lopreite - 026 - lopreite débora - estado genero y bienestar en la argentina

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    DboraLopreiteDoctora en Polticas Pblicas (Universidad Carleton, Canad). Magister Scientia-

    rium en Administracin Pblica y Licenciada en Ciencia Poltica (UBA). Es Inves-

    tigadora Adjunta en el Instituto de Economa Poltica de la Universidad Carleton.

    Rgimen de bienestar| Desigualdad de gnero|Transferencias de ingreso| Familiarismo| Hibridez

    ResumenEste ensayo presenta un anlisis de las principales caractersti-

    cas del rgimen de bienestar argentino, sus transformaciones

    y su impacto en la desigualdad de gnero. Para ello ubica al

    rgimen de bienestar argentino en un contexto histrico-com-

    parativo con otros pases de Amrica Latina y el sur de Europa,

    a partir de la tipologa de regmenes de bienestar convencional-

    mente aceptada en los anlisis de polticas pblicas. Se argu-menta que, historicamente, el Estado de bienestar argentino

    de origen bismarckiano present tres caractersticas distintivas:

    hibridez, debilidad institucional y familiarismo. Se analiza la

    adopcin de nuevas formas de asistencia social en el contexto

    posneoliberal y sus consecuencias para la desmercantilizacin

    y desfamiliarizacin del rgimen.

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    En los ltimos aos ha proliferado una literatura

    internacional que aborda el origen, configura-

    cin y desarrollo de regmenes de bienestar en

    Amrica Latina (Huber, 1996; Segura-Ubiergo,

    2007; Haggard y Kaufman, 2008). Algunos es-

    tudios han puesto mayor nfasis en los efectos

    de las polticas neoliberales implementadas

    durante la dcada de 1990, en tanto las fami-lias han absorbido una mayor responsabilidad

    frente a viejos y nuevos riesgos sociales. Es-

    tos estudios, sin embargo, no se han ocupado

    especficamente de indagar en el impacto que

    las intervenciones del Estado producen en las

    relaciones de gnero. En general, todos ellos

    pasan por alto un aspecto importante de las

    polticas de bienestar: su dimensin de gnero

    (Barrientos, 2004; Martnez-Franzoni, 2008). En

    este breve ensayo intento ubicar al rgimen de

    bienestar argentino en trminos del tipo de de-

    rechos sociales, su estratificacin y la relacin

    entre Estado, mercado y familia, dentro de un

    contexto comparativo con Amrica Latina y el

    sur de Europa. Al hacerlo, intento analizar el

    impacto que han tenido sobre las relaciones

    de gnero la estructura y el desarrollo del sis-

    tema de proteccin social argentino desde sus

    orgenes. Finalmente realizo una breve refe-

    rencia a sus transformaciones recientes.

    Desde un enfoque histrico comparativo, identi-

    fico tres caractersticas del rgimen de bienestar

    argentino, que pueden encontrarse en otros pa-

    ses de Amrica Latina: 1) un sistema de seguro

    social fragmentado y limitada ciudadana social; 2)

    un alto grado de familiarismo, en el que la familia

    es la unidad social principal encargada del bienes-

    tar de sus miembros (con un impacto importante

    sobre las relaciones de gnero); y 3) un sistema

    de seguridad social dual que combina el sistema

    basado en contribuciones sociales para el sostn

    de la familia (formalmente neutrales desde el

    punto de vista de gnero, pero que en la prctica

    refuerzan el modelo tradicional de varn provee-dor y mujer domstica) con uno no contributivo

    dirigido a los pobres en el que las mujeres jefas de

    familia son las receptoras principales de los bene-

    ficios de la asistencia social. Estas caractersticas

    me permiten definir al rgimen social argentino

    como un sistema hbrido.

    La declinacin del rgimen de bienestar de

    naturaleza bismarckiana es el resultado del

    efecto combinado de los cambios en las fami-

    lias, las polticas neoliberales que han empu-

    jado a ms mujeres al mercado laboral y los

    cambios en las polticas de apoyo a las familias

    implementados durante las dcadas de 1990 y

    subsiguientes. El debilitamiento del modelo fa-

    miliar predominante del varn proveedor/mujer

    domstica ha alterado las relaciones entre el

    trabajo remunerado, el trabajo no remunerado,

    y la cobertura social de las mujeres. Toda vez

    que las mujeres asumen responsabilidades

    fuera de la familia y aumentan las necesidadesde servicios de cuidado, las relaciones de g-

    nero en el hogar cambian sustancialmente. Es-

    tas transformaciones requieren ser analizadas.

