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La Virgen se muestra como el vínculo entre el Antiguo y Nuevo Testamento, como reina del Cielo. El programa iconográfico, tanto escultórico como en el arte de las vidrieras enfatiza siempre, una estrecha y poco habitual relación entre la Virgen y Cristo, hasta ese momento, pues &KDUWUHV TXLHUH DğUPDU VX GLVWLQFLöQ GH VHU OD SULPHUD GH todas las iglesias consagrada a Nuestra Señora. CRISTIÁN LEóN GONZÁLEZ, Arquitecto, (1995) Licenciado en Estética, (2000) de la PUC. Diplomado de Estudios Avanzados en Historia del Arte, (2007), Magister en Gestión Cultural (2008) y Doctor © en Historia del Arte y Gestión Cultural, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España, docente de la facultad de Diseño UDP, de la UPA, Profesor del Magister de Artes y Humanidades de la UGM. LA CATEDRAL DE NOTRE DAME DE CHARTRES Santuario y cuna del misterio Mariano en Francia Vista aére

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Page 1: LA CATEDRAL DE NOTRE DAME DE CHARTRES · facultad de Diseño UDP, de la UPA, Profesor del Magister de Artes y Humanidades de la UGM. LA CATEDRAL DE NOTRE DAME DE CHARTRES Santuario

La Virgen se muestra como el vínculo entre el Antiguo y

Nuevo Testamento, como reina del Cielo. El programa

iconográfico, tanto escultórico como en el arte de las

vidrieras enfatiza siempre, una estrecha y poco habitual

relación entre la Virgen y Cristo, hasta ese momento, pues

&KDUWUHV�TXLHUH�DğUPDU�VX�GLVWLQFLöQ�GH�VHU�OD�SULPHUD�GH�

todas las iglesias consagrada a Nuestra Señora.CRISTIÁN LEóN GONZÁLEZ, Arquitecto, (1995) Licenciado en Estética, (2000) de la PUC. Diplomado

de Estudios Avanzados en Historia del Arte, (2007), Magister en Gestión Cultural (2008) y Doctor © en

Historia del Arte y Gestión Cultural, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España, docente de la

facultad de Diseño UDP, de la UPA, Profesor del Magister de Artes y Humanidades de la UGM.

LA CATEDRAL

DE NOTRE

DAME DE

CHARTRESSantuario y cuna del misterio

Mariano en Francia

Vista aérea de la Catedral de Chartres (1195-1220) desde el suroriente

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Vista aérea de la Catedral de Chartres (1195-1220) desde el suroriente

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EL VIEuX CHarTrESEstas breves líneas simplemente quieren evocar a aquel tiempo

remoto y distante en que fue levantada la primera de esas grandes

catedrales del alto gótico, obra rotunda y bella, prodigio de dies-

tras manos y mejores geómetras, que dio el inicio a esa eclosión de

templos y catedrales consagradas a Nuestra Señora y que poblaron

primero Francia y luego el resto de Europa.

Chartres, pequeña ciudad de la campiña francesa, hoy de unos 40.000

habitantes, se emplaza en la inmensa llanura de Beauce, atravesada

por el río Eure, con el cual mantiene un bello y pintoresco diálogo,

rodeando una pequeña colina donde se yergue la imponente catedral,

TXH�HO�HVFXOWRU�5RGLQ�EDXWL]ö�FRPR�ŃOD�$FUöSROLV�GH�)UDQFLDń��(O�EHOOR�\�VLQXRVR�FDVFR�YLHMR�GH�OD�FLXGDG�VH�H[WLHQGH�D�RULOODV�GHO�UâR��GRQGH�VXV�FDVDV�YDQ�FRQğ�JXUDQGR�VX�ERUGH��DUWLFXODGR�SRU�SDUTXHV�\�FDOOHV�serpenteantes que nos recuerdan el vitalismo secular de una rica

ciudad, emplazamiento que era encrucijada de rutas comerciales e

importante centro de peregrinación. Hacia el s. XII contaba con unos

15.000 habitantes cuando París no pasaba de 80.000.

Situada a una hora al suroeste de París, lo primero que impresiona es

VX�IDPRVR�SHUğ�O��GRQGH�ODV�DJXMDV�VH�UHFRUWDQ�VREUH�HO�SDLVDMH�GH�EH�llos campos de trigo. En este punto, apenas se divisan las agujas de las

torres, los peregrinos, en signo de profunda veneración, se arrodillan

y rezan piadosamente a Nuestra Señora, aún hasta hoy en día. Con-

IRUPH�VH�YD�XQR�DFHUFDQGR�YD�GHVFXEULÒQGRVH�HO�SHUğ�O�GH�OD�&DWHGUDO��VHJXLGR�GHO�SHUğ�O�XUEDQR��PDQLIHVWÀQGRVH�HO�VHQWLU�\�OD�RULHQWDFLöQ�GH�una sociedad que no se entiende si no es desde su dimensión profun-

damente religiosa, sello de la época y fuente de su grandeza.

