con justicia y practica siem-pre el derechoraquo (Sal 1063)

En continuidad con los Profetas y los Salmos tambieacuten Jesuacutes proclamoacute en su predicacioacuten algunas bienaventuranzasTenemos numerosos vestigios en los evangelios laquoDichoso elque no encuentra en miacute motivo de escaacutendaloraquo (Mt 116 Lc723) laquoDichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en praacutecticaraquo (Lc 1128) laquoDichosos aquellos siervos a quienes el Sentildeor encuentre vigilando a su llegadaraquo (Lc1237) No obstante hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jesuacutes las palabras de apertura el laquograndioso portalraquo4 del

Sermoacuten de la montantildea el primer gran discurso de Jesuacutes enel Evangelio de Mateo (cf Mt 51ndash729) y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf Lc 617-49)

10 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

3 La traduccioacuten de los textos claacutesicos y patriacutesticos y donde ha sido ne-cesario de los textos biacuteblicos es obra del autor

4 CM M ARTINI Il discorso della montagna Mondadori Milano 2006p 47 (trad esp El sermoacuten de la montantildea PPC Madrid 2008)

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

12 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

14 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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3 La bienaventuranza del perdoacuten y la compasioacuten 91

Conclusioacuten 95

6 Bienaventurados los puros de corazoacuten

porque veraacuten a Dios 99

Introduccioacuten 99

1 La pureza de corazoacuten en el Antiguo Testamento 1002 Jesuacutes el puro de corazoacuten por excelencia 1043 La pureza de corazoacuten permite laquover a Diosraquo 108

Conclusioacuten 111

7 Bienaventurados los que trabajan por la paz

porque seraacuten llamados hijos de Dios 113

Introduccioacuten 114

1 Hacer la paz 115

2 La paz en el Antiguo Testamento 1173 La paz en el Nuevo Testamento 1194 laquo porque seraacuten llamados hijos de Diosraquo 123

Conclusioacuten 124

8 Bienaventurados los perseguidos por causa de la

justicia porque de ellos es el reino de los cielos 127

Introduccioacuten 1281 La persecucioacuten contra los hombres

que viven la justicia 1292 La persecucioacuten contra los cristianos 1303 laquoAsiacute persiguieron a los profetas

anteriores a vosotrosraquo 137

Conclusioacuten 140

Bibliografiacutea 143

IacuteNDICE 7

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1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje

EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza la felicidad queestaacute reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especiacuteficos Se llama dichoso(rsquoašre en hebreo palabra que deriva de la raiacutez rsquoašar laquoandaravanzarraquo makaacuterios en griego) a laquoquien encuentra alegriacutea enla ensentildeanza del Sentildeor y la medita diacutea y nocheraquo3 (Sal 12)es laquodichoso quien discierne al pobreraquo (Sal 412 cf Prov 1421) es laquodichoso quien actuacutea con justicia y practica siem-pre el derechoraquo (Sal 1063)

En continuidad con los Profetas y los Salmos tambieacuten Jesuacutes proclamoacute en su predicacioacuten algunas bienaventuranzasTenemos numerosos vestigios en los evangelios laquoDichoso elque no encuentra en miacute motivo de escaacutendaloraquo (Mt 116 Lc723) laquoDichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en praacutecticaraquo (Lc 1128) laquoDichosos aquellos siervos a quienes el Sentildeor encuentre vigilando a su llegadaraquo (Lc1237) No obstante hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jesuacutes las palabras de apertura el laquograndioso portalraquo4 del

Sermoacuten de la montantildea el primer gran discurso de Jesuacutes enel Evangelio de Mateo (cf Mt 51ndash729) y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf Lc 617-49)

10 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

3 La traduccioacuten de los textos claacutesicos y patriacutesticos y donde ha sido ne-cesario de los textos biacuteblicos es obra del autor

