tesis monobloc
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Nombre del alumno:Rodrigo Oscar GarcíaNombre de sus asesores:Investigación: Edgardo Ganado KimProducción: Alberto Gutiérrez ChongTítulo del proyecto:
MonoblocModalidad de trabajo final de titulación:Exposición de obra
ÍNDICE
I. Vivencia
II. Sustento teórico reflexivo
El ocio
Producción
III. Aplicación y construcción de producción
IV. Exposición
Productos de la exposición
Conclusiones
Problemática del dibujo
Sobre el ocio
Bibliografía
I. Vivencia
Mi condición de extranjero, influyó en la manera en que entendí los
diferentes procesos de mi formación como artista plástico. Previa-
mente, en Argentina tuve mi primer acercamiento a las artes plásti-
cas estudie en la escuela Prilidiano Pueyrredón en la ciudad de Bue-
nos Aires, conviví con gente que tenía intereses en común, conocí
materiales y experimenté con éstos en relación con mis inquietudes.
Posteriormente, al terminar mis estudios me surgió la necesidad
de conocer lo que pasaba en mi entorno. Sin embargo, al vivir en
un país en el que no ingresan materiales extranjeros, complicaba
esta necesidad.
Por esos días desarrollé un gran interés por los comics y las pelícu-
las clase “b” de terror, material difícil de adquirir, que generalmente
se presentaban en ventas de garage y salas de poca concurrencia.
Así mismo, me enfrentaba a la necesidad de independizarme, lo
cual implicaba arriesgar mi cómoda situación de clase media, que
tenía con mis padres.
Entre mi obsesión por estar en contacto con otros países y por
seguir mi inquietud por el dibujo de comics, es que decidí por con-
tinuar mis estudios en otro país.
Para el año 2000 había contemplado varios países de los cuales,
México representaba un lugar relevante para el arte contemporá-
neo. Desde la década de los noventas hasta la actualidad, con una
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economía estable, que no implicaba una gran inversión. Pero ante
todo, lo concebí como un país-puerto donde se congregan difer-
entes nacionalidades y fenómenos sociales, donde hay un gran in-
tercambio de información.
En mi formación dentro de Escuela Nacional de Pintura, Escultura y
Grabado “La Esmeralda” (ENPEG), me percaté de la multidisciplina
que ofrece el arte contemporáneo, lo cuál me ayudo a llevar mis
inquietudes a diferentes soportes y explorar diversos medios.
Entendí que puedo usar el dibujo, que era lo que más me interesaba,
como medio cotidiano en mi trabajo, y a partir de la exploración en
medios como el video, la escultura, la pintura y la gráfica, puedo gen-
erar sistemas y formas para desarrollar mi trabajo y concretar un
discurso propio. En ese momento me interesaba generar redes de
conexión entre mis gustos-intereses y artistas plásticos, mediando
los ámbitos del arte contemporáneo y la estética del comic y el cine.
II. Sustento teórico reflexivo
Cuando empecé a trabajar en el taller de producción surgieron dos
ideas: el ocio y la producción.
El ocio
Al ocio lo entendí como un conjunto de actividades que no son trabajo
ni tareas domésticas, un tiempo recreativo que se usa a discreción,
diferente al de las tareas obligatorias como: comer, dormir, hacer
tarea, etc. El ocio es visto dentro de nuestra sociedad occidental
como un mal, siempre al asecho. A la espera de cualquier indicio de
cansancio para manifestarse.
Hace falta centros o lugares donde se pueda descansar sin la necesi-
dad de consumir, ya que el ocio parecería ser cuestión de jóvenes y
de viejos. Todo aquel que no desarrolla alguna actividad remunerada
económicamente, es visto como el que está perdiendo el tiempo.
Esta es la visión con la que nos educan y vemos a los jóvenes que
empacan en el supermercado para ganar unas monedas, para que
su día sea productivo. Luego entonces gastar ese dinero en lugares
de esparcimiento comercializados.