Antes de ser una fundación romana llamada Autricum, al parecer,

H[LVWLö�XQ�LPSRUWDQWH�FHQWUR�UHOLJLRVR�GUXâGLFR�MXVWR�HQ�OD�FROLQD�VREUH�la que se emplaza la catedral. Los celtas, su antigua población, eran

adoradores del agua y de una diosa madre. Algunas fuentes señalan

OD�H[LVWHQFLD�GH�XQ�SR]R�FDYHUQRVR�HQ�HVH�SUHFLVR�HPSOD]DPLHQWR��DVâ�como la de un importante menhir, centro del culto religioso, pero que

hoy ya se ha perdido. Otros autores niegan que este haya sido un lugar

sagrado relevante de las religiones precristianas. De cualquier modo,

es en este culto en el cual se inspiraron los primeros evangelizadores

para divulgar la fe cristiana en la región de Las Galias, generando un

proceso paulatino y armónico, que buscó fusionarse con las tradicio-

nes más arraigadas de los pueblos originales.

La iglesia actual se levanta sobre los cimientos de una iglesia ro-

mánica anterior del año 1134 y que en 1194 se destruyó en un trágico

LQFHQGLR�TXH�GHYRUö�YDULDV�PDQ]DQDV�GHO�Ġ�RUHFLHQWH�EXUJR��\�TXH�XQ�LPSRUWDQWH�GHOJDGR�SRQWLğ�FLR�SUHVHQFLö��HO�HQÒUJLFR�FDUGHQDO�0HOLRU��él que motivó su reconstrucción de inmediato, en el nuevo estilo,

removiendo las fuerzas de la consternada, pero fervorosa feligresía

FULVWLDQD��SXHV�OD�6DQWâVLPD�9LUJHQ�0DUâD�DVâ�VH�ORV�VROLFLWDED��HO�SXH�blo sencillo y sus ricos burgueses así lo entendieron y se abalanzaron

a una de las más prodigiosas y legendarias empresas de la cristian-

dad medieval, la erección de su nueva, portentosa y emblemática

catedral. El grueso de las obras de la catedral se construyó en un

lapso, a todas luces sorprendente, de apenas veinticuatro años.

El pueblo sencillo y sus ricos burgueses así lo entendieron y se

abalanzaron a una de las más prodigiosas y legendarias empresas

de la cristiandad medieval, la erección de su nueva, portentosa y

emblemática catedral.

La CaTEdraLLos templos de la Cristiandad se orientaban ya en dirección este-oeste

según las constituciones apostólicas del s. IV, y Chartres no era ajena

a esta orientación, aunque algún observador avezado podría percatar-

VH�GH�TXH�OD�GLVSRVLFLöQ�GH�OD�SODQWD�GH�QXHVWUD�LJOHVLD�QR�HV�H[DF�tamente este-oeste, como era lo habitual, sino levemente girada en

dirección noreste- sudoeste. Al respecto ya nos lo señala Santo Tomás:

Ń(V�FRQYHQLHQWH�TXH�DGRUHPRV�FRQ�HO�URVWUR�YXHOWR�KDFLD�HO�RULHQWH��primeramente, para mostrar la majestad de Dios, que nos es mani-

ğ�HVWD�SRU�HO�PRYLPLHQWR�GHO�FLHOR��TXH�SDUWH�GHO�RULHQWH��HQ�VHJXQGR�OXJDU�SRUTXH�HO�3DUDâVR�WHUUHQDO�H[LVWLö�HQ�RULHQWH�\�QRVRWURV�WUDWDPRV�GH�YROYHU�D�ÒO��HQ�WHUFHU�OXJDU��SRUTXH�&ULVWR��TXH�HV�OD�OX]�GHO�PXQGR��es llamado Oriente por el profeta Zacarías, y porque, según Daniel,

ŁVXELö�DO�FLHOR�GHO�FLHOR��DO�2ULHQWHł��\�HQ�FXDUWR�OXJDU��SRU�ĎOWLPR��porque en el oriente es donde aparecerá en el último día, conforme

a las palabras del Evangelio de San Mateo: ‘Como el relámpago que

sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la venida del Hijo

GHO�+RPEUHń��$OJXQRV�HUXGLWRV�KDQ�HVSHFXODGR�VREUH�HVWH�FDPELR�GH�orientación, con respecto al habitual, y aducirían que se debería a que

la Catedral se orienta según principios radiestésicos, de geopuntura,

HV�GHFLU��GH�HPDQDFLRQHV�GH�HQHUJâD��RWURV�OD�DWULEX\HQ�D�OD�RULHQWDFLöQ�primitiva de la iglesia románica previa a la actual catedral, o debido,

simplemente, a la topografía del lugar. Lo que sí es cierto, es que la

Vista de la pequeña y antigua ciudad, atravesada por el rio Eure.

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VROD�H[SHULHQFLD�GH�SHQHWUDU�HQ�OD�FDWHGUDO�QRV�FRQGXFH�FLHUWDPHQWH�a vivenciar por algunos instantes toda una cultura que se gestaba y

GHVWHOODED�D�OD�VRPEUD�GH�HVWH�SURGLJLRVR�HGLğ�FLR�El proyecto original La Catedral de Chartres, inicialmente fue con-

cebido con 9 torres -el número 9 es muy simbólico-, de las cuales se

comenzaron 8 y completaron 2, las de la fachada occidental. Las que

Ġ�DQTXHDQ�HO�WUDQVHSWR�VH�FRQVWUX\HURQ�KDVWD�HO�VHJXQGR�FXHUSR�\�en las del ábside falta el remate de las agujas. La torre del crucero

nunca se realizó. Worringer puntualiza en su libro La esencia del esti-

OR�JöWLFR�TXH�ŃFXDQGR�HO�*öWLFR�REOLJD�D�OD�SLHGUD�D�WRPDU�IRUPDV�TXH�SDUHFâDQ�FRQWUDULDV�D�VX�SHVR��D�VX�IUDJLOLGDG��D�VX�QDWXUDO�SRVLFLöQ��formas que parecen infundir en la piedra como una nueva y superior

esencia, ¿no hace algo semejante a lo que hace la Iglesia en su lucha

FRQWUD�ODV�WHQGHQFLDV�QDWXUDOHV�GHO�KRPEUH"ń�La elevación de la nave central que logra levantarse sobre los 36 mt.

