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TRIPTICO SANJUANISTA i LA BEATA ANA DE SAN BARTOLOME Y EL « CANTICO ESPIRITUAL» DE SAN JUAN DE LA CRUZ No es un hecho indiferente ni un acontecimiento de todos los días en el ámbito de la literatura sanjuanista el poder ofrecer a los estudio- sos del Santo nada menos que tres copias de su poema del « Cántico » debidas a la pluma milagrosa de la enfermera y secretaria de Santa Teresa, la Beata Ana de San Bartolomé. Tres ejemplares de su puño y letra, que llenan por sí solos un pe- queño capítulo de la historia del Cántico y nos ponen en la mano dos hechos de importancia : constatación de una fina devoción personal de la Beata y entusiasta labor de difusión de la más hermosa poesía del Vate fontiverino. ¡ La Beata Ana, enamorada y propagandista del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz ! ¿A qué época se remonta el origen de este «conocimiento amoroso » y especial devoción de nuestra Beata por las estrofas del Santo? Las relaciones entre ambos -— Padre e hija del Carmelo Reformado — al exterior quiza no muy ruidosas, fueron sin duda de espíritu a espí- ritu muy profundas. Su primer contacto, y sin duda el más prolon- gado y fructífero de todos, se remonta al quinquenio 1572-1577. Re- cien profesa en San José de Avila, nuestra Beata — la primera Her- mana de velo blanco de la Reforma — disfrutó sin duda de la dirección espiritual y sublimes comunicaciones del Santo, mientras éste perma- neció en aquella ciudad como consejero de la Madre Teresa y confesor de la Encarnación. Destaquemos simplemente los datos cronológicos : Ana de San Bartolomé toma el hábito de freila en San José el 2 de noviembre de 1570 y hace su profesión el 15 de agosto de 1572, conti- nuando en el mismo monasterio hasta el 30 de junio de 1579 en I 116 sale con la Madre Teresa hacia Medina del Campo. San Juan de la Cruz, llamado por la Reformadora como confesor y director espiritual del monasterio de la Encarnación, de que acababan de hacerla a ella priora (6 de octubre de 1571)» llega a Avila hacia finales de mayo de I 57 2. permaneciendo en su oficio hasta la noche del 2 de diciembre de 1577 en (lue es arrancado de su casita y llevado por los Calzados al convento de Toledo. Mas tarde, cuando a finales de 1581 subió San Juan de la Cruz desde Baeza a la Ciudad de los Caballeros para traer a la Santa a la funda- ción de Descalzas de Granada « con el regalo y cuidado que a su persona y edad conviene », vería y hablaría también a su inseparable compa- ñera la Beata Ana, que para aquellas fechas era ya asistente inseparable de la Madre. Quizá se vieran de nuevo, ahora ya por última vez, a mediados de i 59 i cuando la resaca del Capítulo de junio de este año había despojado al Santo de todos sus oficios y le alejaba definitivamente de Castilla. Ephemerides Carmeliticae 11 (1960/1) 197-233

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Page 1: Ephemerides Carmeliticae 11 (1960/1) 197-233 TRIPTICO ... · Maria di S. Francesco o di Gesù (Giustiniani: 1603-1670), puso de su puño y letra este título que todavía se conserva

T R I P T I C O S A N J U A N I S T A

i

LA BEATA ANA DE SAN BARTOLOME Y E L « CANTICO E S P IR IT U A L » DE SAN JUAN DE LA CRUZ

No es un hecho indiferente ni un acontecimiento de todos los días en el ámbito de la literatura sanjuanista el poder ofrecer a los estudio­sos del Santo nada menos que tres copias de su poema del « Cántico » debidas a la pluma milagrosa de la enfermera y secretaria de Santa Teresa, la Beata Ana de San Bartolomé.

Tres ejemplares de su puño y letra, que llenan por sí solos un pe­queño capítulo de la historia del Cántico y nos ponen en la mano dos hechos de importancia : constatación de una fina devoción personal de la Beata y entusiasta labor de difusión de la más hermosa poesía del Vate fontiverino. ¡ La Beata Ana, enamorada y propagandista del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz !

¿A qué época se remonta el origen de este «conocimiento amoroso » y especial devoción de nuestra Beata por las estrofas del Santo?

Las relaciones entre ambos -— Padre e hija del Carmelo Reformado — al exterior quiza no muy ruidosas, fueron sin duda de espíritu a espí­ritu muy profundas. Su primer contacto, y sin duda el más prolon­gado y fructífero de todos, se remonta al quinquenio 1572-1577. Re­cien profesa en San José de Avila, nuestra Beata — la primera Her­mana de velo blanco de la Reforma — disfrutó sin duda de la dirección espiritual y sublimes comunicaciones del Santo, mientras éste perma­neció en aquella ciudad como consejero de la Madre Teresa y confesor de la Encarnación. Destaquemos simplemente los datos cronológicos : Ana de San Bartolomé toma el hábito de freila en San José el 2 de noviembre de 1570 y hace su profesión el 15 de agosto de 1572, conti­nuando en el mismo monasterio hasta el 30 de junio de 1579 en I 116 sale con la Madre Teresa hacia Medina del Campo. San Juan de la Cruz, llamado por la Reformadora como confesor y director espiritual del monasterio de la Encarnación, de que acababan de hacerla a ella priora (6 de octubre de 1571)» llega a Avila hacia finales de mayo de I 572. permaneciendo en su oficio hasta la noche del 2 de diciembre de 1577 en (lue es arrancado de su casita y llevado por los Calzados al convento de Toledo.

Mas tarde, cuando a finales de 1581 subió San Juan de la Cruz desde Baeza a la Ciudad de los Caballeros para traer a la Santa a la funda­ción de Descalzas de Granada « con el regalo y cuidado que a su persona y edad conviene », vería y hablaría también a su inseparable compa­ñera la Beata Ana, que para aquellas fechas era ya asistente inseparable de la Madre.

Quizá se vieran de nuevo, ahora ya por última vez, a mediados de i 59 i cuando la resaca del Capítulo de junio de este año había despojado al Santo de todos sus oficios y le alejaba definitivamente de Castilla.

Ephemerides Carmeliticae 11 (1960/1) 197-233

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FR . SIM EÓN D E LA SD A . FAM ILIA, O .C.D .

Al año 1592, muerto ya el Santo, corresponde la gracia mística que recibió la Beata en Madrid y que, narrándola ella al final de su vida en las páginas de su Autobiografía, la ilustra y explica a la luz de una de las estrofas del Cántico Espiritual de su Santo Padre, por éstas palabras :

«Lo qe el alma sentía aqui en este rrato no se puede degir ni creer ni se pudiera sufrir, si Dios no algara la fuerga de aqel amor qengendia mi espíritu. Era en aqella grá lo qe dige la esposa en los Cantares :

Entrado se a la esposa en el vergel entre los bragos de su amado y a su sabor rreposa el cuello rrecrinadosobre los dulges bragos de su amado » (Autobiografía

de la Beata, Manuscrito de Amberes, p. 152-153).Dos contactos con Ana de Jesús — feliz destinataria del comentario

sanjuanistg. a las estrofas del Cántico — tanto en Madrid (1591-1594) como en el viaje y en las fundaciones de Francia y quizá en Elandes, serían también ocasión más que propicia para que la humilde Descalza de Almendral conociera la sublime joya sanjuanista y se enamorara profundamente de ella.

Pero tengo para mí que ya al año siguiente de la salida del Santo de la cárcel de Toledo, cuando nuestra Beata acompañó como enfermera y secretaria a la Madre Fundadora en la triple visita que realizó a las Descalzas de la Ciudad Imperial (noviembre de 1579, febrero y marzo de 1580), conoció el poema místico del Santo, y ciertamente en su núcleo más primitivo, tal como aquéllas lo habían podido recoger de labios de su autor o copiar de sus pobres cuadernos apenas escapado de la cárcel. Y no sería abandonarse a conjeturas infundadas insinuar la posibilidad de que precisamente retuviera en esta ocasión una copia para su uso y devoción personal.

¿Superará quizá los límites de una hipótesis discreta y racional el suponer que hasta la misma Madre Teresa pudo haber encargado a su secretaria le sacara una copia de la endiosada poesía? Sabemos que la Santa no hacía mal paladar a las « coplas espirituales » que solían leerle o cantarle sus hijas en las recreaciones, y menos lo haría en esta oca­sión, tratándose de versos tan encendidos sobre el Cantar de los Can­tares y compuestos nada menos que por fray Juan de la Cruz, libro y autor a que ella era tan aficionada. Es cierto que por este tiempo se agiganta en el corazón de la Madre el aprecio y el afecto por su Primer Descalzo, de tal manera que el 13 de enero de 1580 puede escribir a la M. Ana de San Alberto, priora de Caravaca: «Yo procuraré que el padre fray Juan de la Cruz vaya por allá. Haga cuenta que soy yo ; trátenle con llaneza sus almas, consuélense con él, que es alma a quien Dios comunica su espíritu ».x Por otra parte, sus achaques la obligan

1 Carta 8 0 -1 N (300). — Citamos según el sistema de numeración de la recen­tísima ed. del Epistolario teresiano, en : S a n ta Teresa de J e sú s , Obras com p le­ta s... III... Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos [189], 1959.

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'TRÍPTICO S A N JU A N IST A 1 9 9

en este tiempo a usar frecuentemente de amanuenses en el despacho de su abundante correspondencia. Sobre todo, de la Hermana Ana : « Pocas veces escribo de mi letra » ; 1 « Ana de San Bartolomé no cesa de escribir ; harto me ayuda ».2 ¿No sería infundado limitar la colabo­ración de la Beata, en ese «incesante escribir», a solas las cartas ?

Eas tres copias de la poesía del Cántico que presentamos se encuen­tran, respectivamente, en las Carmelitas Descalzas de Amberes, en la catedral de la misma ciudad, y en el monasterio de Carmelitas Descalzas de Florencia.

Esta última se conserva en un cuadernillo de 14 folios (100x75 mm.), todo autógrafo de la Beata, y al que se ha puesto recientemente la signatura II/8 y una cierta numeración a lápiz, que no tenemos en cuenta. No se sabe cuándo ni cómo vino a parar este venerable ma­nuscrito a las Descalzas de la capital toscana. Quizá de manos del P. Sebastián de S. Francisco, italiano, que había acompañado a la Madre Ana desde París a Flandes y que fue después confesor suyo. Precisamente junto con el autógrafo florentino se halla una transcrip­ción del mismo hecha por dicho Padre, así como una relación suya sobre algunas cosas referentes a la vida y espíritu de la Beata.3

Da copia de las Carmelitas de Amberes está en el primero de dos cuadernillos de poesías (150 X 100 mm.), ambos de letra de la Beata Ana, y foliados también a lápiz recientemente con una sola numera­ción continuada. En el último folio del segundo cuadernillo se lee de nuevo la primera estrofa del poema, pero invertida, como si por aquella parte del cuaderno hubiera comenzado a copiarlo.

Da de la catedral de Amberes (302 X 153 mm.) se halla entre una colección de cartas y escritos de la Beata, ocupando el número 55.

Damos a continuación, dispuestos por columnas, los textos de los tres autógrafos (A1 = Carmelitas Descalzas de Amberes, F = Carmelitas Descalzas de Florencia, A 2 = Catedral de Amberes), anteponiendo en primera columna el texto primitivo (es decir, antes de las correcciones del Santo) del códice de Sanlúcar de Barrameda (= S1),4 como punto de comparación y referencia. Das estrofas de las columnas 3 y 4 llevan en ciertos casos doble numeración : la del centro corresponde al orden de estrofas seguido por cada manuscrito, y la cursiva entre paréntesis corresponde al de Sanlúcar.

1 Carta 80-2A , 2 1.2 Carta 8 1 -1 2 B , 6.3 Todos estos manuscritos se hallan reunidos en una carpeta, a la que una

de las fundadoras y priora por muchos años del Carmelo florentino, la M. Paola Maria di S. Francesco o di Gesù (Giustiniani: 1603-1670), puso de su puño y letra este título que todavía se conserva : <c Queste R elattni è Coppia de Can­zonette da V. Mrè Aña di S. Bart0. Sono di Mano del Prè F. Sebastiano suo Coní.re ». — Sobre esta insigne religiosa cfr. E p h em erid es C arm eliticae 10 (1959) 79-82.

4 Lo citamos según nuestra reciente edición de las Obras com pletas de San Juan de la Cruz (Burgos, Ed. E l Monte Carmelo, 1959), p. 40-45, reconstruyendo su texto primitivo, como decimos, a base del aparato crítico que allí damos.

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2 0 0 FR . SIMEÓN D E L A SD A. FAM ILIA, O .C .D .

S 1

1

¿ Adonde te escondiste,Amado, y me dejaste con gemido ? Como el ciervo huiste, habiéndome herido ; salí triste clamando, y eras ido.

2

Pastores, los que fuerdes allá por las majadas al otero : si por ventura vierdes aquel que yo más quiero, decilde que adolezco, peno y muero.

3

Buscando mis amores, iré por esos montes y riberas ; ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras.

4

¡ Oh bosques y espesuras, plantadas por la mano del Am ado !¡ Oh prado de verduras, de flores esmaltado !Decid si por vosotros ha pasado.