El ocio es propio de sociedades desarrolladas, que pueden disfru-
tar de él por tener garantizadas todas las demás necesidades y
además por contar con recursos suficientes.
El trabajo que implica mi práctica artística, no es un empleo, no
recibo un salario, además de que es una actividad de mi agrado. En-
tonces cómo saber si estoy siendo ocioso, me impuse varias horas
de trabajo, sin mucho tiempo para descansar, realmente estaba
siendo productivo, como diría Brancusi, “Crear Como un Dios, orde-
nar como un Rey, trabajar como un esclavo.”1
“En la glorificación del trabajo, en los inevitables dis-
cursos sobre los beneficios del trabajo, veo la misma
secreta intención que en los elogios de los actos imper-
sonales y de interés general: el miedo secreto a todo
lo que es individual. Se comprende ahora muy bien, al
contemplar el espectáculo del trabajo —es decir, de
esa dura actividad de la mañana a la noche—, que no
hay mejor policía, pues sirve de freno a cada cual y
sirve para detener el desenvolvimiento de la razón, de
los apetitos y de los deseos de independencia.”2
Producción
Al trabajar en lo que me gusta, propició una entrega total. Me im-
puse horarios de trabajo bien marcados, descansé lo menos po-
sible, y observé cómo se presentaron mis momentos de ocio.
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Mi jornada de trabajo fue de 8 horas durante 6 meses, busqué un
aislamiento, interactué sólo lo necesario con la sociedad. Tuve la
intención de ver si lo que a mí me apasionaba, lo podía convertir en
trabajo, sin tener tiempo para el ocio.
Marx dice que “el obrero es más pobre cuanto más
riqueza produce, cuanto más crece su producción en
potencia y en volumen. El trabajador se convierte en
una mercancía tanto más barata cuanto más mer-
cancía produce. La desvalorización del mundo humano
crece en razón directa de la valorización del mundo de
las cosas el trabajo no sólo produce mercancías se
produce también a si mismo y al obrero como mer-
cancía y justamente en la proporción en que produce
mercancías en general.”3
Mientras trabajaba reflexioné la idea de Marx sobre “el objeto que
el trabajo produce, su producto, se enfrenta a él como un ser ex-
traño, como un poder independiente del productor. Esta realización
del trabajo aparece en el estadio de la economía política como
des-realización del trabajador, la objetivación como pérdida del ob-
jeto y servidumbre a él, la apropiación como extrañamiento, como
enajenación.”4
Tenía la intención de convertirme en un obrero de mi propia obra,
de vivir un proceso intenso de trabajo, de explotarme a mi mismo,
al punto de hartarme de lo que me apasiona y de no reconocerme
dentro de mi obra.
Mientras trabajaba sentí que la obra se volvía un producto y en cada
trazo me distanciaba, me convertí en autómata. Lo que me llevó a la
idea de que necesitaba del descanso, del ocio, para renovar ideas.
Para lograr éste descanso sin dejar de producir, empecé a copiar
dibujos, para no tener que estar pensando en la composición o
generando ideas nuevas. Estos dibujos, estas copias, se volvieron
mi lugar de ocio donde descansaba mi mente.
Entendí el ocio como forma opuesta al capitalismo, ser productivo
para no ser exiliado de la sociedad.
¿Qué separa al ocio del trabajo?
“Hubo un tiempo en que casi cualquier empresario hu-
biera firmado estas palabras de Henry Ford: «el prin-
cipio moral fundamental es el derecho de los hombres
al trabajo[…]según mi parecer, no hay nada mas abom-
inable que una vida ociosa. ninguno de nosotros tiene
derecho algo semejante. En la civilización no hay sitio
para gente ociosa».
Hoy los patrones argumentan de modo mas amable
y por lo mismo, mas avieso: el ocio, aseguran, no es
malo, entre otras cosas porque no es esencialmente
distinto del trabajo. Dicen trabaja durante tu tiempo
libre. Añaden: relájate y diviértete durante las horas
laborales. Para difuminar la frontera entre el trabajo
y la ociosidad, imaginan los instrumentos de tortura
mas atroces: convenciones en la playa, reuniones fa-
miliares, viernes de mezclilla y manga corta.”5
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En una sociedad que insita a gastar, consumir y trabajar en horas de
descanso yo preferí hacer lo que me gusta; para mí trabajar es ver una
película, leer un libro, ir a comprar comics cada miércoles, dibujar.