4 CM M ARTINI Il discorso della montagna Mondadori Milano 2006p 47 (trad esp El sermoacuten de la montantildea PPC Madrid 2008)

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

12 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

14 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

20 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje

EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza la felicidad queestaacute reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especiacuteficos Se llama dichoso(rsquoašre en hebreo palabra que deriva de la raiacutez rsquoašar laquoandaravanzarraquo makaacuterios en griego) a laquoquien encuentra alegriacutea enla ensentildeanza del Sentildeor y la medita diacutea y nocheraquo3 (Sal 12)es laquodichoso quien discierne al pobreraquo (Sal 412 cf Prov 1421) es laquodichoso quien actuacutea con justicia y practica siem-pre el derechoraquo (Sal 1063)

En continuidad con los Profetas y los Salmos tambieacuten Jesuacutes proclamoacute en su predicacioacuten algunas bienaventuranzasTenemos numerosos vestigios en los evangelios laquoDichoso elque no encuentra en miacute motivo de escaacutendaloraquo (Mt 116 Lc723) laquoDichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en praacutecticaraquo (Lc 1128) laquoDichosos aquellos siervos a quienes el Sentildeor encuentre vigilando a su llegadaraquo (Lc1237) No obstante hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jesuacutes las palabras de apertura el laquograndioso portalraquo4 del

Sermoacuten de la montantildea el primer gran discurso de Jesuacutes enel Evangelio de Mateo (cf Mt 51ndash729) y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf Lc 617-49)

10 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

3 La traduccioacuten de los textos claacutesicos y patriacutesticos y donde ha sido ne-cesario de los textos biacuteblicos es obra del autor

4 CM M ARTINI Il discorso della montagna Mondadori Milano 2006p 47 (trad esp El sermoacuten de la montantildea PPC Madrid 2008)

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

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6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

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9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje

EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza la felicidad queestaacute reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especiacuteficos Se llama dichoso(rsquoašre en hebreo palabra que deriva de la raiacutez rsquoašar laquoandaravanzarraquo makaacuterios en griego) a laquoquien encuentra alegriacutea enla ensentildeanza del Sentildeor y la medita diacutea y nocheraquo3 (Sal 12)es laquodichoso quien discierne al pobreraquo (Sal 412 cf Prov 1421) es laquodichoso quien actuacutea con justicia y practica siem-pre el derechoraquo (Sal 1063)

En continuidad con los Profetas y los Salmos tambieacuten Jesuacutes proclamoacute en su predicacioacuten algunas bienaventuranzasTenemos numerosos vestigios en los evangelios laquoDichoso elque no encuentra en miacute motivo de escaacutendaloraquo (Mt 116 Lc723) laquoDichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en praacutecticaraquo (Lc 1128) laquoDichosos aquellos siervos a quienes el Sentildeor encuentre vigilando a su llegadaraquo (Lc1237) No obstante hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jesuacutes las palabras de apertura el laquograndioso portalraquo4 del

Sermoacuten de la montantildea el primer gran discurso de Jesuacutes enel Evangelio de Mateo (cf Mt 51ndash729) y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf Lc 617-49)

10 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

3 La traduccioacuten de los textos claacutesicos y patriacutesticos y donde ha sido ne-cesario de los textos biacuteblicos es obra del autor

4 CM M ARTINI Il discorso della montagna Mondadori Milano 2006p 47 (trad esp El sermoacuten de la montantildea PPC Madrid 2008)

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

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6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

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9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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1 Las bienaventuranzas en Mateo y Lucasdos formas diversas un mismo mensaje

EN las Sagradas Escrituras leemos con frecuencia afirma-ciones que proclaman la bienaventuranza la felicidad queestaacute reservada al creyente que vive situaciones concretasy asume comportamientos especiacuteficos Se llama dichoso(rsquoašre en hebreo palabra que deriva de la raiacutez rsquoašar laquoandaravanzarraquo makaacuterios en griego) a laquoquien encuentra alegriacutea enla ensentildeanza del Sentildeor y la medita diacutea y nocheraquo3 (Sal 12)es laquodichoso quien discierne al pobreraquo (Sal 412 cf Prov 1421) es laquodichoso quien actuacutea con justicia y practica siem-pre el derechoraquo (Sal 1063)

