henry dunant su vida y su obra

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  • 7/25/2019 Henry Dunant Su Vida y Su Obra

    1/2

    Wenri Dunant

    u vida

    y

    obra

    P or J os H er n nd ez Gutirrez

    PRIMER PREMIO

    de l Concurso literario de la

    Cruz

    Roja.

    La

    C ru z R oj a e n colaboracin

    on nuestra Entidad

    h a o rga n i -

    zado

    el ya tradicional concurso

    literario.

    continuacin o r -

    cemos el o r ig in a l g a la r do n ad o

    con el p r i mer

    premio.

    La batalla de Solfer ino que tuvo

    lu ga r e l 24 de

    junio

    de 1859

    en

    l as l la n ur as s al pi ca da s

    de

    col i -

    nas de

    Lombarda

    fue una de

    las

    luchas ms sangrientas de todo

    el siglo XIX Los e j rc it os e ran

    de

    los

    ms

    grandes

    que

    se

    haban

    v is to e n It ali a desde la poca

    de

    Csar :

    170 000

    aust r acos

    contra

    150 000 i talianos y f r anceses

    al iados

    para acabar con su

    odiada

    dominacin del

    norte

    de

    Ital ia

    A

    anochecer

    unos 40 000

    hombres yacan muertos o

    her idos

    y otros tantos

    habr an

    de cae r

    despus de la bata l la

    vctimas

    de

    la sed

    d el h am br e y de

    las

    enfermedades

    Aquel da a ter rador Henr i Du-

    nant hombre

    de negocios

    suizo

    se

    encont r inesperadamente en

    el mismo c en tr o d el campo de

    bata l la

    en

    la s cercanas

    de

    Solfer ino Se cre e que

    haba

    id o

    a

    la desgar rada Italia

    con

    la in-

    tencin

    de encont ra r

    al empera-

    do r

    f rancs Napolen

    jefe

    de l as f ue rz as al iadas para

    20

  • 7/25/2019 Henry Dunant Su Vida y Su Obra

    2/2

    pedirle quP

    intercediera

    ante las

    autor idades f r ancesas

    que

    ponan

    t rabas

    a las

    empresas

    de Dunant

    en Argel ia donde posea molinos

    har ine ros . La busca tenaz pero

    hasta cier to punto

    dependiente

    del aza r

    lo haba

    sumergido

    a l

    y a su aterrado cochero en lo ms

    profundo de

    un

    holocauto de

    c r e -

    c ientes proporc iones .

    Las esce -

    nas

    que presenciaba Dunant,

    hombre apas ionado

    esbel to

    de

    poco ms de

    30

    aos que se

    haba d i st ingu ido ya como funda

    dor de la Asociacin Cri -s ti na de

    Jvenes e ran de

    un

    b,orror

    pico

    e impresionante. Miles de muer tos

    y a goni za nte s c ub r an l os campos

    y las l ade ras

    much s imos ms

    de

    los que podr an a tender lo s

    pocos mdicos

    y pract ieantes

    disponibles . Abrumado,

    Dunant

    vea

    cmo

    los soldados

    f ranceses

    ar ras t r aban los

    pesados

    caones

    por

    encima

    de

    r a s v ct imas

    desam

    paradas .

    Presenc i cmo

    los

    soldados mataban

    a los pr i s ione-

    r o s a u st r ac o s e intervino

    para

    de tener la matanza.

    Despus vio

    a una

    patru l la

    aust r aca matar

    a pedradas a un capi tn f rancs

    her ido .

    Dunant olvid por completo

    todo

    lo relacionado con sus negocios

    y se entreg por entero a

    una

    obra a la

    que

    habra

    de

    dedicar

    e l re s to de su

    vida: la

    de

    al iviar

    e l

    sufrimiento

    y sa lva r vidas .

    Organiz en

    e l

    cercano

    Cast ig l io

    ne

    un cuerpo de

    enfermeras

    prac t ican tes

    todos

    voluntar ios ,

    y en la

    iglesita

    del pueblo

    hicie-

    ron

    cuanto

    estuvo

    a s u a lc an ce

    para ayudar a ms de 1

    .000 hom

    bres gra v n t ~

    heridos :

    le s

    proporcionaban

    agua , al imentos ,

    tabaco,

    escr iban sus

    car tas o

    senci l lamente

    acompaaban a los

    agonizantes en sus ltimos mo

    mentas. E l sufrimiento,

    l a f al ta

    d e h ig ie ne

    y l a s ens ac in de

    impotencia an te la m uerte

    por

    ca r ece r de suficientes mdicos

    y

    equipo sani tar io

    dejaron en la

    sensible alm a de Dunant una im

    pres in

    todava

    ms

    vvida

    que

    aquel

    horr ib le

    pr imer da de Sol -

    fe r ino .

