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EQUIDAD DE GÉNERO SEGÚN ÁREAS GEOPOLÍTICAS. UNA PROPUESTA DE MEDICIÓN MÁS JUSTA PARA LA VIGILANCIA DE SU IMPACTO EN LA SALUD PÚBLICA
José Fernández Sáez
DEPARTAMENTO DE ENFERMERÍA COMUNITARIA, MEDICINA
PREVENTIVA Y SALUD PÚBLICA E HISTORIA DE LA CIENCIA
Facultad de Ciencias de la Salud
EQUIDAD DE GÉNERO SEGÚN ÁREAS GEOPOLÍTICAS. UNA PROPUESTA
DE MEDICIÓN MÁS JUSTA PARA LA VIGILANCIA DE SU IMPACTO EN
LA SALUD PÚBLICA
José Fernández Sáez
Tesis presentada para aspirar al grado de
DOCTOR POR LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE
Programa de Doctorado en Salud Pública
Dirigida por:
Dra. María Teresa Ruiz Cantero
Dra. Marta Guijarro Garvi
A mi padre Pepe, a mi madre Maruja
A Andrés, Ángela, Andrés y Alicia
AGRADECIMIENTOS
En mi periodo de formación doctoral he contado con el inestimable apoyo y ayuda de muchas
personas, a las que deseo agradecer en las siguientes líneas.
En primer lugar a mi padre y a mi madre que me han hecho ser como soy. A Andrés,
Ángela, Andrés y Alicia que aunque no siempre entendieron muy bien qué quería hacer,
siempre me apoyaron y creyeron en mí más que yo mismo.
A mis directoras de tesis:
María Teresa Ruiz Cantero por todo lo aprendido y todo lo que me queda por aprender
con ella. Me acogió y depositó toda su confianza en mí desde que llegué a Alicante en todos tus
proyectos. Me ha enseñado a investigar, a preferir la calidad a la cantidad en el trabajo, a buscar
la perfección y a saber que se puede aprender de cualquier persona y pedir ayuda para mejorar
el trabajo, en definitiva, a ser humilde, y sobre todo a diferenciar lo personal de lo profesional.
Gracias también por ser mi confidente y por tu ayuda en otros aspectos de mi vida tomando un
café de los preparados por mí y aperitivos con oporto preparados por ti.
Marta Guijarro Garvi por aparecer casi de sorpresa en mi carrera académica. Gracias a
ella he aprendido a ver la realidad a través de números. Me ha enseñado a ser muy exigente y
observador y no fiarme ni de mi mismo. Gracias por confiar en mí en ese proyecto tan
ambicioso. Nuestras largas conversaciones matemáticas por teléfono han sido lecciones
magistrales.
A Carlos Álvarez‐Dardet por sus grandes ideas, sabios consejos y por contar conmigo
en interesantes proyectos; pero también por su compañía, enseñanzas y ayuda en todos los
aspectos de la vida.
A Elisa Chilet Rosell, Mercedes Carrasco y Vicente Clemente, mis compañeros y ya
amigos de despacho. Por todo. Siempre, aún sin proponérselo, me enseñan paciencia, trabajo en
equipo, disfrutar ayudando a los demás. Hemos pasado muchas horas trabajando duro pero
siempre con risas y complicidad.
A Andrés Umaña, Aurora Norte, Andrés Agudelo, Gaby Ortiz, Erica Briones, Ali
Ghaddar por momentos compartidos.
A Encarna Gastón, Elena Ronda, Carme Vives, Diana Gil, Rocío Ortiz, Ma Carmen
Davó por sus contribuciones a mi formación.
No quisiera olvidarme de agradecer a mis amigos Pepo Orellana – Pizarro, Jordi Vidal,
Marilen Pérez y Marjolis García que me escucharan y me dieran otros puntos de vista durante
los duros entrenamientos.
ÍNDICE
1. RESUMEN ................................................................................................................................ 11
2. INTRODUCCION ....................................................................................................................... 15
2.1 Perspectiva de género y Salud Pública .............................................................................. 16
2.2 Estadísticas con perspectivas de género ........................................................................... 17
2.3 Construcción de Índices .................................................................................................... 25
3. JUSTIFICACIÓN DEL ÁREA TEMÁTICA ...................................................................................... 29
3.1 Revisión de la equidad de género y su impacto en la salud pública. Estudio I ................. 29
3.2 Convergencias y seguimiento de la equidad en el tiempo. Estudio II ............................... 30
3.3 Tiempos de equidad de género: Descripción de las desigualdades entre Comunidades
Autónomas, España 2006-2014. Estudio III ............................................................................ 32
4. OBJETIVOS ............................................................................................................................... 33
4.1 Objetivo General ............................................................................................................... 33
4.2 Objetivos específicos ......................................................................................................... 33
5. METODOLOGÍA ........................................................................................................................ 35
5.1 Metodología para el primer objetivo ................................................................................ 35
5.2 Metodología para el segundo objetivo ............................................................................. 39
5.3 Metodología para el tercer objetivo ................................................................................. 40
6. FORTALEZAS Y LIMITACIONES ................................................................................................. 45
7. TRABAJOS PUBLICADOS Y ACEPTADOS PARA SU PUBLICACIÓN ............................................. 49
7.1 ARTÍCULO I. Looking twice at the gender equity index for public health impact ............. 51
7.2 INFORME TÉCNICO. Medición de la inequidad de género multidimensional: algunas
propuestas metodológicas para América Latina y El Caribe (2006-2014) ............................. 67
7.3 ARTÍCULO II. Tiempos de equidad de género: descripción de las desigualdades entre
comunidades autónomas, España 2006-2014 ......................................................................123
8. PRINCIPALES RESULTADOS Y DISCUSIÓN ..............................................................................141
9. CONCLUSIONES .....................................................................................................................145
10. IMPLICACIONES PARA LAS POLÍTICAS Y LAS PRÁCTICAS PROFESIONALES .........................147
11. REFERENCIAS ...................................................................................................................... 149
12. ANEXO 1. DIVULGACIÓN DE LOS RESULTADOS ...................................................................157
12.1 Comunicaciones a Congresos ........................................................................................157
12.2 Publicaciones relacionadas con mi Tesis Doctoral ........................................................159
13. ANEXO 2. FINANCIACIÓN Y RECONOCIMIENTO ................................................................. 161
1. RESUMEN
Antecedentes:
La equidad de género es un determinante estructural de las desigualdades en salud, que
tiene un impacto positivo en las actividades cotidianas de las personas, en su toma de
decisiones, la asignación de los ingresos, la aplicación y observación de las normas, y
que afectan a su salud.
Una de las herramientas que en los últimos años se está demostrando de mayor
utilidad en el proceso de erradicación de la inequidad de género es la disponibilidad de
instrumentos adecuados para medirla. De hecho, distintos indicadores de género han
mostrado su desigual comportamiento al interior de los países, tanto Estados o
Comunidades Autónomas (CC.AA.).
El Índice de equidad de género (IEG) propuesto por Social Watch complementa
a diversos índices de género, siendo una fuente de datos útil para la salud pública
respecto a otros índices; pues al no incluir variables de salud permite análisis
estadísticos de su relación con variables de salud, morbilidad y mortalidad. Pero, el
Índice de Equidad de Género fue diseñado para mostrar la inequidad exclusivamente
hacia las mujeres. Así que considerando que el valor bajo escrutinio es la equidad,
El Objetivo General de esta Tesis es: Analizar la equidad de género con el fin de
facilitar la exploración de su asociación con las desigualdades en salud y sus
determinantes tanto en el ámbito internacional como en las CC.AA. de España. Con los
siguientes Objetivos específicos:
1. Diseñar una versión refinada del Índice de Equidad de Género de aplicación en
el ámbito internacional, que llamamos Índice de Equidad de Género Modificado
(IEGM), el cual pone de relieve las desigualdades que afectan a las mujeres y los
hombres, generando así una medida más amplia de la inequidad útil en
monitoreo de la equidad de género con fines de vigilancia de salud pública.
11
Con la finalidad de servir de complemento a los índices de género de PNUD en la
descripción de la situación que en materia de género viven los países de América Latina
y el Caribe, con la utilización del IEGM, junto con otras propuestas de medición
basadas en el concepto de brecha, se pretende:
2. Explorar la evolución temporal de la equidad de género de los países de
América Latina y El Caribe (ALC) en el periodo 2006-2014.
El mismo planteamiento se ha realizado para las CC.AA de España, donde se pretende:
3. Visibilizar la evolución hasta 2014 de la equidad de género en las CC.AA. de
España desde 2006, fecha anterior a la promulgación de la Ley de Igualdad y al
comienzo de la crisis económica, con énfasis en el análisis de la convergencia en
términos de equidad de género entre CC.AA.
Metodología:
En las brechas de género que se utilizan para la construcción del IEGM las proporciones
de mujeres y hombres que alcanzan un determinado logro se comparan en términos
tanto absolutos (diferencias en proporciones) como relativos (cociente de proporciones).
El IEGM toma valores entre 0 = equidad y ±1 = inequidad.
Se ha calculado el coeficiente de rangos de Spearman entre los valores del IEG
e IEGM de los países para evaluar el nivel de concordancia de sus clasificaciones
atendiendo a los valores de los dos índices. Para comparar el grado de sensibilidad de
ambos métodos para medir la inequidad, se ha obtenido en coeficiente de variación de
los valores del IEG y del IEGM de los países.
Se han analizado las variaciones y convergencias en equidad de género de los
países de América Latina y el Caribe entre 2006 y 2014, a partir de los valores del
IEGM, mediante la definición de la Variación Media de Equidad de Género (VMEG),
medida que cuantifica las variaciones medias de las inequidades hacia mujeres y
hombres que se han producido a lo largo de un periodo.
12
Se ha realizado un estudio ecológico sobre la equidad de género mediante el
IEGM en las 17 CC.AA. de España en 2006-2011-2014. Se ha calculado el IEGM de
las CC.AA. y la evolución de la equidad de género en las CC.AA. de España mediante
un estudio de convergencia interregional y temporal en equidad de género, utilizando,
asimismo, la VMEG.
Resultados:
Las ordenaciones de los 114 países según los valores del IEG e IEGM mostraron una
elevada concordancia (coeficiente de rangos = 0,95). El IEGM presenta una mayor
dispersión que el IEG, reflejo de la capacidad del IEGM para evidenciar inequidades
hacia mujeres y hombres. Los valores de la brecha de educación del IEGM muestran la
existencia de inequidad hacia los hombres. Hay países con el mismo valor absoluto en
la brecha de educación, pero con signos opuestos, lo cual permite evidenciar el mismo
grado de inequidad de género, pero hacia las mujeres en un caso y hacia los hombres en
el otro. Esto también ocurre en la brecha de cargos técnicos y profesionales.
El análisis realizado en América Latina y el Caribe muestra que, para la mayoría
de los países de la región, las inequidades hacia las mujeres en la dimensión de
empoderamiento son muy superiores a los del resto de dimensiones. Al igual que en la
dimensión de actividad económica, los procesos de convergencia temporal y espacial
han servido para reducir las diferencias en empoderamiento entre países en términos de
equidad, En materia educativa, los datos muestran que el ritmo de disminución de las
inequidades ha tendido a aumentar en todos los países de la región, pero mucho más en
aquellos que inicialmente tenían mayores niveles de inequidad.
En España, el IEGM de las CC.AA. toma valores negativos próximos a 0
(inequidad desfavorable a las mujeres). No hay convergencia interregional en la equidad
de género debido a que aumenta la dispersión de los valores del IEGM de las CC.AA.
Tampoco existe convergencia temporal, al no evolucionar mejor las CC.AA. menos
equitativas. La brecha de género en actividad económica sigue desfavorable a las
mujeres. Entre 2006-2011 disminuye en todas las CCAA, aumentando en 2014 en 6
CCAA. La brecha de género en educación tiene valores positivos próximos a 0
(desfavorable a los hombres) en todo el periodo de tiempo estudiado. En
13
empoderamiento la inequidad es desfavorable a las mujeres, siendo la dimensión que
más pesa en la equidad de género. La dispersión inter-CC.AA. entre 2006-2014 en
actividad económica y educación se mantiene estable, y aumenta en empoderamiento.
Conclusión:
El IEGM identifica y cuantifica las inequidades de género hacia las mujeres y hacia los
hombres. El IEGM supera, por tanto, las deficiencias del IEG en relación con el
objetivo de medir las inequidades de género para el que fue creado. El IEGM se
convierte, de este modo, en un instrumento de utilidad para las autoridades a la hora de
comprender y controlar los resultados de determinadas políticas de equidad a lo largo
del tiempo y de diseñar nuevas iniciativas que corregir la discriminación estructural
contra las mujeres.
El análisis realizado en la región de América Latina y el Caribe evidencia que,
aunque las inequidades hacia las mujeres se han reducido en la mayoría de los países,
profundas inequidades persisten todavía al final del periodo de estudio.
Las desigualdades en equidad de género entre las CC.AA de España han
aumentado en 2014 respecto al 2006 por lo que durante la crisis económica se ha
perdido el contexto de equidad de género de las CC.AA. de España alcanzado en 2006.
Palabras clave: Género y salud, equidad en salud, índices, educación, renta y
empoderamiento
14
2. INTRODUCCION
En 1999, Ichiro Kawachi mostró la asociación entre el estado social de las mujeres y su
mortalidad total y por causas específicas, pero también su relación directa con la
mortalidad de los hombres. Para medir el estado social de las mujeres usó cuatro índices
compuestos, calculados por el Institute for Women's Policy Research
(http://www.iwpr.org/), el índice de participación política de las mujeres, el de empleo e
ingresos, el de autonomía social y económica y el de derechos reproductivos (1).
Rudolf Virchow (1821-1902) puso de manifiesto la necesidad de comprender
adecuadamente como actúan en la salud las fuerzas sociales, e identificó, puntos de
entrada para la acción contra los mismos (2). Virchow decía: “la medicina es una
ciencia política y la política no debe ser más que medicina a escala social”. Esto es lo
que se puede visualizar en el proyecto Europeo SOPHIE, coordinado por la Dra.
Carme Borrell de la Agencia de salud pública de Barcelona, en el que analiza la
relación entre las diferentes políticas de familia en Europa y las desigualdades de
género en salud (3). El proyecto SOPHIE analiza las desigualdades en la salud
percibida entre hombres y mujeres de diferentes países Europeos, encontrando que
varían según el tipo de política de familia del país. La explicación más obvia es que
en los países tradicionales, en concreto los del sur de Europa, hay pocos servicios de
ayudas públicas para atención a la infancia y a la gente mayor; y su cuidado recae en
las familias, principalmente las mujeres (4)
El Proyecto SOPHIE encuentra desigualdades en salud entre hombres y
mujeres, siendo las mujeres las que muestran peores indicadores de salud. Y
concluye que estas desigualdades podrían disminuir con políticas adecuadas, como
por ejemplo el aumento de la oferta de servicios públicos para la infancia y la gente
mayor, la igualdad de sueldos y de condiciones laborales para hombres y mujeres, y
una mayor presencia de las mujeres en los lugares de toma de decisiones (3).