En continuidad con los Profetas y los Salmos tambieacuten Jesuacutes proclamoacute en su predicacioacuten algunas bienaventuranzasTenemos numerosos vestigios en los evangelios laquoDichoso elque no encuentra en miacute motivo de escaacutendaloraquo (Mt 116 Lc723) laquoDichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en praacutecticaraquo (Lc 1128) laquoDichosos aquellos siervos a quienes el Sentildeor encuentre vigilando a su llegadaraquo (Lc1237) No obstante hay ciertamente dos textos conoci-dos como las bienaventuranzas por excelencia pronunciadaspor Jesuacutes las palabras de apertura el laquograndioso portalraquo4 del

Sermoacuten de la montantildea el primer gran discurso de Jesuacutes enel Evangelio de Mateo (cf Mt 51ndash729) y aquellas con lasque comienza el discurso en un llano en el Evangelio de Lu-cas (cf Lc 617-49)

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3 La traduccioacuten de los textos claacutesicos y patriacutesticos y donde ha sido ne-cesario de los textos biacuteblicos es obra del autor

4 CM M ARTINI Il discorso della montagna Mondadori Milano 2006p 47 (trad esp El sermoacuten de la montantildea PPC Madrid 2008)

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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laquoAl ver a la multitud subioacute al monte Se sentoacute y se leacercaron los disciacutepulos Tomoacute la palabra y los instruyoacuteen estos teacuterminos ldquoDichosos los pobres de espiacuteriturdquoraquo

(Mt 51-3)laquoBajoacute con ellos y se detuvo en un llano Habiacutea un grannuacutemero de disciacutepulos y una gran multitud del pueblovenidos de toda Judea de Jerusaleacuten y de la costa de Tiroy Sidoacuten [] Dirigiendo la mirada a los disciacutepulos lesdeciacutea ldquoDichosos vosotros los pobresrdquoraquo (Lc 61720)

A este incipit le siguen en Mateo ocho bienaventuranzasformuladas en la tercera persona del plural y una la uacuteltimaen la segunda persona del plural La composicioacuten es extre-madamente cuidada tambieacuten desde el punto de vista lite-rario las cuatro primeras bienaventuranzas constan detreinta y seis palabras y tambieacuten las cuatro siguientesmientras que la novena contiene treinta y cinco Ademaacutes la

primera y la octava se corresponden en la causa de la biena-venturanza formando asiacute una inclusioacuten laquoPorque de ellos esel reino de los cielosraquo (Mt 5310) La versioacuten de Lucas pre-senta en cambio cuatro bienaventuranzas formuladas enla segunda persona del plural y en paralelo cuatro laquoayesraquoes decir advertencias amonestaciones llamadas severas convistas a la conversioacuten tambieacuten esta forma de discurso bien

atestiguada en las Escrituras y en particular en los Profetas(cf Is 14 Jr 2213 etc) es usada con frecuencia por Jesuacutes(cf sobre todo Mt 2313-32 Lc 1142-52)

iquestCuaacutel de las dos versiones es anterior a la otra La cues-tioacuten es muy antigua y sustancialmente irresoluble porqueno conocemos ni conoceremos jamaacutes las ipsissima verba

pronunciadas por Jesuacutes en arameo Pero lo que importa esotra cosa si bien es verdad que no es posible establecer conexactitud las bienaventuranzas que salieron de la boca de Je-

INTRODUCCIOacuteN 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

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5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

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6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