A 1

+

i

adóde te ascondiste amado y me dejaste vageando como el (jiervo vyste aviendome eridosali tras ti clamando y a eras ydo

2

pastores los qe fuerdesalia por la m ajada y el oterosi por ventura vierdesaqel qe yo mas quierodecilde qe adolezco peno y muero

3

hueseando a mis amores yre por esos móte[s] a y rriberas ni cojere las flores ,ni temere las fieras y pasare los fuerte[s]11 y fronteras

4

o bosqes y espesurasplantadas por las manos de mi amadoo prados c de verdurasde flores esmaltadosdejid si por vosotro[s] d a pasado

a motes] A 1 mote

b fuertes] A 1 fuerte

c prados] precedido de u n a letra tachada

d vosotros] A 1 vosotro

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TRÍPTICO SA N JU A N IST A 2 0 1

F

+I H S

maria josefe

y nfa santa m e teresa

adonde te ascondiste amado y me dejaste có gemido a como el 9Írvo v y s t e b aviendome eridosali tras ti clamando ya eras ydo

pastores los qe fuerdesalia por la m ajada y el oterosi por ventura vierdesa el qe yo mas quierodegilde qe adolezco peno y muero

hueseando a mis amores yre por esos montes y rriberas ni cojere las flores ni temere las fieras y pasare los fuertes y fronteras c

o vosqes y espesurasplantadas por la mano de mi amadoo prados de verdurasde flores esmaltadosde5id si por vosotros a pasado

A *

i ( í )

ado[«]de te ascondiste a amado y me dejaste vageando como el jiervo vyste aviendome erido bsali tras ti clamando y a [e]rasc ydo

2 (2)

pastore[s] los qe í[u erd es]alia por la m ajada y el oterosi por ventura vierdesaqel qe yo mas quierodecilde qe adolezco peno y m uerrod

3 (3 )

hueseando [sic] a mis amores yre por esos monte[s] e y rriberas ni cojere las flores ni temere las fieras * y pasare los fuertes y fronteras

4 (4)

o vosqes i espesurasplantados por la mano de mi amadoo prados de verdurasde flores esmaltadosdegid si por vosotros a pasado

a có gemido] corregido de vageando

b siguen verso y m edio tachados, en que la B ea ta h a b ía escrito : aviendote escondido | sali

c ha div id id o en dos el verso : y pasare los fuertes y fronteras

A 2a sigue a tachado. — L a s letras o p alabras en cu rsiva dentro de corchetes fa lta n

o d ific ilm en te se leen en el m s. p o r cau sa de la rotura del p a p el

b erido] precedido de u n a letra tachada

c eras] m s. ras •

d muerro] así en e l m s., con doble rr separada, a l contrario de como escribe ordinariam ente la doble rr

e montes] m s. monte

f fieras] f correg.

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2 0 2 FR. SIM EÓN D E L A SDA. FAM ILIA, O .C.D .

5

Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura, y, yéndolos mirando, con sola su figura vestidos los dejó de hermosura.

6

¡ A y, quién podrá sanarme !A cada de entregarte y a de vero ;no quieras enviarmede hoy más y a mensajero :que no saben decirme lo que quiero.

7

Y todos cuantos vagan de ti me van mil gracias refiriendo, y todos más me llagan, y déjame muriendo un no sé qué que quedan balbuciendo.

8

Mas ¿ cómo perseveras,¡ oh vida !, no viviendo donde vives, y haciendo por que mueras las flechas que recibes de lo que del Am ado en ti concibes ?

9

¿ Por qué, pues has llagado aqueste corazón, no le sanaste ?Y , pues me le has robado,¿ por qué así le dejaste, y no tomas el robo que robaste ?

10

A paga mis enojos, pues que ninguno basta a deshacellos, y véante mis ojos, pues eres lumbre dellos, y sólo para ti quiero tenellos.

5

mil grás derramandopaso por estos sotos con presurayendolos mirandocon sola su figuravestidos los dejo de ermosura

6

o quien podra sanarme acaba dentregarte y a de vero no qui[e]ras e y a enbiarme de oy mas y a mensagero qe no saben degirme lo qe quiero

7

qe todos cuantos bajande ti me van mil grásrrefiriendo * y todos mas me llagany dejanme muriendovn no se qe qe qeda barbugiendo

8

mas como perseveraso alma no viviendo ddde vivesy agiendo porqe mueraslas flechas qe rre5Íbesde lo qe del amado en ti cójibes

9

porqe pues as llagado aqeste corajon no le sanaste y pues me le as rrobado porqe ansi le dejaste y no tomas el rrobo qe rrobaste

10

apaga mis enojo[s] gpues nenguno otro basta a desagerlosy ven ante mis ojospues eres lübre de losy solo pá ti quiero tenerlos

e quieras] A 1 quiras

f ha -partido en dos el verso : de ti me van mil gracias refiriendo

g enojos] A 1 enojo

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TRÍPTICO SA N JU AN ISTA 203

5

mil gras derramandopaso por estos sotos con presurayendolos mirandocon sola su figuravestidos los dejo de ermosura d

5 (5 )

[m i] 1 gras derramando[pa]so por estos sotos [ c o n p resu ra ][y en d olo s] mirandocon sola su figuravestidos los dejo de ermosura

6 (6-7)

a y e qe todos cuantos bajande ti me van mil gras rrefiriendoy nenguno me sanan i f apaga mi deseoqe no saben degirme lo qe quiero

7 (6-7)

no quieras y a enbiarmede oy mas y a mensajerosqe todos mas me llagany dejanme muriendovn no se 'qe qe qeda barbugiendo

6 (7)

qe todos cuantos bajande ti me van mil gras rrefiriendoy todos mas me llagany dejanme muriendovn no se qe qe qeda barbugiendo

8 (9 )

porqe pues as llagado aqeste coragon no le sanaste y pues me le as rrobado porqe ansi le dejaste y no tomas el rrobo qe rrobaste

7 (9 )

porqe pues as llagado aqeste coragon no le sanaste y pues me le as rrobado porqe ansi le dejaste y no tomas el rrobo qe rrobaste

a ermosura] corregido de ermosuras, tachando la s f in a l

e ay] antepuesto m ás tarde al verso

1 ni] precedido de u n a letra tachada

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2 0 4 FR . SIMEÓN D E L A SD A . FAM ILIA, O .C.D .

I I

¡ Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados formases de repente los ojos deseadosque tengo en mis entrañas dibujados!

i i

o cristalina fuentesi en esos tus h senblante[s] ’ platados formases de rrepente [sfc]los ojos deseadosqe tengo en mis entranas dibujados

12

¡ Apártalos, Amado, que v o y de vuelo ! Vuélvete, paloma, que el ciervo vulnerado por el otero asoma al aire de tu vuelo, y fresco toma.

12

apartalos amadoqe vo y de buelo buelvete paloma qe giervo bulnerado J por el otero asoma y el ayre de su buelo y fresco tom a

13Mi Am ado, las montañas,

los valles solitarios nemorosos, las ínsulas extrañas, los ríos sonorosos, el silbo de los aires amorosos,

13

mi amado en las motanaslos valles soritarios nemorosos klas ysolas estranaslos rrios sonorososel silvo de los ayres amorosos

14 14

la noche sosegada en par de los levantes de la aurora, la música callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora.

la noche sosegadaen par de los levantes de lavrolala música calladala soledad señorala cena qe rrecrea y enamora

15

Nuestro lecho florido, de cuevas de leones enlazado, en púrpura tendido, de paz edificado, de mil escudos de oro coronado.

15

vuestro lecho es floridode cuevas de leones enlagadoen puerpura teñidode paz ydificadode mil escudos de oro coronado

A 111 tus] la t corregida de s

' senblantes] A 1 senblante ; la 1 corregida

i bulnerado] d espués de la b hay u n a 1 tachada

k com o p r in c ip io de otro verso com enzó a escribir de nuevo nemo que tachó

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T R ÍP T IC O S A N J U A N IS T A 205

9 ( a )

O cristalina fuente«si en esos tus senblantesplateados hformases de rrepentelos ojo[s] ' deseados .qe tengo en mis entranas debujados

10 (16 )

a caja de tu vuellalas jovenes descurren al caminoal toqe de gentellaal adovado vinoy misiones de valsamo divino

8 ( 1 1 )

[o] cristalina fuente[si] en esos tus sen[Waw]tes plateados[form ases de repente]los ojos deseadosqe tengo en mis entrañas debujados

9 {16)

a caja de tu vella las jovenes descurren el camino al toqe de gentella al adobado vinoemisiones [de] valsamo vivino [sic]

1 1 (1 3 )

en las altas montanasescondidasy los amenos valles tenebrosos el silvo de los ayres amorosos >

12 (14)

la noche sosegadaen par de los levantesdel 1 arlóla [sic] kla música calladala soledad señor[a] 1la gena qe rrecrea y enamora

13 (27)

entrado se a la esposaen el vergel a manos de su amadoy a su sabor rreposamel cuello rreclinadosobre los dulges bragosde su amado n

10 (14 )

la noche sosegadaen p[a]r de los levantes de la vrola la música callada la soledad señora la gena qe rrecrea y enamora

11 (27)

entrado se a la esposaen el vergel a manos de su amadoy a su sabor rreposa[el cue]lio rreclinado[so]bre los dulges vragos de su amado

8 « contin u ación, en este m ism o verso, había escrito la p rim era palabra del siguiente : si, que inm ediatam ente tachó

h divide en dos el verso : si en esos tus senblantes plateados

' ojos] F ojoi no hace fa lta notar que esta estrofa se halla com pletam ente estropeada

k ha div id id o en dos el verso : en par de los levantes del aurora

I señora] F señorm el siguien te verso que em pezó a escribir está tachado : sobre los dul

II ha div id id o en dos el verso : sobre los dulces bragos de su amado

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206 FR . SIMEÓN D E L A SD A. FAM ILIA, O .C.D .

16

A zaga de tu huella las jóvenes discurren al camino, al toque de centella, al adobado vino, emisiones de bálsamo divino.

E n la interior bodega de mi Am ado bebí, y, cuando salía por toda aquesta vega, y a cosa no sabía,y el ganado perdí que antes seguía.

18

Allí me dio su pecho, allí me enseñó ciencia m uy sabrosa, y yo le di de hecho a mí, sin dejar cosa ; allí le prometí de ser su esposa.

19

Mi alma se ha empleado, y todo mi caudal, en su servicio ; y a no guardo ganado, ni y a tengo otro oficio, que y a sólo en amar es mi ejercicio.

20

Pues y a si en el ejido de hoy más no fuere vista ni hallada, diréis que me he perdido ; que, andando enamorada, me hice perdidiza, y fui ganada.

21

D e flores y esmeraldas, en las frescas mañanas escogidas, haremos las guirnaldas, en tu amor florecidas y en un cabello mío entretejidas.

16

a caja de tu vellalas jovenes discurren al caminoal toqe de gentellaal adobado vinoemisiones de valsamo divino

17en la yntirior bodega di mi amado vevi cuando salia por toda aqesta vega y a cosa no sabiay el ganado 1 perdi qe antes tenia

18

alli me dio su pechoa llim me enseño giengia sabrosayo le di de echo na mi sin dejar cosaalli le prometi de ser su esposa

19

mi alma se a enpleadoy todo mi cavdal en su servicioy a no guardo ganadoy a tengo otro ofigioqe y a 0 solo el amor es mi ejergigio

20

pues ya si en el ejidodoy P mas no fuere vista ni alla[da]dirán qe me perdidoqe andando enamoradame yge perdidiga y fui ganada

21

de flores y esmeraldasen las frescas montanas escojdasaremos las guirnaldasen tu amor floregidasy en vn cabello mió entretejdas

A 1

I ganado] después de la síla b a ga sigue otra síla b a tachada

m alli] precedido del p r in c ip io de la letra y que la B ea ta no contin uó

II p or d istracción añadió las prim era s pa labra s del verso sigu ien te : a mi si ; al darse cuenta tachó estas dos ú ltim a s, aun que no la p rim era : a

0 ya] interl.

P doy] contracción de de oy ; precedido de n tachada

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TRÍPTICO SA N JU AN IST A 207

12 ( 20 )14 (20)

si de oy mas en el ejido no fuere vista ni aliada dirán qe me e perdido qe andando enamorada m e yge perdidiga y fue aliada

15 (.17)

en la ynterior bodegade mi amado vevi c[u]ando 0 saliapor toda aqesta vegaya cosa no sabiay el ganado perdi qe antes tenia

si de oy mas en el ejido g no fuere vista ni aliada dirán qe me perdido qe andando enamorada me yge perdidiga y fue aliada

13 (17)yn la ynterior bodega[de] mi amado vevi cuando silia [sic]por toda aqesta vegay a cosa no sabiay el ganado perdi qe antes tenia

16 (24)

no quieras despregiarmeqe si color morena en mi aliastey a bien puedes mirarmedespues qe me mirastetu grá y ermosura en mi dejaste

1 4 ( 24)

[■no] quieras desapreciarm e][qe s i co]lor mo[re]na en mi aliaste ya bien puedes mirarme despues qe me miraste tu grá y ermosura en mi dejaste

F

0 cuando] F cando

g precedido de dos versos tachados : si de oy mas no fuere vista ni aliada | dirán qe me e perdido, el p rim ero de los cuales f u e en u n segundo mom ento corre­gido por si de oy mas en el ejido

A 2

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208 FR. SIM EÓN D E L A SD A . FAM ILIA, O .C.D .

2 2

E n solo aquel cabello que en mi cuello volar consideraste, mirástele en, mi cuello, y en él preso quedaste, y en uno de mis ojos te llagaste.

23Cuando tú me mirabas

tu gracia en mí tus ojos im prim ían; por eso me adamabas, y en eso merecían los míos adorar lo que en ti vían.

24

No quieras despreciarme, que, si color moreno en mí hallaste, y a bien puedes mirarme después que me miraste, que gracia y hermosura en mí dejaste.

25

Cogednos las raposas, que está y a florecida nuestra viña, en tanto que de rosas hacemos una piña, y no parezca nadie en la montiña.

26

Deténte, cierzo muerto ; ven, austro, que recuerdas los amores, aspira por mi huerto, y corran sus olores, y pacerá el Am ado entre las flores.

27

Entrado se ha la esposa en el ameno huerto deseado, y a su sabor reposa, el cuello reclinado sobre los dulces brazos del Amado.