No tengo el mismo horario de la gente que trabaja para una empresa,
ni el calendario de vacaciones. En mi caso se disolvió la barrera del
ocio y el trabajo. El reto viene cuando tengo que estar en una cola para
efectuar un tramite y perder el tiempo, cuando tengo que ajustarme a
los calendarios gubernamentales, que siempre trato de aplazar, pero
tarde o temprano debo enfrentar estos tiempos muertos.
La pregunta que tendría que contestar era si esta metodología de
trabajo me serviría para construir un discurso artístico.
Problemática del dibujo
Nunca escribí el proyecto de la exposición; sobre lo que se iba a tra-
tar Monobloc. No fue sino hasta que se desmontó que pude estruc-
turar mis primeras reflexiones sobre la experiencia del proyecto.
Al inicio fue sólo dibujar, recordar lo que me gustaba del dibujo,
ver cómo lo hacía de chico, sólo por hacer o imitar a dibujantes que
me gustaban, sentarme a escuchar música y recordar. Buscaba
saber por qué me gusta esto, por qué quería entrar a una escuela
de arte. De igual forma deseaba registrar y grabar este recuerdo
sumado a mis vivencias en México. El proyecto se volvió una amal-
gama de sentimientos, situaciones y frustraciones que se juntaron
acá. Solo, frente a la hoja en blanco, esperando y encontrando un
gusto por dibujar que no puedo ignorar. En la escuela desarrollé el
dibujo para hacer bocetos. En esta exposición fue el momento en
que lo retomé para trabajar mi obra.
El dibujo lo tenia abandonado, ya que siempre reflexionaba y resolvía
ejercicios para la escuela. Ya era hora de hacer lo que realmente me
gustaba, el taller de producción fue eso: volver al dibujo, sólo eso.
Dibujar para mí, es una forma de mezclar todo lo que sucede en mi
cabeza, todo está concentrado cuando dibujo; todo lo que escucho
(siempre rescato frases que escucho en la calle y las escribo en vi-
ñetas de personajes que se cruzan conmigo), lo que me aflige, lo que
deseo, etc. Queda en un surco en mi mente. En ese sentido es mágico,
es la invocación de seres mágicos que invento para que me protejan
o me distraigan y hagan mas ameno mi viaje. Cumple los objetivos que
quiero alcanzar; como un diagrama al que si le rezas diario, cumple tus
anhelos. Es un diagrama mental, es un diario íntimo, es un update de
Facebook, es la forma que he elegido para comunicarme.
Este proyecto no fue pensado cuando lo empecé. Al principio fue
hacer dibujos y ver a qué me llevaban. Sin embargo, cuando terminé
la exposición y ahora, pasados algunos años, veo cuáles fueron las
problemáticas, las dificultades que aparecieron y cómo organicé
estos dibujos, para que no sólo fueran hechos en maquila, sino que
construyeran un discurso.
Comencé a pensar que el valor real que existe en el dibujo era la
esencia de estar perdido a expensas de no poder describir lo que
estaba haciendo, es así que este estado de ambigüedad del dibujo
significó mucho más para mi.
Pude identificar que el conocimiento acumulado durante el proceso
del dibujo ocurre en una manera que me conduce de un estado de
no conocer hacia la posibilidad de conocer y tuvo que ver menos
con resolver un problema y más con encontrar un problema.