16 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

18 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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suacutes contamos sin embargo con dos testimonios igual-mente fieles y fidedignos Es decir que nos ha llegado un mis-mo mensaje en dos formas diferentes porque los evangelistas al

traducir las palabras de Jesuacutes del arameo al griego y al trans-mitirlas se dirigiacutean intencionadamente a sus respectivas co-munidades cristianas llamadas a acogerlas Por eso Mateoque conoce a su Iglesia como Iglesia de los pobres actualiza las palabras de Jesuacutes proclamando bienaventurados a quienesson laquopobres de espiacuterituraquo (Mt 53) es decir pobres tambieacuten decorazoacuten en cambio Lucas en cuya comunidad hay muchosque siguen siendo materialmente ricos mira a los disciacutepulospobres y a ellos les dirige las bienaventuranzas laquoDichosos vo-sotros que sois pobres dichosos vosotros que teneacuteis hambrePero al contrario ay de vosotros que sois ricos y estaacuteis sa-ciadosraquo (cf Lc 620-2124-25)

En mi comentario seguireacute la versioacuten maacutes larga la deMateo haciendo no obstante referencia a la de Lucas cada vez que sea posible establecer un paralelo Tratareacute de inter-pretar las bienaventuranzas a la luz de todo el evangelio ymaacutes en general de toda la Escritura En efecto a mi pare-cer solo en este contexto amplio es posible comprender la intencioacuten profunda de las palabras de Jesuacutes sin aislarlas ocristalizarlas en interpretaciones parciales e ideoloacutegicas

2 Bienaventuranzas y felicidad

iquestQueacute sentido tiene hoy leer las bienaventuranzas iquestPor queacute de-bemos meditar sobre estas palabras paradoacutejicas de Jesuacutes Ante to-do pienso por una razoacuten muy humana En el contexto so-

ciocultural en el que vivimos nosotros los cristianos esta-mos llamados hoy maacutes que nunca a mostrar con nuestra vi-da caminos de humanizacioacuten y de salvacioacuten que puedan re-

12 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

14 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

16 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

20 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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correr todos los hombres Ahora bien la manera maacutes eficazpara descubrir y recorrer estos caminos consiste en practicarla buacutesqueda de sentido un ejercicio que en nuestros diacuteas pare-

ce cada vez maacutes raro Se ha hecho difiacutecil sobre todo para lasnuevas generaciones dar sentido a la vida y a las realidadesque la constituyen hasta el punto de que desde muchas par-tes se levantan voces que denuncian la laquocrisis del sentidoraquo

En esta situacioacuten los cristianos deberiacuteamos saber mos-trar a todos los hombres humildemente pero con determi-nacioacuten que la vida cristiana no solo es buena es decir queno solo estaacute marcada por los rasgos de la bondad y del amorsino que tambieacuten es bella y feliz que es viacutea de belleza y dedicha de felicidad Pregunteacutemonos con honestidad iquestda hoy el cristianismo un testimonio de la posibilidad de una vida feliz iquestNos comportamos los cristianos como personas feli-ces o nos parecemos a quienes precisamente por la fe llevanfardos que les aplastan y viven sometidos a un yugo pesadoy opresivo en lugar del yugo suave y ligero de Jesucristo (cfMt 1130) En realidad me parece que a menudo nos me-recemos auacuten el reproche que Friedrich Nietzsche dirigiacutea a loscristianos hace ya maacutes de un siglo

laquoMejores canciones tendriacutean que cantarme [los cristianos]para que yo aprendiese a creer en su redentor iexclMaacutes alegres

tendriacutean que parecerme los disciacutepulos de ese redentorraquo5

Ciertamente el camino cristiano es exigente exige fati-ga y esfuerzo para laquoentrar por la puerta estrecharaquo (Lc 1324cf Mt 713) y configurarse con la llamada recibida No ha-

INTRODUCCIOacuteN 13

5 F NIETZSCHE Cosigrave parlograve Zarathustra Adelphi Milano 1986 p 109(trad esp del orig al Asiacute habloacute Zaratrusta Alianza Editorial Madrid2011)