22'

en solo aqel cabelloqe en mi cuello bolar considerastemirándole en mi cuelloy en el preso qedastey en vno de mis ojos te llagaste

23

cuando tu me miravastu grá en mi tus ojos enprimianpor Q eso me adamavasy en eso merecían rlos mi[o]s s adorar lo qe en ti vian

24

no quieras despregiarmeqe si color morena en mi aliastey a bien puedes mirarmedespues qe me mirasteqe grá y ermosura en mi dejaste

25

cojednos las rraposas qe y a es floregida nrá viña en tanto qe de rrosas t agemos vna pinay no parezca nayde en la mótiña

26

detende giergo muertoven astro qe rrecuerdas los amoresespira por mi guertoy corran sus oloresy pagera el amado entre las frores

27

entrado se a la esposaen el ameno guerto deseadoy a su sabor rreposael cuello rreclinadosobre los dulges bragos del amado

1 por] precedido de u n a 1 s in tachar

r sigue tachada la p rim era palabra del verso siguien te : los, que había escrito en este m ism o verso

s mios] A 1 mis

1 sigue u n a a tachada, p u es h a bía com enzado a escrib ir seguido el verso s i­g u ien te

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TRÍPTICO SAN JU AN ISTA 209

17 (22)

en solo aqel cabelloqe en mi cuello bolar cósideraste Pmirastele en mi cuelloy en el preso te dastey en vno de tus ojos me llagaste

15 (22)en solo aqel cabelloqe en mi cuello bolar [cow]siderastémirándole en mi cuelloen el preso qedastey en vno de tus ojos me llagaste

F

14

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2 1 0 FR . SIMEÓN D E LA SD A . FAM ILIA, O .C .D .

28

D ebajo del manzano, allí conmigo fuiste desposada, allí te di la mano, y fuiste reparada donde su madre fuera violada.

29

A las aves ligeras, leones, ciervos, gamos saltadores, montes, valles, riberas, aguas, aires, ardores y miedos de las noches veladores :

Por las amenas liras y canto de serenas os conjuro que cesen vuestras iras, y no toquéis al muro, por que la esposa duerma más seguro.

31¡ Oh ninfas de Judea I

en tanto que en las flores y rosales el ámbar perfumea, morá en los arrabales, y no queráis tocar nuestros umbrales.

[.sigu en las estrofas 32-39]

28 ■

debajo del manganoalli conmigo fueyste desposadaalli te di la manoy fieste [sic] rreparadadonde tu m[adr]e u fuera violada

29

a las aves ligerasleones gamos giervos gamos saltadores montes valle[s] v rriberas aguas ayres ardores y miedos de las noches veladores

por las amenas lirasy canto de serenasos conjuro w qe gesen vuest[r]a[s] x yrasy no toqeys al muroporqe la esposa duerma mas seguro

3io ninfas de judea yen z tanto qe en a las flores y rrosalesel anbar perfuemeamora en los arrabalesy no qerray[s] b tocar a nrós 0 vnbrales

u madre] A 1 m e

v valles] A 1 valle ; sigue u n a letra tachada, a l parecer u n a y

w ha p a rtid o en dos el verso : y canto de serenas os conjuro

x vuestras] A 1 vuesta

y judea] j corregida

z en] precedido de u n a letra tachada

a en] interl.

b querrays] A 1 querray

c nrós] n corregida

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TRÍPTICO s a n j u a n i s t a 211

18 (29-30)

a los gamos giervos <1aves boladoresmiesas [sic] ayres y rriberasy os conjuro qe no toqes al muroporqe la esposa durmamas seguro r

19 (3 1)

o ninfas de judeaaora qe en las flores y rrosalesel anbar perfuemeamora en los arrabalesy no queras toca[r] s a mis vnbrales

1 6 (31 -3 0 )

o ninfas de judeaaora qe en las fio [yes] y rrosales hel anbar pe[r]fuem[ea] ¡[m]ora en los arra[6a]les[y n]o toqeys i al muro0 ]orqe la esposa duerma mas seguro

ladores” ^ * ^ taChad° S : a las aves § amos I Siervos bo-

r estrofa y versos, como se ve, m uv desfigurados s tocar] F toca

h repite a l p r in c ip io de otro verso y rrosales, que inm ediatam ente tacha perfuemea] m s. pefuemea

toqeys] corr. de toqes (?)

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2 1 2 F R . SIM EÓN D E LA SD A . FAM ILIA, O .C.D .

Aunque nuestro intento en estas páginas no ha sido otro que presen­tar el triple texto autógrafo de la Beata, ofreciendo nuevo material para la rica historia del Cántico y para su definitiva edición crítica, nos permitimos apuntar sencillamente un par de conclusiones que fluyen de la comparación de los tres textos entre sí y con el semiautó- grafo del Santo :

1) Comparando la triple copia de la Descalza con el texto sanjuanista del códice sanluqueño, es fácil hacer una importante constatación : los tres autógrafos constituyen en medida y perfección diversas, otros tantos preciosos documentos de la existencia y características funda­mentales del primer Cántico o primer núcleo del poema sanjuanista, tal como salió compuesto de la cárcel toledana y de acuerdo con el famoso testimonio de la Madre Magdalena del Espíritu Santo : « Sacó el santo Padre, cuando salió de la cárcel, un cuaderno que estando en ella había escrito de unos romances sobre el Evangelio “ In principio erat Verbum ” , y unas coplas que dicen : “ Que bien sé yo la fonte que mana y corre, aunque es de noche ” , y las canciones o liras que dicen : Adonde te ascondiste , hasta la que dice : Oh ninfas de Judea ».6

De este estado primigenio del Cántico apenas se conocía o, por lo menos, no se había publicado hasta el presente más que el testimonio aducido de la M. Magdalena y, recientemente, un ejemplar contenido en el ms. 868 de la Biblioteca Nacional de Madrid.7 Ahora tenemos de golpe tres testimonios más, y no de un anónimo, como el del ms. que acabamos de nombrar, sino de quien por su significación en la historia del Carmelo teresiano primitivo nos ha dejado en ellos una doble reliquia, del Santo y de su propia mano, y por el contacto que tuvo con el ambiente en que fue por primera vez conocido el texto del Cántico, gozó de la posibilidad de llegar a las mejores fuentes.

2) Da comparación de las tres copias autógrafas entre sí lleva a conclusiones no menos interesantes. Ante todo nos hallamos con tres textos de calidad sumamente diversa. Ea copia del Carmelo de Ambe- res es mucho más completa que las otras dos y, digámoslo de paso, más también que la del ms. 868 ya citado : mientras a éste le faltan nada menos que cuatro estrofas (12, 13, 14 y 16), llevando además, invertidas la 27 y 28, el de Amberes corresponde perfectamente al orden estrófico de Sanlúcar y contiene las 31 estrofas que en este ve- rable cuasi autógrafo sanjuanista median entre las que comienzan Adonde te escondiste y Oh ninfas de Judea, ambas inclusive, como nos decía arriba la M. Madgalena; en cuanto a los otros dos traslados de

6 Declaración autógrafa contenida en el ms. 12.944132 de la Biblioteca N a­cional de Madrid, f. 2r. Citamos por B M C ( = Biblioteca M ística Carmelitana) 10, p. 325. E l subrayado es nuestro.

7 Cfr. A n g e l C u s t o d io V e g a , O.S.A. : E n torno a los orígenes de la poesía de San Juan de la Cruz, L a C iu d a d de D io s 170 (19 5 7 ) [625]-664. — E l mismo año lo había dado a conocer y publicado algunos versos de él, aunque no por entero, el P. E u l o g io d e l a V i r g e n d e l C a r m e n , O.C.D., en su artículo : « Restos manuscritos del texto sanjuanista », E l M on te Carm elo 65 (19 5 7 ) 94*98, si bien por error tipográfico se pone ms. 686 en vez de 868.

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TRÍPTICO SA N JU AN ISTA 2 1 3

la Beata, la omisión de estrofas y la trasposición de las' mismas son considerables, como veremos más adelante.

Por lo que se refiere a la calidad crítica del texto, la primera copia de Amberes, a pesar de sus omisiones y errores de transcripción — de­bidos evidentemente al poco sentido crítico y a la escasa cultura lite­raria de la Beata 8 — nos lleva seguramente hasta lecturas muy pri­mitivas del Cántico,9

Mientras ella ofrece todas las señales de haber sido hecha de un manuscrito primitivo tenido a la vista, las otras dos transcripciones (F y A 2) no son sino simples traslados de memoria de las estrofas leídas quizá centenares de veces o incluso recitadas por devoción y que se­guían resonando en el oído de la Beata con el sonsonete un tanto re­vuelto y confuso de su flaca memoria.

Pruebas indudables de ello son los siguientes fenómenos comunes en gran parte a ambos ejemplares : a) Trastrueque en el orden de las estrofas ; interesante el caso de que en ambas copias hay un grupo de seis estrofas que se hallan dispuestas con el mismo orden — diga­mos mejor, desorden — de inversión respecto del texto del primer cuaderno (A 1), a saber : la 14, 27, 20, 17, 24 y 22 ; — b) Omisión de bastantes estrofas : así en la copia de la catedral de Amberes faltan casi la mitad, y en la de Florencia una docena ; — c) Fusión de estrofas distintas o de partes de ellas para formar una nueva : caso típico las señaladas con los números 6 y 7 del ejemplar de Florencia y con el número 16 en el de la catedral de Amberes ; — d) Finalmente, errores de versificación y de lectura : de los cuales unos son exclusivos de F y de A 2 o de ambos juntos,10 y otros comunes con ¿l1,11 indi­

8 A d e m á s d e l o s c a s o s a n o t a d o s e n e l a p a r a t o c r í t i c o , l i e a q u í a l g u n o s o t r o s ( c i t a m o s p o r e s t r o f a s y v e r s o s , s u b r a y a n d o l o s e r r o r e s u o m i s i o n e s ) : 5 , 3 : s u ­p r i m e y a n t e s d e « y e n d o l o s m i r a n d o » ; 6 , 3 : « n o q u i e r a s ya e n v i a r m e » ; 1 0 , 2 : « p u e s nenguno otro b a s t a a d e s a t e r i o s » ; 1 0 , 3 :■ « ven ante m i s o j o s » e n v e z d e « v é a n t e m i s o j o s » ; 1 0 , 4 : « p u e s e r e s l ü b r e de los » ; 1 2 , 3 : s u p r i m e el a n t e s d e « g i e r v o » ; 1 2 , 5 : « y el a y r e d e su b u e l o y f r e s c o t o m a » ; 1 8 , 2 : s u p r i m e m uy a n t e s d e « s a b r o s a » ; 1 9 , 4 : « y a t e n g o o t r o o f i c i o » ; 2 2 , 3 : « mirándole e n m i c u e l l o » ; 2 6 , 2 : « v e n astro » ; 2 9 , 2 ; r e p i t e l a p a l a b r a gamos d e s p u é s d e « c i e r v o s » .

9 H e a q u í a l g u n a s , a v a l a d a s t a m b i é n p o r o t r o s c ó d i c e s o e d i c i o n e s a n t i g u a s : ya eras ydo ( A 1 : 1 , 5 ; F : 1 , 5 ; A 2 : 1 , 5 ; m s . d e L o e c h e s ; e d . d e B r u s e l a s ) ; de m i amado ( A 1 : 4 , 2 ; F : 4 , 2 ; A 2 : 4 , 2 ; m s . d e B o e c h e s ; e d . d e M a d r i d ) ; oh alma ( A 1 : 8 , 2 ; S a n l ú c a r a n t e s d e l a c o r r e c c i ó n a u t ó g r a f a d e l S a n t o ; m s s . d e G r a n a d a , B o e c h e s y 8 . 6 5 4 ; e d . d e B r u s e l a s y d e M a d r i d ) ; teñido ( A 1 : 1 5 , 3 ; m s s . d e V a l l a d o l i d ( l o s d o s ) , 1 7 . 5 5 8 y 8 .7 9 5 ; e d . d e B r u s e l a s y M a d r i d ) ; frescas montañas ( A 1 : 2 1 , 2 ; m s . d e B o e c h e s ) .

10 P o r e j e m p l o ( s u b r a y a m o s l a s l e c t u r a s e r r ó n e a s ) : « d e l larlola » (F : 1 2 , 3 ) ; « c u a n d o silia » ( A 2 : 1 3 , 2 ) ; « en l a s altas m o n t a n a s » (F : 1 1 , 1 ) ; « s i d e o y más e n e l e j i d o » ( F : 1 4 , 1 ; A 2 : 1 2 , 1 ) ; « y fu e aliada » ( F : 1 4 , 5 ; A 2 : 1 2 , 5 ) ; « y e n é l p r e s o te daste » (F : 1 7 , 4 ) ; « y e n v n o d e tus o j o s me l l a g a s t e » (F : 1 7 . 5 ; A 2 : 1 5 , 5 ) ; « e n e l vergel a m anos de su amado » ( F : 1 3 , 2 ; A 2 : 1 1 , 2 ) , e t c ,

11 C o m o p o r e j e m p l o : « y m e d e j a s t e vageando » ( A 1 : 1 , 2 ; F : 1 , 2 [ a n t e s d e l a c o r r e c c i ó n ] ; A 2 : 1 , 2 ) ; « p o r l a m a j a d a y el o t e r o » ( A 1 : 2 , 2 ; F : 2 , 2 ; A 2 : 2 , 2 ) ; « q e t o d o s c u a n t o s bajan » ( A 1 : 7 , 1 ; F : 6 , 1 ; A 2 : 6 , 1 ) ; « l a s o l e d a d señora » ( A 1 : 1 4 , 4 ; F : 1 2 , 4 ; A 2 : 1 0 , 4 ) ; « a caja d e ’ t u h u e l l a » ( A 1 : 1 6 , 1 ;

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2 1 4 FR . SIMEÓN D E L A SD A. FAM ILIA, O .C .D .

cando que la memoria de la Beata seguía, aunque imperfectamente, este traslado.

Podemos, por tanto, concluir que las tres copias del Cántico, autó­grafas de la famosa enfermera de Santa Teresa, ofrecen el texto de la poesía en tres estratos diferentes, que se suceden en orden cronológico según un proceso involutivo o regresivo de deformación : A 1, F, A 2-. Como punto de partida se halla un traslado directo y ciertamente anti­quísimo ; por tanto, de primera importancia. Siguen dos jalones de un proceso de mutilación y deformación mnemotécnica, que vienen a atestiguar dos hechos de gran importancia, a nuestro humilde modo de entender:

— que la Beata llegó a retener más o menos de memoria el texto de la poesía sanjuanista (y, dada la personalidad, la actividad y las sim­patías de que gozó la monjita de Almendral, ¿sería arriesgado suponer que en los Carmelos primitivos abundaron casos semejantes?) ; 12

— que las copias segunda y tercera de unas estrofas sabidas de memoria no pudieron tener otro destino que la difusión amorosa de la poesía de San Juan de la Cruz.