15
2.1 Perspectiva de género y Salud Pública
Pese a que el enfoque de la salud pública no es lo mismo que el de la perspectiva de
género, ambos tienen en común su objetivo de transformación social (5). La perspectiva
de género contribuye a comprender los patrones de salud y de enfermedad de la
población, al considerar las desigualdades sociales que afectan a ambos sexos.
La noción de equidad significa la igualdad de trato respecto de lo diferente, o el
igual respeto o consideración de lo diferente. Esta noción de equidad de género permite
articular un discurso crítico orientado a considerar como fundamentadas o legítimas
sólo aquellas políticas cuyo objetivo es la realización de la autonomía de la persona y
que buscan que los rasgos diferenciadores (del grupo o del individuo) sean o bien
invisibles en el espacio público (y no férreos condicionantes de las opciones vitales de
cada quien) o bien elementos a tener en cuenta en el diseño de la política adecuada para
la consecución de la autonomía de las personas.
Desde el ámbito de la Salud Pública, conseguir la equidad equivale a eliminar
las diferencias innecesarias, y por tanto injustas y evitables, y desde la perspectiva de
género, entre mujeres y hombres. La perspectiva de género aplicada a la investigación
en Salud Pública es relativamente reciente, hablándose por primera vez de construcción
social de género en las revistas de Salud Pública en la década de los 70 (6).
El «Género» se define como un constructo social que pone de manifiesto las
convenciones culturales, los roles y los comportamientos sociales que diferencian a las
mujeres y los hombres, diferenciándolo del sexo biológico de la forma en que la
sociedad construye el «ser hombre» o «ser mujer» (7-9).
La Unión Europea, en 1998, define género como un “concepto que hace
referencia a las diferencias sociales (por oposición a las biológicas) entre hombres y
mujeres que han sido aprendidas, cambian con el tiempo y presentan grandes
variaciones tanto entre diversas culturas como dentro de una misma cultura” (10).
La investigación en general dio un salto cualitativo al incorporar la perspectiva
de género debido a que, históricamente, los estudios de salud de las mujeres se
centraban en salud sexual y reproductiva. El género considerado como categoría
analítica permite indagar e interpretar las diferencias y/o desigualdades entre mujeres y
hombres dentro de sus contextos sociales, económicos y culturales (11).
16
2.2 Estadísticas con perspectivas de género
La situación social de las mujeres se ha mostrado relacionada con la salud de ambos
sexos según área geopolítica (1, 12, 13-18). Varía según áreas geopolíticas incluso
dentro del propio país, como se ha mostrado con el índice de desarrollo de género en las
CC. AA. de España, en donde pese a su mejoría entre 1980 y 2005, aún persisten las
desigualdades interregionales siguiendo un patrón norte-sur en perjuicio de las mujeres
del sur (19, 20).
Hasta 1990 el único indicador de desarrollo de un país era su crecimiento
económico medido por la renta per-cápita. Amartya Sen estableció que, a parte del
capital económico, existía el capital humano que engloba componentes tales como la
salud y la educación y que también sirve para medir el desarrollo de un país. Para Sen,
el desarrollo humano es un proceso de ampliación de las capacidades del individuo,
siendo las tres más esenciales el poder disfrutar de una vida larga y saludable, adquirir
conocimientos necesarios y tener acceso a los recursos que permitan alcanzar un nivel
de vida digno. Siguiendo las ideas de Sen, el programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) puso en marcha una iniciativa orientada a la creación de índices
cuyo objetivo fuera la medición del bienestar. Se crea, así, el Índice de Desarrollo
Humano (IDH), índice compuesto de tres dimensiones y sus correspondientes
indicadores: la salud, medida a partir de la esperanza de vida al nacer, la educación
(expresada mediante la alfabetización de adultos y la tasa bruta de matriculación
primaria, secundaria y terciaria combinada) y el ingreso, cuantificada mediante el
Producto Interior Bruto (PIB) real per cápita (Paridad Poder Adquisitivo (PPA) en
dólares) (15).
En 1995, el PNUD presentó el Índice de Desarrollo relativo al Género que,
usando las mismas variables que el IDH, considera las desigualdades entre mujeres y
hombres (21). El Índice de Desarrollo relativo al Género incluía, además de la
esperanza de vida de mujeres y hombres, dos importantes determinantes de la salud,
como son el nivel educativo y los ingresos.
Junto con el Índice de Desarrollo relativo al Género, el PNUD ideó el índice de
potenciación de género (IPG) (Gender Empowerment Measure) que introduce como
variables la participación de las mujeres en los escaños parlamentarios, en los cargos de
17
responsabilidad pública y en los trabajos técnicos y profesionales, así como los ingresos
económicos de mujeres y hombres (22).
La sensibilidad hacia las cuestiones de género ha adquirido tanta importancia
que se ha incorporado, en 2000, en el tercer objetivo de desarrollo del milenio (ODM)
de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Dicho objetivo se basa en promover la
igualdad entre hombres y mujeres y el empoderamiento de las mujeres antes del año
2015. El seguimiento de este objetivo se realizará mediante indicadores como el
derecho a la educación para adolescentes, mujeres y hombres con empleos
remunerados, y mujeres y hombres que ocupan cargos políticos y de tomas de
decisiones, entre otros (22). Por este motivo y desde la Conferencia de Beijing en 1995
y el informe Beijing +5, Naciones Unidas destaca la necesidad de usar indicadores de
género para hacer un seguimiento de la situación de las mujeres y hacer políticas
públicas en consecuencia (23, 24).
En este contexto, los indicadores pasan a tener un relativo reconocimiento o
proyección social y política, al acordar los diferentes países objetivos comunes a partir
de indicadores de control cuya finalidad es estimular desarrollos coordinados de
políticas nacionales y, por consiguiente, la creación de los Planes estratégicos de
igualdad de oportunidades de ámbito nacional. En España corresponde a los años 2008-
2011 (25).
Desde que Naciones Unidas creó del Índice de Desarrollo relativo al Género y el
Índice de Potenciación de Género, distintos organismos y agencias internacionales han
promovido la creación de índices complejos cuyo objetivo es sintetizar en una sola cifra
las disparidades entre mujeres y hombres en las distintas dimensiones del desarrollo
humano, así como reflejar la influencia de estas disparidades en la consecución de dicho
desarrollo. Es el caso del Índice Global de la Brecha de Género (Global Gender Gap
Index) del Foro Económico Mundial, que mide la situación de desigualdad de género en
la participación y oportunidades económicas, los logros educativos, empoderamiento
político y salud y supervivencia (26) o el Índice de Equidad de Género (IEG) de Social
Watch, entre otros (27). En 2010, Naciones Unidas, deshecha el Índice de Desarrollo
relativo al Género, y crea el Índice de Desigualdad de Género (IDG) (28).
Debido a la limitada disponibilidad de estadísticas desagregadas por sexo a nivel
mundial, la ONU reconoce que sólo miden parcialmente el logro del ODM3, mediante
tres indicadores de equidad de género y uno de empoderamiento de las mujeres (29). En
18
las Tabla 1 y 2 se muestran los índices publicados en el Informe de Desarrollo Humano
y los índices de género que publican otras organizaciones.
19
Tabla 1. Índice de género publicados en el Informe de Desarrollo Humano
Fuente: UNDP, Gender Equality in Human Development – Measurement Revisited. Issue Paper. Human Development Report Office 2015.
20
Tabla 2. Índices de género de otras organizaciones (GGGI)
Fuente: UNDP, Gender Equality in Human Development – Measurement Revisited. Issue Paper. Human Development Report Office 2015.
21
Tabla 2. Índices de género de otras organizaciones (SIGI, GEI)
Fuente: UNDP, Gender Equality in Human Development – Measurement Revisited. Issue Paper. Human Development Report Office 2015.
22
Tabla 2. Índices de género de otras organizaciones (EGI, EU-GEI)
Fuente: UNDP, Gender Equality in Human Development – Measurement Revisited. Issue Paper. Human Development Report Office 2015.
23
En 2001, con la puesta en marcha del “Woman Stats Project” se genera una base
de datos que recopila información sobre la situación de las mujeres en el mundo
mediante 294 indicadores de 174 países (30). La Organización para la Cooperación
Económica y el Desarrollo (OECD) crea, en 2009, la “Gender, Institutions and
Development Database” que contiene información de 60 indicadores sobre la
discriminación de género (31). En Europa se dispone de las estadísticas de Género
producidas por la Comisión Económica de Naciones Unidas para Europa (UNECE), que
contiene información desagregada por sexo desde 1980 hasta 2008 sobre trabajo,
economía, educación y salud entre otros indicadores (32).
En el año 2007, en España se institucionaliza la aspiración de la igualdad entre
ambos sexos y el desarrollo de género mediante la promulgación de la Ley Orgánica
para la igualdad efectiva de mujeres y hombres donde, en su artículo 20, establece que
se debe integrar de un modo efectivo la perspectiva de género en las estadísticas y
estudios realizados con estos datos (33). La adecuación de las estadísticas desde la
perspectiva de género permite analizar con mayor precisión la situación de hombres y
mujeres en España en las esferas sociales, económicas y políticas (34).
Autores/as de referencia mundial no obstante, como RG Wilkinson, I Kawashi y
B Starfield de las Universidades de Nottingham, Harvard y Johns Hopkins mediante
estudios multi-nivel defienden la necesidad de ir más allá de las investigaciones
concentradas en valores promedios de los países, pues no proporcionan información
precisa sobre la distribución geográfica de indicadores en el interior de los países, como
los relacionados con la salud-enfermedad, ni sobre las desigualdades interregionales en
sus determinantes socioeconómicos, políticos y culturales (35-37).
Actualmente, la Unión Europea, con base en el marco de la política europea, ha
creado el Índice de Equidad de Género para la Unión Europea, como herramienta de
medición para sintetizar la complejidad de la equidad de género y hacer un seguimiento
de los progresos en la igualdad de género a través del tiempo en toda la Unión Europea,
calculándose para 2005, 2010 y 2015. Este nuevo índice se ha tenido en cuenta las
necesidades de los países miembros aplicando variables de contexto adaptadas a los
países (38).
A nivel nacional, en Cataluña se ha calculado el Indicador de desigualdad de
género presentado recientemente en Barcelona. El indicador ha sido elaborado por el
Gabinete de Estudios de la Cámara de Comercio de Barcelona para el Observatorio de
24
la Mujer, la Empresa y Economía y pretende dar una visión global de cuál es la
situación de las mujeres en comparación a la de los hombres según 22 indicadores,
agrupados en cuatro bloques: formación, mercado laboral, condiciones de vida y
empoderamiento. Ha sido calculado para la década de 2005 a 2015 (39).
Pero, se necesita más conocimiento sobre otros componentes que evalúen el
desarrollo de género, especialmente en España, donde la crisis económica y los cambios
de gobierno en las CC.AA. han llevado a procesos de centralización política.
2.3 Construcción de Índices
La Estadística es una ciencia formal, y, por tanto, con base matemática, que depende
fundamentalmente de la formulación de modelos probabilísticos de diversos sistemas
físicos, de métodos de recogida y análisis de datos numéricos y del diseño de
experimentos eficientes e informativos (40). Kerlinger define la Estadística como “la
teoría y el método de analizar datos cuantitativos obtenidos de muestras de
observaciones, para estudiar y comparar fuentes de varianza de fenómenos, ayudar a
tomar decisiones sobre aceptar o rechazar relaciones hipotéticas entre los fenómenos y
ayudar a hacer inferencias fidedignas de observaciones empíricas” (41). La Estadística
se convierte, de este modo, en una valiosa herramienta fundamental para el avance de
la investigación científica.
Con carácter general, la investigación cuantitativa tiene por objeto la medición
de la realidad a partir de la formulación de modelos matemáticos. Pero, para poder
aplicar adecuados instrumentos de medición es necesario llevar a cabo un proceso de
traducción de los conceptos teóricos al lenguaje empírico, esto es, de sustitución de lo
que no se puede observar por aquello accesible a la observación y, por tanto, a los
instrumentos de medida (42). Este proceso de transición de lo teórico a lo empírico
recibe el nombre de proceso de instrumentalización (43).
La instrumentalización parte de conceptos o ideas abstractas producto de
reflexiones teóricas. A partir de aspectos o facetas específicas de estos conceptos se
definen, en una primera fase del proceso, las dimensiones, cada una las cuales, en una
segunda fases, son concretadas con indicadores, de tal manera que una dimensión puede
tener más de un indicador que la defina. La información proporcionada por varios
25
indicadores se sintetiza en un índice complejo mediante una función matemática
(estadística).
Para definir un índice complejo, y en particular un índice de género, hay que
tomar importantes decisiones de carácter conceptual, analítico y empírico (44). Es por
ello que la creación de estos índices genera un continuo y profundo debate
metodológico, que ha tenido como consecuencia el desarrollo de una gran cantidad de
enfoques en los últimos años (44-46). La diferencia entre todos estos índices radica,
fundamentalmente, en la elección de las dimensiones (relacionada con la disponibilidad
de datos) y de las variables que componen cada una de estas dimensiones y en la forma
de relacionarlas de tal manera que a la hora de medir se pueda dar respuestas a las
preguntas qué, cómo, cuándo y dónde (47).
Para poder entender mejor la realidad que pretende medir el índice compuesto,
es necesario prestar atención, también, a los elementos que forman parte del índice, y,
para ser capaces de comprender e interpretar el significado de los valores que
proporciona un índice complejo, es necesario analizar los indicadores intermedios que
lo componen, poniendo de manifiesto la importancia relativa de cada una de las
variables que contribuyen al valor final del índice. En el caso que nos ocupa, recurrimos
a la brecha de género, concepto que permitirá llevar a cabo una fácil interpretación de
las diferencias en el desempeño de mujeres y hombres en cada una de las de las
dimensiones e indicadores que configuran un índice de equidad de género.
Derivado de todo lo anterior han surgido numerosos trabajos científicos que,
dentro de esta línea de investigación relativa a la cuantificación de las
desigualdades/inequidades de género, han tenido como objetivo la revisión de los
principales índices, así como la detección, en su caso, de deficiencias o inconvenientes y
la propuesta de nuevas metodologías de implementación y mejora (48).