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

20 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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ce falta recordar las numerosas exhortaciones hechas por Je-suacutes en este sentido condensadas en su advertencia laquoQuienquiera seguirme nieacuteguese a siacute mismo cargue con su cruz y

siacutegameraquo (Mc 834 y par) Por otra parte seguacuten la ensentildean-za de Jesuacutes y sobre todo seguacuten su ejemplo la vida de quienle sigue no solo merece la pena ser abrazada sino que escausa de dicha es fuente de felicidad

Es precisamente en este punto en el que se situacutea elanuncio de las bienaventuranzas que podriacuteamos definir co-mo el corazoacuten de la eacutetica cristiana una eacutetica ndashhay que de-cirlo con claridadndash que no es tanto una ley o peor auacuten una moral de esclavos sino un espiacuteritu o un estilo el que anun-cioacute y vivioacute Jesuacutes en la libertad y por amor aquel en el que Jesuacutes encontroacute la felicidad Siacute las bienaventuranzas son una llamada a la felicidad Bien sabemos que solo cuando loshombres conocen una razoacuten por la que vale la pena perderla vida es decir morir encuentran tambieacuten una razoacuten para gastarla cotidianamente y en consecuencia son felicesPues bien las bienaventuranzas ayudan a descubrir esta ra-zoacuten y asiacute permiten dar un sentido a la vida es maacutes con-ducen al laquosentido del sentidoraquo Jesuacutes proclama dichosos a hombres y mujeres que viven en unas situaciones precisasque pueden dar pleno sentido a su camino humano en la

tierra y facilitar a cuantos tienen el don de la fe su caminohacia la comunioacuten con DiosPero el sentido primero y maacutes elemental de las biena-

venturanzas ndashvuelvo a insistirndash es la felicidad la alegriacutea dedescubrir que gracias a la asuncioacuten consciente de una acti-tud de un comportamiento puede vivirse una existencia que aun cuando exija un precio caro tiene los trazos de

una verdadera obra de arte la pobreza de espiacuteritu el llantola mansedumbre el hambre y la sed de justicia la miseri-cordia la pureza de corazoacuten la construccioacuten de la paz la

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

16 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

18 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

20 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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persecucioacuten sufrida por causa de la justicia son situacionesque pueden producir la dicha ya aquiacute en esta vida y des-pueacutes en el laquomundo venideroraquo aquel en el que Dios reina

definitivamente

3 Las bienaventuranzasentre el pasado el presente y el futuro

Cuanto acabamos de decir nos permite mencionar otro as-pecto crucial de las bienaventuranzas a saber que enraiacutezanfirmemente en el presente a quienes las escuchan abrieacutendo-les al mismo tiempo a un futuro de esperanza Las biena-venturanzas se dirigen a personas que estaacuten en condicioneshumanas caracterizadas por la prueba la dificultad y la con-tradiccioacuten Es en este estado en el que descubren que son des-tinatarios de una accioacuten de Dios que ya ahora es ocasioacuten defelicidad y despueacutes al final de los tiempos seraacute para ellos re-compensa restablecimiento de la justicia plenitud de vidaalegriacutea y paz La bienaventuranza no excluye el esfuerzo elsufrimiento y el sacrificio pero es verdadera bienaventuranza porque nace de la conciencia de la situacioacuten en la que se es-taacute Podriacuteamos decir que con estas proclamaciones Jesuacutes se es-

fuerza esencialmente en hacer conscientes de su condicioacutena cuantos son dichosos laquoTal vezraquo como ha escrito JacquesDupont uno de los comentaristas maacutes autoritativos de lasbienaventuranzas laquoestos no se den cuenta y deben tomarconciencia de ello sin embargo son dichososraquo6