    Tom la d ec is i n de

    no

    descansar

    hasta

    que

    la s

    condiciones hubie

    ran mejorado.

    S us solicitudes de ayuda

    apare-

    cieron en

    los

    diar ios de Francia

    y Suiza ;

    mendig

    provisiones y

    coordi n l os

    esfuerzos de

    mdi

    cos

    y de enfe rmeras .

    Dorma

    apenas unas cuantas horas .

    P o r

    su e ntr eg a se gan

    l a admi ra c in

    de la mayora de los que t rabaja-

    ron con l .

    Despus regres a S uiza y r e s u -

    mi todas s u s expe r ie nci as en

    un

    l ibro Recuerdos

    de

    Solfer i -

    no .

    Descuid

    completamente

    sus

    negocios

    y se dedic a propagar

    sus

    ideas en l i b ros folletos ,

    car tas y conferencias . E ra un

    orador bri l lante y

    r a r a vez

    de ja -

    ba de convencer a su audi tor io

    a l

    q ue c onmova c on

    su s incer i -

    dad. En 1863 s e r eu ni en una

    conferencia , en Ginebra , con

    la

    representacin de

    las

    princ ipa les

    potencias

    de

    Europa . Uno de

    lo s

    pun to s que

    se acordaron

    fue que

    todas las unidades de mdicos y

    voluntarios deberan

    usa r

    la

    misma

    insignia, reconocida y

    r espe tada por todos

    los

    ejrci tos

    s in impor ta r s u naci ona li dad .E l

    emblema

    escogido

    fue una

    cruz

    roja : invers in de

    la bandera

    su iza .

    Avergonzado de

    su

    pobreza

    debida al f racaso de las empresas

    de Argel ia se mud a

    Par s .

    En

    1867

    s u s it ua c in

    no

    poda se r

    peor . Tuvo q ue r enunc ia r al

    puesto

    de

    secre tar io

    de

    la C ruz

    Roja Internacional. En julio de

    1870 es ta l l

    la

    guer r a f ranco

    prus iana .

    Dunant trabaj inca

    n

    sablemente en los hospitales y

    enfermer as en la

    capi ta l

    f rance-

    sa . Los

    acuerdos de la s

    conven

    ciones de la Cruz Roja

    se

    r e sp e -

    taron en

    los

    campos de

    ba ta l la .

    Term in ad a la

    guer r a viaj por

    la s

    c ap it a le s eu ropeas

    luchando

    por sus i deas . En agosto de

    1872

    dio un a

    conferencia

    en

    Londres

    sobre e l t ra to a

    los

    pr i s ioneros de

    g u e r r a . Florencia Nightingale

    le

    invit a su

    casa

    y con

    el t iempo,

    la

    cuestin

    de

    los

    pr i s ioneros

    de

    g ue rra s e convirt i

    en un a

    causa

    clebre .

    Adems,

    luch por

    la

    abolicin

    de l a e s cl av i tud , l a p rot ec c in

    de

    los c ivi l es duran te los conflic

    to s a rmado s

    y l a o rgan iz ac in de

    se rv ic ios de

    a yu da e n caso

    de

    s in ies t ro .

    En

    1871

    l leg

    a in ic ia r

    un a

    organizac in, en

    Par s l l a -

    mada La

    Alianza

    Universal

    que

    se

    puede considerar

    uno de

    los

    precedentes

    de la s Naciones

    Unid as . En

    1892,debili tado por

    l a en fe rmedad ,

    ingres

    en

    e l

    hospital pblico de

    Heiden,

    y

    al l

    vivi

    los

    18

    aos restantes

    de

    su

    vida .

    Con

    e l tiempo l lovie

    ron

    sobre

    l

    honores y condeco

    rac iones

    entre

    ellos

    e l

    Premio

    Nob el d e

    la

    Paz de

    1901

    Hoy, 114

    a os d es pu s

    de que

    Dunant

    se

    encontr envue lt o e n

    los

    h o r r o r e s

    de la

    guer ra

    en

    Solfer ino

    h ay unos 230 millones

    d e m iemb ro s de la

    Cruz

    Roja

    en

    ms de 100

    pases.

    Ya sea

    que

    la

    l lamada de urgencia se deba

    al t e r remoto

    de

    Chile

    o

    a l

    de

    Nicaragua ,

    a la

    guerra

    civi l de

    Nigeria o a un t if n d e Pakis tn

    esas abnegada s pe r sona s es tn

    prestas s iempre a cargar

    con

    los

    sufrimientos

    de s u s he rmanos .

    LEMA

    DE

    UNA

    VISION ATERRt .DORA

    NACIO LA

    ESPERANZA .