GH�DOWXUD��GHVDğ�DQGR�ORV�IXHUWHV�HPSXMHV�TXH�HPDQDQ�GH�OD�EöYHGD��gracias a la poderosa línea de arbotantes con botarel y contrafuer-

tes que se desarrollan a lo largo de toda la nave y que permiten

alcanzar una altura inigualable en la época. Tal impresión causó en

los arzobispos, obispos y prelados de las localidades vecinas que

fueron invitados a su Consagración, que todos quisieron construir

un templo que compitiera en prodigio y belleza con la de Chartres. El

DU]RELVSR�+XJXHV�GH�5RXHQ�HVFULELö�DO�RELVSR�7KLHUU\�GH�$PLHQV�ńHO�UXPRU�GH�HVWD�PDUDYLOOD�VH�KD�GLIXQGLGR�SRU�WRGDV�SDUWHV�\�ğ�QDOPHQ�te ha despertado a nuestra Normandía de su adormecimiento y su

GHVSUHRFXSDFLöQ�SRU�ODV�LJOHVLDV��Ľ��+DQ�UHJUHVDGR�FRQ�OD�UHVROX�FLöQ�GH�LPLWDU�D�ORV�KDELWDQWHV�GH�&KDUWUHV��Ľ��\�VH�KDQ�SXHVWR�D�WUDEDMDU�HQ�VX�LJOHVLD�FDWHGUDO��VX�PDGUHń�

III. CHarTrES CoMo IMaGEn dE una rEaLIdad SupErIorEn el gótico era central la idea de que cada cosa hiciese referen-

cia a una realidad superior. La Catedral de Chartres es una nítida

representación de esta cosmovisión. Es una visión del mundo que

Dğ�UPD��HQWUH�RWURV��HO�YDORU�GH�ODV�HVSHUDQ]DV�WHUUHQDV�FRPR�PHGLR�SDUD�DOFDQ]DU�HO�ĎQLFR�ğ�Q�TXH�HV�'LRV��6H�FRPSUHQGH�DVâ�FöPR�\�por qué la Catedral de Chartres no era tan sólo un lugar de culto

para el pueblo cristiano, y antes un lugar de culto pagano, sino que

también un lugar donde se concentró todo el saber de una época.

En su rica y espléndida iconografía está compendiado todo el pen-

Portada real, fachada occidental (1145) de antes del incendio. Cristo Pantocrátor al centro, envuelto en una mandorla y rodeada de los tetramorfos, esto es, los cuatro evan-

JHOLVWDV��0DWHR��/XFDV��0DUFR�\�-XDQ��UHSUHVHQWDGRV�SRU�HO�+RPEUH�DODGR��HO�7RUR��HO�/HöQ�\�HO�dJXLOD�UHVSHFWLYDPHQWH��\�TXH�VLPEROL]DQ�ODV�ğ�HVWDV�OLWĎUJLFDV�HVHQFLDOHV�GHO�Cristianismo, y en el mismo orden: La Encarnación, La Pasión, La Resurrección y La Ascensión.

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samiento teológico medieval. Vitrales, portales y esculturas nos

van narrando cómo, durante largos milenios, Cristo fue esperado,

DQXQFLDGR��SUHğ�JXUDGR��6X�YLGD�\�OD�GH�VX�0DGUH�VRQ�DOOâ�LOXVWUD�GDV��/RV�VDQWRV�VRQ�JORULğ�FDGRV�\�VH�HQVHòD�D�VHJXLU�VX�HMHPSOR��No falta tampoco, en sintonía con el espíritu gótico, la anticipación

LFRQRJUÀğ�FD�GHO�-XLFLR�)LQDO�La Catedral es imagen de la Ciudad de Dios, de la Jerusalén celeste.

Las pilastras y las columnas son los profetas y doctores que pueblan

el cielo, cuya clave es Cristo. El portal es la puerta del Paraíso. Las

ventanas coloridas que protegen de la intemperie y que entregan la

luz, son los doctores de la iglesia.

Chartres era también el más famoso santuario de la Virgen y los

SHUHJULQRV�DĠ�XâDQ�GH�WRGDV�SDUWHV�SDUD�YHQHUDU�VX�PLODJURVD�LPDJHQ�revestida de una túnica preciosa donada el año 876 por el hijo de

Carlomagno, Carlos el Calvo. Ésta era la famosa reliquia de la sancta

camisia, la túnica de la Santísima Virgen traída de Bizancio a Aquis-

grán por Carlomán, contenía un rectángulo de seda que cubría a Ma-

UâD�HO�GâD�GHO�1DFLPLHQWR�GH�-HVĎV��0LOHV�GH�ğ�HOHV�TXHUâDQ�SRVWUDUVH�delante de la maravillosa reliquia, para lo cual descendían a la cripta

donde permanecía ésta con una imagen de la Virgen majestuosa-

mente sentada en un trono.