En este sentido, Social Watch plantea un cambio de paradigma de desarrollo con
derechos y oportunidades iguales para hombres y mujeres, así como de reflejarlo en la
práctica (49), introduciendo la dimensión de empoderamiento en la formulación del
IEG. De tal manera que se otorgue mayor importancia al valor de la autonomía y asumir
el fundamento último de las políticas que reconocen el valor del individuo, no tanto
como sujeto que goza del bienestar social, sino como agente que tiene sus juicios y
prioridades. También supone asumir la necesidad de que las políticas públicas estén
26
orientadas a construir comunidades donde los ciudadanos participan en el diseño del
marco y del tejido social (50). Siguiendo esta idea, el nuevo indicador de género
propuesto por Naciones Unidas desde 2010, el Índice de Desigualdad de Género,
también ha incluido al empoderamiento entre sus componentes (28). No obstante, en
términos de salud pública, la bondad del IEG respecto a otros índices de género radica
en que no incluye variables de salud, como es el caso de la esperanza de vida al nacer,
que suele ser componente de varios índices. Ello permite analizar estadísticamente la
relación de este índice con variables de salud-enfermedad, tales como la mortalidad.
Pero el IEG fue diseñado para medir exclusivamente las inequidades de género
hacia las mujeres sin tener en cuenta las situaciones en que las mujeres están
relativamente mejor que los hombres, es decir, las inequidades para con los hombres
(51), entrando en conflicto con los propios objetivos por los que fue creado. Los valores
del IEG oscilan entre 0 (inequidad) y 1 (equidad), y se obtienen como media aritmética
de las correspondientes brechas entre mujeres y hombres calculadas en las dimensiones
de actividad económica, educación y empoderamiento. En aquellas situaciones en las
que el porcentaje de mujeres que alcanzan un determinado logro es mayor que el
correspondiente porcentaje de hombres y el valor de la relación (brecha) es, por lo tanto,
mayor que la unidad, Social Watch, opta por truncar a 1 la brecha de la correspondiente
dimensión. Esta formulación del IEG responde, sin duda, a que, en la mayoría de las
sociedades, son las mujeres quienes tradicionalmente tienen peores condiciones que los
hombres, no sólo en lo relativo a los derechos, oportunidades y responsabilidades
profesionales, sino también en la participación en la gestión de recursos y la toma de
decisiones políticas (52, 53).
27
3. JUSTIFICACIÓN DEL ÁREA TEMÁTICA
3.1 Revisión de la equidad de género y su impacto en la salud pública. Estudio I
Debido a que, en el marco de la salud pública, el género se encuentra en el eje de los
determinantes sociales de la salud, junto con la clase social y etnia (54), es importante
contar con una herramienta de medición de la equidad de género para la vigilancia de
las políticas de salud a nivel nacional. Los pasos que se están tomando hacia la equidad
están directamente relacionados con la consecución de los objetivos de desarrollo del
Milenio centrados en la salud (55). También hay una relación indirecta con la salud a
través de la consecución del objetivo centrado en la educación (56).
El Índice de Equidad de Género (IEG) fue lanzado por Social Watch en 2007 y
su objetivo es promover la equidad de género y la autonomía de las mujeres (57), que es
el 3º ODM. El IEG clasifica la situación de 157 naciones en materia de equidad de
género en la educación, la actividad económica y el empoderamiento (participación
política, la representación en puestos de gobierno, la elaboración de leyes). La bondad
del IEG para la salud pública respecto a otros indicadores radica en que no incluye
variables de salud -como la reproductiva del índice de Desigualdad de Género, o la
supervivencia del índice de la Brecha de Género (58), permitiendo análisis estadísticos
de su relación con variables de salud-enfermedad y mortalidad.
Las políticas de equidad de género disminuyen las brechas de género en
mortalidad general, y por cardiovasculares (12), y las desigualdades de género en salud
percibida (59). A mejor estado social de las mujeres menor prevalencia de depresión y
estrés post-traumático (60), y en los países con altos niveles de igualdad de género
disminuyen o desaparecen, las desigualdades de género en la actividad física (61), la
obesidad, y de las mujeres particularmente (62), y se reduce la mortalidad infantil (63).
El IEG fue diseñado para identificar exclusivamente la desigualdad hacia las
mujeres impidiendo visualizar las situaciones en que las mujeres están relativamente
mejor que los hombres, es decir, de inequidad para con los hombres (27). Como
resultado, el índice está en conflicto con los objetivos para los que fue creada.
29
La razón de esta falta de atención es el hecho de que en la mayoría de las
sociedades son las mujeres quienes tradicionalmente se pierden a los hombres, no sólo
en lo relativo a los derechos, oportunidades y responsabilidades profesionales, sino
también en relación con la participación en la gestión de recursos y la toma de
decisiones políticas procesos. En cuanto a la autonomía y capacidades, no es más que
un caso del género sigue siendo un factor condicionante en diseño social, sino más bien
de él que es particularmente negativo para las mujeres (menos oportunidades en la
educación, el desarrollo profesional, menor participación en el mercado laboral y en
política) (52, 53). Según M.C. Nussbaum, en términos estadísticos, las mujeres son
principalmente instrumentos utilizados por otros para alcanzar sus propios medios en
lugar de agentes, es decir, sujetos capaces de cumplir sus propios objetivos en su propio
nombre y derecho propio (64).
Para visualizar mejor las desigualdades de género en diferentes países se hace
necesario poner en relieve las desigualdades que afectan a las mujeres y los hombres,
generando así una medida más amplia de la desigualdad que sea además útil en el
seguimiento de la equidad de género con fines de vigilancia de salud pública.
3.2 Convergencias y seguimiento de la equidad en el tiempo. Estudio II
En los últimos años se ha popularizado, fundamentalmente entre los especialistas en
desarrollo económico, el concepto de “convergencia”, entendida como la reducción de
las disparidades entre distintas economías y analizada mediante medidas estadísticas de
dispersión , tales como la desviación estándar y el coeficiente de variación,
(convergencia sigma). Asimismo, se entiende que se produce una convergencia
temporal (convergencia beta), cuando las economías con peor situación de partida
mejoran más que las de mayor desarrollo económico inicial (65).
Adaptando el concepto de convergencia sigma al estudio de la equidad de
género y, en particular, a la evolución de las disparidades de los valores del IEGM y sus
componentes, dada la naturaleza de índices de nuestras medidas de equidad, se utiliza
como medida de dispersión el índice de dispersión respecto a la mediana, IMe. Así, se
considerará que existe convergencia en equidad entre las unidades geográficas
consideradas, si el valor del IMe se reduce entre los años inicial y final del periodo de
30
análisis, esto es, cuando la dispersión de los valores de nuestra medida de equidad de
género disminuye con el paso del tiempo. Esta “adaptación” del concepto de
convergencia esa aplicado, entre los años 2006, 2011 y 2012, a la distribución de los
valores de la correspondiente medida de equidad en las CC. AA. de España y en los
países de América Latina y el Caribe, con el objetivo de comprobar si dicha medida se
ha vuelto más homogénea, disminuyendo la dispersión entre CC. AA. o países, según
el caso.
Por otro lado, y con el fin de analizar la convergencia temporal, esto es, la
evolución en términos de equidad de género con el paso del tiempo, se hace necesario
disponer de una medida estadística que permita cuantificar dicha variación entre
distintos periodos de tiempo. Y que, además, sea consecuente con el concepto de
equidad. La Variación Media de la Equidad de Género (VMEG), propuesta en este
trabajo, mide la variación promedio en equidad que experimenta una unidad geográfica
entre los años inicial y final de un periodo de tiempo, siendo es capaz de reflejar, en su
caso, la reducción de las inequidades o lo que es lo mismo, la mejora en equidad que
experimenta una determinada área geográfica. Además, esta medida de variación
cuantifica las variaciones medias en la inequidad, independientemente si estas son hacia
las mujeres o hacia los hombres.
La VMEG permite, no solo hacer un seguimiento de la evolución de cada unidad
geográfica en términos de equidad, sino también establecer comparaciones entre las
unidades geográficas y así poder distinguir si, a lo largo del periodo de estudio, ha
existido o no una convergencia temporal, como consecuencia de que las regiones que
partían con niveles de equidad menores han evolucionado mejor. Esta convergencia se
produce cuando las unidades geográficas con peores valores iniciales del indicador
equidad de género evolucionan mejor en equidad que las áreas geográficas con mejores
valores de equidad. Es decir, existirá convergencia temporal si las áreas geográficas que
partían de peores posiciones respecto a las otras en el primer año de estudio, mejoran en
términos de equidad a lo largo del periodo, más rápidamente que las áreas geográficas
que estaban mejor posicionadas que ellas. Estadísticamente, debe existir una correlación
inversa entre el valor del índice de equidad de género del año inicial y la variación
media de equidad del periodo de tiempo considerado.
Un estudio de convergencias permite hacer un seguimiento de la evolución de la
equidad de género de las CC.AA. españolas, así como estudiar, si en el caso de los
31
países de América Latina y El Caribe, continúa la misma evolución planteada por Social
Watch en 2009.
3.3 Tiempos de equidad de género: Descripción de las desigualdades entre
Comunidades Autónomas, España 2006-2014. Estudio III
En 2006 España vive un buen momento de equidad de género dentro del contexto
mundial, situación que mejoró con el paso del tiempo. España pasó de ocupar la 12º
posición en el ranking de equidad de género de Socila Watch en 2006, a ocupar la 6º
posición en 2012 (27).
La Ley de Igualdad efectiva de mujeres y hombres de 2007, cuyo objetivo es
hacer efectivo el derecho de igualdad de trato y oportunidades entre ambos sexos, al
eliminar la discriminación de las mujeres, en los ámbitos político, civil, laboral,
económico, social y cultura, fue probablemente producto de aquellas condiciones de
equidad de género (33).
Sin embargo, la situación social de las mujeres varía según áreas geopolíticas
dentro del propio país. En el contexto de las CC. AA, el índice de desarrollo de género
mostró un patrón norte-sur en 2005, desfavorable a las Comunidades del sur (19). Desde
2007 se pudo contar con la Ley que es de competencia estatal, que exige unos mínimos
a todas las CC.AA.; y con políticas autonómicas que podían mejorar la propia Ley, pero
que por su distinta aplicación según las CC.AA. podían aumentar las desigualdades de
género interregionales. La crisis económica de 2008 reestructura la situación, pudiendo
crearse junto con la Leyes y Normativas de Igualdad un nuevo marco de oportunidades
para las mujeres, o por el contrario, tender al retroceso de los indicadores de género en
todas o en parte de las CC.AA. por razones financieras, y/o políticas bajo argumentos de
austeridad (66). Por tanto, es conveniente hacer un seguimiento de la evolución de la
equidad de género en las CC.AA. de España desde 2006, fecha anterior a la
promulgación de la Ley de Igualdad y al comienzo de la crisis económica.
32
4. OBJETIVOS
4.1 Objetivo General:
Analizar la equidad de género con el fin de facilitar la exploración de su asociación con
las desigualdades en salud y sus determinantes tanto en el ámbito internacional como en
las CC.AA. de España
4.2 Objetivos específicos
1. Diseñar una versión refinada del Índice de Equidad de Género de aplicación en
el ámbito internacional, que llamamos Índice de Equidad de Género Modificado
(IEGM), el cual pone de relieve las desigualdades que afectan a las mujeres y los
hombres, generando así una medida más amplia de la inequidad útil en
monitoreo de la equidad de género con fines de vigilancia de salud pública.
2. Explorar la evolución temporal de la equidad de género de los países de América
Latina y El Caribe (ALC) en el periodo 2006-2014.
3. Visibilizar la evolución hasta 2014 de la equidad de género en las CC.AA. de
España desde 2006, fecha anterior a la promulgación de la Ley de Igualdad y al
comienzo de la crisis económica, con énfasis en el análisis de la convergencia en
términos de equidad de género entre CC.AA.
33
5. METODOLOGÍA
5.1 Metodología para el primer objetivo
Se ha desarrollado una base de datos informatizada con variables de contexto social de
mujeres y hombres extraídos de fuentes de datos secundarias producidas por diferentes
organismos nacionales e internacionales relacionados con la salud y supervivencia,
educación, participación política y de gestión y actividad económica. Para ello se han
identificado las principales fuentes de información secundaria necesarias para el cálculo
del índice de Desigualdad de Género, del índice de la Brecha de Género, del índice de
Equidad de Género y del Índice de Equidad de Género Modificado y para la
consecución de los siguientes objetivos.
Para el cálculo del Índice de Desigualdad de Género para las CC.AA. de España
se han usado las siguientes fuentes de información: Instituto Nacional de Estadística
(INE), Web Parlamentos Autonómicos de las 17 CC.AA. de España y Encuesta
Población Activa (EPA).
Para el cálculo del índice de la Brecha de Género para las CC.AA. de España, se
han usado las siguientes fuentes de información: INE, EPA, Web Parlamentos
Autonómicos de las 17 CC.AA. de España, Web ministerio de Educación, Cultura y
Deporte, Web del Consejo de Universidades.
Para el cálculo del Índice de Equidad de Género para las CC.AA. de España, se
han usado las siguientes fuentes de información: EPA, Web Parlamentos Autonómicos
de las 17 CC.AA. de España, Encuesta Nacional de Estructura Salarial, Ministerio de
Educación, Política Social y Deporte, Web del Consejo de Universidades, y Padrón
Municipal.
La construcción de los indicadores de género de este proyecto ha sufrido
vicisitudes importantes.
La primera es que una vez calculado para el año 2006 el Índice de Desarrollo de
Género, Naciones Unidas decide cambiarlo junto con el Índice de Potenciación de
Género, por un nuevo indicador denominado Índice de Desigualdad de Género, lo que
supuso desestimar los cálculos realizados y volver a calcular el nuevo Índice.
35
Los motivos, según Naciones Unidas, fueron los siguientes:
1. Que en países desarrollados, las necesidades de supervivencia (esperanza de
vida al nacer) y educación (alfabetismo y educación primeria) están cubiertas en gran
medida y que no discriminan en detalle el desarrollo de género.
2. Que la componente de ingresos tiene más poder explicativo que el resto y las
demás dimensiones no repercuten en el índice global.
3. Que en la componente de educación se incluye la tasa de matriculación
primaria y secundaria y al ser obligatoria en los países desarrollados, difícilmente se
encontraran diferencias. Es por ello que, quizás, sería más adecuado dar más peso a la
educación terciaria o universitaria.
4. Que no se incluyen variables relacionadas ni con el empoderamiento ni con el
trabajo reproductivo.
Según Naciones Unidas, la incorporación de nuevos indicadores multi-
dimensionales de desigualdad y pobreza a la familia, constituye la principal innovación
del año 2010. El nuevo indicador el Índice de Desigualdad de Género, ha sido calculado
por Naciones Unidas para 138 países, indicando las disparidades de género en salud
reproductiva, empoderamiento y participación en el mercado laboral (28).
La siguiente vicisitud fue el cálculo del índice de la Brecha de Género para las
CC.AA. de España. En 2006, el Foro Económico Mundial presenta el Índice de la
Brecha de Género con el fin de medir la magnitud y el alcance de las disparidades de
género y hacer un seguimiento del mismo. Siguiendo la metodología del Foro
Económico Mundial se intentó calcular el Índice de la Brecha de Género para las
CC.AA de España. El índice consta de las brechas de género en el desarrollo
económico, la educación, salud y supervivencia, participación política (26).