He llegado a considerar que a través de mi experiencia de dibu-
jar podría desarrollar una vía de conocimiento sobre el dibujo, así
como en la escena del dibujo contemporáneo internacional, que he
investigado en textos como el de Anita Taylor que realiza una reflex-
ión sobre la posición actual del dibujo:
“[…]perhaps it is time to re-evaluate the specific func-
tion of drawing at a point when maybe it has become
consumed as a product to be marketed and as such
has lost a central focus of its function. […] This has the
constituent problem that if drawing is everything, then
it is also nothing – or at least nothing special.”6
Mi habitación fue mi taller, un lugar donde podía descansar y tra-
bajar a la hora que se me antojara. Repetí sin pretensión mi forma
de trabajo de adolescente. Descubrí hace poco que esta forma de
trabajar tiene como nombre Bedroom Art, término introducido por
Emma Dexter, en el cual la juventud norteamericana, que creció en
los suburbios a finales de la década de los años 80 y principio de los
90, dibujaba encerrada en su cuarto.7
Esto es visible en algunos artistas que tomaron el medio del dibujo
para expresar la sensación de angustia adolescente. El acto mismo
de trazar líneas intensas en la hoja sugieren violencia reprimida, ira
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y frustración del creador. Esto se ve en dibujos de Mike Kelley o Ray-
mond Pettibon, en los cuales, la elección de la tinta o de la pluma,
recuerdan una potente cuchillada.
En los casos de Steven Shearer y Zak Smith, crean dibujos que
asemejan gráficas sobre los deseos, sueños y fantasías que vieron
frustrados como adolescentes, encerrados en sus cuartos, ya sea
por privacidad o como castigo por mal comportamiento.
En mi caso, quise recrear o generar una situación de encierro. Ex-
perimenté con diferentes maneras de dibujar y descubrí la cualidad
de transparencia que tiene el medio, que en otras palabras, Anita
Taylor describe como la capacidad del dibujo de revelar el acto mis-
mo de dibujar.
“Images teased from raw materials, reveal the choices
and decisions made when drawing, and consequently
encapsulate and define the thinking process behind the
act. The enduring history of adjustment and adaptation
within drawings informs the reading of the final image;
and through the act of drawing we are not only left a
trace of the physical act but the trace of the thinking
process, as images or marks are made manifest, and
evidently expose decisions, indecisions and indiscre-
tions of this thinking ‘out loud’. The ‘touch’ or imprint of
a mark reveals whether it was made at speed, slowly,
angrily, with love, with force, tentatively, ‘stuttering-ly’,
gently, or as a notation, by an individual, personally or
through printed or animated reproduction. The materi-
als used to make the marks, and the surface on which
the marks are made also informus, not just about the
period and timescale in which a drawing was made but
the intention at the outset and any modification of this
intention as the drawing has progressed.”8
Una serie que destaca en la exposición Monobloc es Conciertos. Esto
se debe a que fueron el campo de trabajo, en donde más pude experi-
mentar, mezclar elementos y dejar ver hasta qué numero de dibujos
me pedía la serie. Cada hoja nueva, como 1,000 Hours of Staring de
Tom Friedman la observé hasta empezar a dibujar, perdí el miedo, a
la composición, a hacer un mal dibujo, a que terminara en la basura.
Pero tampoco fue una búsqueda de mil dibujos. La hoja en blanco fue
mi campo de juego, como cuando los niños juegan y no buscan ganar
o hacer perder a alguien sino jugar, construir el campo de batalla
todo ,lo que implica, disciplina, tiempo, esfuerzo.
Jugar implica una pericia extraordinaria que el hombre adulto ya no
tiene. La devoción de dedicar tiempo a la construcción de un mundo
en donde se desarrolla un juego, acapara la mayor parte del cere-
bro y de la vida. G.K.Chesterton menciona en enormes minucias,
que lo que impide a los adultos unirse a los juegos de los niños no
es que no les gusten, es sencillamente, que no tienen tiempo para
ellos. El adulto no puede permitirse el gasto de trabajo, de tiempo y
de atención necesario para una cosa tan grave y voluminosa, que
a la vez no representa una actividad productiva en el esquema del
mundo económico capitalista.