F : 1 0 , i ; A 2 : g, i ) ; « y e l g a n a d o p e r d í q e a n t e s tenía » ( A 1 : 1 7 , 5 ; F : 1 5 , 5 ;

A 2 : * 3 . 5 )- .12 P r e c i s a m e n t e , c o m o u n a m u e s t r a d e l a d i f u s i ó n e x t r a o r d i n a r i a q u e d e b i ó

d e a l c a n z a r e l Cántico e n t r e l a s p r i m e r a s D e s c a l z a s , a c a b a m o s d e e n c o n t r a r d e n t r o d e u n l i b r o p r o c e d e n t e d e l c o n v e n t o d e C a r m e l i t a s D e s c a l z a s d e A n t e ­q u e r a u n a h o j a d o b l a d a m a n u s c r i t a , m u y a n t i g u a , d o n d e e n l a s i g u i e n t e p o e s í a s e p a r a f r a s e a n a l g u n o s p a s o s d e l o s p o e m a s d e l Cántico y d e l a Noche ( c o p i a m o s s ó l o l o s q u e s e r e f i e r e n a l p r i m e r o ) :

A i m i a m a d o a d o n d e t e a s i d o q e m e a s d e g a d o c o n p e n a y d o l o r t e a v s e n t a s t e d e m i q e t e a m a b a d e g a d o e r i d o e s t e c o r a z o n

p a s t o r c i t o s s i p o r l a s m a j a d a so p o r e l o t e r o b i e r e i s a m i D i o s p o n d e r a r l e y d e c i r l e m i p e n a q e a d o l e s c o y m e m u e r o d e a m o r

E s p e s u r a y b o s q u e s p l a n t a d o s p o l a m a n o d e a q u e l q e e s m i a m o r d a r m e n u e b a s d e g r a n d e a l e g r í a d e c i r m e s i p o r b o s o t r o s p a s o

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TRÍPTICO SA N JU AN ISTA 2 15

II

«DICTAMENES» Y MAGISTERIO ORAD

Da prestancia de las « obras mayores» de San Juan de la Cruz y la gravedad de los problemas críticos que plantea la fijación de su texto genuino, han desviado hacia ellas la atención de los críticos hasta hacerles casi perder de vista la problemática de los « escritos menores ».

Y a en otras ocasiones nos hemos ocupado de algunos enigmas, sub­sistentes aún en parte, de estas joyas venerandas (Cautelas, poesías, fragmentos, epistolario, etc.) y de las aportaciones positivas y conatos de solución de algunos críticos estudiosos.1

Con ocasión de nuestra reciente edición de las Obras completas de San Juan de la Cruz 2 hemos podido comprobar de nuevo cuán largo camino resta por recorrer para llegar a la tierra prometida de la his­toria y fijación de textos puros definitivos por lo que se refiere a la mayoría de tales escritos. En nuestra edición creemos haber recogido no sólo copioso material genuino de esa rica sementera del magisterio menor — escrito y oral — del Santo, sino que nos esforzamos por esclarecer sus orígenes, sus fuentes y sus mejores lecturas.

Uno de nuestros puntos de vista ha sido no desdeñar como de menos quilates ciertos fragmentos de origen indirecto por proceder del ma­gisterio oral y no del escrito del Místico Doctor. Ni los retuvimos, por eso mismo, indignos de figurar en unas « Obras completas » suyas.

Poseemos la firme convicción de que en este sector de las « obras menores » es punto menos que imposible trazar una línea neta que des­linde las dos zonas fronterizas del «magisterio oral» y «magisterio escrito». Descartar, a título de «no escritos », ciertos dictámenes o avisos o sentencias es, a nuestro ver, exponerse inexorablemente a re­nunciar a piezas auténticamente escritas por la pluma del Maestro. Una vez que nos consta con seguridad que las obras escritas del Santo fueron simples complementos de su magisterio vivo y oral, y constán­donos sobre todo que la praxis de su dirección de almas por vía oral recurría al método subsidiario de los dictámenes, avisos y cautelas

1 C f r . n u e s t r o s a r t í c u l o s : « A n o t a c i o n e s a l l i b r o d e l P . J o s é A . d e S o b r i n o , S . J . , s o b r e S a n J u a n d e l a C r u z » , E p h em erid es C arm eliticae 4 ( 1 9 5 0 ) [ 3 Ó 9 ] - 4 i 2 ; « E d i c i o n e s s a n j u a n i s t a s d e a y e r y d e h o y » , A rch iv u m B ib lio g ra p h icu m Carm e- litan u m 2 ( 1 9 5 7 ) [ 2 6 7 ] - 2 g i .

2 S a n J u a n d e e a C r u z , D o c t o r d e l a I g l e s i a : Obras com pletas (T exto c r í­tico-popular), editadas p o r el P . S im eó n de la Sagrada F a m ilia , O .C .D ., b ib lio ­tecario y profesor en la F a cu lta d T eológ ica e In stitu to de E sp ir itu a lid a d O .C .D . de R om a. B u r g o s , « E l M o n t e C a r m e l o » , 1 9 5 9 . 1 6 8 3 p . 1 5 ,5 c m . ( A r c h i v o S i l v e r i a n o d e h i s t o r i a y e s p i r i t u a l i d a d c a r m e l i t a n a , 3 ) .

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2 1 6 FR . SIM EÓN D E LA SD A . FAM ILIA, O .C.D .

escritos, nos resulta difícil renunciar a la esperanza de que lentamente los textos indirectos (ágrafas, referencias, etc.) ante la insistencia de la investigación vayan cediendo el puesto a los originales.

Hoy podemos ofrecer a los estudiosos del Santo una novedad que es sin duda un avance — todo lo exiguo que se quiera — en la crítica textual sanjuanista, y que quizá abogue en favor de nuestro punto de vista.

Se refiere a un pasaje de los llamados Dictámenes de espíritu, atri­buidos desde antiguo al Santo.

Este conjunto de preciosos testimonios de la espiritualidad sanjua­nista, dados bajo precepto de obediencia para los Procesos de cano­nización del Místico Doctor, se debe al P. Elíseo de los Mártires (1550- 1620), que había sido compañero y súbdito suyo, y que después pasó a las Indias ejerciendo el oficio de primer Provincial de Méjico. Se conservaba manuscrito — quizá un ejemplar autógrafo — en el archivo de la provincia de Nueva España, de donde lo copió el P. Diego del Espíritu Santo (f 1703), prior que fue del Desierto de Santa Fe en dicha provincia, insertándolo en el libro 2, cap. 20, fol. 250-254 de su obra (inédita y actualmente desaparecida) titulada : Carmelo mexicano. De aquí sacó dos traslados el P. Manuel de Santa María (1724-1792), • de los cuales uno se conserva en el Libro de las cosas referentes a Ntro. Santo Padre, f. 63-67r, del archivo de Carmelitas Descalzos de Segovia, y otro en el ms. 13.245 de la Biblioteca Nacional de Madrid, f. 248r- 252v, que es el usado en nuestra edición. Dos Carmelitas de Méjico acaban de anunciarnos que en el archivo provincial de la Orden en aquella capital se conserva todavía una tercera copia, hecha, según nos dicen, por el P. Agustín de la Madre de Dios en el siglo X V II, y que sería por lo tanto la más antigua conocida. Hasta el momento no hemos podido consultarla.

Dos Dictámenes fueron publicados por vez primera por Don Deón Carbonero y Sol en su revista La Cruz, en el número de Homenaje a San Juan de la Cruz con ocasión del tercer centenario de su muerte (Madrid 1891), que después tuvo tirada apárte en un volumen de 260 páginas. Posteriormente fueron reproducidos — si bien como Apéndice o en lugar secundario de las obras del Santo — en sus principales edi­ciones españolas, a saber: las de los PP. G e r a r d o (t. 3, Toledo 1914, P- [591-67). S i lv e r io (t. 4 : B.M.C. 13, Burgos 1931, p. 348-353 . Apén­dice II), D u cin io (en sus tres ediciones de la B.A.C., Madrid 1946, 1950, 1955, en Apéndice) y J o s é V ic e n te (Madrid 1957, p. [ii7i]-n8 2). Al incluirlos nosotros en la última edición del Santo (p. 90-102), creemos haberles dado todo el relieve que les correspondía, colocándolos entre las primeras manifestaciones del magisterio vivo del Doctor Místico.3

3 D e s g r a c i a d a m e n t e n o s e h a l l e v a d o a c a b o h a s t a e l p r e s e n t e u n a v a l o r a ­c i ó n d o c t r i n a l d i g n a d e l c o n t e n i d o d e l o s Dictámenes. F u e r a d e E s p a ñ a s o n m u y p o c o c o n o c i d o s . P a r a r e m e d i a r e s t a l a g u n a e n t r e e l p ú b l i c o i t a l i a n o a c a b a d e t r a d u c i r l o s a e s t a l e n g u a e l P . V a l e n t i n o d i S . M a r í a . C f r . « S a n G i o v a n n i d e l l a C r o c e n e i r i c o r d i d i u n d i s c e p o l o » , R ivista di Vita Spirituale 1 3 ( 1 9 5 9 ) [ 4 4 5 1 - 4 5 8 .

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TRÍPTICO SA N JU AN IST A 217

ha novedad crítica que decíamos arriba con respecto a los Dictámenes nos permitirá penetrar desde ahora con bastante profundidad, al menos parcialmente, en el misterio de su historial. En el Dictamen 5 se ha encontrado un influjo evidentísimo, más bien diríamos literal, de la Mística Teología, obra creída en un tiempo de San Buenaventura, pero que la crítica de hoy atribuye con unanimidad al cartujo Hugo de Balma.

ha primera pista' para el descubrimiento nos fue señalada por el P. Antonio M. del Santísimo Sacramento, uno de nuestros discípulos del seminario « Fuentes literario-doctrinales de San Juan de la Cruz », a quien desde estas páginas agradecemos los datos tan generosamente proporcionados y a cuya modestia pedimos perdón por haber levantado aquí el velo de un anonimato que él tanto apreciaba.

El había tomado como punto de comparación el texto español de la Mística Teología según nos lo ha conservado y transmitido entre sus obras el P. Jerónimo Gracián de la Madre de Dios.4 De la sola yuxta­posición de los textos se deducía la constatación innegable de que el Dictamen 5 de Elíseo de los Mártires procede casi a la letra del apó­crifo bonaventuriano.

Pero, afirmado el hecho dentro del marco cerrado de la compara­ción con el texto de la Mística Teología según el P. Gracián, se pre­sentaba un problema acuciante y angustioso, que pareció poner en contingencia la autenticidad sanjuanista de los Dictámenes. ¿ E l texto del Dictamen 5 representa frases escritas o pronunciadas por San Juan de la Cruz, o se trata únicamente de un artificio literario de Eliseo de los Mártires que, copiando dichas páginas de la Mística Teología edi­tada por el P. Gracián y poniéndolas en boca del Santo, intentaba reconstruir alguna doctrina parecida, oída hacía ya muchos años de labios del mismo?

Ante todo, tuvimos siempre como absolutamente cierto que el P. Eli­seo no inventaba, ha hipótesis de que la atribución de este dictamen a San Juan de la Cruz sea un mero ardiz literario del primer Provin­cial mejicano, no la creemos en modo alguno admisible, por tratarse de una relación jurada, hecha para satisfacer al precepto impuesto por el P. General de la Orden, y por llevar todas sus afirmaciones garantías de historicidad, ya que el autor hace declaración de cosas vistas y oídas al Santo.6

4 <c M í s t i c a T e o l o g í a c o l e g i d a d e l o q u e e s c r i b i ó S. B u e n a v e n t u r a » . — E n : Obras del P . Jerón im o G racián de la M a d re de D io s , editadas y anotadas p o r el P . S ilverio de San ta Teresa, O .C .D ., t . I ( B M . C . 1 5 : B u r g o s 1 9 3 2 ) p p . [ 2 4 5 ] - 2 8 g .

5 « E n v i r t u d d e l p r e c e p t o q u e s e m e h a i n t i m a d o , d i g o y d e c l a r o l o s i g u i e n t e : C o n o c í a l P a d r e f r a y J u a n d e l a C r u z , y l e t r a t é , y c o m u n i q u é m u c h a s y d i v e r ­s a s v e c e s . . . Y a s í r e p e t í a q u e . . . A s e g u r a b a q u e . . . Y d e c l a r a n d o l a s p a l a b r a s d e C r i s t o . . . d i j o q u e . . . Y t r a t a n d o d e l a s o l e d a d e n c i e r t a p l á t i c a q u e h i z o e n e l c o n v e n t o d e A l m o d ó v a r d e l C a m p o , r e f i r i ó l a s p a l a b r a s d e l P a p a P í o s e g u n d o . . .Y d e c l a r a n d o l a s p a l a b r a s d e S a n P a b l o . . . r e p a r a b a . . . Y t r a t a n d o d e l o s c o n -

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2 l 8 FR . SIMEÓN D E IyA SD A . FAM ILIA, O .C.D .

Por otra parte, nos consta por la afirmación explícita del P. Gracián que el texto español de la Mística Teología que él publicó no es una traducción original suya, sino retoque y nueva edición de la ya exis­tente.6

De hecho, este famoso tratado medieval, pronto traducido a algunas lenguas romances, debió de tener una difusión y penetración extraordi­naria en los autores espirituales hasta muy entrado el siglo X VII. Iyos primeros excritores místicos del Carmen Descalzo darían buen testimonio de ello, no sólo en la época posterior a los dos Reformadores, en que gozó de pleno favor y gran prestigio, sino en tiempo mismo del Santo. Pero no insistimos en esto por no desflorar temas que merecen estudio aparte.