La metodología de la Brecha de Género propuesta por el Foro Económico
Mundial dice que, donde se alcance la paridad o la mujer supere al hombre se le asigna
el mismo valor, es decir 1. Las brechas son medias ponderadas y para calcular el valor
de cada peso es necesario hacer dos operaciones previas:
1. Calcular la desviación típica de los valores de cada brecha.
2. Dividir 0.01 por el valor de la desviación típica calculada anteriormente.
36
En la brecha de educación terciaria o universitaria, en todas las CCAA las
mujeres superan a los hombres por lo tanto todas las CCAA deben llevar el valor 1 (al
truncar a la unidad). Por este motivo la desviación típica de un conjunto de valores
todos iguales es 0 y por lo tanto no pudiendo calcular el punto 2 previo al cálculo de los
pesos debido a que la operación “dividir” no está definido para el 0.
Por último se calculó Índice de Equidad de Género, publicado por Social Watch
por primera vez en 2006 (51), que contiene variables de género en educación,
participación en la economía y empoderamiento. Como ya se ha mencionado, en
términos de salud pública, la bondad de este indicador respecto a otros índices de
género radica en que no incluye variables de salud. Esto supone, poder analizar
estadísticamente su relación con variables de salud-enfermedad, como la mortalidad.
Social Watch optó por una comparación en términos relativos (cociente),
mediante la cual, cuanto mayor sea el denominador respecto al numerador, mayor será
la inequidad desfavorable a las mujeres. En el otro extremo, se propone que los valores
mayores que 1 se trunquen a 1 (límite normativo propuesto de acuerdo con el objetivo
del índice) (51).
Dado que este indicador no mide la inequidad (si la hubiera) en perjuicio de los
hombres, se ha realizado una propuesta metodológica y ha creado el Índice de Equidad
de Género Modificado (IEGM), que considera las situaciones de inequidad de género
desfavorable a ambos sexos.
Para el cálculo del índice de Equidad de Género Modificado, del año 2006, a
nivel mundial y con el fin de poder comparar con el Índice de Equidad de Género, se
han recopilado los datos proporcionados por Social Watch:
Brecha de educación. Tasa alfabetización de adultos, tasa de matriculación en 1º,
tasa de matriculación en 2º y tasa de matriculación universitaria:
http://www.socialwatch.org/node/9273
Brecha de Actividad Económica. Ingresos medios anuales per cápita de mujeres
y hombres con actividad remunerada:
http://www.socialwatch.org/node/9274
Brecha de Empoderamiento. Proporción de mujeres y hombres que ocupan
cargos técnicos y profesionales (gerentes/directores de empresas y
administraciones públicas, técnicos/profesionales científicos e intelectuales y de
37
apoyo), proporción de mujeres y hombres que ocupan escaños parlamentarios y
proporción de mujeres y hombre que ocupan cargos ministeriales:
http://www.socialwatch.org/node/9275
Se ha presentado el Índice de Equidad de Género Modificado (IEGM),
alternativa metodológica al Índice de Equidad de Género (IEG) de Social Watch (2005),
que tiene en cuenta, no solo las situaciones de inequidad de género en contra de las
mujeres (como hace el IEG), sino también aquellas en contra de los hombres, para cada
una de las dimensiones (educación, actividad económica y empoderamiento) del IEG.
En concreto, la propuesta compara las proporciones de mujeres y hombres que
poseen una determinada característica (c) en términos absolutos (diferencia PMc - PHc),
normalizando el resultado para conseguir que la brecha de equidad de género
modificada esté acotada:
HcMc
HcMc
ppppcficadaBrechaModi . .
De acuerdo con la fórmula anterior, la interpretación de la brecha permite la
medición de la distancia existente entre hombres y mujeres: valores de la brecha
próximos a 0 son indicativos de ausencia de distancia (equidad). Si la brecha es -1,
existe máxima inequidad hacia las mujeres; valores negativos de la brecha reflejan
inequidad hacia las mujeres, que es tanto mayor cuanto más próximo a -1 esté el valor
de la brecha. Si la brecha es 1, se da la situación de máxima inequidad hacia los
hombres; valores positivos de la brecha muestran existencia de inequidad hacia los
hombres, siendo mayor la inequidad, cuanto más cercano a 1 sea el valor de dicha
brecha.
Utilizando las fuentes de información referidas por Social Watch anteriormente
citadas, se ha calculado el IEGM para el año 2006 de los países que cuentan con los
datos primarios necesarios para la obtención de las brechas de género modificadas para
las tres dimensiones. Con el fin de resaltar la pérdida de información que supone truncar
en 1 el valor del IEG y de las brechas de las dimensiones, siguiendo la metodología de
Social Wach (27) y de ilustrar las diferencias interpretativas que se derivan de la
utilización de una y otra metodología, se han identificado aquellos países que, teniendo
el mismo valor absoluto del IEGM, poseen, sin embargo, signos opuestos.
38
Al igual que el IEG, el IEGM también es la media aritmética de las brechas de
las tres dimensiones.
Para determinar el grado de relación entre ambos métodos, se ha calculado el
coeficiente de rangos de Spearman entre los valores que toman el IEG y IEGM, así
como para los valores de las correspondientes brechas de educación, actividad
económica y empoderamiento. Este procedimiento ha permitido analizar la
concordancia existente entre las ordenaciones de los países por su nivel de inequidad,
según se utilice el IEG o el IEGM, poniendo de manifiesto la mejora metodológica que
supone la nueva propuesta.
Con objeto de comparar la sensibilidad para captar la inequidad de ambos
métodos, se ha hallado el coeficiente de variación de los valores que toman el IEG e
IEGM y cada una de sus valores de educación, actividad económica y empoderamiento.
Entendiendo que aquel que tenga un rango más amplio es más sensible a captar la
inequidad.
Análisis de datos se ha realizado mediante el programa Excel y la aplicación Epi
Map de la suite estadística Epi Info 3.5.1.
5.2 Metodología para el segundo objetivo
Estudio ecológico de las equidades de género en los países de América Latina y El
Caribe mediante el Índice de Equidad de Género Modificado y las brechas de sus
dimensiones (educación, actividad económica y empoderamiento) para los años desde
2006 a 2014.
Debido a la disponibilidad de los datos necesarios del mayor número de países,
el cálculo del IEGM de los países de América Latina y El Caribe se ha realizado con los
datos de los informes The Global Gender Gap Reports 2006, 2007, 2008, 2009, 2010,
2011,2012, 2013 y 2014 (World Economic Forum, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010,
3.... EconómicaActEEducaciónEentoEmpoderamiEIEGM
39
2011,2012, 2013 y 2014) y Estadística e Indicadores Sociales (CEPAL-CEPALSTAT,
2015).
La evolución temporal y el estudio de convergencias de los valores del IEGM, es
decir de la equidad de género, en los países de América Latina y El Caribe, se realizará
siguiendo la misma metodología que en el tercer objetivo.
Se han calculado además dos propuestas más de medición de la equidad de
género mediante dos nuevos índices, definidos a partir de las siguientes brechas:
1º Se calculará la brecha de equidad de género B1 en términos relativos como cociente
de los logros de las mujeres y hombres para una determinada característica.
B1 = pMi / pHi.
Así, el Índice de Equidad de Género 1 (IEG1) será la media geométrica de cada una de
las brechas B1 de las tres componentes del índice. La brecha toma valores siempre
mayores que 0. Valores de B1 menores que 1 (equidad) son indicativos de inequidad
hacia las mujeres y valores mayores que 1, de inequidad hacia los hombres.
2º Se considerarán las inequidades de manera agregada, evitando de esta manera la
compensación de las inequidades hacia las mujeres con las inequidades hacia los
hombres. Para ello se tomarán valores absolutos en la diferencia de proporciones y se
normalizará, al igual que en el caso del IEGM, por la suma de las proporciones. El
Índice de Equidad de Género 3 (IEG3) es la media aritmética de las brechas de las tres
componentes del índice.
El análisis de datos se ha realizado con programa Excel y suite estadística
SPSS15.0 y la aplicación Epi Map de la suite estadística Epi Info 3.5.1.
5.3 Metodología para el tercer objetivo
Estudio ecológico de las equidades de género en las CC.AA. españolas mediante el
IEGM y las brechas de sus dimensiones (educación, actividad económica y
empoderamiento) para los años 2006, 2011 y 2014. Se ha seguido la misma
40
metodología descrita para cumplir el segundo objetivo, pero aplicado a las regiones
españolas. En la Tabla 3 se detallan las principales fuentes de información de los datos
secundarios.
41
Tabla 3. Dimensiones e Indicadores del Índice de Equidad de Género Modificado,
y fuentes de información para su cálculo en España
Dimensión Indicador: Brecha en Fuentes 2006-2010-2014
Actividad
económica
Ingresos medios anuales per cápita de mujeres y
hombres con actividad remunerada
Encuesta Nacional de
Estructura Salarial
Instituto Nacional de
Estadística (INE)
Tasa de actividad de mujeres y hombres ≥ 16
años, laboralmente activos, respecto a la
población de mujeres y hombres ≥16 años
Encuesta de Población Activa
(EPA). INE
Educación
Tasa alfabetización de adultos: % de mujeres y
hombres de ≥16 años sin estudios
Indicadores Sociales de
Educación. INE
Matriculación en estudios 1ºs: Niñas y niños
matriculados en primaria entre población de niñas
y niños de entre 6-11 años
Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte (MECD)
Estadísticas de Enseñanzas no
universitarias (EENU)
Padrón Municipal (PM). INE
Matriculación en estudios 2ºs: Niñas y niños
matriculados en secundaria entre población de
niñas y niños de entre 12-17 años
MECD. EEENU. PM. INE
Matriculación universitaria: Mujeres y hombres
matriculados en 1º, 2º ciclo y grado de
universidad entre población de mujeres y hombres
de ≥18 años
MECD. Estadísticas de
Enseñanzas universitarias.
PM. INE
Empoderamiento
% de mujeres y % de hombres con cargos
técnicos y profesionales (gerentes/directores de
empresas y administraciones públicas,
técnicos/profesionales científicos e intelectuales y
de apoyo)
% calculados respecto al total de cargos técnicos
y profesionales
EPA. INE
% de mujeres y % de hombres que ocupan un
escaño en el Parlamento de cada CCAA, respecto
al total de escaños parlamentarios
Webs oficiales de los órganos
de Gobierno de las 17 CC.AA.
Cargos políticos: % de mujeres y % hombres con
cargo de Consejero/a en el gobierno de cada
CCAA, respecto al total de cargos de gobierno
Webs oficiales de los órganos
de Gobierno de las 17
CC.AA.
42
Para analizar la variación de la equidad de género entre 2006-2011, 2011-2014 y
2006-2014, del IEGM y de sus dimensiones en las Comunidades Autónomas de España
se ha calculado la variación media de equidad de género (VMEG). Para ello, y en cada
una de las comparaciones entre años, se ha restado los correspondientes valores
absolutos de los años inicial y final, dividiendo la diferencia ente el número de años de
cada periodo de análisis (5, 3 y 8 respectivamente).
Para analizar si, a lo largo del periodo, ha existido o no una reducción progresiva
de las desigualdades entre CC.AA, en equidad de género, se ha calculado la
convergencia interregional entre CC.AA. Para ello, se ha calculado los valores del
índice de dispersión respecto a la mediana (Ime) de los valores del IEGM, y de las
brechas de sus dimensiones para los años 2006, 2011 y 2014 de las CC.AA de España.
Para el análisis de la convergencia temporal, tanto para el IEGM como para sus
dimensiones se ha calculado en cada caso el coeficiente de correlación de Spearman (ρ)
entre los valores iniciales del IEGM (y de las dimensiones) y los correspondientes
valores de la VMEG de las CC.AA de España en los períodos 2006-2011, 2011-2014.
El rango de valores de ρ varía de -1 = convergencia a 1 = no convergencia. La
convergencia se produce cuando, con el tiempo, las CC.AA. con menor equidad de
género inicial mejoran más que aquellas con más equidad.
El análisis de datos se ha realizado con programa Excel y suite estadística
SPSS15.0.
43
6. FORTALEZAS Y LIMITACIONES
Fortalezas
1. El Índice de Equidad de Género Modificado, planteado en esta tesis doctoral y
obtenido como promedio de las brechas de género en las dimensiones de
actividad económica, educación y salud, es una propuesta más justa para medir
las inequidades de género porque permite calcular y, consecuentemente captar,
las inequidades hacia las mujeres y también hacia los hombres. Así, el IEGM no
sólo mantiene la esencia del Índice de Equidad de Género, sino que refuerza los
conceptos de equidad y justicia.
2. El IEGM puede interpretarse fácilmente pues el valor 0 indica la falta de
distancia entre los sexos en el valor global obtenido de la combinación de sus
dimensiones.
3. Indica además el sentido en el que se produce la inequidad en un rango de
valores de -1 a 0 correspondiente a las situaciones de inequidad hacia las
mujeres, simétrico y de igual longitud al rango de la inequidad hacia los
hombres (de 0 a 1), lo cual simplifica la interpretación de los resultados.
4. Los valores de la MGEI y de las correspondientes brechas de educación e
ingresos mostraron una mayor dispersión que las de la IEG, indicando que el
método propuesto es un instrumento más preciso para la identificación de las
situaciones de desigualdad.
5. El IEGM no contiene variables de salud por lo que es útil para la investigación
en el ámbito de la salud pública al facilitar el análisis estadístico de su relación
con variables de salud-enfermedad y mortalidad. Este hecho es clave puesto que
una de las consecuencias de las inequidades de género son las desigualdades de
género en salud.
6. Los índices de género, como índices compuestos que son, tienen por objetivo,
sintetizar en una sola cifra la compleja realidad de las diferencias o disparidades
entre mujeres y hombres. Por ello, es importante que la construcción de este tipo
de índices sea, no solo consistente desde el punto de vista metodológico, sino
que, además, permita la medición de dichas diferencias en las distintas
dimensiones e indicadores que los componen. La interpretación de los valores
45
proporcionados por estos índices requiere ser completada con el análisis
detallado de índices intermedios para posibilitar el conocimiento de la
importancia relativa de cada una de las variables en el valor final del índice. La
medición de tales diferencias permitirá complementar la información que el
índice proporciona, al disponer de una imagen más pormenorizada de las
disparidades de género, así como conocer la importancia relativa de cada una de
las variables en el valor final del índice y, también, en muchos casos, dar
respuesta a los propios valores que el índice proporciona. En este sentido, las
brechas de género que componen el IEGM constituyen valiosas unidades básicas
de análisis, imprescindibles a la hora de conocer las inequidades hacia mujeres y
hombres en indicadores y dimensiones.