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    En este ensayo presento primero un anlisis

    de la tipologa desarrollada por Gosta Es-

    ping-Andersen (1990; 1999) y algunos de sus

    crticos, los cuales permiten una reformulacin

    de dicha tipificacin, con el objetivo de enten-

    der los regmenes de bienestar de la Argentina

    y pases de Amrica Latina. Para esto realizo

    una referencia a pases de Europa mediterr-nea. Luego identifico las principales caracters-

    ticas del rgimen de bienestar argentino y sus

    transformaciones con referencia a sus efectos

    sobre la desigualdad de gnero.

    Variedades del

    capitalismo debienestar: crticasy reformulacionesEn lneas generales, el Estado de bienestar

    en Amrica Latina se identific con el modelo

    bismarckiano europeo; ms especficamente,

    con el modelo de los pases del sur de Europa,

    en especial en lo que hace a su carcter hbri-

    do y su debilidad institucional y familiarismo,dimensiones que explico a continuacin.

    La tipologa ampliamente aceptada es la

    desarrollada por Esping-Andersen (1990;

    1999), quien identifica tres tipos ideales de

    regmenes de bienestar entre las naciones de-

    sarrolladas, de acuerdo con la determinacin

    de los riesgos sociales y las instituciones de

    bienestar que producen dichos regmenes.

    Concisamente, uno de ellos es el rgimen de

    bienestar liberal como el encontrado en Es-

    tados Unidos y Gran Bretaa, que se carac-

    teriza por una definicin limitada de los riesgos

    sociales, una preferencia por el mercado en lageneracin del bienestar y un papel residual

    para el Estado, que debe limitarse a cubrir ries-

    gos a travs de la asistencia social basada en

    necesidades mnimas y polticas focalizadas.

    Otro es el rgimen de bienestar conservador

    de pases como Alemania, Austria, Francia y

    otros de Europa continental, que pone a la

    familia en el centro de la produccin de bie-

    nestar; est estratificado por sexo y ocupacin

    y se encuentra fuertemente asociado con la

    proteccin del empleo. Por ltimo, el rgimen

    socialdemcrata de bienestar idealmente,

    los pases escandinavos, cuyo atributo par-

    ticular es el carcter universal de la prestacin

    social, basada en la ciudadana. La condicin

    de ciudadano/a, independientemente de su si-

    tuacin en el mercado laboral, es la definicin

    bsica para la extensin de la cobertura social.

    En estos regmenes, el desarrollo humano

    constituye el epicentro de la poltica social, que

    es universalista e igualitaria.

    Una crtica que se le ha hecho refiere a la existen-

    cia de un cuarto tipo de rgimen diferenciado,

    conformado por los pases del sur de Europa:

    Espaa, Portugal, Grecia e Italia, que manifesta-

    ron una debilidad institucional histrica y lmites

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    para la construccin de un Estado de bienestar

    pleno (Ferrera, 1996). Estos pases combinan

    caractersticas de regmenes liberales y conser-

    vadores. Sus Estados de bienestar estn poco

    desarrollados y gran parte de la poltica social

    tiende a ser residual, como en el caso liberal,

    pero la provisin de bienestar est centrada

    en la familia, como en el caso conservador. Ellegado posautoritario en estos pases es un

    rasgo distintivo del sistema, que ha redundado

    en la satisfaccin de los intereses particulares

    y la limitacin de las aspiraciones universalis-

    tas del sistema de bienestar social. Sumado

    a esto, ha habido un desequilibrio histrico en

    el mantenimiento de los ingresos, con picos

    de generosidad acompaados de falta de pro-

    teccin social. Posautoritarismo y clientelismo

    reflejan la debilidad del Estado o estatalidad.

    En otras palabras, esos Estados han fracasa-

    do a la hora de modernizar su administracin

    pblica en un sentido weberiano esto es,

    meritocrtico y profesional mucho antes de

    la expansin masiva de los programas de bie-

    nestar, lo que gener un terreno frtil para la

    persistencia de relaciones clientelares y con

    un bajo grado de penetracin de las institucio-

    nes del bienestar a nivel territorial, que revela

    aun ms la debilidad del Estado, en particular

    en trminos de profesionalismo y autonomaburocrtica (Ferrera, 1996).