Una de las imágenes explotadas en estos dibujos fueron zombies
y demonios como Chesterton escribió en Un trozo de tiza es mas
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divertido dibujar demonios y zombies, que paisajes de campo, rep-
resentaciones divinas o el atardecer abrumador. La libertad de
formas que hay en los objetos paganos es infinita.
“Iba a dibujar diablos y arcángeles, dioses ciegos que la humani-
dad adoraba antes del amanecer de la razón, santos vestidos con
túnicas brillantes, carmesíes, extraños mares verdes y todos esos
símbolos, sagrados o monstruosos, que quedan tan bien dibujados
con tizas brillantes sobre papel de dibujo color marrón.”9
Empecé a trabajar de la forma en que me sentí a gusto, recordé
el confort de mi cuarto de adolescente y el sentarme a dibujar.
Claro que ahora se sumaban otras vivencias, ya no podían ser esos
dibujos en cuadernos estrada con renglones, ahora tenía que ser
una mezcla de todo lo vivido.
El soporte es algo que de chico no se contempla. pero ahora hay
que pensar en qué hoja, qué tamaño, qué herramientas usar, cómo
las afecta el sol o el agua. En el afán de dibujar uno lo hace sobre lo
que sea, pero ahora ya no puedo ignorar estos elementos. Me doy
a la búsqueda del material más adecuado para trabajar diversos
materiales: quería usar tintas, marcadores, acuarelas, etc. La hoja
de papel Fabriano fue la mejor solución ya que es blanca en su to-
talidad, necesitaba que algunos colores fosforescentes rebotaran
en la hoja molestando al ojo a la hora de su realización.
No fue fácil empezar. Fue la suma de todos mis dibujos anteriores,
todos concentrados en una hoja. Busqué colores fosforescentes
con brillos, la pluma bic, con la que siempre dibujé miles de comics
Después de esta pausa, continuamos...
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que inventaba para mí, no podía faltar. Quise mezclar todos los ele-
mentos en los que he trabajado, a modo de laboratorio. El accidente
fue la posibilidad de descubrir la imagen que no tenía pensada o
planeada dibujar. Fue mucho más fáciles de dibujar.
Cuando terminé esta serie, me di a la tarea de recopilar información
que se relacionara con mi trabajo. El dibujo no requiere de colabora-
dores, no tiene una fabricación elaborada, ni se necesita negociar
con terceros, como es el caso de la instalación o de la fotografía e
inclusive, la pintura monumental. “El dibujo sólo requiere de imag-
inación, creatividad y habilidad.”10
Siempre trato de tener una pluma a la mano cuando salgo y un
cuaderno. Éstas son herramientas fáciles de transportar. En los
recorridos largos me ayudó a buscar el gesto en la cara de la
gente, retratar a los dormidos del “metro”, a las mamás cargando
a sus hijos. Esos viajes adiestraron mi mano para trabajar la serie
de conciertos. Me mantuvieron distraído de la crueldad que se vive
a diario en los transportes públicos de Tlapan a Neza: los ignorados
al pedir una moneda, los pobres molestando a los pobres.
Los dibujos de la serie de cuentos para no dormir de formato
pequeño me sirvieron para mezclar los poscalidades de la tinta y
acuarela con la rigidez y precisión del bolígrafo. esto me llevó a pen-
sar el dibujo como un collage.
La disposición de estos en el espacio me hacían recordar a Degas
y su pintura La orquesta de la Ópera (1868-1869), me interesaba
el encuadre, la relación de los personajes y el espectador que se
encuentra abajo del escenario. Las luces del show se reflejan en el
publico más que en el cantante, que siempre es el centro de aten-
ción, el público lo odia, todos se dirigen al escenario como zombies,
se dejan llevar por ese momento, y el artista está arriba indiferente,
a veces se defiende del público, lo ataca con los instrumentos. Me
recordaba las armas salidas de la película Evil Dead de Sam Reimi.
Para los escorzos y perspectivas me dediqué a revisar a los Cuatro
Fantásticos, la etapa de Jack Kirby.