7. Existen indicadores que sólo tienen en cuenta la población de mujeres para
reflejar su situación social como los calculados por Institute for Women's Policy
Research y usados por Ichiro Kawhachi para sus investigaciones, Por este
motivo, la inclusión, a la hora de calcular las brechas y el IEGM, de las
poblaciones de mujeres y hombres que potencialmente pueden conseguir un
determinado logro permite reflejar de una manera más fiel el status social de
mujeres y hombres.
8. La información proporcionada por estas medidas permite describir la evolución
experimentada por las inequidades de género en áreas geopolíticas tales como
los países de América Latina y el Caribe y las Comunidades Autónomas de
España, así como estudiar los procesos de convergencia temporal y
convergencia entre regiones entre los años 2006, 2011 y 2014. Los resultados
obtenidos contribuyen a ilustrar la realidad pudiendo ser, además, un
instrumento de utilidad en el diseño de políticas públicas.
9. Para poder analizar la desigualdad respecto a la equidad de género de las
diferentes áreas geopolíticas que se consideran en esta tesis se ha usado medidas
estadísticas de posición y dispersión, que a diferencia de la media y la
desviación típica usadas a veces indebidamente, recogen de manera más
adecuada la naturaleza ordinal que subyace en la construcción de un índice,
como son la mediana y la desviación absoluta media con respecto a la mediana.
Puesto que la mayor utilidad de un índice no es en sí mismo su valor para una
determina área sino la comparación de dicho valor con el que tenía en otro
periodo de tiempo o con el que tiene en otras áreas geopolíticas. Presentamos,
46
además, una nueva medida estadística, la Variación Media de Equidad de
Género, adecuada para al nuevo IEGM, capaz de cuantificar los cambios de las
inequidades hacia mujeres y hombres que, en promedio, se han producido entre
dos periodos de tiempo, siendo, asimismo, una medida consecuente con el
concepto de equidad.
Limitaciones
1. Los datos que se utilizan para construir índices de desarrollo, en general, y de
género, en particular, son datos secundarios, por lo que se es absolutamente
dependiente de su disponibilidad cuando se construyen dichos índices. Siendo
conscientes de la limitación que supone la no consideración de ciertas
dimensiones en la medición de las inequidades de género, se considera
prioritario, sin embargo, el poder calcular “buenas aproximaciones” a dicha
realidad que permitan la comparación temporal y espacial de los resultados.
2. Dado que en sociedades desarrolladas la educación básica es obligatoria, con
tasas de alfabetización de adultos similares por sexo, son las brechas de género
de la actividad económica y del empoderamiento las que tienen el peso
explicativo del índice.
3. Como todo índice compuesto, este es de compleja interpretación, pese a no
considerar aspectos sociales relevantes como la segregación horizontal y vertical
del trabajo, el tipo de contrato (temporal o sin contrato) y la participación en el
trabajo reproductivo. Pero es un índice internacional que aporta información
aplicada a la situación de las CC.AA., importante para complementar otros
índices, con cuya consistencia pueden contribuir a mejorar la equidad de género
de las CC.AA.
47
7. TRABAJOS PUBLICADOS Y ACEPTADOS PARA SU PUBLICACIÓN
1. Fernández-Sáez J, Ruiz-Cantero MT, Guijarro-Garvi M, Carrasco-Portiño M, Roca-
Pérez V, Chilet-Rosell E, Álvarez-Dardet C. Looking twice at the gender equity index
for public health impact. BMC Public Health 2013; 13: 659.
2. Guijarro-Garvi M, Fernández-Sáez J. Medición de la inequidad de género
multidimensional: algunas propuestas metodológicas para América Latina y el Caribe
(2006-2014). Documento de apoyo al Informe sobre el Desarrollo Humano para
América Latina y el Caribe 2016. (En prensa).
3. Fernández-Sáez J, Ruiz-Cantero MT, Guijarro-Garvi M, Rodenas-Calatayud C,
Martí-Sempere M, Jiménez-Alegre MD. Tiempos de equidad de género: Descripción de
las desigualdades entre Comunidades Autónomas, España 2006-2014. Gac Sanit 2016
(en prensa).
49
7.1 ARTÍCULO I. Looking twice at the gender equity index for public health
impact
51
TECHNICAL ADVANCE Open Access
Looking twice at the gender equity index forpublic health impactJosé Fernández-Sáez1,2,6*, Maria Teresa Ruiz-Cantero1,2, Marta Guijarro-Garví3, Mercedes Carrasco-Portiño1,2,4,Victoria Roca-Pérez5, Elisa Chilet-Rosell1 and Carlos Álvarez-Dardet1,2
Abstract
Background: It has been shown that gender equity has a positive impact on the everyday activities of people(decision making, income allocation, application and observance of norms/rules) which affect their health. Genderequity is also a crucial determinant of health inequalities at national level; thus, monitoring is important forsurveillance of women’s and men’s health as well as for future health policy initiatives. The Gender Equity Index(GEI) was designed to show inequity solely towards women. Given that the value under scrutiny is equity, in thispaper a modified version of the GEI is proposed, the MGEI, which highlights the inequities affecting both sexes.
Methods: Rather than calculating gender gaps by means of a quotient of proportions, gaps in the MGEI areexpressed in absolute terms (differences in proportions). The Spearman’s rank coefficient, calculated from countryrankings obtained according to both indexes, was used to evaluate the level of concordance between bothclassifications. To compare the degree of sensitivity and obtain the inequity by the two methods, the variationcoefficient of the GEI and MGEI values was calculated.
Results: Country rankings according to GEI and MGEI values showed a high correlation (rank coef. = 0.95). The MGEIpresented greater dispersion (43.8%) than the GEI (19.27%). Inequity towards men was identified in the educationgap (rank coef. = 0.36) when using the MGEI. According to this method, many countries shared the same absolutevalue for education but with opposite signs, for example Azerbaijan (−0.022) and Belgium (0.022), reflecting inequitytowards women and men, respectively. This also occurred in the empowerment gap with the technical andprofessional job component (Brunei:-0.120 vs. Australia, Canada Iceland and the U.S.A.: 0.120).
Conclusion: The MGEI identifies and highlights the different areas of inequities between gender groups. It thusovercomes the shortcomings of the GEI related to the aim for which this latter was created, namely measuringgender equity, and is therefore of great use to policy makers who wish to understand and monitor the results ofspecific equity policies and to determine the length of time for which these policies should be maintained in orderto correct long-standing structural discrimination against women.
Keywords: Gender equity, Index, Education, Empowerment, Income
BackgroundIn terms of public health, gender is considered one of themain social determinants of health, together with socialclass and ethnic group [1]. A gender equity measurementtool is important for health policies and public health sur-veillance at the national level, since gender equity does notconstitute a policy area in its own right and thus its
implementation falls mainly within the scope of other pol-icy areas such health and social policies. The fact thatStates base their policies on equity law implies that allGovernments support those who have fewer resources. Inother words, the principle of fair treatment is applied inorder to improve the skills and abilities of all citizens andthus attain a common level of duties so that all benefitfrom enhanced well-being. The steps that are being takentowards this form of equality are directly linked to theachievement of the health-focused Millennium Develop-ment Goals [2-10]. Another, indirect link with health also
* Correspondence: [email protected] Health Research Group, University of Alicante, Alicante, Spain2CIBER Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), Catalonia, SpainFull list of author information is available at the end of the article
© 2013 Fernández-Sáez et al.; licensee BioMed Central Ltd. This is an Open Access article distributed under the terms of theCreative Commons Attribution License (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0), which permits unrestricted use,distribution, and reproduction in any medium, provided the original work is properly cited.
Fernández-Sáez et al. BMC Public Health 2013, 13:659http://www.biomedcentral.com/1471-2458/13/659
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exists via the achievement of the education-focused goal[11-14].The Gender Equity Index (GEI) was launched by Social
Watch in 2007 [15] and is aimed at helping to promotegender equity and the autonomy of women [16], which isthe third Millennium Development Goal. The GEI hasbeen used both in research [17] and in grey literature[18,19], and has attracted much attention from the media[20]. Institutions such as the World Bank or the GlobalDevelopment Network have used this new index exten-sively. The GEI ranks the situation of 157 nations with re-gard to gender equity in education, economic activity(employment) and empowerment (political participation,representation in government positions, law-making).Other Indexes include the Gender Development Index
(GDI), the Gender Gap Index (GGI) and the Gender In-equality Index (GII). The Gender Development Index, cre-ated in 1995 by the UN, is a modified version of theHuman Development Index which considers women andmen separately for life expectancy at birth and for two im-portant determinants of health, education and income[21]. The Gender Gap Index was introduced by the WorldEconomic Forum in 2006 to measure and monitor themagnitude and scope of gender disparities. This indexidentifies gender gaps in economic development, educa-tion, health, survival and political participation [22].The Gender Inequality Index, which has been calcu-
lated since 2010, shows the loss in human developmentdue to inequality between female and male achievementsas regards the dimensions of reproductive health, em-powerment and the labour market. Although the GII in-corporates empowerment, it also includes a dimensionof reproductive health that hinders its association withhealth variables among women [23], particularly forthose of a fertile age. In addition, while the Gender De-velopment Index and the Gender Gap Index considerlife expectancy from birth [21,22], this has been replacedin the Gender Equity Index by political participation,making it possible to conduct a better statistical analysisof this index relationship to total and cause-specificmortality, as well as to morbidity.The GEI was designed to identify inequity solely towards
women. The way the GEI is formulated has one drawbackwhich impedes its contribution to raising awareness abouthuman rights in that it only reveals inequity towardswomen and does not consider those situations wherewomen are relatively better off than men, i.e. inequity to-wards men [24]. As a result, the index is in conflict withthe aims for which it was created. GEI values range from 0(inequity) to 1 (equity). However, in those situations wherethe percentage of women (numerator) is greater than thepercentage of men (denominator), and the value of the ra-tio is thus greater than unity, Social Watch equals the gapto 1 [25].
In fact, the greater the denominator with respect to thenumerator, the greater the inequity towards women. Fur-thermore, if the numerator and the denominator coincide,i.e. if the gap is equal to unity, the proportions aremaintained and consequently, there is no gender gap, i.e. asituation of equity is reached. However, in those situationswhere the numerator is greater than the denominator, andtherefore the value of the gap is greater than unity (whichis possible from an algebraic point of view), Social Watchtruncates the result obtained and the value of the gap thenequals 1 [25].The reason behind this lack of attention is the fact that
in the majority of societies it is women who traditionallylose out to men not only as regards rights, professionalopportunities and responsibilities, but also in relationto participation in resource management and politicaldecision-making processes. In terms of autonomy and cap-abilities, it is not merely a case of gender still being a condi-tioning factor in social design, but rather of it beingparticularly negative for women (less opportunities in edu-cation, professional development, lower participation in thelabour market and in politics) [26,27]. According to M.C.Nussbaum, in statistical terms women are mainly instru-ments used by others to achieve their own means ratherthan agents, i.e. subjects capable of fulfilling their own goalsin their own name and in their own right [24,28].Just as Social Watch developed the GEI to render gen-
der inequities in different countries more visible, in thispaper we propose a refined version of the Gender EquityIndex that highlights the inequities affecting both womenand men, thus generating a more comprehensive measure-ment of inequity useful in monitoring gender equity forpublic health surveillance purposes.
MethodsThe methodological proposal for calculating the gendergaps between women and men for the GEI dimensions,termed the modified Gender Equity Index (MGEI) (Table 1),considers situations of gender inequity that are unfavour-able towards men and women, applying a methodologicalchange to the definition of the gender gap for the three GEIdimensions. It is aimed at comparing the proportions ofwomen and men with a particular characteristic (c) in abso-lute terms (difference PWc − PMc), standardising the resultso that the “modified gap” (MGap. c is defined as follows:
MGap:c ¼ PWc−PMc
PWc þ PMc
The proportions have values of between 0 and 1, fromwhich it results that: − (PWc + PMc) ≤ PWc − PMc ≤ PWc + PMc,whilst dividing by PWc + PMc results in − 1 ≤MGap. c ≤ 1.The GEI values are positive, and vary between 0 (gen-
der inequity towards women) and 1 (gender equity),
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whereas the interpretation of the modified gap is thefollowing:
� If MGap. c = 0, the numerator of the gap equals 0,with both proportions coinciding, and a situation ofEQUITY is reached, since there is no disparitybetween women and men for the characteristic c.
� If MGap. c = − 1, then PWc − PMc = − (PWc + PMc) andtherefore PWc = 0, this indicates a situation ofMAXIMUM INEQUITY towards women. Negativegap values reflect the existence of inequity towardswomen, and the closer the gap is to −1, the greaterthis inequity becomes.
� If MGap. c = 1, then PWc − PMc = PWc + PMc andconsequently, PMc = 0, indicating a situation ofMAXIMUM INEQUITY towards men. Positive gapvalues reveal the existence of inequity towards men,which increases the closer the gap value is to 1.
Moreover, interpreting the gap in absolute terms enablesthe distance between both genders to be measured: gapvalues close or equal to 0 indicate an absence of distance(equity), whereas the closer the values become to unity,the greater the gap between both genders for the charac-teristic considered (inequity).
Measuring gender equity in 2005 using the MGEIUsing information sources provided by Social Watch[24], the MGEI for 2005 was calculated for the 114countries with the available data necessary for obtainingthe modified gaps in education, economic activity andempowerment (Appendix 1). In order to highlight theloss of information caused by truncating the GEI value
and the corresponding gap value of the three dimensionsto 1, and to illustrate the interpretative differences stem-ming from the two different methodologies, those coun-tries for which the MGEI has the same absolute value butwith a different sign (plus or minus), and consequently op-posing inequity, were identified.As the GEI and the MGEI are ordinal measurements that
allow countries to be ranked, calculating the Spearman’srank coefficient from country rankings obtained accordingto both indexes constituted the best means to evaluate thelevel of concordance between both classifications, and con-sequently, the degree of similarity between the two genderequity measurement methods. Similarly, the values of thiscoefficient were also calculated from the country rankingsobtained from the gap and the modified gap for education,economic activity and empowerment.To compare the degree of sensitivity and obtain the in-
equity given by the two methods, the variation coefficientof the GEI and MGEI values was calculated, as well as thevariation coefficient of the gap and modified gap valuesfor education, economic activity and empowerment. Ahigher variation coefficient indicates greater dispersion ofthe index values (and their gaps) and therefore representsa more sensitive index for measuring inequity.