    Estos factores sealados precedentemente

    se encuentran en los Estados de Amrica La-

    tina, especialmente en la Argentina (Isuani y

    Tenti Fanfani, 1989). Aunque el Estado haba

    sido activo en el bienestar en Amrica Latina,

    los resultados sociales resultaron, en general,

    menos equitativos, menos generosos y menos

    eficientes que los que prevalecieron en una ge-

    neracin anterior de Estados de bienestar los

    europeos. Por el contrario, predominaron

    intereses particulares, tanto nacionales como

    internacionales (Pearson, 2005). En la Argenti-na, por ejemplo, el modelo social de inclusin a

    favor de la regulacin de los derechos econmi-

    cos y sociales se ha dado bajo un contexto de

    derechos polticos desiguales. En general, este

    proceso poltico-institucional, caracterizado por

    el autoritarismo, el posautoritarismo, la debili-

    dad institucional y la incertidumbre, afect la

    prestacin de servicios sociales, lo que result

    en bajo gasto pblico, desigualdad de ingresos

    y rendimiento socioeconmico pobre.

    A pesar de estas deficiencias, hacia la dca-

    da de 1970, Europa Central y Oriental y los

    pases del Cono Sur de Amrica Latina tenan

    regmenes de bienestar identificables con

    los niveles bsicos de la seguridad social

    para la mayora de los trabajadores (Huber,

    1996; Gough y Wood, 2004). Estos regme-

    nes fueron moldeados por las preferencias

    y los intereses nacionales, lo que ayud a

    preservar sus sistemas de bienestar inclusofrente a fuertes imposiciones externas. Las

    presiones para la reforma, sin embargo, die-

    ron lugar a una mayor hibridacin de los ya

    incompletos regmenes de bienestar (Isuani,

    1992). Sostengo que, mientras que en en-

    tornos estables, como los de las economas

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    posindustriales de la segunda posguerra, los

    regmenes de bienestar tendieron a perpe-

    tuarse, la falta de instituciones estables en

    pases en vas de desarrollo ha afectado en

    gran medida la formacin y el desarrollo de

    los Estados del bienestar, y, como en la Ar-

    gentina, contribuyeron a limitar el alcance de

    los servicios sociales y a generar un sistemadesequilibrado de prestacin social.

    La segunda crtica a la tipologa original de

    Esping-Andersen que elaboro en este trabajo

    ha sido desarrollada por socilogas feministas,

    quienes se centraron en las implicaciones de

    los diferentes regmenes de bienestar para

    la desigualdad de gnero (OConnor, Orloff

    y Shaver, 1999). Si bien Esping-Andersen re-

    conoce que las familias son esenciales en la

    provisin de bienestar, su tipologa no especi-

    fica las relaciones de poder hacia adentro de

    las familias: el hecho de que son las mujeres

    sobre quienes descansa ms frecuentemente

    la responsabilidad por el bienestar de sus inte-

    grantes. El anlisis clsico de los regmenes de

    bienestar oculta que las mujeres son las prin-

    cipales proveedoras de bienestar dentro de la

    familia y realizan la mayor parte del trabajo no

    remunerado. Para ellas, entonces, el acceso

    al trabajo remunerado constituye el medio porel cual liberarse de las tareas domsticas no

    remuneradas y de la dependencia del varn

    proveedor. Por lo tanto, el concepto excluyen-

    te para entender la posicin de las mujeres en

    relacin con la proteccin social no es el de

    la desmercantilizacin, situacin en la cual el

    derecho a la cobertura social es independiente

    de la condicin laboral, como en el caso de los

    varones, sino el de desfamiliarizacin, esto es,

    la independencia econmica de las mujeres

    del varn proveedor.

    El rgimen debienestar enla Argentina:hibridez ydebilidadinstitucional

    La Argentina present histricamente una

    debilidad institucional generalizada (Levitsky

    y Murillo, 2005). Este es un legado central

    del rgimen poltico, que tuvo consecuen-

    cias importantes para la formacin y el

    desarrollo del rgimen de bienestar. Las ca-

    ractersticas distintivas del rgimen argenti-

    no han sido la limitacin de las prestaciones

    sociales sobre la base de la ciudadana y

    las restricciones del mercado laboral, que,

    sumados a la inestabilidad poltica histrica,resultaron en un sistema de bienestar social

    fragmentado. A continuacin, y a partir de

    lo expuesto anteriormente, presento tres

    caractersticas que definen al rgimen de

    bienestar argentino.