La Virgen se muestra como el vínculo entre el Antiguo y Nuevo Testa-

PHQWR��FRPR�UHLQD�GHO�&LHOR��(O�SURJUDPD�LFRQRJUÀğ�FR��WDQWR�HVFXO�tórico como en el arte de las vidrieras enfatiza siempre, una estrecha

y poco habitual relación entre la Virgen y Cristo, hasta ese momento,

SXHV�&KDUWUHV�TXLHUH�Dğ�UPDU�VX�GLVWLQFLöQ�GH�VHU�OD�SULPHUD�GH�WRGDV�ODV�LJOHVLDV�FRQVDJUDGD�D�1XHVWUD�6HòRUD��(Q�OD�FDWHGUDO�H[LVWHQ�����GLVWLQWDV�UHSUHVHQWDFLRQHV�GH�0DUâD��3RU�OR�TXH�SRGUHPRV�Dğ�UPDU�TXH�el nacimiento de la devoción mariana, renovada o no, se da en Char-

WUHV�HQ�IRUPD�SULPRUGLDO��SDUD�LQĠ�XLU�GHVSXÒV�HQ�WRGD�OD�)UDQFLD��6DQ�$OEHUWR�0DJQR�QRV�GLUÀ�FRQ�UD]öQ�TXH�ŃVX�+LMR�HV�HO�5H\�GH�ORV�UH\HV�y el Señor de los señores, así pues, ella debe ser llamada Reina de las

UHLQDV�\�0XMHU�HQWUH�ODV�PXMHUHV��Ľ���VX�+LMR�HV�OODPDGR�'LRV�GH�ORV�GLRVHV��DVâ�SXHV��HOOD�GHEH�VHU�OODPDGD�'LRVD�GH�ODV�GLRVDVń

IV. La FaCHada oCCIdEnTaLEl portal occidental, aunque todavía conserva ese estilo románico,

dado por su estático equilibrio, por sus formas serenas y contenidas,

ya contiene, sin embargo, el germen del nuevo estilo, dado por sus es-

culturas que se proyectan hacia el cielo, tal cual es la dinámica gótica.

La Portada Real la constituye una portada de tres cuerpos,

llamada así a causa de las esculturas que adornan los derrames

de las portadas y que representan a los reyes y reinas del Antiguo

Testamento. El conjunto constituye la enseñanza más completa

que nunca se había inscrito en una portada. Este representa a

Cristo al centro de cada tímpano. A la derecha se ve su llegada a

la Tierra, junto a su Madre, a la izquierda, ascendiendo al cielo y

al centro se revela en su Gloria eterna. Es decir, Cristo como Alfa y

Omega, principio y fin de todo.

El cuerpo superior, del rosetón occidental, se agrega sobre la facha-

GD��TXH�HV�DQWHULRU�DO�LQFHQGLR�GH�������6X�SURJUDPD�LFRQRJUÀğ�FR�VH�revela sólo al interior, que corresponde al Juicio Final. Cristo reina

al centro, rodeado de ángeles y juzga a los resucitados que vienen

D�vO�GHVGH�HO�H[WHULRU��$SUHFLDPRV�HO�ğ�QR�GHWDOOH�GH�VXV�WUDFHUâDV�GH�

Portada Norte (s. XIII), que representa el Antiguo Testamento y el mundo previo a la llegada del Mesías. A la izq.: Parteluz portada central: Santa Ana con la virgen María

QLòD�HQ�EUD]RV��$O�FHQWUR��(VFHQD�GH�/D�9LVLWDFLöQ��0DUâD��MXQWR�D�6DQWD�,VDEHO�\�=DFDUâDV�FRQ�ODV�HVFULWXUDV�TXH�DQXQFLDQ�OD�OOHJDGD�GHO�0HVâDV��$�OD�GHU���3UHğ�JXUDFLRQHV�GH�&ULVWR�HQ�HO�$QWLJXR�7HVWDPHQWR��GH�L]T��$�GHU��0HOTXLVHGHF��UH\�\�VXPR�VDFHUGRWH�GH�6DOHP��$EUDKDP�FRQ�VX�KLMR�,VDDF�HQ�HO�VDFULğ�FLR�GHO�PRQWH�0RULÀ��0RLVÒV�FRQ�OD�OH\�\�HO�FDGXFHR��HO�SURIHWD�,VDâDV�HVFUXWDQGR��GH�ODV�YâVFHUDV�GHO�FRUGHUR��HO�DQXQFLR�GHO�0HVâDV�\�HO�5H\�'DYLG��SUXHED�GHO�OLQDMH�UHDO�GH�&ULVWR�

arte

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piedra, así como el detalle románico de una de sus torres. En cuanto

al tímpano del portal central domina la imagen de la Gloria Eterna de

Cristo, y probablemente, alcance aquí su representación más equi-

librada. El tetramorfo, que son el león, el águila, el toro y el hombre

alado, símbolos de los arquetipos asociados a los cuatro evangelis-

WDV��HQYXHOYHQ�HQ�XQ�PRYLPLHQWR�FRQWLQXR�\�XQLWDULR�D�OD�ğ�JXUD�GH�Cristo inscrito en una mandorla.