En tiempos, pues, de San Juan de la Cruz era corriente el texto castellano de la Mística Teología. Tres ediciones por lo menos se habían hecho ya en España (Toledo 1513, Sevilla 1543, Medina del Campo 1 5 5 3 ) y otra en las Indias (México 1575).7

Hemos tenido entre manos un ejemplar de la ed. de Sevilla (Biblio­teca Nacional de Madrid : R-314) y allí hemos visto en toda su am­plitud el texto castellano que sirvió de fuente al Dictamen 5 de San Juan de la Cruz y que después fue ligeramente retocado por el P. Gracián.8.

f e s o r e s d e m u j e r e s , c o m o e x p e r i m e n t a d o , d e c í a . . . D í j o m e e n c i e r t a o c a s i ó n . . . T r a j o p a r a e s t o l o d e E z e q u i e l . . . Y t r a í a l o d e S a n P a b l o . . . Y s i e m p r e q u e d e ­c í a e s t a s c o s a s e r a h a b i e n d o t e n i d o g r a n d e s r a t o s d e o r a c i ó n . . . A l g u n a s v e c e s l e o í d e c i r q u e . . . C o n o c a s i ó n d e u n c a s t i g o s e v e r o q u e h i z o u n s u p e r i o r , d i j o u n a d i v i n a s e n t e n c i a . . . E s t o e s l o q u e p o r a h o r a m e a c u e r d o . S i m á s m e a c o r ­d a r e , l o a v i s a r é a N . P . G e n e r a l e n c u m p l i m i e n t o d e s u p r e c e p t o » : p . 9 0 - 1 0 2

d e n u e s t r a e d i c i ó n .6 D o ñ a B e a t r i z R a m í r e z d e M e n d o z a , c o n d e s a d e l C a s t e l l a r , e n c a r g ó a l P . J e r ó ­

n i m o G r a c i á n revisara y editara de nuevo l a t r a d u c c i ó n c a s t e l l a n a d e l a « M í s t i c a T e o l o g í a » , c o n o b j e t o d e o f r e c é r s e l a a s u h i j a A n a M a r í a d e C o r p u s C h r i s t i , c a r m e l i t a d e s c a l z a . N o s l o d i c e e l m i s m o P . G r a c i á n e n l a D e d i c a t o r i a q u e p u s o a l a p r i m e r a e d i c i ó n d e e s t e t r a t a d o ( M a d r i d ( 1 6 0 1 ) y q u e d e s p u é s s e h a v e n i d o i m p r i m i e n d o e n l a s s i g u i e n t e s ( B r u s e l a s 1 6 0 9 , M a d r i d 1 6 1 6 , e t c . ) . C i ­t a m o s p o r l a d e B u r g o s a r r i b a m e n c i o n a d a , p . 2 4 6 : « E s t e o f i c i o d e l a b r a d o r , m é d i c o y g u í a d e c a m i n o s h i z o d i v i n a m e n t e e l s e r á f i c o d o c t o r S a n B u e n a v e n ­t u r a , y e n e s t e t r a t a d o d e l a M í s t i c a T e o l o g í a m e j o r q u e e n o t r o n i n g u n o ; y a u n q u e e l q u e l e t r a d u j o y r e c o p i l ó l a p r i m e r a v e z n o t r a b a j ó p o c o , t o d a v í a m e p a r e c e q u e , p u e s V u e s t r a S e ñ o r í a l e q u i e r e h a c e r i m p r i m i r d e n u e v o p a r a s u h i j a A n a M a r í a d e C o r p u s C h r i s t i , c a r m e l i t a d e s c a l z a , s e r í a b i e n s e l i m a s e m á s e l e s t i l o q u e l l e v a y d e c l a r a s e n a l g u n o s t é r m i n o s , q u e , p o r h a b e r s e t r a d u ­c i d o d e l a t í n m u y a l a l e t r a , q u e d a n a l g o o s c u r o s » .

7 C f r . A t a n a s i o L Ó P E Z , O . F . M . , S a n B u e n a v e n t u r a e n l a b i b l i o g r a f í a e s p a ­ñ o l a , Archivo Ibero Am ericano 1 6 ( 1 9 2 1 ) [ 3 4 2 ] - 3 9 9 ; a r t í c u l o q u e c o n e l m i s m o t í t u l o y u n Suplemento c o p i o s o t u v o t i r a d a a p a r t e : . . . M a d r i d , X m p . V d a d e L ó p e z d e H o r n o , 1 9 2 1 . — M a n u e i , C a s t r o y C a s t r o , O . P . M . , S a n B u e n a ­v e n t u r a e n l a b i b l i o g r a f í a e s p a ñ o l a , A rchivo Ibero Am ericano ( 2 a é p o c a ) n ( 1 9 5 1 ) [ 3 i 7 ] - 3 4 2 ( e s t u d i o q u e c o m p l e t a a l a n t e r i o r ) .

8 E l t í t u l o c o m p l e t o d e l v o l u m e n r e z a a s i : Tractado de vn exercicio muy prouechoso, deuoto y cdtéplatiuo llamado cruz de x f o : c6 otro tratado de m ística teología de s. Buenavétura llamado vie sion lug ét: có otra obra dicha preparatio mortis. Cópuesto por vn frayle de la ordé de los menores. 1 5 4 3 . — C o l o f ó n : F ue impresso el presente tratado intitulado cruz de christo et vía [ s i c ] sion lugent et

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TRÍPTICO SA N JU AN IST A 219

Notamos también de paso que en el ms. 6.873 de la Biblioteca Na­cional de Madrid, junto con algunas obras del P. Tomás de Jesús y seguramente arreglado por él (aunque no de su letra), se encuentra igualmente un traslado abreviado de la versión española que comen­tamos : Misthica Theologia qúe escriuio Sant Buenaventura y de los caminos de llegarnos a Dios por el entendimiento y el affecto. Ivste escrito del P. Tomás se remonta al primer lustro del siglo X VII.

Por el interés qué puede significar bajo muchos aspectos el conoci­miento de estos cuatro textos castellanos — tres de ellos por carmelitas descalzos del pasaje pseudo-bonaventuriano, y sobre todo para po­ner de relieve la verdadera fuente de unos dictámenes espirituales tan seriamente atribuidos a San Juan de la Cruz, plácenos publicarlos por entero en las siguientes cuatro columnas paralelas, facilitando la com­paración mutua por los varios apartados en que distribuimos cada texto.

preparatio mortis todo é vn libro. E n la muy noble et muy leal ciudad de Seuilla en casa de Ju an cromberger que santa gloria aya. Acabóse a V I I J dias del mes de M ayo. A ñ o de nuestra saluacion de m il y quinientos y x lü j años. La us Deo.

K í t í t u l o d e n u e s t r o t r a t a d o e s e l s i g u i e n t e : Tratado segundo de m ística theologia. Comienca el segundo libro que habla de vna breue copilacion de vn tratado de sant Buenauétura que es llamado vie sion lugen o m istica theologia.

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2 2 0 FR . SIMEÓN D E I,A SD A . F A M IU A , O .C .D .

M ística Theologia ( S e v i l l a 1 5 4 3 , s i g n .p - p i i j )

a) Y p a r a q u e m e j o r l o e n t i e n d a s n o t a q u e d o s m a n e r a s a y d e r e s i s t i r l o s v i c i o s y p o r c o n s i g u i e n t e d e a d ­q u i r i r l a s v i r t u d e s . L a v n a e s m a s c o ­m ú n p e r o a m i p a r a c e r m a s d i f í c i l y m e n o s p e r f e c t a : y e s q ñ d o y o q u i e r o r e s i s t i r a l g ú n v i c i o p o r l o s a c t o s d e l a v i r t u d p r o p i a q u e c ó t r a s t a a a q u e l v i c i o . C o m o s i a l v i c i o d e l a i m p a c i e n ­c i a q u e e n m i a n i m a s e l e u á t o p o r r a z ó n d e a l g ü d a f i o r e c e b i d o y o r e ­s i s t o p o r a l g u n a s b u e n a s c o n s i d e r a ­c i o n e s a s s i c o m o d e l a p a s s i o n d e l S e ñ o r , o d e l o s b i e n e s d e l s u f r i m i e n t o , o p e s a n d o q u e d i o s m á d o q u e s u f r i e s - s e m o s , e t c . , p o r l a s q u a l e s m e m u e u o a s u f r i r y a c e p t a r l a d i c h a i n j u r i a o d a ñ o a h o n r a d e d i o s y e s t a m a n e r a e n g e n d r a l a v i r t u d d e l a p a c i e n c i a y d e s t r u y e l a i m p a c i e n c i a y e s b u e n a , a u n q u e , c o m o t e n g o d i c h o , m a s d i ­f i c u l t o s a y m e n o s p e r f e c t a .

b) E a y o t r a m a n e r a d e v é c e r v i ­c i o s y a d q u i r i r v i r t u d e s m u y m a s f á ­c i l y p e r f e c t a , l a q u a l e s q u a d o e l a n i m a p o r s o l o s l o s a c t o s y m o u i m i e n t o s a n a - g o g i c o s s i n o t r o s e x e r c i c i o s e s t r a ñ o s a l g u n o s r e s i s t e y d e s t r u y e t o d a s l a s t e n t a c i o n e s d e n u e s t r o a d u e r s a r i o y a l c a n c a t o d a s l a s v i r t u d e s e n p e r f e c - t i s s i m o g r a d o : l o q u a l p a r e c e s e r p o s - s i b l e e n e s t a m a n e r a p o r q u a n t o a l r e s i s t i r a l a s t e t a c i o n e s .

c) L u e g o q u e s i n t i e r e s e l p r i m e r o m o u i m i e n t o d e a l g ú n v i c i o a s s i c o m o d e i m p a c i é c i a p o r l a i n j u r i a o d e l u - x u r i a c o n t r a l a c a s t i d a d , n o t i e n e s p o r e s t a v i a n e c e s s i d a d d e r e s i s t i r l e p o r a c t o d e l a v i r t u d p r o p i a c o n t r a r i a e n l a m a n e r a y a d i c h a , m a s l u e g o q u e l e s i e n t e s a c u d e c o n v n m o u i m i e n t o d e a m o r a n a g o g i c o e n c o n t r a r i o d e a q u e l v i c i o l e u a n t á d o t u a f e c t o a l a v n i o n d e d i o s , p o r q u e a l t a l l e u a t a m i e n t o c o m o e l a n i m a s e a u s e n t a d e a l l i y s e p r e s e n t a a s u D i o s , q u e d a e l m o u i ­m i e n t o d e l v i c i o o l a t e n t a c i ó n d e f r a u ­d a d a d e s u i n t e n c i ó n y n o h a l l a a

Dictam en 5° ( p p . 9 2 - 9 5 d e n u e s t r a e d i ­c i ó n d e l S a n t o )

a) D e c í a q u e h a y d o s m a n e r a s d e r e s i s t i r v i c i o s y a d q u i r i r v i r t u d e s .

L a u n a e s c o m ú n y m e n o s p e r f e c t a , y e s c u a n d o v o s q u e r é i s r e s i s t i r a a l ­g ú n v i c i o o p e c a d o o t e n t a c i ó n p o r m e d i o d e l o s a c t o s d e l a v i r t u d q u e c o n t r a s t a y d e s t r u y e e l t a l v i c i o , p e ­c a d o o t e n t a c i ó n . C o m o s i a l v i c i o o t e n t a c i ó n d e l a i m p a c i e n c i a o d e l e s p í r i t u d e v e n g a n z a q u e s i e n t o e n m i a l m a p o r a l g ú n d a ñ o r e c i b i d o , o p a l a b r a s i n j u r i o s a s , e n t o n c e s r e s i s t o c o n a l g u n a s b u e n a s c o n s i d e r a c i o n e s , c o m o d e l a p a s i ó n d e l S e ñ o r , « q u i c u m m a l e t r a c t a r e t u r n o n a p e r u i t o s s u u m » [ I s . 5 3 , 7 ] , o c o n s i d e r a n d o l o s b i e n e s q u e s e a d q u i e r e n d e l s u f r i m i e n t o y d e v e n c e r s e e l h o m b r e a s í m i s m o , o p e n ­s a n d o q u e D i o s m a n d ó q u e s u f r i é s e ­m o s , p o r s e r é s t a s n u e s t r a s m e j o r a s , e t c . P o r l a s c u a l e s c o n s i d e r a c i o n e s m e m u e v o a s u f r i r y q u e r e r y a c e p t a r l a d i c h a i n j u r i a , a f r e n t a o d a ñ o , y e s t o a g l o r i a y h o n r a d e D i o s . E s t a m a ­n e r a d e r e s i s t i r y c o n t r a s t a r l a t a l t e n ­t a c i ó n , v i c i o o p e c a d o , e n g e n d r a l a v i r t u d d e l a p a c i e n c i a , y e s b u e n m o d o d e r e s i s t i r , a u n q u e d i f i c u l t o s o y m e n o s p e r f e c t o .

b) H a y o t r a m a n e r a d e v e n c e r v i ­c i o s y t e n t a c i o n e s y a d q u i r i r y g a n a r v i r t u d e s , m á s f á c i l y m á s p r o v e c h o s a y p e r f e c t a , q u e e s c u a n d o e l a l m a , p o r s o l o s l o s a c t o s y m o v i m i e n t o s a n a g ó - g i c o s y a m o r o s o s , s i n o t r o s e j e r c i c i o s e x t r a ñ o s , r e s i s t e y d e s t r u y e t o d a s l a s t e n t a c i o n e s d e n u e s t r o a d v e r s a r i o y a l c a n z a l a s v i r t u d e s e n g r a d o p e r f e c - t í s i m o . L o c u a l d e c í a s e r p o s i b l e e n e s t a m a n e r a .