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    Rgimen de bienestar no universalista y

    ciudadana de baja intensidad

    La desigualdad y la ciudadana limitada se han

    considerado caractersticas de Amrica Latina.

    Aunque no existe una correlacin analtica

    entre los derechos liberales y la democratiza-

    cin econmica y social, es cierto que en las

    democracias de Amrica del Sur la disparidad

    extrema de los recursos fue acompaada de

    lo que se dio en llamar ciudadana de baja in-

    tensidad (O Donnell, 1993). La relacin entre

    la desigualdad y la ciudadana se refleja en el

    suministro limitado de la seguridad social a las

    personas. En los regmenes de bienestar de

    Amrica Latina, las instituciones formales y

    los programas de bienestar social solo cubren

    a los trabajadores y sus familiares que se en-

    cuentran en el sector formal, lo que excluyea la mayora de la poblacin de la seguridad

    social y la proteccin del empleo; estos se

    ofrecen con un acceso limitado a los servicios

    sociales bsicos (Barrientos, 2004). Un segun-

    do aspecto de esta debilidad institucional ha

    sido la debilidad burocrtica, a la que me re-

    fer anteriormente. Asimismo, mientras que el

    desarrollo del Estado de bienestar en Europa

    Occidental se relaciona con la presencia de

    partidos de izquierda que fomentaron las pol-

    ticas de bienestar, en la Argentina, la inestabili-

    dad del sistema poltico y partidario contribuy

    a la fragmentacin y el desequilibrio del siste-

    ma de aseguramiento social. De este modo,

    la persistente inestabilidad democrtica del

    rgimen poltico y su efecto limitante sobre la

    capacidad burocrtica del Estado constituyen

    legados fundamentales para el desarrollo del

    sistema de proteccin social argentino.

    Estratificacin y rgimen de bienestar hbrido

    Los Estados de bienestar bismarckianos se

    encuentran estratificados a partir del sistema

    de ocupaciones. En el caso de pases como la

    Argentina y los del resto de Amrica Latina, la

    hibridez del rgimen de bienestar social puso

    de relieve una clara divisin, adems, entre

    beneficiarios y excluidos del sistema. Como

    ya es sabido, esto se debi a la naturaleza

    informal del mercado laboral. Con la introduc-

    cin de reformas econmicas orientadas al

    mercado, tambin se introdujeron elementos

    liberales de la provisin de bienestar (Barrien-

    tos, 2004). A pesar de la adopcin de polticasfocalizadas en los pobres desde la dcada de

    1990, la mayora de la poblacin esta excluida

    del sistema de seguridad social y las familias

    pobres dependieron histricamente mucho

    ms de redes informales para su manutencin

    y supervivencia.

    Familiarismo y dualidad de gnero

    El rgimen de bienestar argentino se basa en

    la idea de la familia como unidad social prima-ria. Como ideal, el familiarismo en la Argentina

    tiene races en la formacin del Estado nacio-

    nal, expresado en polticas que resaltaron la

    formacin de la familia nuclear y los objetivos

    de crecimiento poblacional (Mead, 2000). Al

    igual que en el sur de Europa, en la Argenti-

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    elEstado

    na la familia tradicional retiene grandes res-

    ponsabilidades por el cuidado y bienestar de

    sus miembros. El familiarismo no se plasm

    automticamente en polticas que reforzaran

    el modelo tradicional de familia, ya que las

    asignaciones familiares se pagaban al jefe o

    jefa de hogar independientemente de su sexo,

    de manera tal que las madres-trabajadorasestaban protegidas independientemente de