Al mismo tiempo los laquodichososraquo son felices debido tam-bieacuten a la esperanza que los habita en el sentido en el que Pa-

INTRODUCCIOacuteN 15

6 DUPONT op cit p 5

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

16 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

18 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

20 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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blo habla de la alegriacutea de quienes esperan (spe gaudentesRom 1212) Dicho de otro modo si estos viven su condi-cioacuten presente con una apertura al futuro ndashy este es el movi-

miento intriacutenseco a todo comportamiento marcado por elamor y la comunioacutenndash pueden nutrir la esperanza de que la uacuteltima palabra sobre su vida seraacute la pronunciada por Diosen el reino Por tanto hay que tener cuidado con las inter-pretaciones de las bienaventuranzas que las vaciacutean de su di-mensioacuten escatoloacutegica que actualmente ademaacutes se encuen-tra muy amenazada por una cultura dominante que parecehaber olvidado del todo la existencia de las laquorealidades invi-sibles las eternasraquo (cf 2 Cor 418) Rotundamente no Las bienaventuranzas se abren al futuro a aquel cumplimientoque se realizaraacute solo en el reino como deja entender Mateomediante la inclusioacuten que crea entre la primera y la octava bienaventuranza Y este futuro ha estado ya presente in nu-ce en la persona de Jesuacutes eacutel que era el reino eacutel que era elhombre sobre el que Dios reinoacute plenamente en un pasadobien determinado

En la paraacutebola del juicio final con la que Mateo con-cluye su uacuteltimo gran discurso es precisamente Jesuacutes quienune estas dimensiones temporales mediante palabras de una sencillez que desarma y que al mismo tiempo causan una

inmensa sorpresa a los destinatarios palabras que una vezmaacutes trazan un horizonte de dicha y de salvacioacuten posible pa-ra todo hombre

laquoVenid benditos de mi Padre ndashes decir ldquoiexclDichosos vo-sotrosrdquondash recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la fundacioacuten del mundo porque tuvehambre y me disteis de comer tuve sed y me disteis de

beber era extranjero y me acogisteis estaba desnudo y me vestisteis estaba encarcelado y vinisteis a vermeEntonces los justos le responderaacuten ldquoSentildeor iquestcuaacutendordquo

16 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

20 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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[] En verdad os digo todo cuanto habeacuteis hecho a uno solo de estos mis hermanos maacutes pequentildeos me lohicisteis a miacuteraquo (Mt 2534-3740)

4 El escaacutendalo de las bienaventuranzas

Meditando sobre las bienaventuranzas escribiacutea tambieacutenNietzsche profeta moderno cuyas reflexiones no dejan deintrigarnos

laquoHan sido los judiacuteos los que con una consecuencia loacutegica aterradora se han atrevido a invertir la identificacioacuten aris-tocraacutetica de los valores (bueno = noble = poderoso = be-llo = feliz = amado de Dios) y han mantenido con losdientes del odio maacutes abismal (el odio de la impotencia)esa inversioacuten a saber ldquoiexcllos miserables son los buenos lospobres los impotentes los humildes son los uacutenicos bue-

nos los que sufren los indigentes los enfermos los de-formes son tambieacuten los uacutenicos piadosos los uacutenicos ben-ditos de Dios uacutenicamente para ellos existe bienaventu-ranzardquo [] Se sabe quieacuten ha recogido la herencia de esa transvaloracioacuten judiacutearaquo7

Nietzsche se sintioacute justamente provocado por las biena-

venturanzas pronunciadas por Jesuacutes ndashal que alude al finaldel pasaje citadondash hasta el punto de reaccionar con vehe-mencia Nosotros en cambio habituados ya a escucharlasno captamos maacutes su caraacutecter paradoacutejico8 de aguijoacuten que

INTRODUCCIOacuteN 17

7 F NIETZSCHE Genealogia della morale Adelphi Milano 2006 pp 22-23(trad esp La genealogiacutea de la moral Alianza Editorial Madrid 2006)