Las esculturas de los derrames representan, al parecer, la genealo-

gía de Jesús, del cual sólo podemos reconocer a algunas, parecen

ser parte indivisa de las columnas que las soportan y su estilizada

ğ�JXUD�TXH�DSR\D�HO�MXHJR�DVFHQGHQWH�GH�OD�HVWÒWLFD�JöWLFD�VLP�boliza a los ancestros de Cristo como los pilares de la Tierra que

sustentan a la Iglesia, en un juego de formas, donde el tímpano

nos revela la realidad divina de Cristo y el derrame del portal nos

presenta la dimensión plenamente humana de Jesús. El registro

inferior del tímpano nos muestra a los doce apóstoles, auténticas

columnas de la Iglesia.

(O�QĎPHUR�LQXVXDOPHQWH�HOHYDGR�GH�ğ�JXUDV�IHPHQLQDV��RFKR��HQWUH�los personajes del Antiguo Testamento enfatiza el rol salvador de

la Virgen María, santa protectora de la Iglesia. Durante el siglo XII,

apareció un nuevo modo de plantear el problema de relaciones entre

hombres y mujeres, estando estas relaciones estrechamente vincu-

ladas a especulaciones intelectuales y espirituales...

Las escenas del portal de la derecha de la torre sur, nos presentan a

Cristo en las rodillas de su Madre, que reina en Majestad. También

nos presenta la Visitación del Ángel y Encarnación del Verbo y la

Presentación del Niño en el Templo. Las esculturas de los derrames

presentan una coronación con forma de torres y ciudades que recuer-

dan a la Jerusalén Celestial.

En el remate de la fachada se encuentra la logia de los soberanos

o reyes de Judá, y a imagen de éstos, los reyes y el emperador no

VöOR�UHSUHVHQWDEDQ�HO�SRGHU�WHUUHQDO��\D�TXH�VX�SRGHU�QR�HPD�naba de fuentes humanas, pues la sangre divina corría por sus

YHQDV��/RV�VREHUDQRV�PHGLDEDQ�HQWUH�HO�SXHEOR�\�'LRV��<D�QR�HUDQ�VHòRUHV�GH�OD�JXHUUD��DKRUD�D�LPDJHQ�GH�'LRV��DGPLQLVWUDEDQ�OD�paz y la justicia. Aquí los reyes de Judá, defensores de la fe, tiene

su correlato en los mismos reyes de Francia que se convertirán en

los protectores del Papa, y de allí que sean representados simbó-

licamente en la catedral.

V. LaS oTraS FaCHadaS(O�SURGLJLRVR�SURJUDPD�LFRQRJUÀğ�FR�GH�OD�&DWHGUDO�GH�&KDUWUHV�QR�puede entenderse aislado, sino que todo el conjunto está subordina-

GR�D�OD�FRQFHSFLöQ�WRWDO�GHO�HGLğ�FLR��$Vâ�HV�TXH�KDFLD�HO�VRO�GHO�HVWH�HV�el Verbo Encarnado, liberado de la muerte y resucitado, en el sur se

desarrolla la Gloria de Cristo, en el portal occidental desarrolla el Jui-

cio Final. El Norte, que no recibe nunca la luz es la vida del Antiguo

Testamento a la espera de la llegada del Mesías.

La fachada norte, por estar permanentemente en sombra, ya que el

sol nunca la iba a iluminar, era una norma representar los personajes

y pasajes del Antiguo Testamento en ellas, y Chartres respetó siempre

esa convención. Los personajes esculpidos en el derrame izquierdo

de la portada norte son, de izquierda a derecha: Melquisedec con el

cáliz y el incensario, quizás el personaje más misterioso y sugerente

del Antiguo Testamento, Abraham, vuelto hacia éste y su hijo Isaac

DWDGR�SDUD�HO�VDFULğ�FLR��0RLVÒV�FRQ�ODV�WDEODV�GH�OD�/H\�\�OD�VHUSLHQWH�GH�EURQFH�HQ�IRUPD�GH�GUDJöQ��6DPXHO�FRQ�HO�FRUGHUR�GHO�VDFULğ�FLR��\�ğ�QDOPHQWH�'DYLG�FRQ�VX�FHWUR�\�FRURQD��7RGRV�HUDQ�SUHğ�JXUDFLRQHV�de Cristo, que yacían en el Antiguo Testamento de manera velada, y

que el Nuevo Testamento ahora revelaba. Estas elaboraciones que los

WHöORJRV�PHGLHYDOHV�YLHURQ�FRPR�XQD�SUHFODUD�OH\�GH�SUHğ�JXUDFLRQHV�de tipos y antitipos, anudaban de modo asombroso la historia sagrada

con una coherencia impresionante. El parteluz de la portada central

una bella escultura nos representa a su madre Santa Ana sosteniendo

a la pequeña Virgen María en sus brazosesa convención. Los personajes esculpidos en el derrame izquierdo a la pequeña Virgen María en sus brazos

,QWHULRU�GH�OD�QDYH�FHQWUDO�GH�OD�&DWHGUDO�GH�&KDUWUHV��<D�VH�SXHGH�REVHUYDU�TXH�se ha suprimido el matroneo, galería o tribuna superior reservada a las mujeres, y

ahora el muro interior sólo se articula en tres niveles. Arcadas, triforio y claristorio.