El detonante para realizar la serie de conciertos fue ir a ver a Bright
Eyes (BE), pero cuando hablaba con un amigo de cómo había estado
el concierto, él me comentó que estaba mejor ver al público y el
reflejo de las luces del escenario, Mi amigo tenía razón, así que con-
tinué el concierto mirando cómo se movía en masa hacia un punto,
quería registrar el momento de estar abajo y dejarme llevar como
zombie. . Preste atención en la manera en que el publico se movía,
sus caras alteradas por las luces de diferentes colores, pendientes
de cada movimiento de los músicos. La audiencia hipnotizada por la
música, me cautivó ese momento para representarlo en varios dibu-
jos. Esa fue de las últimas veces que salí de mi casa, después de eso
me puse a trabajar en lo que seria el proyecto para la exposición.
El dibujo es mi forma de no olvidar el por qué vine a México, tenía
que reafirmar mi gusto y mi placer por este lugar. Esta exposición
se desarrolló como una alianza y aceptación de mi forma de vida,
de lo que quiero hacer por el resto de mi vida. Incorporar nuevos
elementos es el reto que me queda, sin tener que integrarme a
la sociedad de una manera conformista, de elegir un trabajo de
Cuaderno de viaje por la ciudad, 2002.
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8 horas, ni complaciendo a alguien, sin tener un supuesto futuro
asegurado: en el que nada me faltará y me estará esperando mi
jubilación. Prefiero vivir en la incertidumbre y hacer lo que a mi me
gusta hasta que me muera.
El trabajo es una maldición que el hombre a convertido en un placer
trabajar solo por el trabajo mismo, disfrutar una labor sin recom-
pensa, imaginar que puede uno sentirse pleno gracias al esfuerzo
asiduo-todo eso es asqueroso e incomprensible. El trabajo perma-
nente y sin interrupción, adormece, trivializa y despersonaliza.
“El trabajo desplaza el centro de interés del hombre de lo subjetivo
a lo objetivo de las cosas. En consecuencia, el hombre ya no se
interesa Por su propio destino, sino que se enfoca en los hechos y
las cosas. Lo que debería ser una actividad de transfiguración per-
manente se convierte en un medio para exteriorizarse, para aban-
donar el yo interior.”11
Así que ya no voy a trabajar solo voy a hacer lo que me gusta.
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III. Aplicación y construcción de producción
Me propuse trabajar en un periodo de 6 meses.
De la serie del bosque, 2007
Empecé con la serie de dibujos “serie del bosque”, cuatro dibujos a
tinta, acuarela y bolígrafo sobre papel de 70 x 100 cm. esto con el
fin que no fuera un solo dibujo aislado, sino una búsqueda sobre la
misma idea en cuanto a la composición y en agotar ese recurso.
De la serie de conciertos, 2007
Para seguir experimentando el formato y la técnica, trabajé 10 dibu-
jos, que denominé “serie de conciertos” en los cuales, añadí otros
materiales como marcadores de colores fosforescentes y con dia-
mantina. Buscaba representar al público viendo el espectáculo,
brincando, sudando, integrado con las luces que se proyectan. El
punto de vista es desde abajo del escenario con el publico y en algu-
nas ocasiones viendo desde detrás de bambalinas .
Secuestro de la postmodernidad, 2007
Diseñé dos bordados de 140 x 170 cm, donde otra vez mis person-
ajes se encontraban en un formato diferente, buscaba que el mate-
rial remitiera a la mujer, que no me identificaran con la hechura,
que éste se viera como un oficio artesanal. Pareciera que fuera
una actividad exclusivamente para el genero femenino, mi interés
estuvo en ver que un tercero, terminara por definir mis trazos.
Robot de porcelana, 2007
Armé tres piezas de personajes de mi invención, que había trabajado
en dibujos y decidí transportarlos a otro formato, deseaba que fueran
tangibles. Los realicé en porcelana de alta temperatura vidriada, en
donde el proceso de la pieza fue muy diferente al dibujo. El tiempo de
trabajo, desde la preparación de la porcelana hasta la quema dentro
del horno, requiere de tiempos que hay que respetar, ya que hay per-
sonal que se encarga de determinar cuándo se realizaran las que-
mas. Por lo que no fue un formato inmediato como el dibujo.