8 Cf J R ATZINGER ndash BENEDICTO XVI Gesugrave di Nazaret Rizzoli Milano2007 p 95 (trad esp Jesuacutes de Nazaret La Esfera de los Libros Ma-drid 2007)

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

18 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

INTRODUCCIOacuteN 19

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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pone en cuestioacuten nuestra fe su dimensioacuten de laquoescaacutendaloraquo Y asiacute olvidamos que las bienaventuranzas son tambieacuten laquolen- guaje de la cruzraquo (1 Cor 118) capaz de confundir toda sa-

biduriacutea humana (cf 1 Cor 119-25) Dicho de otro modoa quien escruta con atencioacuten la realidad cotidiana de nues-tro mundo le asalta espontaacuteneamente la pregunta sobre coacute-mo es posible llamar dichosos felices verdaderos peregri-nos hacia un futuro de esperanza a cuantos son pobres y mansos a cuantos lloran a cuantos estaacuten hambrientos de justicia hasta el punto de ser perseguidos Y sin embargoestas bienaventuranzas salieron de la boca de Jesuacutes en una cultura y en una sociedad semejante a la nuestra donde es-taba vigente la ley de la fuerza donde lo que contaba era la riqueza donde la violencia estaba al servicio del poder

Hay que reiterar con fuerza que tanto ayer como hoylas bienaventuranzas son y seguiraacuten siendo escandalosas y dado que quien las vivioacute en plenitud es precisamente el quelas pronuncioacute es decir Jesuacutes que por su revelacioacuten de Diosacaboacute en la cruz entonces ndashlo repitondash las bienaventuranzasson lenguaje de la cruz Tambieacuten es este el motivo por elque no pueden leerse solamente como un texto de halopoeacutetico ni como un texto de fuertes contenidos morales nitampoco como un texto sapiencial fuente de inspiracioacuten

para la buacutesqueda humana Son tambieacuten todo esto peromaacutes en profundidad son actitudes vividas radicalmente por Jesucristo y como tales deben convertirse en el estilo de vi-da de sus disciacutepulos los cristianos

En suma para que se haga realidad la buena noticia del evangelio hay que vivir las bienaventuranzas Con referencia a esta exigencia nos encontramos que a lo largo de los siglos

siempre ha habido quien se ha preguntado sobre la factibili-dad de las bienaventuranzas sobre la posibilidad efectiva deque fueran algo maacutes que simples palabras utoacutepicas es decir

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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privadas de un laquolugarraquo de una realizacioacuten histoacuterica en el ni-vel personal o comunitario Hay quien ha afirmado que va-liacutean solamente para los contemporaacuteneos de Jesuacutes y para la

primera generacioacuten cristiana es decir para quienes vivieronde modo irrepetible la urgencia escatoloacutegica como tambieacutenhay quien tras el giro constantiniano y despueacutes con una particular insistencia en el segundo milenio las leyoacute comolaquoconsejosraquo reservados solamente a los monjes y los religiososaquellos que laquoabandonan el mundoraquo y podriacuteamos seguir la lista de estas interpretaciones reduccionistas

Hoy como en toda generacioacuten estamos llamados a de- jar resonar la pregunta desnuda iquestes posible vivir las biena-venturanzas aquiacute y ahora A mi parecer esta pregunta ha re-cibido siempre y puede auacuten recibir una respuesta positivapero no de un modo triunfal o apoteoacutesico no mediante for-mas epatantes que se impongan a los ojos de los demaacutes si-no en la vida cotidiana a menudo escondida de tantoshombres y mujeres de personas que pese a sus contradic-ciones y su pecado han buscado y buscan seguir al Sentildeor Jesuacutes viviendo su mismo estilo de vida el estilo laquoescandalo-soraquo de las bienaventuranzas Siacute en efecto siempre ha sido y seguiraacute siendo posible vivir las bienaventuranzas Mi medi-tacioacuten se desarrollaraacute en este horizonte laquopraacutecticoraquo