arte

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La Portada Sur reúne a los doce apóstoles alrededor de la puerta

central, los mártires alrededor de la puerta izquierda, y los con-

IHVRUHV�D�FDGD�ODGR�GH�OD�SXHUWD�GH�OD�GHUHFKD��WRGRV�VH�UHğ�HUHQ�D�OD�ğ�JXUD�GH�&ULVWR�HQVHòDQGR��TXH�VH�OHYDQWD�HQ�HO�SDUWHOX]�GH�OD�puerta principal. Sobre ésta, el tímpano que representa el Juicio

Final, en una aparente contradicción con el orden litúrgico señala-

GR��SHUR�ŃKD\�TXH�OHHU�HVWD�UHSUHVHQWDFLöQ�FRPR�XQD�SURORQJDFLöQ�\�XQD�DPSOLDFLöQ�GH�OD�0DMHVWDV��OD�H[SUHVLöQ�GH�OD�YLFWRULD�GLYLQD�\�VX�HVSOHQGRUń�QRV�GLUÀ�7LWXV�%XUFNKDUGW�HQ�VX�OLEUR�&KDUWUHV�\�HO�nacimiento de la Catedral.

VI. una nuEVa ConCEpCIÓn dEL ESpaCIoEs con la reconstrucción de la Catedral de Chartres, que se da el empuje

inicial a una arquitectura que alcanzará las cotas más elevadas del espí-

ULWX�KXPDQR�SDUD�GHVDğ�DU�OD�OöJLFD�GHO�PDWHULDO��OD�SLHGUD��FRQ�XQ�ĎQLFR�\�privilegiado entusiasmo por vencer todo efecto de masa y pesadez.

Hasta entonces, durante todo el gótico primitivo, el interior de las

catedrales había conservado algo de la maciza estructura de las

iglesias románicas, que subordinaba la masa inerte de la piedra a

XQ�RUGHQ�HVSLULWXDO��$KRUD�OD�DUTXLWHFWXUD�JöWLFD�SDUHFâD�LQVXĠ�DU�DO�PDWHULDO�QXHYD�YLGD��VL��XQD�YLGD�SURSLD��HPSXMDGD�SRU�XQD�voluntad ascensional, una espiritualización de la materia. Podemos

Dğ�UPDU�TXH�FRQ�HO�JöWLFR��OD�SLHGUD�DOFDQ]DUÀ�VX�OâPLWH��GHVSXÒV�de este despliegue titánico de fuerzas, la piedra ya no iba a poder

llegar nunca tan lejos.

La grandiosa planta, de tres naves , con doble deambulatorio y tran-

septo dotado de naves laterales generando el crucero, prácticamente,

HQ�HO�FHQWUR�öSWLFR�\�JHRPÒWULFR�GHO�HGLğ�FLR�QRV�SHUPLWHQ�HQWHQGHU�HVWD�FRQFHSFLöQ�GHO�HVSDFLR�XQLğ�FDGR�D�TXH�WLHQGH�HO�DOWR�JöWLFR��(V�DO�WUDVSDVDU�HO�XPEUDO�GRQGH�HO�ğ�HO��HPEULDJDGR�SRU�OD�H[SHULHQFLD�HVWÒWL�ca y sagrada, puede vivenciar la concepción espacial interior de la

&DWHGUDO�HQ�VX�SOHQLWXG��H[SOLFÀQGRVH�DVâ��FRPR�HO�GHVSOLHJXH�IRUPLGD�EOH�GH�VX�SDUDPHQWR�H[WHULRU��FXDO�HVTXHOHWR�SURYLVWR�GH�DUERWDQWHV��estribos y contrafuertes se eleva prodigiosamente hacia el cielo.

(VD�SHUIHFFLöQ�GH�OD�WHFWöQLFD�GHO�HGLğ�FLR�HVWÀ�GDGD�SRU�OD�VXSUHVLöQ�de las tribunas altas o matroneo, lugar de los catecúmenos y de

las mujeres en el gótico primitivo, ya que ahora el muro se articula

formalmente en 3 niveles: arcadas, triforio y claristorio (ventanales),

lo cual permite subir la altura de todas las naves, articular la bóveda

en tramos cuadripartitos y descargar con arbotantes los fuertes

HPSXMHV��:RUULQJHU�QRV�SODQWHD�TXH�ŃOD�H[SUHVLöQ�JöWLFD�HV�OD�representación más enérgica y amplia de la sensibilidad medieval. La

mística y la escolástica, las dos grandes potencias vitales de la Edad

Media, que suelen aparecer en inconciliable oposición, quedan aquí

íntimamente unidas, profundamente compenetradas. Si el espacio

LQWHULRU�HV�WRGR�PâVWLFD��HO�H[WHULRU�GHO�HGLğ�FLR�HV�WRGR�HVFROÀVWLFDń�Enlazando con lo dicho más arriba, esta devoción mariana que

surge aquí en Chartres tiene una repercusión capital en toda la

arquitectura del Gótico clásico: de ahora en adelante se suprime el

matroneo o tribunas altas, lugar de los catecúmenos y las mujeres,

hasta el momento simples espectadoras de la liturgia, ahora bajan

y pasan a compartir el rito junto a los hombres en la nave. Por

tanto se elimina la antigua articulación del muro en cuatro niveles

como en las antiguas catedrales románicas y del gótico primiti-

vo, como es el caso de Laon o París. Esta consideración espacial

acerca del estatus social de la mujer será, probablemente, uno de

los factores desencadenantes de la nueva sensibilidad hacia las

PXMHUHV�H[SHULPHQWDGDV�D�SDUWLU�GHO�V��;,,�FRQ�OD�LQJHQWH�FDQWLGDG�de iglesias y catedrales consagradas a nuestra Señora, con el adve-

nimiento del amor cortés, el arribo del ideal caballeresco y el culto

a la femineidad. La mujer comenzó a ser considerada como imagen

viviente de la Stma. Virgen María, por tanto fuente de devoción,

admiración y respeto. Esto marcaba algo sin precedentes en la

evolución de Occidente.