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Video instalación, 2007
Trabajé sobre un músico, cantautor y artista estadounidense, Dan-
iel Johnston, con la intención de hacerle un homenaje, realicé una
serie de animaciones inspiradas en su música. Sus canciones han
sido calificadas como atormentadas, presentan una mezcla entre
naif y tenebroso.
El documental The Devil And Daniel Johnston del director Jeff
Feuerzeig, calificado por él como “un ejemplo de brillantez y locura
a través de la figura de Daniel Johnston, un genio, compositor, can-
tante y artista maníaco depresivo a quien las drogas y la enferme-
dad mental llevan a imaginarios encuentros con el diablo.”
Me sirvió para reconocer a un personaje que ejerce su creatividad
con todo el material que tenga a su alcance, ya sea dibujo, música,
cine, de tal forma que a pesar de su enfermedad nunca detiene su
producción, llevándolo incluso a la locura. En este estado de “ocio”
alcaza una productividad.
La razón para incluir animaciones en mi obra, es la relación que
noté con la producción en masa ya que este soporte demanda una
gran cantidad de dibujos para cada segundo de animación. Así mis-
mo al trabajar los dibujos de la serie de conciertos, donde aparecen
personajes y escenas repetidas, me generaban una ilusión de con-
tinuidad representando una posibilidad para incluir otros estímulos
(como el sonido y el movimiento). Por otro lado
Postales, 2007
Consistió en una apropiación de 26 paisajes, de formato pequeño, pin-
tadas al óleo sobre cartón, adquiridas en el mercado de la Lagunilla.
La intervención consistió en agregar pequeños personajes míos en
actitud de turista de viaje. Simulando una postal que me es enviada
a modo de recuerdo de las aventuras que ellos viven.
El club de los mentirosos, 2007
Una de las ultimas piezas de la exposición que nunca pensé en exhibir,
fue una serie de dibujos de portadas de comics, estos los realizaba
como forma de descansar del formato medio, eran reproducciones
exactas de portadas de los noventa, época en que coleccionaba
como fanático.
La pieza consistió en no pensar y en que me quedara igual que el
original. Así mismo buscaba que no fuera de mi autoría en el sentido
de que no hubiera rastro de mi mano como se puede apreciar en
la pieza Monocromo de Alighiero Boetti, cuando intenta no dejar
huella en el trabajo. Sin embargo reafirmó mis gustos de la cultura
popular en mi producción artística.
IV. Exposición
La exposición se llevó acabo en la Galería la Refaccionaria, un espacio
de 120 m2, ubicada en el centro histórico de la ciudad de México.
La sala de exposición fue dividida en dos áreas: una cálida y otra fría.
En la primera, el ambiente que quise generar, fue el de una casa
de clase media, de manera que el espectador reconociera el lugar
como un hogar, confortable y cálido, evitando el frío que representa
el blanco y el vacío de una galería. Por lo que busqué colores cálidos
con un gusto sobrio.
Esta área resalta la conservación en buen estado de la obra. La
buena presentación exalta los atributos de la pieza, por lo que los
dibujos y las pinturas se presentan debidamente enmarcados, las
esculturas en pedestales y las animaciones se presentan enmar-
cadas en una pantalla de plasma.
La pieza que introduce a la sala, es De la serie del bosque, dos dibu-
jos de formato medio que comparten la idea de sobriedad en la eje-
cución del trazo y en los colores que utilizo. Por lo que necesitaba un
ambiente cálido que evitara se perdiera dentro del espacio blanco.
Robot de porcelana, fue exhibida sobre una carpeta tejida a mano.
Con la intención de hacer referencia a la abuela que resalta la pos-
esión de piezas de lladró, mostrándolas en carpetas elaboradas y
dedicándoles espacios especiales dentro del hogar.