5 Jesuacutes el hombre de las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas pronunciadas por Jesuacutes no son sola-mente una revelacioacuten entregada a los disciacutepulos sino quetambieacuten son el fruto de la experiencia vivida de la laquofe pen-

sadaraquo de Jesuacutes Viviacutea de estas bienaventuranzas y su certeza renovaba diariamente su existencia permitieacutendole vencertoda contradiccioacuten sufrida y toda hostilidad manifestada

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

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Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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hacia eacutel Lo hemos mencionado ya maacutes veces pero ha lle-gado el momento de decirlo con claridad Jesuacutes es el hombre de las bienaventuranzas eacutel es el pobre el que llora el man-

so el hambriento y sediento de justicia el misericordiosoel puro de corazoacuten el que trabaja por la paz el perseguidopor causa de la justicia Para darse cuenta de esto es sufi-ciente leer con atencioacuten su vida narrada en los evangeliosque es lo que haremos en parte en el comentario a cada bienaventuranza

Por consiguiente las bienaventuranzas no son una ideo-logiacutea una utopiacutea o una doctrina espiritual Jesuacutes las dijo pa-ra revelar lo que fue su experiencia humana en la que en-controacute la felicidad Una felicidad a un precio caro una feli-cidad que naciacutea en eacutel de la conciencia de que el sentido desu existencia consistiacutea en vivir el amor a Dios y a los hom-bres en buscar siempre y por encima de todo la comunioacutentambieacuten ante quien sabiacutea responder a este anhelo suyo solocon la violencia y la triste maldad En suma una felicidad que para Jesuacutes coincidiacutea con la buacutesqueda de la humanizacioacuten plena con la buacutesqueda de un comportamiento capaz de laquosal-varraquo su vida humana

Comprendemos por tanto coacutemo las perspectivas de la felicidad humana y de la cristiana hallan en el hombre Je-

sucristo su punto de encuentro despueacutes de eacutel que vivioacute co-mo el hombre verdadero querido por Dios todo lo que esauteacutenticamente humano es tambieacuten auteacutenticamente cristia-no y viceversa En este sentido estoy convencido de que elcamino de las bienaventuranzas puede ofrecerse a todos loshombres con vistas a un camino comuacuten hacia el sentido y la felicidad Es verdad que la promesa del reino solo puede

ser acogida por cuantos tienen fe pero todos los hombresestaacuten interesados en recorrer los caminos de humanizacioacutenabiertos por las bienaventuranzas Son interrogantes dirigi-

20 JESUacuteS Y LAS BIENAVENTURANZAS

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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dos a todo hombre y toda mujer y quien quiera llevar una vida digna de este nombre debe dejarse interrogar

Unos pocos antildeos despueacutes de la muerte y la resurreccioacuten de Jesuacutes el filoacutesofo Seacuteneca escribiacutea laquoTodos quieren vivir feli-ces (beate vivere ) pero cuando se trata de ver con claridadqueacute es lo que hace feliz la vida (quod beatam vitam efficiat )

se ven envueltos por la oscuridadraquo9

Pues bien las biena-venturanzas son una laacutempara en este camino hacia la felici-dad Al leerlas descubriremos el espiacuteritu que estaacute bajo la le-tra y conoceremos mejor por tanto a Jesuacutes que las pro-nuncioacute al mismo tiempo seremos maacutes capaces de experi-mentar sentido y alegriacutea en lo que vivimos y de laquosalvarraquoasiacute nuestro vivir cotidiano Nuestra salvacioacuten de hecho se-

raacute plena solamente en el reino pero comienza ya ahora enla felicidad de nuestra existencia bajo el sol

INTRODUCCIOacuteN 21

9 SEacuteNECA Sobre la vida feliz 11

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