VII. La VIrGEn nEGra: noTrE daMEdu pILLIErCuando el emperador romano Teodosio decreta al cristianismo como

UHOLJLöQ�Rğ�FLDO�GHO�,PSHULR�D�ğ�QDOHV�GHO�V��,9��WDPELÒQ�VXSULPH�GH�raíz todas las demás formas religiosas que todavía se daban en esos

Notre-Dame de-la-Belle-Verriére. Vitral del s. XII. Este vitral, uno de los más anti-

guo de Francia, y sin duda, el más hermoso, logra un azul de cobalto muy profundo,

que ha sido imposible de igualar. Represente a nuestra Señora entronizada, como

reina y madre de la Creación, con el niño Jesús en sus brazos.

arte

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Page 8: LA CATEDRAL DE NOTRE DAME DE CHARTRES · facultad de Diseño UDP, de la UPA, Profesor del Magister de Artes y Humanidades de la UGM. LA CATEDRAL DE NOTRE DAME DE CHARTRES Santuario

territorios. Es así que los practicantes de los cultos druídicos en la

Galia y en el mundo celta en general, adoradores de la diosa madre,

entierran esas imágenes entre las raíces de árboles sagrados, y una

vez que las condiciones se estabilizan, en tiempos de Carlomagno,

YXHOYHQ�D�DĠ�RUDU�D�OD�OX]��6RQ�ODV�OODPDGDV�9âUJHQHV�1HJUDV��\�&KDU�tres posee varias. La más emblemática es Nuestra Señora del Pilar,

una talla del siglo XVI (1507, en madera de peral) conocida como la

‘Virgen Morena’, aunque algunos le conceden una antigüedad mu-

FKR�PD\RU��VH�HQFXHQWUD�HQ�XQ�QLFKR�HQ�OD�QDYH�ODWHUDO�QRUWH��MXVWR�en la articulación con el cuerpo septentrional del transepto.

Si es la original o no, no importa tanto si concedemos que esta

catedral fue el nacimiento de una veneración nueva, o renovada,

de la Virgen María, por la necesidad de dirigirse al rostro maternal

GH�OD�PLVHULFRUGLD�GLYLQD��\�WDPELÒQ�HO�FXOWR�FDEDOOHUHVFR�D�OD�'DPD�Celestial, en quien se resumía la nobleza del alma, la inocencia y la

belleza. Otra de estas representaciones de la Virgen se encuentra

en la capilla de la cripta, la llamada Notre-Dame de-sous-Terre y

sería originalmente una estatua creada por los druidas del culto

a la diosa madre, aún cuando la actual, es de fechas más recien-

tes. Está sentada en un trono cuyo zócalo muestra la inscripción:

Ń9LUJLQL�SDULWXUDHń�R�OD�9LUJHQ�SRU�GDU�D�OX]�

VIII. LaS VIdrIEraS SaGradaS Y noTrE-daME dE-La-BELLE-VErrIÉrEGeorge Duby, en su libro La época de las catedrales plantea que

ŃHQ�HO�LQWHULRU�GH�OD�FDWHGUDO��ODV�YLGULHUDV�SURORQJDQ�ODV�HQVHòDQ]DV�transmitidas en el pórtico. Ha ascendido un grado hacia la contem-

plación. Volviéndose hijo de Dios por medio de la encarnación de

&ULVWR��SDUWLFLSD�GH�OD�KHUHQFLD��HV�GHFLU��GH�OD�LOXPLQDFLöQń��/D�YLGULHUD�SHUWHQHFH�âQWLPDPHQWH�DO�HGLğ�FR�JöWLFR��1R�FRQRFHPRV�HO�QRPEUH�GH�los maestros de obra que se sucedieron en la obra, pero el resultado

es de una notable coherencia. Imágenes convertidas en paramentos,

SDUDPHQWRV�GH�OX]��DWPöVIHUD�OXPLQRVD�FRQYHUWLGD�HQ�DWPöVIHUD�numinosa, después de atravesar la materia de los vitrales, cristales

coloreados y traslúcidos. Es en su refracción por el vidrio como la luz

despliega su riqueza interior de colores, convirtiéndose ella misma en

objeto de contemplación. Las imágenes transparentes, análogas a las

Escrituras, ponen la Luz Divina al alcance de la visión humana.