ResultsThe graphs in Figure 1 show the distribution of the GEIvalues and their respective component gaps (graphs in theleft column) and the MGEI values and their correspondingcomponent gaps (graphs in the right column) for 114 coun-tries. The profile of the two graphs in 1a shows that bothmethods yielded a similar country ranking (Spearman’s rankcoefficient estimator equal to 0.95, p < 0.001). However, the
Table 1 Method used to calculate gender gaps in the Gender Equity Index (proposed by Social Watch) and themodified Gender Equity Index
Social watch gender equity index (SW) Modified gender equity index
SW defines the corresponding gap between women (W) and men (M)as: Gap:c ¼ %Wc
%Mc :WFP−1 where %Wc and %Mc are, respectively, the%of W and M with the characteristic (c), and WFP ¼ PopW
PopMis the weight
of the female population.This expression of the gender gap is simplifiedby replacing the inverse value of the weight of the female population:
Gap:c ¼ %Wc%Mc
:PopMPopW
¼ Wc:100=PopMc:100=Pop
:PopMPopW
¼ WcMc
:PopMPopW
¼ WcPopW
:PopMWc
Where Pop is the total population.If PMc ¼ Wc
PopWand PMc ¼ Mc
PopMare respectively the proportions of W and M
with a particular characteristic (c) out of their corresponding totals, thegap suggested by SW allows the following formulation: Gap:c ¼ PWc
PMc
The MGEI compares the proportions of women and men with a particularcharacteristic (c) in absolute terms (difference PWc − PMc), standardising theresult so that the “modified gap” (MGap. c) is defined as:
MGap:c ¼ PWc−PMcPWcþPMc
The proportions have values of between 0 and 1, from which it resultsthat: − (PWc + PMc) ≤ PWc − PMc≤ PWc + PMc, whilst dividing by PWc + PMc
results in − 1≤MGap. c≤ 1.
Once the gender gap has been calculated, the GEI is calculated as the arithmetic mean of the 3 gaps:
GEI ¼ Empowerment:GapþEconomic:Act:Gap:þEducation:Gap3
Social Watch GEI values: Modified GEI values:
0 (inequity) - 1 (gender equity) - 1 (Women inequity) 0 (equity) 1 (Men inequity)
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a
b
c
d
Rank coef. = 0.95 (p<0.001)
Rank coef. = 0.36 (p<0.001)
Coef. Var.: 0.40Coef. Var.: 0.50
Coef. Var.: 0.19 Coef. Var.: 0.44
Coef. Var.: 0.15 Coef. Var.: 5.37
Coef. Var.: 0.26 Coef. Var.: 0.50
Rank coef. = 0.99 (p<0.001)
Rank coef.= 0.95 (p<0.001)
CountriesCountries
Gen
der
Equ
ity
Inde
x
Countries
mod
ifie
dGen
der
Equ
ity
Inde
x
Countries
Edu
cati
on g
ende
r ga
p
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d E
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gap
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gap
Countries Countries
Em
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erm
ent g
ende
r ga
p
mod
ifie
d E
mpo
wer
men
t ge
nder
gap
Countries Countries
Figure 1 Distribution of Gender equity index (GEI) and modified Gender equity index (MGEI) values in 114 countries and theircorresponding components (Education gender gap, Economic activity gender gap and Empowerment gender gap).
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GEI values (variation coefficient: 0.19) presented less vari-ability than those of the MGEI (variation coefficient: 0.44).As regards the education gender gap, the rank coeffi-
cient between both methods was low (0.36). Thus, themethods ranked the countries differently for the educa-tion gender gap. In Figure 1b, it can be observed thatmost countries obtained a gap value equal to 1 (equity)due to the GEI truncation method, whereas the MGEImethod showed that inequity towards men existed in65.8% of the countries analysed (modified education gapgreater than 0) (Figure 1b). Consequently, the educationgender gap values showed less dispersion (variation coeffi-cient of 0.15) than those of the modified education gendergap (variation coefficient of 5.37).Since no gap values were truncated at 1, the GEI and
MGEI methodologies ranked the studied countries in avery similar manner as regards gender gaps in economicactivity and empowerment (rank coefficient: 0.99 and0.95, respectively, p < 0.001). (Figure 1c and d).According to the GEI method, the 25 countries listed in
Table 2 were considered to be equitable in terms of educa-tion, since the values of the corresponding gender gapswere truncated to 1 (1st column). However, the inequitytowards men that is masked by this procedure was re-vealed in the values higher than 0 for the modified gendergap obtained for these countries (3rd column). Further-more, some countries may register the same degree of in-equity in education, that is, the same absolute value of themodified education gap, but with different signs (minus orplus), which means that the inequity in education is suf-fered by women or men, respectively. This was the case ofChile (−0.009) and Greece (0.009), Swaziland and Peru(−0.011) and Ukraine (0.0011), Hong Kong and China(−0.019) and El Salvador (0.019), Azerbaijan (−0.022) andBelgium (0.022), and Vietnam (−0.063) and Panama(0.063) (see Appendix).Table 3 shows the gender gap values for the different edu-
cation components. For literacy, the gap values obtainedusing the GEI and MGEI methods led to an identical inter-pretation, except for 5 countries (Uruguay, Honduras,Philippines, Jamaica and Lesotho), since the GEI methodtruncated the values at 1 (indicating equity), whilst themodified index showed inequity towards men (Table 3a). Inprimary education (Table 3b), both methods provided iden-tical results (equity in 9 countries and inequity suffered bywomen in 15 countries), except for Israel, for which the gapwas truncated at 1, whilst the modified index showed in-equity towards men. Table 3c shows the values of the sec-ondary education gender gap. Although both indexesdetected equity in Barbados, France and Cuba and inequitysuffered by women in 6 countries, only the modified indexregistered inequity towards men in 16 countries. In univer-sity education, the gaps registered for all the countrieswould have exceeded unity using the GEI method if they
had not been truncated. Using the MGEI method, allthe countries obtained a positive gap, since womenoutnumbered men in terms of university enrolment(Table 3d).In Table 4 it can be observed that some countries shared
the same degree of inequity, represented by the sameabsolute value of the modified gap for all education com-ponents, but towards opposite sexes. For example, in uni-versity studies, Guatemala presented an inequity gap(−0.163) towards women, whilst Denmark and the UnitedKingdom showed the same degree of inequity (0.163) buttowards men.Similarly, 62 countries presented the same phenomenon
for the empowerment gender gap component, Technicaland Professional Jobs. Thus, Austria, Belgium and Greeceobtained −0.020, indicating an inequity gap toward women,
Table 2 Comparison of the education gap obtained usingthe gender equity index and that obtained by themodified gender equity index, in educationally equitablecountries according to Social Watch (SW, 2005)
Country SWeducation gap*
SW education gapwithout cut-off**
Modifiededucation gap***
Austria 1.000 1.038 0.016
Australia 1.000 1.048 0.020
Belgium 1.000 1.050 0.022
Finland 1.000 1.063 0.029
France 1.000 1.070 0.030
Slovakia 1.000 1.073 0.032
Costa Rica 1.000 1.078 0.035
Canada 1.000 1.085 0.036
Israel 1.000 1.085 0.036
Brazil 1.000 1.088 0.037
Ireland 1.000 1.088 0.039
Poland 1.000 1.098 0.040
Philippines 1.000 1.090 0.041
USA 1.000 1.103 0.043
Denmark 1.000 1.105 0.044
UK 1.000 1.105 0.044
Norway 1.000 1.138 0.054
Cuba 1.000 1.168 0.060
Latvia 1.000 1.190 0.067
Honduras 1.000 1.178 0.075
DominicanRepublic
1.000 1.200 0.078
Lesotho 1.000 1.190 0.084
Uruguay 1.000 1.295 0.102
Barbados 1.000 1.368 0.106
Jamaica 1.000 1.370 0.120
*Range: 0 to 1 (1 = equity), **range: 0 to ∞, ***range: -1 to 1 (0 = equity).
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Table 3 Comparison of the education gap componentsa obtained using the gender equity index and those obtainedby the modified gender equity index, in educationally equitable countries according to Social Watch (SW, 2005)
2.a Countries SW literacy gap* Modified literacy gap** 2.b Countries SW 1º gap* Modified 1º gap**
Finland 1.000 0.000 Brazil 0.930 −0.036
Norway 1.000 0.000 Cuba 0.950 −0.026
Denmark 1.000 0.000 Dominican R 0.950 −0.026
Barbados 1.000 0.000 Latvia 0.960 −0.020
Australia 1.000 0.000 Uruguay 0.980 −0.010
Latvia 1.000 0.000 Finland 0.990 −0.005
Canada 1.000 0.000 Australia 0.990 −0.005
USA 1.000 0.000 Philippines 0.990 −0.005
UK 1.000 0.000 USA 0.990 −0.005
Slovakia 1.000 0.000 Slovakia 0.990 −0.005
Belgium 1.000 0.000 Belgium 0.990 −0.005
Austria 1.000 0.000 France 0.990 −0.005
France 1.000 0.000 Poland 0.990 −0.005
Israel 1.000 0.000 Ireland 0.990 −0.005
Poland 1.000 0.000 Costa Rica 0.990 −0.005
Ireland 1.000 0.000 Norway 1.000 0.000
Cuba 1.000 0.000 Denmark 1.000 0.000
Brazil 1.000 0.000 Barbados 1.000 0.000
Costa Rica 1.000 0.000 Canada 1.000 0.000
Dominican R 1.000 0.000 UK 1.000 0.000
Uruguay 1.000 0.005 Austria 1.000 0.000
Honduras 1.000 0.005 Honduras 1.000 0.000
Philippines 1.000 0.010 Lesotho 1.000 0.000
Jamaica 1.000 0.074 Jamaica 1.000 0.000
Lesotho 1.000 0.103 Israel 1.000 0.005
2.c Countries 2º gap* modified 2º gap** 2.d Countries 3º gap* modified 3º gap**
Australia 0.950 −0.026 Austria 1.000 0.091
Austria 0.950 −0.026 Finland 1.000 0.095
Belgium 0.970 −0.015 Philippines 1.000 0.103
Canada 0.980 −0.010 Belgium 1.000 0.107
Israel 0.990 −0.005 Australia 1.000 0.111
Poland 0.990 −0.005 Costa Rica 1.000 0.115
Barbados 1.000 0.000 Ireland 1.000 0.119
France 1.000 0.000 Lesotho 1.000 0.119
Cuba 1.000 0.000 Slovakia 1.000 0.127
Norway 1.000 0.005 France 1.000 0.127
Latvia 1.000 0.005 Brazil 1.000 0.138
Slovakia 1.000 0.005 Israel 1.000 0.145
USA 1.000 0.010 Canada 1.000 0.153
Denmark 1.000 0.015 Denmark 1.000 0.163
UK 1.000 0.015 UK 1.000 0.163
Jamaica 1.000 0.015 USA 1.000 0.167
Finland 1.000 0.024 Poland 1.000 0.170
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whilst Botswana, Panama, the Dominican Republic,Sweden and Vietnam obtained 0.020, indicating an in-equity gap toward men; likewise, Spain obtained −0.040whilst Barbados, Honduras, Brazil, Ireland, Macedonia,Chile and China obtained 0.040; France and the UnitedKingdom obtained −0.060 whilst Argentina, Denmark,New Zealand and Trinidad Tobago obtained 0.060; Italyand Peru obtained −0.080 whilst Israel, Mongolia,Paraguay, Thailand and Uruguay obtained 0.080; Cyprusand El Salvador obtained −0.100 whilst Finland andNamibia obtained 0.100; Brunei obtained −0.120 whilstAustralia, Canada, Iceland and the U.S.A. obtained0.120; Mauritius obtained −0.140 whilst Slovenia,Kyrgyzstan and Romania obtained 0.140); Mexicoobtained −0.160 whilst Slovakia obtained 0.160; Costa Rica,Hong Kong and Malaysia obtained −0.200 whilst Bulgariaobtained 0.200; Malta obtained −0.240 whilst Cuba andHungary obtained 0.240; Morocco obtained −0.300whilst the Russian Federation and Latvia obtained0.300; Iran obtained −0.320 whilst Moldova obtained0.320; Cambodia and Oman obtained −0.340 whilstKazakhstan and Lithuania obtained 0.340; and Ethiopiaobtained −0.400 whilst Estonia obtained 0.400. A similar re-sult was obtained for Latvia and the U.S. (−0.160) and thePhilippines (0.160) in relation to another of the empower-ment components: law-making.
DiscussionBased on considerations related to social justice, uponwhich public health rests, and the measurement anddata analysis instruments used for the design and appli-cation of said policies, we strongly suggest that the GEIshould be reformulated. Although the country rankingsobtained using the MGEI and the GEI were quite simi-lar, the MGEI corrected the bias produced in inequitymeasurements obtained using the GEI, which truncatesall values above unity to 1. However, the reformulationof the GEI proposed here does not negate the need toeradicate those cases which are evidently unjust towardswomen. Rather, it is aimed at achieving the goal of
eradicating this injustice by using mechanisms which arebased on the principle of equal consideration for allpeople regardless of their gender, thus measuring all in-equalities independently of the gender affected (femaleor male). The gender sensitivity of the MGEI could renderthis index a useful source of data for the purposes of de-veloping future public policies in pursuance of equality:this tool will enable surveillance of areas of inequality bygender, might prove the coexistence of different areas inwhich men and women respectively experience inequalityin the same country and will allow further research on thepossible causal connections. It is important for indicatorsto be sensitive to changes in gender equity values and todetect shortcomings in the education, economic activity(employment) and empowerment of women or men sothat immediate action can be taken, since these are thebasic and interdependent cornerstones of social develop-ment, and if one of them is weakened, the entire structuremay collapse.The limitations of this study include the MGEI calcula-
tions for certain countries, due to a lack of available datafrom the information sources employed by Social Watch[24,25,29]. Consequently, it was not possible to carry out acomparative analysis of all of the 157 countries for whichthe GEI is calculated. However, the values of the MGEIand of the corresponding education and income gapsshowed greater dispersion than those of the GEI, indicat-ing that the proposed method is a more accurate tool foridentifying situations of inequity [30-32].The MGEI can easily be interpreted since the 0 value
indicates equity due to a lack of distance between thesexes in the overall values obtained from the combin-ation of its dimensions. Moreover, it indicates in whichsense inequity is produced by varying its range of valuesbetween −1 (inequity towards women) and 1 (inequitytowards men).Our findings show that education is the GEI dimension
most affected by truncating all values greater than unity to1. This occurred for 25 developed and developing coun-tries and masks inequity towards men as regards
Table 3 Comparison of the education gap componentsa obtained using the gender equity index and those obtainedby the modified gender equity index, in educationally equitable countries according to Social Watch (SW, 2005)(Continued)
Costa Rica 1.000 0.029 Honduras 1.000 0.187
Ireland 1.000 0.043 Norway 1.000 0.213
Brazil 1.000 0.048 Dominican R 1.000 0.242
Philippines 1.000 0.057 Cuba 1.000 0.265
Uruguay 1.000 0.074 Latvia 1.000 0.283
Dominican R 1.000 0.095 Uruguay 1.000 0.340
Honduras 1.000 0.107 Jamaica 1.000 0.392
Lesotho 1.000 0.115 Barbados 1.000 0.424aLiteracy Values, in primary (1º), secondary (2º) and university (3º) education. *range: 0 to 1 (1 = equity), **range: -1 to 1 (0 = equity).