    su estado civil. Sin embargo, estas polticas

    no tenan como objetivo la equidad de gnero,

    sino que reflejaban el inters inmediato por la

    disminucin de la mortalidad infantil y el au-

    mento de la densidad poblacional. La divisin

    sexual del trabajo y el trabajo no remunerado

    de las mujeres constituyeron las bases de este

    modelo tradicional, aun cuando las mujeres se

    incorporaron al mercado de trabajo desde muy

    temprano, especialmente las madres pobres y

    solteras, como consecuencia de la industriali-

    zacin, la urbanizacin y la expansin econ-

    mica (Nari, 2004). Esta situacin comenz a

    cambiar hacia la dcada de 1960 con la incor-

    poracin de las mujeres de clase media en el

    trabajo formal debido a la modernizacin de las

    relaciones de gnero y el aumento de las tasas

    de educacin superior entre las mujeres. Sin

    embargo, la tasa de participacin en el empleo

    formal se mantuvo siempre histricamentems baja que la de los varones y, dada la se-

    gregacin laboral, reciban sustancialmente

    menos dinero que los varones.

    La hibridez y el familiarismo tienen consecuen-

    cias importantes para el acceso de las mujeres

    a los beneficios sociales. Las mujeres reciben

    servicios sociales principalmente como de-

    pendientes, con excepcin de la legislacin

    que protege la maternidad, en consonancia

    con las respectivas convenciones de la Organi-

    zacin Mundial del Trabajo (OIT) que protegen

    la vida laboral y familiar. Ms aun, el permiso

    de maternidad y los servicios de cuidado in-fantil no fueron desarrollados para promover

    la inclusin de las mujeres en el mercado

    laboral en general, sino ms bien como una

    respuesta parcial a la necesidad de las mujeres

    trabajadoras del sector pblico y de sectores

    especficos como el textil. En cuanto a la estra-

    tificacin de gnero, tres tendencias han sido

    histricamente evidentes: una baja tasa de

    empleo formal femenino (alrededor de 40%),

    limitadas o escasas polticas de reconciliacin

    de vida familiar y domstica esto es, mni-

    mas licencias por maternidad y limitados

    servicios de cuidado infantil, por lo general de-

    pendientes del sistema de educacin formal.

    Los programas sociales de ayuda estuvieron

    histricamente vinculados con la proteccin

    de la salud materna y con polticas residuales

    de asistencia social a los pobres incluyendo a

    madres solteras, viudas y pobres que no con-

    taban con un varn proveedor en el contexto

    de una familia tradicional.

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    elEstado

    Nueva polticasocial: lastransferenciasde ingresos y

    la desigualdadde gnero

    La rpida expansin de los programas de lucha

    contra la pobreza en Amrica Latina en la l-

    tima dcada seala el surgimiento de nuevas

    formas de asistencia social. Dentro de estas

    modalidades, las transferencias condicionadas

    de ingresos, como el Progresa/Oportunidades

    de Mxico, Bolsa Familia de Brasil, Bono deDesarrollo Humano de Ecuador, Familias en

    Accin de Colombia y la Asignacin Universal

    por Hijo en la Argentina estn centradas en los

    ms pobres a travs de estrictos criterios de

    seleccin. Los programas combinan objetivos

    de alivio a la pobreza con la inversin en capital

    humano dirigida a quebrar la transmisin gene-

    racional de la pobreza.

    La adopcin de estos programas implica dos

    cambios importantes de los regmenes de bie-

    nestar en Amrica Latina. El primero es que

    las prestaciones previstas en esas formas de

    asistencia social no dependen de la categora

    profesional, sino que se basan en el perfil so-

    cioeconmico de los hogares. La liberalizacin

    del mercado de trabajo y la aparicin de nue-

    vas formas de asistencia social tienen el efec-

    to de debilitar el papel previamente dominante

    del mercado de trabajo como dispositivo de

    estratificacin para la provisin del bienestar,

    una caracterstica central del rgimen bismarc-

    kiano. Las transferencias de ingresos tienen

    como objetivo aumentar el consumo en loshogares pobres, independientemente de su

    situacin ocupacional. Adems de proporcio-

    nar una importante fuente de proteccin para

    los trabajadores vulnerables y sus familias, los

    programas de asistencia social mejoran el im-

    pacto de las circunstancias adversas en el con-

    sumo de los hogares, con lo que procuran una

    forma muy limitada de desmercantilizacin

    (Barrientos, 2009). Ms especficamente, en

    el mediano y largo plazo, mediante el fortaleci-

    miento de capital humano entre los miembros

    jvenes de la familia, es probable que puedan

    reforzarse la mercantilizacin, en el sentido de

    una mejor insercin en el mercado de trabajo,

    y la desmercantilizacin, en el sentido de una

    mejor perspectiva de vida.