C) C u a n d o s i n t i é r e m o s e l p r i m e r m o ­v i m i e n t o o a c o m e t i m i e n t o d e a l g ú n v i ­c i o , c o m o d e l u j u r i a , i r a , i m p a c i e n c i ao e s p í r i t u d e v e n g a n z a p o r a g r a v i o r e ­c i b i d o , e t c . , n o l e h a b e r n o s d e r e s i s t i r c o n a c t o d e l a v i r t u d c o n t r a r i a , c o m o s e h a r e f e r i d o , s i n o q u e l u e g o e n s i n ­t i é n d o l e a c u d a m o s c o n u n a c t o o m o ­v i m i e n t o d e a m o r a n a g ò g i c o c o n t r a e l t a l v i c i o , l e v a n t a n d o n u e s t r o a f e c t o a l a u n i ó n d e D i o s , p o r q u e c o n e l t a l l e ­v a n t a m i e n t o , c o m o e l a l m a s e a u s e n t a d e a l l í y s e p r e s e n t a a s u D i o s y s e j u n t a c o n é l , q u e d a e l v i c i o o l a t e n ­t a c i ó n y e l e n e m i g o d e f r a u d a d o d e s u

t

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TR ÍPTICO SA N JU AN ISTA 221

M ística Teología ( P . G r a c i á n : B M C 1 5 ,p p . 2 8 3 - 2 8 5 )

a) Y p a r a q u e m e j o r l o e n t i e n d a s , n o t a q u e d o s m a n e r a s h a y d e r e s i s t i r a l o s v i c i o s y p o r c o n s i g u i e n t e d e a d ­q u i r i r l a s v i r t u d e s . L a u n a e s m á s c o m ú n , p e r o a m i j u i c i o m á s d i f í c i l y m e n o s p e r f e c t a , y e s , c u a n d o y o q u i e r o r e s i s t i r a l g ú n v i c i o p o r l o s a c t o s d e l a v i r t u d c o n t r a r i a a a q u e l v i c i o , c o m o s i t a l v i c i o d e l a i m p a c i e n c i a q u e s e l e v a n t ó p o r a l g ú n d a ñ o r e c i ­b i d o , y o r e s i s t o c o n a c t o s d e p a c i e n c i a y a l g u n a s b u e n a s c o n s i d e r a c i o n e s , a s í c o m o d e l a p a s i ó n d e l S e ñ o r o d e l o s b i e n e s d e l s u f r i m i e n t o , o p e n s a n d o q u e D i o s m a n d ó q u e s u f r i é s e m o s , e t c . , p o r l a s c u a l e s m e m u e v o a s u f r i r y a c e p t a r l a d i c h a i n j u r i a o d a ñ o a h o n r a d e D i o s c o n q u e s e e n g e n d r a l a v i r t u d d e l a p a c i e n c i a y d e s t r u y e l a i m p a ­c i e n c i a . E s t a e s b u e n a , a u n q u e , c o m o t e n g o d i c h o , m á s d i f i c u l t o s a y m e n o s p e r f e c t a .

M isthica Theologia ( P . T o m á s : M s .6 . 8 7 3 , f . I 4 8 r - i 4 9 r )

a) D o s m a n e r a s a y d e v e n c e r t e n ­t a c i o n e s . L a v n a e s c o m ú n y a l p a ­r e c e r m a s d i f f i c u l t o s a y m e n o s p e r ­f e c t a , q u e e s q u a n d o r e s i s t i m o s a l g ú n v i c i o c o n a c t o s d e l a v i r t u d c o n t r a r i a , c o m o e l v i c i o d e l a i m p a c i e n c i a h a ­c i e n d o a c t o s d e p a c i e n c i a , o e l d e l a g u l a h a c i é n d o l o s d e t e m p l a n z a , c o n l o s q u a l e s a c t o s s e e n g e n d r a l a v i r t u d d e l a t e m p l a b a y s e d e s t r u y e l a d e s ­t e m p l a b a , y e s b u e n a m a n e r a d e r e ­s i s t i r a l a s t e n t a c i o n e s a u n q u e e s d i f ­f i c u l t o s a y m e n o s p e r f e c t a c o m o a u e - m o s d i c h o .

b) H a y o t r a m a n e r a d e v e n c e r v i ­c i o s y a d q u i r i r v i r t u d e s , m u y m á s f á ­c i l y p e r f e c t a , l a c u a l e s c u a n d o e l á n i m a p o r s o l o s l o s a c t o s d e a m o r d e D i o s y m o v i m i e n t o s a n a g ó g i c o s , s i n o t r o s e j e r c i c i o s n i a c t o s d e o t r a v i r ­t u d , r e s i s t e y d e s t r u y e l a s t e n t a c i o n e s d e n u e s t r o a d v e r s a r i o y a l c a n z a l a s v i r t u d e s e n p e r f e c t í s i m o g r a d o , l o c u a l s e v e r á s e r p o s i b l e e n e s t a m a n e r a .

b) L a o t r a m a n e r a d e v e n c e r t e n ­t a c i o n e s e s m a s f á c i l y p e r f e c t a y e s q u a n d o e l a l m a p o r s o l o s l o s a c t o s y m o u i m to s a n a g o g i c o s s i n o t r o e x e r c i - c i o e s t r a ñ o r e s i s t e , y e s t e e s m o d o m a s p e r f e c t o , e l q u a l s e r e s i s t e d e s t a m a n e r a :

c) L u e g o q u e s i n t i e r e s e l p r i m e r m o ­v i m i e n t o , p e n s a m i e n t o o d e s e o d e a l ­g ú n v i c i o , p o n g a m o s p o r c a s o d e i m ­p a c i e n c i a p o r l a i n j u r i a q u e t e h a n h e c h o o d e l u j u r i a c o n t r a l a c a s t i d a d , n o t i e n e s n e c e s i d a d d e r e s i s t i r l e c o n a c t o d e l a v i r t u d p r o p i a c o n t r a r i a , c o m o c o n a c t o s d e p a c i e n c i a y c a s t i ­d a d , m a s l u e g o q u e l e s i e n t e s , a c u d e c o n u n a c t o y m o v i m i e n t o d e a m o r a n a g ó g i c o l e v a n t a n d o t u a f e c t o a l a u n i ó n d e D i o s , p o r q u e c o n e l t a l l e ­v a n t a m i e n t o , c o m o e l á n i m a s e a u s e n t a d e a l l í y s e p r e s e n t a a s u D i o s , q u e d a e l m o v i m i e n t o y t e n t a c i ó n d e l v i c i o

C) L u e g o q u e s e n t i m o s l a t e n t a c i ó n a u e m o s d e l e u a n t a r n r o a f f e c t o m e ­d i a n t e v n m o u i m i e n t o a n a g o g i c o a l a v n i o n c o n D i o s p o r q u e , c o m o m e ­d i a n t e e s t e l e u a n t a m t o e l a l m a s e a u s e n t a d e a l l i d o n d e l a t e n t a c i ó n l e c o m b a t e y s e p r e s e n t a a D i o s , q u e d a l a t e n t a c i ó n d e f r a u d a d a , p o r q u e n o h a l l a a q u i e n h e r i r p o r q u e e l a l m a h u r t o e l c u e r p o y s e f u e a s u a m a d o .

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22 2 FR . SIM EÓN D E I,A SD A . FAM ILIA, O .C.D .

quien herir porque el anima hurto el cuerpo et ya no esta alia donde la intención la quería herir.

d) Y el anima como oluidada del mouimiento vicioso et ayütada a su amado ningún mouimiento siente del vicio que era tétado. Lo vno porque, como dicho es, hurto el cuerpo y no esta alli. Y lo otro porque hallándose presente a su amado se desdeña de entender en los mouimientos viciosos ni acordarse dellos porque le parece cosa muy contra razó dexar la pre­sencia de su dios y entender en como le resistan ni no resistan los vicios y deste no entender en ellos quedan ellos del todo destruydos.

e) Y assi se engendra en el anima vna virtud heroyca que sant buena­ventura llama virtud de anima per- fectaméte purgada, la qual dize que viene en el anima quando viene a tal estado que no siente los mouimientos de los vicios por la alteza déla virtud que en ella m ora: y de alli viene que no se le da mas que la injurien que la alaben, ni que le ensalcé que la humillen, ni que digan de la tal per­sona mal que vien.

f) Porque como estos mouimientos anagogicos eleuen el anima a tan alto estado, el mas propio efecto dellos en el aia es que la liaze oluidar de todas las cosas q son fuera de su amado [...] por el ql acto [de caridad] ausentán­dose el aia de alli et ayütandose a dios no halla la tétació a quien herir porq no puede subir adóde el aia se subió...

g) Aqui empero qero auisar a los nueuos cuyos [actos : om.] anagogicos

intento, y no halla a quién herir ; por­que el alma, como está más donde ama que donde anima, divinamente hurtó el cuerpo a la tentación, y no halló el enemigo donde hacer golpe ni presa, porque el alma ya no está allí donde la tentación o enemigo la que­ría herir y lastimar.

d) Y entonces, ¡ cosa maravillosa !, el alma, como olvidada del movimiento vicioso, y junta y unida con su Amado, ningún movimiento siente del tal vicio con que el demonio quería tentarla, ylo procuró; lo uno porque hurtó el cuerpo, como está dicho, y no está allí, y, si así puede decirse, es casi como tentar un cuerpo muerto, pe­lear con lo que no es, con lo que no está, con lo que no siente, ni es capaz, por entonces, de ser tentado.

e) Y de esta manera se engendra • en el alma una virtud heroica y ad­mirable, que el Angélico Doctor Santo Tomás llama virtud de alma perfecta­mente purgada. La cual virtud, dice el Santo, viene a tener el alma cuando la trae Dios a tal estado que nó siente los movimientos de los vicios, ni sus asaltos, ni acometimientos o tentacio­nes, por la alteza de la virtud que en la tal alma mora. Y de aquí le nace y viene una perfección altísima, que no se le da nada que la injurien, o que la alaben o ensalcen, o que la humillen, o que digan mal de ella ni bien.

f) Porque, como los tales movimien­tos anagógicos y amorosos lleven al alma a tan alto y sublime estado, el más propio efecto de ellos en la dicha alma es que la hacen olvidar todas las cosas que son fuera de su Amado, que es Jesucristo. Y de aquí le viene, como queda dicho, que, estando el alma junta con su Dios y entretenida con él, no hallan las tentaciones a quién herir, porque no pueden subir a donde el alma se subió o la subió Dios : « Non accedet ad te malum » [S. 90, 10].

g) Aquí dijo el venerable padre fray Juan de la Cruz que se le advierta a

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TRÍPTICO SA N JU A N IST A 22 3

defraudada de su intención y no halla a quien herir, porque el ánima le hurtó el cuerpo y ya no está allá donde la tentación la quería herir ;

d) y como olvidada del acto y deseo malo y vicioso y ayuntada a su amado, ningún movimiento siente del vicio de que era tentada ; lo uno porque, como dicho es, hurtó el cuerpo y no está allí, y lo otro porque hallándose presente a su amado, se desdeña de atender a los pensamientos viciosos y de acor­darse de ellos, porque le parece cosa muy contra razón dejar la presencia de su Dios y entender en cómo se resistan ni no resistan los vicios.

d) adonde ayuntada con el, olui dada de la tentación, ningún moui- miento siente.

e) Y de este no entender en ellos ni hacer caso de ellos, quedan ellos del todo destruidos y se engendra en el ánima una virtud heroica que se llama virtud de ánima perfectamente pur­gada ; la cual viene cuando llega a tal estado, que no siente los movimientos de los vicios por la alteza de la virtud que en ella mora ; y de allí viene a que no se le da nada más que la injurien o que la alaben, ni que la ensalcen o que la humillen, ni que di­gan de ella mal ni bien

e) y tiene por tpo perdido estando en la presencia de su Dios attender a como resistirá a los vicios, y desta [manera] no hara caso dellos, quedan del todo destruidos. Y de aqui tam­bién viene que no se le da mas al alma que la injurien, que la alaben, que la ensalcen, que la humillen, que digan bien o mal della.

f) porque estos movimientos anagó- gicos elevan el ánima a un altísimo estado ; y como el más propio efecto de ellos sea hacerla olvidar de todas las cosas que son fuera de su amado... por el cual acto [de caridad] auséntan- dose el ánima de allí y ajuntándose a Dios, no halla la tentación a quien herir, porque no puede subir a donde el ánima se subió...

g) Aquí, empero, quiero avisar a los nuevos cuyos actos anagógicos no

f) Porque como estos mouimientos anagogicos lleuen al alma a tal estado, el mas proprio effecto dellos es poner en oluido todas las cosas que son fuera de su amado o que no hacen al pro­posito para ajuntarse con el. Viene también otra excellencia y leuantada de todas las virtudes el alma porque este camino queda menos subjeto a la soberuia, porque como para resistir no hace mas que solia, ni hace mas fuer9a ni adquiere nada de nueuo de que pueda ensoberuecerse sino solamte se exercita en aquellos mouimientos que aunque no tuviera esta tentación se auia de exercitar.

g) Pero ase de aduertir que este modo de resistir conuiene mas a los

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224 FR . SIMEÓN D E I*A SD A . FAM ILIA, O .C .D .

no son tan ligeros ni tan feruidos que puedan con su salto ausentarse de alli del todo el anima et vnirla a su esposo, que si vieren que por el tal moui- miento anagogico no se oluida del todo el mouimiento vicioso de la tentación, no dexen de aprouecliarse para su re­sistencia de todas las armas et con­sideraciones que pudieren hasta que del todo la ven5an. Donde su manera de vencer sea esta : que primero re­sistan con los mas feruidos mouimien- tos amagogicos que pudieren y los obren las mas vezes que pudieren: mas qndo con ellos no bastaren por­que la tentació es fuerte y ellos flacos, aprouechense de todas las armas de buenas meditaciones y exercicios que para la resistencia vieren ser necessa- rias. Este modo de resistir quanto sea cierto y excellente podraslo ver en este exéplo de resistir a los golpes del mundo...

los nuevos, cuyos actos amorosos o anagógicos no son tan prestos ni lige­ros, ni tan fervorosos que puedan con su salto ausentarse de allí del todo y unirse con el Esposo, y que si por el tal acto y movimiento anagógico vie­ren que no se olvida del todo el mo­vimiento vicioso de la tentación, no dejen de aprovecharse para su resis­tencia de todas las armas y conside­raciones que pudieren, hasta que del todo venzan la tentación.