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education. Thus, although the data on gender equity ineconomic activity and empowerment were very similarusing either the GEI or the MGEI method, this was not thecase for equity in education. In comparison with the GEI,the MGEI revealed two new findings. On the one hand,inequity towards men in education was present in morecountries, and on the other hand, when inequity waspresent towards women, the gender gap was muchgreater. These are extremely important findings, sincemore efficient management of State funds for education,aimed at avoiding early school leaving for example, couldhelp forestall the difficulties such students would other-wise encounter in finding employment and thus preventtheir eventual marginalisation [33]. Furthermore, somecountries presented the same absolute value and thereforethe same level of inequity in education, but in an oppositedirection, showing inequity towards women with a nega-tive value or inequity towards men with a positive value.With the GEI, this information is lost by truncating at 1. Itshould be noted that not every country with inequity is acountry with unfair policies. It is necessary to confirmwhether this outcome is due to a set of temporary circum-stances or to a shift in a particular status quo that had pre-viously been unfavourable towards women. If results from
several years were to indicate that a particular sector orsphere had established structural inequity towards men,this could be corrected by means of State intervention.Moreover, in university education, a greater number of fe-male students does not necessarily represent a highernumber of qualified women working in positions in ac-cordance with their qualification. Therefore, in order toachieve systemic equity among professional adults, un-equal access to university education must be allowed infavour of women over a certain period of time, whetherthis be spontaneous or by means of quotas, incentives orgrant policies.The notion of empowerment in the GEI formula in-
volves bringing the value of autonomy to the foregroundand embracing the ultimate goal of gender equality pol-icies. Thus, it recognizes the value of an empowered in-dividual not so much a subject entitled to well-being,but rather as an agent with his/her own skills, values,judgments and priorities. Empowerment also involvesaccepting the need for public policies aimed at buildingpolitical communities where all citizens participate indesigning the social framework and fabric [29]. With theMGEI method, some countries obtained the same degreeof inequity for empowerment components (Technical
Table 4 Countries with the same absolute value of inequity in the education gap componentsa obtained using themodified gender equity index, highlighting cases of inequity towards women (− values) or men (+ values)
Countries Values Countries Values*
Literacy
Albania, Azerbaijan, Bulgaria, United Arab Emirates, Kyrgyzstan, Moldova,Panama, Qatar, Trinidad Tobago, Ukraine, Venezuela, Italy, Samoa
−0.005 Honduras, Uruguay 0.005
Croatia, Paraguay, Romania −0.010 Botswana, Philippines 0.010
Mexico, Swaziland −0.015 Malta 0.015
Primary
Albania, Argentina, Australia, Belgium, Bahrain, Bulgaria, China, Costa Rica,Croatia, Slovakia, Slovenia, Philippines, Finland, France, Ireland, Italy,Kazakhstan, Kyrgyzstan, Moldova, Poland, Qatar, Romania, USA
−0,005 Israel, Jordan, Mauritania, Namibia 0.005
Spain, Azerbaijan, Botswana, Colombia, Mexico, The Netherlands, Uruguay,Venezuela, Zimbabwe
−0.010 Mongolia, Rwanda 0.010
Belarus, United Arab Emirates, Estonia, Iceland, Nicaragua,Panama, Paraguay, Trinidad and Tobago, Tunisia
−0.015 Bangladesh 0.015
Russian Federation, Indonesia, Israel, Italy, Mauritius , Poland, Latvia −0.005 Belarus, Chile, Slovakia, Estonia, Kyrgyzstan,Latvia, Norway, Peru, Romania
0.005
Canada, Greece, Macedonia, Netherlands, Qatar −0.010 Cyprus, Croatia, Jordan, Paraguay, USA 0.010
Belgium, Kazakhstan, Vietnam −0.015 Bangladesh, Denmark, El Salvador, Iceland,Jamaica, Malta, Moldova, UK
0.015
Albania, Saudi Arabia, Azerbaijan, Hong Kong, Oman, Swaziland −0.020 Brunei Darussalam, Trinidad and Tobago 0.020
University
Chile −0.020 Cape Verde 0.020
Guatemala −0.163 Denmark, UK 0.136
Vietnam −0.170 Argentina, Poland 0.170aLiteracy Values , in primary, secondary and university education.*Countries with positive values according to the modified gender gap index have the value of 1 in the education gap components identified according to themethod of Social Watch.
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and Professional Jobs, and Law-making) as the GEI.However, whilst in many countries this inequity was showntowards women, in quite a few others the inequity was to-wards men. Therefore, for many years to come and in mostsocieties, public policies aimed at empowerment will stillnecessarily focus on women, but the final target group willinclude everyone, regardless of gender [29]. It must behighlighted that gender equity continues despite the eco-nomic development of a particular society. Social Watch[24] and studies by Nussbaum and Sen [34,35] have dem-onstrated the lack of a direct relationship between wealthand equity. However, the MGEI revealed that some coun-tries identified by the World Bank as having a high eco-nomic level, such as India, presented high levels of genderinequity, whereas others with low levels of wealth, such asLithuania, have taken significant steps towards achievinggender equity.
ConclusionGiven that the value under scrutiny is equity, an attempthas been made to refine an index that could be particu-larly useful for the surveillance of women’s and men’shealth as well as for future health policy initiatives. Theindex produces gender-sensitive values that that willmake possible (1) to monitor the results of specific pol-icies, (2) to assess the influence of these policies onhealth and illness indicators for both sexes, and (3) todetermine the length of time for which these policiesshould be maintained in order to correct long-standingstructural discrimination against women. The index alsoenables efforts to correct inequities towards men. More-over, the negative impact that a particular Public HealthPolicy may have on men or women will be revealed bythe MGEI values, enabling such policies to be redefinedor abandoned when the time comes.
Competing interestsThe authors declare that they have no competing interests.
Authors’ contributionsJFS conceived the study and participated in study design, data acquisition,calculation of indexes, data analysis and coordination and drafting of the paper.MTR participated in study design and data acquisition, and helped to draft themanuscript. MGG participated in the calculation of indexes and helped to draftthe paper. MCP participated in study design and discussion of results. VRP, CADand ECR made intellectual and theoretical contributions to the interpretation ofthe results. All authors read and approved the final manuscript.
AcknowledgementsThis research was funded by the Institute of Women, Spanish Ministry of Health,Social Services and Equality (Ref. 112–09) and has been presented orally in“Health and equity in all policies” (SEE-SESPAS), Madrid, October 6-7th 2011.All the authors acknowledge and agree that this paper forms part of JoseFernández-Saez’s Doctoral Thesis.
Author details1Public Health Research Group, University of Alicante, Alicante, Spain. 2CIBEREpidemiología y Salud Pública (CIBERESP), Catalonia, Spain. 3Department ofEconomics, University of Cantabria, Cantabria, Spain. 4Department ofObstetrics and Puericulture, Faculty of Medicine, University of Concepcion,
Concepcion, Chile. 5Department of Philosophy of Law and PrivateInternational Law, University of Alicante, Alicante, Spain. 6Grupo deInvestigación de Salud Pública. Universidad de Alicante, Edificio CienciasSociales, Crta. San Vicente-Alicante s/n. Campus San Vicente del Raspeig.Apartado, Alicante Postal 99. 03080, Spain.
Received: 30 November 2012 Accepted: 11 July 2013Published: 16 July 2013
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doi:10.1186/1471-2458-13-659Cite this article as: Fernández-Sáez et al.: Looking twice at the genderequity index for public health impact. BMC Public Health 2013 13:659.
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Appendix 1. Values for gender equity index, modified gender equity index and their gaps in education, economic activity and empowerment, for 114 countries (countries with the available data necessary for calculation). (The GEI values vary between 0 (gender inequity towards women) and 1 (gender equity). The MGI values vary between -1 (inequity towards women) and 1 (inequity towards men)). Ranking Countries GEI Ed G Emp G EA G Ranking MGEI MEd G MEmp G MEA G
1 Sweden 0,890 0,999 0,832 0,838 1 -0,044 0,054 -0,097 -0,089 2 Finland 0,849 1,000 0,761 0,785 2 -0,074 0,029 -0,130 -0,122 3 Norway 0,843 1,000 0,709 0,819 3 -0,078 0,054 -0,189 -0,100 4 Rwanda 0,799 0,797 0,754 0,845 4 -0,112 -0,092 -0,155 -0,087 5 Denmark 0,797 1,000 0,604 0,786 5 -0,112 0,044 -0,259 -0,121 6 New Zealand 0,781 0,999 0,584 0,761 10 -0,119 0,058 -0,279 -0,137 7 Iceland 0,777 0,991 0,552 0,788 7 -0,112 0,074 -0,290 -0,120 8 Netherlands 0,775 0,996 0,623 0,707 16 -0,142 0,005 -0,257 -0,174 9 Lithuania 0,774 0,999 0,567 0,756 6 -0,112 0,054 -0,249 -0,141
10 Barbados 0,771 1,000 0,581 0,732 11 -0,121 0,106 -0,312 -0,159 11 Spain 0,771 0,991 0,739 0,582 14 -0,136 0,028 -0,170 -0,267 12 Australia 0,764 1,000 0,541 0,752 18 -0,145 0,020 -0,312 -0,143 13 Russian Federation 0,764 0,998 0,583 0,712 12 -0,125 0,037 -0,241 -0,171 14 Philippines 0,763 1,000 0,655 0,635 8 -0,117 0,041 -0,168 -0,224 15 Latvia 0,759 1,000 0,566 0,710 9 -0,119 0,067 -0,253 -0,171 16 Canada 0,756 1,000 0,531 0,738 19 -0,147 0,036 -0,321 -0,155 17 Colombia 0,754 0,999 0,565 0,697 23 -0,166 0,021 -0,340 -0,180 18 Kazakhstan 0,751 0,997 0,504 0,751 15 -0,139 0,038 -0,308 -0,148 19 USA 0,748 1,000 0,521 0,723 22 -0,160 0,043 -0,357 -0,165 20 United Kingdom 0,747 1,000 0,512 0,728 21 -0,156 0,044 -0,354 -0,159 21 Bulgaria 0,745 0,990 0,528 0,716 37 -0,198 0,102 -0,475 -0,223 22 Slovak 0,745 1,000 0,563 0,671 45 -0,209 0,032 -0,459 -0,200 23 Uruguay 0,745 1,000 0,597 0,639 20 -0,153 0,007 -0,301 -0,167 24 Moldova 0,742 0,996 0,511 0,718 17 -0,142 0,050 -0,311 -0,166 25 Croatia 0,741 0,992 0,523 0,707 48 -0,219 0,011 -0,462 -0,205 26 Estonia 0,741 0,998 0,512 0,712 13 -0,130 0,059 -0,279 -0,172 27 Ukraine 0,741 0,998 0,557 0,669 24 -0,169 0,020 -0,355 -0,172 28 Belgium 0,734 1,000 0,559 0,642 25 -0,171 0,022 -0,315 -0,221 29 Austria 0,733 1,000 0,588 0,610 27 -0,173 0,016 -0,283 -0,253 30 France 0,732 1,000 0,479 0,717 29 -0,179 0,030 -0,400 -0,167 31 Israel 0,727 1,000 0,429 0,752 32 -0,185 0,036 -0,447 -0,145 32 Portugal 0,722 0,979 0,497 0,690 30 -0,181 0,034 -0,390 -0,187 33 Hong Kong 0,721 0,985 0,518 0,660 72 -0,298 -0,019 -0,665 -0,209 34 Romania 0,719 0,993 0,419 0,746 35 -0,191 0,026 -0,452 -0,147 35 Argentina 0,715 0,998 0,528 0,619 59 -0,239 0,050 -0,529 -0,238 36 Kyrgyzstan 0,715 0,994 0,492 0,658 58 -0,237 0,027 -0,528 -0,209 37 Poland 0,714 1,000 0,453 0,688 31 -0,182 0,040 -0,399 -0,189 38 Vietnam 0,713 0,886 0,440 0,812 42 -0,206 -0,063 -0,449 -0,107 39 Panama 0,711 0,995 0,530 0,607 33 -0,186 0,063 -0,375 -0,245 40 Slovenia 0,710 0,999 0,425 0,706 50 -0,223 0,043 -0,458 -0,254 41 Namibia 0,708 0,960 0,508 0,656 28 -0,175 0,031 -0,346 -0,211 42 Mongolia 0,705 0,999 0,533 0,582 40 -0,203 0,077 -0,418 -0,267
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43 Ireland 0,701 1,000 0,469 0,633 38 -0,201 0,039 -0,412 -0,230 44 South Africa 0,700 0,990 0,597 0,514 34 -0,186 0,023 -0,258 -0,323 45 Thailand 0,700 0,987 0,397 0,717 51 -0,223 0,002 -0,503 -0,168 46 Trinidad & Tobago 0,697 0,999 0,554 0,537 39 -0,202 0,030 -0,332 -0,304 47 Cuba 0,696 1,000 0,568 0,520 26 -0,173 0,060 -0,259 -0,319 48 Brazil 0,694 1,000 0,435 0,646 47 -0,216 0,037 -0,469 -0,217 49 Honduras 0,693 1,000 0,542 0,536 46 -0,211 -0,011 -0,395 -0,227 50 Peru 0,693 0,968 0,478 0,634 36 -0,192 0,075 -0,347 -0,305 51 China 0,689 0,951 0,382 0,733 57 -0,233 -0,019 -0,522 -0,158 52 Cyprus 0,687 0,991 0,387 0,682 54 -0,228 0,013 -0,505 -0,191 53 Venezuela 0,682 0,999 0,439 0,608 43 -0,208 0,021 -0,399 -0,247 54 Macedonia 0,680 0,983 0,501 0,555 44 -0,209 0,032 -0,370 -0,289 55 Costa Rica 0,678 1,000 0,490 0,543 41 -0,206 0,035 -0,357 -0,296 56 Paraguay 0,670 0,991 0,464 0,556 55 -0,230 0,032 -0,411 -0,310 57 El Salvador 0,669 0,980 0,514 0,512 49 -0,220 0,019 -0,350 -0,330 58 Greece 0,664 0,990 0,390 0,612 63 -0,250 0,009 -0,517 -0,242 59 Botswana 0,661 0,999 0,495 0,490 62 -0,249 0,006 -0,391 -0,362 60 Belarús 0,660 0,991 0,261 0,727 60 -0,245 0,036 -0,609 -0,161 61 Dominican Republic 0,657 1,000 0,471 0,499 53 -0,225 0,078 -0,415 -0,337 62 Italy 0,649 0,996 0,406 0,546 61 -0,248 0,034 -0,482 -0,296 63 Uganda 0,645 0,758 0,365 0,811 56 -0,232 -0,121 -0,468 -0,108 64 Lesotho 0,641 1,000 0,346 0,576 52 -0,224 0,084 -0,487 -0,270 65 Mozambique 0,639 0,660 0,342 0,915 65 -0,271 -0,244 -0,522 -0,048 66 Brunei Darussalam 0,628 0,987 0,412 0,484 68 -0,291 0,083 -0,605 -0,351 67 Chile 0,624 0,985 0,428 0,459 66 -0,280 -0,009 -0,457 -0,374 68 Azerbaijan 0,616 0,964 0,152 0,733 74 -0,305 -0,022 -0,737 -0,157 69 Burundi 0,616 0,687 0,279 0,881 67 -0,285 -0,199 -0,588 -0,067 70 Jamaica 0,610 1,000 0,183 0,647 64 -0,263 0,120 -0,691 -0,217 71 Cambodia 0,603 0,763 0,210 0,835 76 -0,319 -0,183 -0,681 -0,093 72 Mauritius 0,599 0,978 0,345 0,475 70 -0,293 0,016 -0,535 -0,359 73 México 0,599 0,973 0,382 0,443 69 -0,291 0,001 -0,485 -0,389 74 Kenya 0,593 0,877 0,097 0,806 79 -0,340 -0,087 -0,824 -0,108 75 Malta 0,588 0,983 0,287 0,495 71 -0,296 0,038 -0,587 -0,337 76 Ghana 0,583 0,797 0,128 0,825 78 -0,335 -0,132 -0,773 -0,100 77 Malasya 0,579 0,981 0,291 0,466 75 -0,308 0,041 -0,594 -0,371 78 Zimbabwe 0,572 0,861 0,186 0,670 77 -0,322 -0,080 -0,686 -0,201 79 Suriname 0,562 0,987 0,238 0,461 73 -0,303 0,088 -0,627 -0,372 80 Albania 0,558 0,990 0,066 0,619 81 -0,356 0,048 -0,876 -0,238 81 Iran 0,539 0,954 0,205 0,457 80 -0,354 0,010 -0,696 -0,375 82 Tajikistán 0,524 0,792 0,122 0,658 92 -0,384 -0,149 -0,794 -0,210 83 Ethiopía 0,523 0,616 0,255 0,697 91 -0,379 -0,046 -0,779 -0,312 84 Indonesia 0,523 0,917 0,124 0,528 84 -0,362 -0,293 -0,611 -0,182 85 Burkina Faso 0,522 0,622 0,177 0,766 83 -0,360 -0,244 -0,699 -0,136 86 Nicaragua 0,519 0,996 0,197 0,364 88 -0,371 0,027 -0,672 -0,468 87 Algeria 0,517 0,933 0,224 0,394 85 -0,366 0,004 -0,665 -0,437 88 Bangladesh 0,511 0,823 0,176 0,535 89 -0,373 -0,103 -0,708 -0,306