6X�SURJUDPD�LFRQRJUÀğ�FR�VH�KD�SUHYLVWR�WDO�FRPR�VH�KDEâD�FRQFHELGR�por los teólogos de los siglos XII y XIII. Así la catedral presenta nueve

portales esculpidos, únicos en Francia y 2600 m2 de vidrieras. Dominada

HVWULFWDPHQWH�SRU�OD�OöJLFD�HVFROÀVWLFD��SHUPLWHQ�H[WUDHU�GH�HOODV�WRGD�VX�sustancia y pasar del sentido literal al sentido místico. Es una verdadera

HQFLFORSHGLD�GH�SLHGUD��KHFKD�SDUD�LQVWUXLU�D�ORV�FULVWLDQRV��H[SUHVLöQ�GH�teología y de espiritualidad, estas imágenes transmiten una enseñanza

\�XQD�SDODEUD�GH�IH�\�GH�YLGD��ŃHO�SHQVDPLHQWR�PLVPR�GH�OD�(GDG�PHGLD�KHFKR�YLVLEOH��KDFHU�YLVLEOH�OR�LQYLVLEOHń�HVFULELö�(PLOH�0ÁOH�En Chartres el color azul es dominante, pero es sobre todo el azul de

la vidriera de la otra imagen, la de Notre Dame de la Belle Verrière la

que atrae a los visitantes de todo el mundo, por su belleza, nitidez

y profundidad. Se trata de uno de los pocos vitrales que sobrevivió

al incendio de 1194. La composición de la Virgen entronizada revela

HQ�VX�KLHUDWLVPR��ODV�LQĠ�XHQFLDV�URPÀQLFDV�TXH�DĎQ�SUHVHQWD��(O�QLòR�VRVWLHQH�XQ�OLEUR�HQ�HO�TXH�VH�OHH��ŃRYQLV�YDOOLV�LPSOHELWXUń��WRGR�valle sera terraplenado. Este azul luminoso se obtenía coloreando la

SDVWD�GH�YLGULR�FRQ�ö[LGR�GH�FREDOWR��DXQTXH�VX�PÒWRGR�GH�IDEULFD�ción todavía se desconoce. Más tarde, otros azules, menos costosos

suplantarán este azul del siglo XII.

Los rosetones, símbolos de la creación en su plenitud y en los que la cir-

culación de la luz surgida de su inefable seno y volviendo para converger

en él, se reduce a la unidad de su principio, imitan la curva cerrada que

ORV�DVWURV�UHFRUUHQ�HQ�HO�ğ�UPDPHQWR��(O�DUWH�GH�ODV�YLGULHUDV�FXOPLQD�HQ�HVWRV�URVHWRQHV��TXH�H[SUHVDQ�DO�PLVPR�WLHPSR�OD�VLJQLğ�FDFLöQ�GH�ORV�ciclos del cosmos, del tiempo resumiéndose en lo eterno, y del misterio

GH�'LRV��/X[�$HWHUQD��&ULVWR�VRO��/RV�URVHWRQHV�UHSUHVHQWDQ�WDPELÒQ�D�OD�Virgen, es decir, a la Iglesia. El rosetón es, por último la imagen del Amor

'LYLQR��Ń$TXâ��OD�UXHGD�GHO�PXQGR�VH�KD�FRQYHUWLGR�HQ�URVD��Ġ�RU�GH�OD�pureza, la inocencia y la nobleza del alma, que abre su cáliz en una rueda

GLVSXHVWD�D�DEVRUEHU�HO�VRO�GHO�(VSâULWX�GLYLQRń�QRV�GLUÀ�%XUFNKDUGW�

IX. ConCLuSIÓn.Después de recorrer brevemente los diversos elementos que articu-

lan el gran libro sagrado que es la catedral de Chartres, y habiendo

obviado aquí una gran cantidad de elementos que nos hubiera gus-

WDGR�DQDOL]DU��SRGHPRV��TXL]ÀV��SHUFLELU�TXH�HVWDPRV�HQ�HO�RULJHQ�PLVPR�GHO�UHQDFLPLHQWR�HVSLULWXDO�GH�2FFLGHQWH��XQ�DUWH�HQ�SHUIHFWD�consonancia con la hierática estructura espiritual y simbólica de la

OLWXUJLD��+HQUL�)RFLOORQ�HQ�VX�OLEUR�(O�DòR�PLO�SODQWHD�TXH�Ń&KDUWUHV�conserva un privilegio de juventud sobre todas las grandes cate-

drales cuya dinastía inauguró: no una prioridad abstracta, sino la

FXDOLGDG�YLYD�GH�XQ�HVWLOR�TXH��GXHòD�GH�VXV�UHFXUVRV��VH�PDQLğ�HVWD�SRU�SULPHUD�YH]ń��(VWH�UHQDFHU�GH�OD�IH��GRQGH�SDXODWLQDPHQWH�HO�ğ�HO�irá siendo parte activa del culto, se traduce por este inmenso fervor

que aquí comienza a producir la Piedad Mariana que irrumpe desde

Chartres, anudando e iluminando entrañablemente las tradiciones

más antiguas y propias, de los pueblos originales que precedieron

al cristianismo, en honda síntesis. Quizás allí radique el misterio

mariano que sugiere esta gran catedral.

para SaBEr MÁS: � BULTEAU, M. J. Monographie de la Cathédrale de Chartres,

Chartres, 1887-1892, 3 vol.

� BURCKHARDT, Titus. Chartres y el nacimiento de la catedral.

Barcelona: José J. de Olañeta, 2004.

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Domingo Pruna trad., Barcelona: Plaza & Janés. 1976.

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drid: Encuentro, 2001.

� VON SIMSON, Otto. La catedral gótica. Madrid: Alianza

Editorial, 2007.

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