Y su manera de resistir y vencer ha de ser ésta : Que primero resistan con los más fervorosos movimientos anagógicos que pudieren, y los obren y ejerciten muchas veces, y cuando con ellos no bastare, porque la tenta­ción es fuerte y ellos flacos, aprové­chense entonces de todas las armas de buenas meditaciones y ejercicios que para la tal resistencia y victoria vie­ren ser necesarios. Y que crean que este modo de resistir es excelente .y cierto, porque incluye en sí todos los ardides de guerras necesarios e impor­tantes.

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'TRÍPTICO SA N JU AN ISTA 22 5

son tan ligeros y fáciles de hacer, ni tan fervorosos que puedan con su salto ausentar de allí de todo punto el ánima y unirla a su Bsposo, que si vieren que por el tal movimiento anagógico y acto de amor de Dios, no se olvidan del todo del movimiento vicioso de la tentación, no dejen de aprovecharse para su resistencia de todas las armas y consideraciones que pudieren hasta que del todo la venzan.

Y su manera de vencer sea esta : que primero resistan con los más fer- voros actos y movimientos anagógicos que pudieren y los hagan las más ve­ces que pudieren; mas cuando con ellos no bastaren, porque la tentación es fuerte y ellos flacos, aprovéchense de todas las otras armas de buenas meditaciones y ejercicios que para la resistencia vieren ser necesarias.

perfectos en la via vnitiua que a los que van aprouechando en ella, cuios actos anagogicos no son tan feruorosos y ligeros que puedan con este leuan- tamto Ueuar tras de si toda el alma y ausentarla de donde la combate la tentación. Por donde si vieren que re­sistiendo con este mouimto anagogico no se oluida de todo el mouimto vi­cioso de la tentación, non dexe de aprouecharse para la resistencia de todas las almas [s íc] y consideraciones que pudiere hasta que del todo la ven§a...

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2 2 6 FR . SIM EÓN D E L A SD A . FAM ILIA, O .C.D .

Llegados ya a este punto, nos quedan por resolver cuestiones más bien técnicas que de fondo : ¿ Cómo pudo conservar el buen P. Eliseo este dictamen de San Juan de la Cruz, de memoria o por escrito? ¿Cómo había procedido del Santo : de palabra en alguna plática con­ventual, o por escrito en algún billete o apunte, quizá destinado para su comentario en el capítulo, o en alguna colección de avisos y sen­tencias ?

San Juan de la Cruz, como hemos visto, bien pudo leer la obra del Pseudo-Buenaventura e inspirarse en ella. Hay otros ejemplos bien conocidos en que el Maestro del Carmelo hace suyas páginas enteras de otros autores sin citarles.9 No es tampoco inverosímil que el Mís­tico Doctor hubiera incluido este pasaje del autor medieval en alguna lista suya de avisos o sentencias, como sucede con textos de otros autores,10 o que lo hubiera conservado entre sus apuntes y que de ellos lo hubiera copiado para su devoción particular el propio Padre Eliseo. Así se explicarían, sin las incongruencias desorientadoras que aparecen a primera vista, las tres frases introductorias e ilativas con que, igno­rando la fuente remota de donde procedían, atribuye al Santo las sentencias de este dictamen : Decía que (a), Lo cual decía ser posible, en esta manera (b), Aquí dijo el venerable padre Fray Juan de la Cruz que (g).

Concluyendo, y sin perjuicio de que en otra ocasión propicia vol­vamos de nuevo sobre el argumento, he aquí dos conclusiones que se nos figuran muy importantes y que se desprenden como fruto maduro de lo anteriormente expuesto :

I a) Un hecho críticamente comprobado para la lista definitiva de las fuentes doctrinales sanjuanistas : San Juan de la Cruz leyó y extractó abundantemente la Mística Teología de Hugo de Balma.

2a) Un criterio para la valorización crítico-doctrinal de los Dictáme­nes : Por medio de los restos orales del magisterio espiritual del Santo se puede llegar en casos como el presente a la individuación histó­rica y hasta textual de los correspondientes apuntes, borradores o primeros ejemplares escritos por él mismo, que los respaldan.

9 Así, por ejemplo, comentando el último verso de la estrofa 3 de la Llam a, ( ia redacción, n. 71-75, p. 1097-1099 ; 2a redacción, n. 81-85, P- I5 23 'I 525), se sirve abundantemente del tratado « De Beatitudine », atribuido antiguamente a Santo Tomás.

10 He aquí algunos ejemplos : « E l que tuviere vergüenza de confesarme delante de los hombres, también la tendré yo de confesarle delante de mi Padre, dice el Señor » [Mt. 10, 32] (P u n to s de am or, n. 25, p. 132). — « Buscad leyendo y hallaréis meditando ; llam ad orando y abriros han contemplando » (P u n to s de am or, n. 79, p. 139), que no es más que la versión literal de la sentencia de Guigo cartujo en su S ca la p a ra d is i : « Quaerite legendo, et invenietis meditando ; púlsate orando, et aperietur vobis contemplando ». — Cfr. p. 139, nota 1, de nuestra edición.

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TRÍPTICO SAN JU AN ISTA 227

III

LOS MISTERIOS DEIy CODICE DE ALCAUDETE

Entre los tesoros del ArcMvo Silveriano de Burgos — que los tiene muy abundantes y de gran va lía 1 — merece destacarse, por lo que se refiere a cuestiones sanjuanistas, 'el Códice o Manuscrito de Alcaudete, así llamado por ser originario del convento que antiguamente tuvieron los Carmelitas Descalzos en dicha población andaluza,2 y que contiene una copia de la « Subida del Monte Carmelo » de San Juan de la Cruz, hecha por uno de sus discípulos predilectos, fray Juan Evangelista.

Tra los largos viajes que hizo este famoso manuscrito por los ca­minos y librerías de España, de que hablaremos adelante, ha realizado últimamente otro más largo hasta la Ciudad Eterna, donde, por deli­cada concesión de los PP. Carmelitas Descalzos de Burgos, hemos podido tenerlo y examinarlo a nuestro gusto, y, ciertamente, no en vano, ya que, ante las insistencias de nuestras miradas, ha ido desve­lándonos algunos de sus preciosos secretos.

Conocido es de todos su valor crítico de primer orden desde que el P. Silverio lo descubrió y empleó por vez primera en su edición crítica del Santo para fijar el «textus receptus » fundamental de la Subida sanjuanista. Allí nos fue trazando el historial probable de su origen y de su paso por varios conventos y por diversas manos de religiosos y otras personas hasta llegar a las suyas desde una librería de lance.

Completando los datos del P. Silverio y corrigiendo algunas afirma­ciones que después de él se vienen repitiendo, podríamos señalar las siguientes etapas en el largo peregrinar de este manuscrito : Granada, donde fue copiado ; el Desierto de Eas Nieves, Carayaca y Alcaudete, donde fue Prior el P. Juan Evangelista y a donde llevó siempre consigo este códice ; en Alcaudete, entre los siglos X V II y X V III, debió de estar largo tiempo en manos de seglares, concretamente en las de un tal « Juan de Santiago, vecino de la villa de Alcaudete » y de su mujer Catalina de Juan Alonso, como lo dejaron ellos bien patente en los garabatos con que emborronaron bastantes de los márgenes superiores y laterales del manuscrito ; 3 con este motivo (hallándose probable­

1 Cfr. O t i l i o d ei* N iñ o J e s ú s , O.C.D. : U n centro burgalés de cultura car­melitana. E l Archivo silveriano, E l M onte Carmelo 64 (1956) [2c)6]-26y.

2 E l convento de Alcaudete fue fundado a finales de 1590 y suprimido en la exclaustración de 1835, sin que hasta el presente h aya sido restaurado. — • Cfr. S ii/ v e r io d e S a n t a T e r e s a , Historia del Carmen Descalzo, t. 7, p. m - 1 1 2 ; A m b r o s iu s a S . TERESIA, « Monasticon Carmelitanum », Analecta Ordinis Car- melitarum Discalceatorum 22 (1950 ) 72.

3 Como nota curiosa ofrecemos al lector esta serie de garabatos marginales, tal como se encuentran y en la medida en que hemos podido descifrarlos eií el códice : f. 72r : [?] ... al señor geronimo de... [?] ; f. 114V ; D e la mano y pluma de mí Ju° de santiago vecino de ... [?] ; f. i8ov : de la mano y pluma

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2 2 8 FR . SIM EÓN D E L A SD A. FAM ILIA, O .C .D .

mente en cuadernillos sueltos) el códice debió de perder las hojas ori­ginales c[ue actualmente le faltan ] del Prior de Alcaudete lo recibió prestado el P. Andrés de la Encarnación para los preparativos de su edición crítica del Santo y lo llevó consigo a Madrid ; en el convento de Duruelo estuvo entre finales de 1762 y principios de 1763, y allí se le suplieron (no por mano del P. Andrés, ni tampoco consta que fuera por orden suya) las hojas que le faltaban, copiándolas de otro manuscrito antiguo de la « Subida », hoy desaparecido ; después, pro­bablemente en Madrid, fue encuadernado en badana roja, tal como hoy se nos conserva, grabándosele más tarde, seguramente coñ medios caseros, la letra mayúscula Q como signatura, por la cual será cono­cido en los manuscritos del P. Andrés ; 4 a finales de 1763 lo tiene para su estudio en Logroño el mencionado Padre, de donde para prin­cipios de 1783 ya lo había devuelto al Archivo generalicio de Madrid. Aquí se pierde la pista del manuscrito, ignorándose si fue devuelto a su convento de procedencia, Alcaudete, o si por el contrario quedó por orden de los Superiores en el Archivo de San Hermenegildo.5 Sea de ello lo que fuere, es cierto que, aventado fuera de la Orden por las turbulencias revolucionarias del siglo X IX , pasó a poder del sacerdote D. José Joaquín Montalbán, y más tarde, dispersa quizá la biblioteca del mismo, fue a parar, con sonrojo y vergüenza, a la librería de lance que el P. Silverio no nombra, de donde fue redimido por él en el año 1917.

Aun a trueque de hacer un tanto pesadas las presentes páginas, queremos dar « semel pro semper » una descripción completa y parti­cularizada del códice de Alcaudete, aunque no sea más que por dejar constancia de la documentación que contiene relativa a su propia historia que acabamos de pergeñar.

Se trata de un vol. de 16 0 X 110 mm. en la cubierta, 150X 10 0 mm. en el

interno y un promedio de 120/125X70/75 mm. en la caja de escritura, con

20/22 líneas de texto, encuadernado en badana roja con dibujos. E n el ángulo

superior izquierdo de la cubierta lleva una grande Q m ayúscula en negro ; en

el derecho, la etiqueta de la actual signatura : A rch iv o S ilv eria n o / B U R G O S /

de mí Ju° de santiago vecino de la vi... ; f. I 93v : mano y pluma de mí Ju° de Santiago ve... ; f. 2 i7 v : Ju° de santiago yjo de v m e^ e quin -su bien de- s e y a ; f. 228v : de la mano y pluma de mí Ju° de santiago yjo de santiago ; f. 229v : de la mano y pluma de mí Ju° de san... ; f. 243v : de la mano y pluma de mí Ju° de'santiago vecino de la villa de alcavdete ; f. 244* : de la mano y plu... ; f. 27ór : catalina de Ju° alonso vezina de la villa ; f. 279r : de la mano y pluma de mí Ju° de santiago ; f. 312^ : Ju° de santiago yjo de vm d quié su... ; f. 343^ : de la mano y pluma de mí.

4 « Eos manuscritos que me entregaron nrós PP. (de los que he encuader­nado algunos que venían en cuadernos sueltos) que para mi manejo se señalan con una letra que está pegada en lo exterior de la cubierta de cada uno, son los siguientes : [...] Q : Subida del Monte Carmelo encuadernada én badana colorada, en cuyo principio se dice de dónde es » (.P revio 50, f. 4o1- : la escritura no es autógrafa del P. Andrés, sino de uno de sus secretarios o amanuenses).

5 « E l ejemplar de Fr. Juan E van gta no sé si le habrán vuelto N N . PP. al convento de Alcaudete donde le prestaron o si estará en el Archivo » (f. 23r).

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TR ÍPT ICO SA N JU AN ISTA 2 29

Cajón N ° 13 / Letra Q. Antiguamente llevó lazos de seda azul y encarnada,

que hoy han desaparecido casi por completo. E n el ángulo superior izquierdo

de la contracubierta está pegado el siguiente « ex libris » impreso : Biblioteca / del Presbítero / José Joaquín Montalbán.

Siguen 8 ff. sin numerar, de los cuales los tres primeros son de color más

oscuro que los cinco siguientes y llevan distinta filigrana. E l contenido de dichos folios es el siguiente :

f- [ir-v] : en blanco f. [2r-v] : en blanco

f. [3r] : Adquirí este Ms. por precio conveniente en 1917. Fr. Silverio de S. Teresa [nota y jirm a autógrafas]

f- [3y] : en blanco f. [4r] : en blanco

f. [4 ^ ] : [ mano primera : un secretario o ayudante del P . Andrés] Este Ma-

nuescrito se halló en nro Convto de Alcaudete, y me le fió el P. Prior Fr. Franc0

Thadeo de S. Juan Baupta por el tpo. qe fuesse necessario p a hacer la impresson

de N. P. S. Juan de la Cruz, [firm a autógrafa de] Fr. Andrés de le Encaron

f- [5r-8r] •' [de la misma mano primera] L a letra de este Manuescrito la

conozco m uy bien, y es del P. Fr. Juan Evangelista, uno de los primitivos de

nra sagrada Religión, de quien he visto en nro Archivo general algunas Infor­

maciones y Cartas todas escritas de su mano. Afirma el mismo en una de estas

últimas que se halla en el Códice primero del cajón de N. P. S. Juan de la Cruz,

que trató nueve años con nro glorioso p e, y en ellos fue su compañero en diver­

sas conventualides y caminos : que fue su súbdito en Granada quando escribía

estos libros, y que se los vio escribir, porque era el que andaba a su lado. E n el

sumario latino de la causa de la Beatificación del Santo se alega la deposición

de Alfonso de Camles, que declaró en las Informaciones de Ubeda haber

visto la Subida del M onte Carmelo de mano del P . F r. Ju an Evangelista. M uy

verosímil es que fuesse la del Manuescrito preste ; y lo más cierto que le escri-

biesse aquel Religioso teniendo preste el mismo original del Santo P e. Lo que

no tiene duda es, que está escrito con singular cuydado, y qualquiera que le

lea lo conocerá. Por esto y las demás circunstancias referidas, y por haber

sido aquel Religioso Venerable, y después repetidas veces Prelado de la Reli­

gión, habrá pocos traslados de más estimación y crédito. Bien es verdad, qe

nos queda el vivo sentimto de no estar concluso, y que el largo espacio de casi

dos siglos nos robó en el medio once ojas, y otras muchas de su terminación.