    El segundo cambio se relaciona con las rela-

    ciones de gnero al interior de las familias. Por

    un lado, debera rescatarse el hecho de que

    el Estado reconozca por primera vez a las mu-jeres, independientemente de su estado civil

    o situacin laboral que por lo general es de

    precariedad, como destinatarias directas del

    beneficio social y no como dependientes del

    varn proveedor. Esto podra transformar las

    relaciones de gnero e intrafamiliares, ya que

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    elEstado

    tendra un efecto empoderadorpara las muje-

    res. Por otra parte, debera sealarse que se

    trata de una asignacin y no de un ingreso, y

    que se otorga en reconocimiento de la funcin

    materna no remunerada, sin conexin al

    menos de manera explcita con el mercado

    de empleo para estas mujeres. De modo tal

    que las transferencias directas, condicionadasal cumplimiento de objetivos de cuidado sobre

    los propios hijos, no desfamiliariza la protec-

    cin social, sino que la refuerza, vinculando ex-

    clusivamente adems a las mujeres con el rol

    del cuidado, sin referencia alguna al rol paterno

    en dicha funcin.

    ConclusionesUn componente esencial del enfoque de la ti-

    pologa de regmenes de bienestar consiste en

    la comprensin de las condiciones en las que

    un cambio de rgimen de bienestar se hace

    posible. En su libro de 1999, Esping-Andersen

    analiza la capacidad de recuperacin de los

    regmenes de bienestar en el mundo desarro-

    llado, y seala que los Estados responden a los

    desafos planteados por los nuevos riesgos so-ciales, en general, con los instrumentos y con-

    tenidos de polticas originadas en sus propias

    tradiciones, reforzando as la especificidad de

    sus regmenes de bienestar. Los regmenes

    de bienestar liberales, por ejemplo, responden

    a los cambios de situacin de riesgo social a

    travs de la produccin del mercado, mientras

    que los regmenes conservadores profundizan

    su dependencia de la familia y los socialdem-

    cratas ofrecen respuestas pblicas.

    A diferencia de los Estados europeos, los reg-

    menes de Amrica Latina han transformado la

    poltica de apoyo a las familias, avanzando enel establecimiento de sistemas de transferen-

    cias de ingresos no ya ligados exclusivamente

    al trabajo renumerado como criterio para la

    percepcin de la transferencia, sino tambin

    al perfil socioeconmico de las familias, y re-

    lacionados con el cumplimiento de objetivos

    de desarrollo de capital humano. Cabe resaltar

    que la Argentina y Uruguay han dado un paso

    ms, ya que las transferencias directas de in-

    gresos apuntan a complementar el sistema de

    asignaciones familiares para los trabajadores

    formales y lograr una cobertura universal; esto

    es, para nios, nias y adolescentes de 0 a 18

    aos. En la Argentina, en particular, adems de

    los beneficios sociales ligados al ingreso, ob-

    jetivo emparentado con el modelo tradicional

    bismarckiano, se han adicionado programas

    de combate a la pobreza dirigidos a quienes

    se encuentran fuera del mercado de empleo

    formal, reforzando as su carcter hbrido y

    fragmentado, sobre todo en lo que hace a sudimensin de gnero. Esto se da a pesar de

    los esfuerzos en el contexto posneoliberal por

    una mayor universalizacin de los beneficios.

    Dos cuestiones relevantes emergen de este

    anlisis. En el caso de la universalizacin, por

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    elEstado

    un lado, estos sistemas podran generar una

    legitimidad alternativa a la lgica asistencialista

    que predomina en los sistemas de compen-

    sacin a los pobres y excluidos propios de

    los regmenes liberales, y, en consonancia,

    criterios de igualdad social y democrtica. Por

    la otra, si bien las transferencias condicionadas

    promueven la mejora de oportunidades para la

    integracin en el mercado laboral de los futuros

    adultos independientemente de su sexo, obje-

    tivo ligado a la lgica de la inversin social en

    capital humano, contribuyen poco, al menos en

    un primer anlisis, a la empleabilidad potencial

    de las mujeres adultas (madres). Sera desea-

    ble, entonces, evaluar el verdadero potencial

    de estos programas para la eliminacin de la

    desigualdad de gnero, en particular en lo que

    hace al acceso al empleo remunerado en igual-

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