En esta misma área coloqué la pieza Postales, remitiéndome a mis
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recuerdos sobre los hogares de clase media, en donde las
obras servían de decoración, son la compra de pequeñas
pinturas , intervenidas por mi con una pequeña pincelada
que retrata un robot en diferentes escenarios rupestres.
Para presentar las animaciones homenaje a Daniel John-
ston, coloqué en el fondo del área, una pantalla de plasma
y un sillón frente a ésta. Inserté una serie de menús para
estar cambiando el video, en donde el espectador decide
qué video desea ver.
La segunda sala, consistió en crear un espacio contem-
poráneo, en el sentido de representar los gustos de una
generación que consume arte contemporáneo y que puede
sentirse identificada con mi obra porque vivió los estímulos
que yo utilizo como el Internet, conciertos de rock, comics,
cine y demás material que ahora esta a nuestro alcance.
Primeramente se observa la serie De conciertos, la cual
exigía una exhibición lineal que evidenciara la secuencia de
las escenas. Presenté 8 dibujos de 70 x 100 cm sobre un
fondo blanco paloma que permitió resaltar la luminosidad
y colorido de los mismos. Como esta era la seria en la
que había puesto todo mi empeño de esta exposición los
dibujos los coloqué a 120 un poco mas debajo de lo que
regularmente se hace como viendo hacia abajo, como es-
tar parado arriba del escenario.
Pero mas que nada buscaba la distinción de los mismos,
este es el resumen de la exposición. Que el espectador le buscara el
porque están mas abajo y si tiene una razón especial ese montaje.
Del otro lado, ubiqué Secuestro de la postmodernidad, sobre un
fondo amarillo limón, busque una vibración con el color que enmar-
cara el bordado. Así mismo, pretendí, una ambientación contem-
poránea, que a mi manera de ver, es la de un joven que diseña su
departamento y busca piezas de arte para decorarlo.
Y por ultimo, presenté Exilio, bordado numero dos. Sin embargo, su
presentación difiere al anterior. Mientras que el primero es una tela
tensada en un bastidor a modo de cuadro, Exilio, es una tela fijada
con tachuelas, asemejándose más a una bandera, que representa
la salida de mi país en busca de una formación artística.
Notas
1 Constantin Brancusi, 1876-1957, Escultor Romano, http://www.great-quotes.com/
cgi-bin/viewquotes.cgi?action =search &Author _First_Name=Constantin&Author_Last_
Name=Brancusi&Movie=
2 Nietzsche, Friedrich, Contra los apologistas del trabajo, ensayo citado en la recopilación
“Contra el trabajo”, 4Tumbona, México, 2009.
3 Marx, Karl. Manuscritos económicos-filosóficos de 1844. Trabajo Enajenado.
4 Marx, Karl. Manuscritos económicos-filosóficos de 1844. Trabajo Enajenado.
5 Rafael Lemus, p.14
6 Anita Taylor, pp. 10-11
7 Emma Dexter, p.6
8 Anita Taylor, p.10
9 Chesterton, G.K., “Un trozo de tiza”, en Enormes Minucias, p. 25.
10 Dexter, Emma “ to draw is to be human”, en Vitamina D , p.10¿…?
11 E.M. Cioran, p.89
12 Jeff Feuerzeig, documental The Devil And Daniel Johnston
Bibliografía
ACHA, JUAN, Teoría del dibujo: su sociología y su estética, Ediciones Coyoacán.
CONSTANTIN BRANCUSI, http://www.great-quotes.com/cgi-bin/view-
quotes.cgi?action=search&Author_First_Name=Constantin&Author_Last_
Name=Brancusi&Movie=
DEXTER, EMMA, Vitamina D: new perspectivas in drawing, Phaidon, Inglaterra, 2005
GREIL, MARCUS, Rastros de carmín, Editorial Anagrama.
HOPTMAN, LAURA J., Drawing now: eight propositions, MOMA, NY, 2002.
KOVATS, TANIA, The drawing book: A Survey of Drawing: the Primary Means of
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Agradecimientos
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