Assi los referidos folios del medio, como los del fin se han suplido de otro que

se conserva en nro Convto primitivo de Duruelo, que es también de venerable

antigüedad. Como todas las obras humanas por más acabadas que sean, son

defectuosas, le cupieron a este escrito los descuydos de saltar algunas claú-

sulas que se pueden fácilmente suplir, o por otros manuescritos, o por los mismos

impressos. Pero en las variantes que tiene con los demás en lo que gozamos

escrito por este Religioso, a no verse con claridad ser yerro, siempre tendríamos

por lo más acertado lo que escribió este V e hijo y compañero de San Juan de

la Cruz, quien en nra pobre congetura formó este traslado poniendo en limpio

en su escrito lo que el Santo trabajaba y corregía en el original, para que sir­

viese después de primera fuente de esta excelente obra ; pues, como se infiere

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F R . SIMEÓN D E LA SD A . FA M IL IA , O .C .D .

de una N ota original de nro glorioso Doctor que se halla en un libro suyo, que

veneran las Carmelitas Desc“ de Barrameda, no conserbaba regularmte los

Autógrafos que escribía de su mano, sino que los hacía sacar de otra letra, q e

siendo menos obscura y más limpia que la suya, y colocando en sus propios

lugares las correcciones, sirbiesse a la posteridad como si fuera el propio escrito

de su mano. Assi lo siento rendido spre a mejor juicio. Logroño y Noviembre

veinte y dos de mil setecientos y sesenta y tres, [firm a autógrafa] Fr. Andrés

de la Encaronf. [8V] : en blancof. i r : Subida del m onte Carmelo

Desde aquí en adelante, tanto el texto de la Subida como la numeración de los fo lios son de mano de fray Ju an Evangelista, fuera de los casos siguientes :

f. [219] : omitido, pasando del 218 al 220

f. 291-300 : foliación y texto de la mano segunda, o sea del copista de Duruelo f. 301 : el mismo copista de Duruelo numera el fo lio y escribe en su r-v la p a ­

labra blanca

f- 347- 356 : numerados y copiados, menos el 356, por el copista de Duruelo f. 35ór : [letra de la mano tercera, o sea : = fr . Ju an de s. José, prior de D u ­

ruelo1] J. M. J. Fr. Agustín de la Concep.on Diffinidor Gener1 prim0 de Carms

descalzs residte en este convto de Duruelo, y fr. Ju° de s. Joseph Prior del

mismo Primitivo r[eligio]so conb.to certificamos, que las oxas aquí escritas,

desde la 291 hasta la 302, y las que después continúan desde la página 347

hasta el fin (que son de distinta letra que lo demás de este Manuscrito, y van

todas signadas de la rúbrica que acostumbramos), se copiaron legalmte de un

Manuscrito antiguo intitulado Subida de el Monte Carmelo, su Author el P .e

fr. Ju .° de la Cruz, que se conserva en el Caxón décimo de el Archivo de este

r.so conb.to y por ser verdad lo firmamos. Duruelo, y Diciembre 20 del 1762.

Fr. Agustin de la concepon, D iffr Grál (rubricado) — Fr. Juan de sn Joseph,

Prior (rubricado)f- 35&v : [letra del mismo = fr . Ju an de s. José, prior de Duruelo\ J. M. J.

Certifico asimismo io Fr. Juan de s. Joseph Prior del mismo Rl. y Primitivo

Convento de Duruelo, que los capítulos 45.46.47. (de los quales los 46.47. no

están en el impreso) que son de distinta letra que lo demás de este Manuscrito

(y van signadas todas las oxas de la Rúbrica que acostumbro) se copiaron le­

galmente de un Manuscrito antiguo intitulado Subida de el Monte Carmelo,

su Author el P .e Fr. Juan de la Cruz, que se conserva en el Caxón décimo de

el Archivo de este Rl. Convento. Y por ser verdad lo firmé. Duruelo y Febrero

de 1763. Fr. Juan de S n Joseph, Prior (rubricado)

Siguen 4 f f . en blancoAdemás de las letras mencionadas, existen también, como ya vimos, la del

famoso vecino de Alcaudete, y la de una mano posterior, desconocida, que

puso algunas breves notas o citas marginales.

De intento hemos dejado para el final de nuestro trabajo la consi­deración de un elemento, que creemos muy interesante, del códice de

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TRÍPTICO SA N JU AN IST A 2 3 1

Alcaudete y que hasta ahora ha pasado desapercibido a los críticos y editores. Nos referimos a los rastros evidentísimos dejados en él del profundo laborío crítico llevado a cado sobre él por el infatigable tra­bajador P. Andrés.

No dejaron de intrigarnos desde el primer contacto que tuvimos con el manuscrito algunos signos o letras, con toda certeza de índole crítica y textual, que aparecían entre líneas y a los márgenes del mismo. Evidentemente no eran de manos del primer copista, aunque sí de uno que había estudiado a fondo el texto y que se había interesado por muchas particularidades del mismo. En las letras supusimos que se hallaban representadas las siglas de algunos otros manuscritos con los cuales se cotejaban variantes del de Alcaudete; mientras los signos críticos (asteriscos o estrellitas, paréntesis en vacío, comillas, tres pun­tos en forma de triángulo, un punto encerrado entre dos líneas verti­cales) podrían acotar pasajes o lecturas discutibles o lugares donde introducir anotaciones o citas. Esta última hipótesis se nos aclaró pronto en sentido afirmativo, al constatar que ciertas señales se re­petían siempre o casi siempre después de textos de la sagrada Escritura. Pero el conjunto del problema quedaba todavía en el misterio.

¿Quién era el autor de tales anotaciones? ¿Con qué fin las había puesto? ¿Qué querían significar aquellas letras y aquellos signos mar­ginales ?

En el ms. 3653 de la Biblioteca Nacional de Madrid, que contienelo que fray Andrés llama Papeles previos para la gran edición sanjua- nista corregida que había estado preparando, encontramos la clave infalible para la interpretación de tales signos.

Desde su retiro de Logroño, cuando los Superiores decidieron que la edición corregida del Santo no se llevara a cabo, el P. Andrés con una sencillez y grandeza de ánimo insuperables va devolviéndoles los ma­nuscritos y demás materiales que había tenido a su disposición para sus trabajos. Uno de los códices devueltos es el de Alcaudete.6

No quiere sin embargo que el fruto de sus investigaciones se pierda, pensando que podrán servir más tarde a manos más afortunadas para llevar a efecto la edición del Místico Doctor que él había soñado. Y así va recogiendo sus memorias, concretando puntos de vista y redactando sugerencias que con absoluto desprendimiento y no menos absoluta sumisión va enviando y proponiendo a los Superiores.

También les ha remitido algunas obras del Santo listas ya para las prensas. Concretamente la Subida del Monte Carmelo y la Noche Oscura, la primera corregida sin duda por el códice de Alcaudete, según el orden de prioridad que le había reconocido con respecto a los demás manuscritos que había de aquel libro': 7

6 « Todos los volví al archivo, de que me dio recibo N. P. Fr. Phelipe de la Concepción entonces Secretario General. Reservé los dos que tienen las notas Ff, Gg [...]. Logroño y Marzo 3 de 1783. Fr. Andrés de le Encarnación » (f. 4 ir).

7 « F n lo que se lia de poner el mayor desvelo es en arreglar los libros a los originales o egemplares antiguos del Santo, que para cada libro o tratado se

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232 F R . SIM EÓN D E I*A SD A . F A M IL IA , O .t .D .

« Por ellos [ejemplares antiguos] se envió corregido al Archivo los años pasados una copia de la Subida del Monte Carmelo,y Noche Oscura » (Previo 40, f. 22v).

Para la mejor inteligencia y manejo de la copia remitida, el P. An­drés ha recogido de los apuntes y borradores con que se había quedado ■— lamentando no poseer ya los manuscritos originales para esclarecer algunas dudas — • una serie de variantes entre el texto adoptado y algunos otros principales manuscritos, y otra de enmiendas del ma­nuscrito principal, o sea, del de Alcaudete para la Subida.

Vale la pena copiar por entero estas interesantes afirmaciones, máxime no habiendo sido hasta ahora estudiadas ni publicadas :

« Previo 4o : [...] Para el manejo de esta copia remitida al archivo, puede

contribuir algo el Previo del n° 6o. Aunque confieso he olvidado el fin con que

le dispuse, y la clave para su inteligencia y manejo » (f. 22v ).

« Previo 6o : Variantes y enmiendas. Para lo que pueda servir en la im ­

presión del Sto. se ponen aquí las variantes que hay entre los códices manus­

critos de lo que se sacó en limpio y envió al Definitorio. Las cuales variantes

se pusieron en el traslado al pie de las páginas citando con las letras mayúsculas

los códices que tenían la variante que se apuntaba » (f. 43r).

Las siglas, en el orden de prioridad que les da el P. Andrés en este lugar y en el ya citado del f. 22v son las siguientes : A : Alba ; B : Bur- gense ; H : Hispalense ; V : Valisoletano ; C : Calatayud ; M : Matri­tense. Naturalmente, después del de Alcaudete.

« Las pág. creo son las de el traslado que se ha hecho, aunque no estoy se­

guro, y con el cotejo se pueden ver con facilidad. Lo rayado es la variante,

lo antecedente y subsiguiente, el enlace » (f. 43r).

Siguen las variantes, ff. 43r-44r.

A continuación se habla de las enmiendas :« Enmiendas del texto que se hallarán en el traslado remitido. Las citas

de folios que aquí se ponen son las del ms. principal, y en los lugares adonde

corresponden estas enmiendas se hallará en el dicho Ms. una estrella. Por el

cotejo se verá si estas enmiendas son las hechas a lo ya impreso, o las que se

hacían al Ms. por otros Mss. Que confieso con ingenuidad no lo he podido co­

legir de los borrones con que me quedé ». A renglón seguido añadió más tarde el mismo P . Andrés : « L o primero es cierto que no fue por lo que he visto»

(f- 44r)-Sigue la lista de correcciones en el texto de la Subida del Monte (ff. 44r-45v )

y de la Noche Oscura (ff. 45v-46v ).

señalan en las Disquisiciones los que tenemos. [...] E n los mejores ejemplares de Fr. Juan E va n ga y otros, no tiene la Subida sino tres libros ; y no merece crédito uno que le pone cuatro. [...] Los egemplares pertenecientes a la Subida del Monte de que habla este número y que deben servir son : E l principal el de Fr. Juan E va n g-ta- Otra [sic] trasladado en lo[s] Benedictinos de Burgos : tiene en su cubierta una letra B . Otro de nrós Religiosos de A lv a : tiene una A . Otro de Calatayud con la C, pero es imperfectísimo. Otro hay en N N . R eli­giosos de Duruelo y se podrá pedir para solo el tiempo de la edición» (f. ,22v ).

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TRÍPTICO SA N JU AN ISTA 2 3 3

Estamos ante uii dato bien interesante de la labor depuradora del texto sanjuanista llevada a cabo por el P. Andrés sobre el mismísimo y autorizadísimo traslado del discípulo predilecto del Santo, fray,Juan Evangelista. Es el primer intento de edición crítica del códice de Al- caudete.

En efecto, teniendo a nuestra disposición el mencionado códice, que ya el P. Andrés no tenía consigo cuando esto escribía, podemos consta­tar que las páginas a que las variantes o enmiendas anotadas se re­fieren, no son las « de el traslado que se ha hecho », ni las del texto impreso, sino precisamente los folios del códice de Alcaudete. Y a través de él aparecen las siglas (al principio del manuscrito) y los sig­nos críticos (en todo el manuscrito) con que el P. Andrés había ido se­ñalando los lugares donde habían de introducirse las citas de la Sagrada Escritura, las variantes principales con respecto a los demás manuscritos o las correcciones del texto de Alcaudete que, a juicio suyo, se imponían en ciertos casos.

Cosa curiosa (y un nuevo argumento más para probar la no auten­ticidad formal de los capítulos 46 y 47 añadidos a la Subida) es que, extendiéndose los signos críticos del P. Andrés a todo el códice, incluso a los folios 291-300 añadidos en medio del ms., y a los capítulos 44-45, contenidos en una parte de los folios añadidos al final (ff. 347-352), cesan de repente y de modo absoluto desde el f. 353r al f. 355v en que se encuentran los dichos capítulos 46 y 47 añadidos por el copista de Duruelo. Ni un solo caso de señales, ni siquiera la indicación de las citas escriturísticas que en los capítulos anteriores se venían anotando. Señal evidente de que el P. Andrés los había excluido positivamente del texto de la Subida preparado para la edición y remitido al Defi- nitorio.

ha consideración detallada de las correcciones propuestas por el P. Andrés al manuscrito de Alcaudete ofrecería sin duda materia abun­dante para trabajos de interés sobre el valor crítico de la copia de fray Juan Evangelista ; trabajos, sin embargo, que sobrepasan por el momento nuestras intenciones y el espacio que se nos ha concedido para la presente nota.

F r . Sim eón d e la Sd a . F a m ilia , O.C.D.