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89 Cape Verde 0,510 0,923 0,206 0,401 86 -0,367 -0,012 -0,659 -0,429 90 United Arab Emirates 0,508 0,998 0,192 0,334 82 -0,356 0,133 -0,695 -0,505 91 Guinea 0,506 0,510 0,211 0,798 90 -0,374 -0,351 -0,653 -0,117 92 Mali 0,500 0,557 0,170 0,773 87 -0,369 -0,262 -0,713 -0,132 93 Samoa 0,499 0,978 0,074 0,445 100 -0,415 0,004 -0,862 -0,387 94 Swazilandia 0,496 0,992 0,137 0,358 101 -0,416 -0,011 -0,759 -0,477 95 Qatar 0,495 0,997 0,162 0,327 96 -0,394 0,133 -0,802 -0,513 96 Cameroon 0,494 0,766 0,145 0,571 93 -0,385 -0,130 -0,748 -0,276 97 Mauritania 0,491 0,741 0,159 0,573 98 -0,396 -0,184 -0,730 -0,274 98 Tunisia 0,489 0,946 0,186 0,335 97 -0,394 0,018 -0,701 -0,500 99 Guatemala 0,488 0,862 0,235 0,367 95 -0,393 -0,085 -0,630 -0,464
100 Omán 0,476 0,960 0,234 0,235 108 -0,459 -0,015 -0,740 -0,622 101 Saudi Arabia 0,471 0,968 0,257 0,188 112 -0,471 0,025 -0,753 -0,684 102 Jordan 0,468 0,979 0,089 0,335 104 -0,446 -0,001 -0,838 -0,498 103 Niger 0,466 0,520 0,221 0,658 94 -0,386 -0,302 -0,645 -0,210 104 Bahrain 0,462 0,986 0,060 0,341 110 -0,466 0,093 -1,000 -0,491 105 Turkey 0,458 0,844 0,173 0,357 102 -0,434 -0,090 -0,738 -0,474 106 Equatorial Guinea 0,453 0,732 0,133 0,494 103 -0,436 -0,193 -0,775 -0,341 107 Nepal 0,445 0,611 0,153 0,570 99 -0,409 -0,208 -0,742 -0,276 108 Morocco 0,434 0,798 0,214 0,291 106 -0,450 -0,118 -0,683 -0,550 109 Nigeria 0,428 0,721 0,093 0,470 105 -0,446 -0,146 -0,830 -0,363 110 Pakistán 0,416 0,732 0,175 0,342 109 -0,459 -0,160 -0,726 -0,492 111 Benín 0,407 0,511 0,163 0,547 107 -0,451 -0,332 -0,726 -0,296 112 India 0,401 0,775 0,063 0,366 113 -0,494 -0,133 -0,883 -0,466 113 Togo 0,395 0,525 0,165 0,494 111 -0,469 -0,339 -0,726 -0,341 114 Yemen 0,290 0,464 0,063 0,344 114 -0,569 -0,328 -0,889 -0,490
GEI: Gender equity index. Ed G: Education gap. Emp G: Empowerment gap. EA G: Economic activity gap. MGEI: Modified gender equity index. MEd G: Modified education Gap. MEmp G: Modified empowerment gap. MEA G: Modified economic activity gap. The GEI values vary between 0 (gender inequity towards women) and 1 (gender equity). The MGI values vary between -1 (inequity towards women) and 1 (inequity towards men).
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7.2 INFORME TÉCNICO. Medición de la inequidad de género multidimensional:
algunas propuestas metodológicas para América Latina y El Caribe (2006-2014)
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Título Medición de la inequidad de género multidimensional: algunas propuestas metodológicas para América Latina y el Caribe (2006-2014)
Autores Marta Guijarro Garvi. Universidad de Cantabria. España José Fernández Sáez. Universidad de Alicante. España
Resumen Una de las herramientas que en los últimos años se está mostrando de mayor utilidad en el proceso de erradicación de las inequidades de género es la disponibilidad de instrumentos adecuados para medirlas. El objetivo de este trabajo es contribuir al debate científico basado en la búsqueda de índices sintéticos capaces de resumir en una sola cifra una realidad compleja; en este caso, el propósito es realizar una aproximación a la medición de la compleja realidad de las inequidades de género, mediante propuestas metodológicas que recojan las diferencias o brechas entre los “logros” conseguidos por mujeres y hombres para ciertas características de interés en la consecución del desarrollo humano. Con la finalidad de servir de complemento a los índices de género de PNUD en la descripción de la situación que en materia de género viven los países de América Latina y el Caribe, las medida propuestas son aplicadas al análisis de la evolución de las inequidades, así como de los procesos de convergencia temporal y entre países, que han tenido lugar en la región entre los años 2006 y 2014.
Palabras clave América Latina y el Caribe; inequidades de género; desigualdades de género; brecha de género; índices complejos; convergencias
1. Introducción “El desarrollo humano, si no se incorpora en él la condición de los sexos, está en peligro”, este es el mensaje fundamental del Informe de Desarrollo Humano de 1995. La equidad de género es, indiscutiblemente, una condición necesaria para el desarrollo humano y, a pesar de que en los últimos años se han llevado a cabo importantes avances dirigidos a su consecución –a lo que ha contribuido, sin duda, el hecho de poder medir la existencia de inequidades1 entre mujeres y hombres-, todavía estamos lejos de alcanzarla. Como puede leerse en el Human Development Research Paper 2010/46 Measuring Key Disparities in Human Development: The Gender Inequality Index (Gaye et al., 2010), numerosos acuerdos internacionales2 han urgido a los gobiernos para que den los pasos necesarios que garanticen que, tanto mujeres como hombres, disfruten de iguales derechos, oportunidades y responsabilidades. La promoción de la igualdad de género y de la autonomía de la mujer implica de la realización del ideal de justicia como igualdad y, especialmente, como igualdad de capacidades.
1 El interés por medir las inequidades de género tiene también motivaciones instrumentales (Permanyer, 2010), siendo numerosos los estudios que demuestran que la igualdad de género está positivamente correlacionada con el crecimiento económico (Domínguez y Guijarro, 2009). 2 Destacan entre ellos la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer (Ciudad de México, 1975); la Conferencia Mundial del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (Copenhague, 1980); la Conferencia Mundial para el Examen y la Evaluación de los Logros del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (Nairobi, 1985), y la Declaración y Plataforma para la Acción de (Beijing, 1995).
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Desde la inclusión en el Informe sobre Desarrollo Humano de 1995 de los primeros índices globales de género3, el Índice de Desarrollo relativo al Género y el Índice de Potenciación de Género, distintos organismos y agencias internacionales han promovido índices complejos cuyo objetivo es sintetizar en una sola cifra las disparidades entre mujeres y hombres en las distintas dimensiones del desarrollo humano, así como reflejar la influencia de estas disparidades en la consecución de dicho desarrollo. Ambos índices suscitaron el interés de la comunidad académica que ponderó sus bondades y criticó, igualmente, sus debilidades4. Respondiendo a buena parte de esas críticas, desde 2010, el Informe de Desarrollo Humano recoge el Índice de Desigualdad de Género y, a partir del Informe de 2014, un nuevo Índice de Desarrollo de Género. La definición de un índice complejo, en general, y de un índice de género, en particular, implica la toma de importantes decisiones de carácter conceptual, analítico y empírico (Bericat, 2012), lo cual explica sobradamente el continuo y profundo debate metodológico que esta materia suscita y la gran cantidad de enfoques que se han desarrollado durante los últimos años5. Las múltiples y variadas respuestas –muchas de ellas condicionadas por cuestiones subjetivas o de oportunidad- que pueden darse a las preguntas qué, cómo, cuándo y dónde han dado lugar a toda una batería de índices de género cuyas diferencias radican en el concepto que se pretende medir o la situación que se intenta reflejar, en la elección de las dimensiones6 y de las variables o indicadores que componen cada una de ellas, y en la forma funcional empleada para relacionar tales indicadores de cara a la construcción del índice. Como consecuencia, una buena parte de los trabajos científicos que, dentro de esta línea de investigación sobre género, se han publicado en los últimos años ha tenido como objetivo la revisión de los principales índices, así como la detección, en su caso, de deficiencias o inconvenientes y, el planteamiento de nuevas metodologías de implementación y mejora. Puesto que las medidas propuestas en este documento son medidas relativas a la equidad -y no a la igualdad- de género, y dado que en los textos oficiales y en la literatura sobre la materia se emplea en ocasiones la idea de igualdad y en otras la de equidad y muchas veces se utilizan como sinónimas, y aun no teniendo la intención de entrar en un debate filosófico sobre la diferencia entre ambos conceptos, sí parece oportuno, de cara a poner de manifiesto el porqué de las propuestas realizadas y la innegable coherencia de estas con el objetivo que persiguen medir, aclarar qué se entiende en este trabajo por equidad de género7.
3 Con las mismas dimensiones que el Índice de Desarrollo Humano (IDH), educación, salud e ingresos, el Índice de Desarrollo relativo al Género fue concebido como una suerte de IDH “ajustado a la baja por la desigualdad de género” (Domínguez y Guijarro, 2009). Por su parte, el índice de Potenciación de Género ponía el énfasis en la participación política, la participación económica y la propiedad de los recursos económicos. 4 Véanse Dijkstra y Hammer, 2000 Dijkstra, 2006 o Domínguez y Guijarro, 2009, entre otros. 5 Para una revisión de los índices de género más relevantes propuestos por diferentes entidades internacionales, así como de una descripción de sus variables, dimensiones y disponibilidad de datos, véase, por ejemplo, Bericat (2012), Van Staveren (2013) y UNDP (2015). Además, en UNDP (2015) pueden consultarse las modificaciones metodológicas que sobre estos índices han realizado diversos investigadores en el campo del género y del desarrollo humano. 6 La elección de las dimensiones está condicionada en muchas ocasiones por la disponibilidad de datos, así como por la dificultad intrínseca de cuantificar determinados conceptos relativos a la equidad de género (Gaye et al., 2010). 7 Los autores agradecen a la profesora Dra. Dña. Victoria Roca su magnífica definición del concepto de equidad de género, así como sus valiosas argumentaciones en relación a este concepto y a su medición.
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Así, la noción -el valor- de equidad significa la igualdad de trato respecto de lo diferente, o el igual respeto o consideración de lo diferente. Entendida de este modo, es posible sostener que la noción de equidad de género unida a la de capacidad permite articular un discurso crítico orientado a considerar como fundamentadas o legítimas sólo aquellas políticas cuyo objetivo es la realización de la autonomía de la persona y que buscan por lo tanto que los rasgos diferenciadores (del grupo o del individuo) sean o bien invisibles en el espacio público (y no férreos condicionantes de las opciones vitales de cada quien) o bien elementos a tener en cuenta en el diseño de la política adecuada para la consecución de la autonomía de las personas. Siendo conscientes, entonces, de que el valor en juego es el de la igualdad en la autonomía o capacidades y que la justicia es, por tanto, el desarrollo de las capacidades de todas las personas con independencia del género al que pertenezcan, las medidas propuestas en este documento reflejan todas las situaciones de inequidad, mostrando los resultados positivos y negativos tanto en relación con las mujeres como en relación con los hombres8. Dejar a un lado las situaciones de inequidad hacia los hombres parece estar en contra del objetivo último de un índice de equidad de género (Fernández-Sáez et al., 2013) y resulta, cuanto menos, éticamente discutible (Permanyer, 2010). Para todos los índices utilizados en este documento la brecha entre los logros alcanzados por mujeres y hombres es la unidad elemental de medida de las inequidades de género. Varios son los índices de género que basan su cálculo en el concepto de brecha (los índices de Social Watch y del World Economic Forum son probablemente los más conocidos y, aunque, con distinto significado, también se maneja este término en los índices de género del PNUD)9 y, con cualquiera de ellas, se evalúan, de uno u otro modo, los resultados alcanzados por mujeres y hombres en cada uno de los indicadores de interés. De modo general podría decirse que las diferencias entre unas brechas y otras residen bien en el concepto de logro que se emplea, bien en la forma matemática con la que se comparan dichos logros. En coherencia con el significado de equidad que aquí se maneja, los logros de mujeres y hombres son entendidos como los porcentajes de mujeres (hombres) que tienen una determinada característica calculados en relación a la población de mujeres (hombres) que “potencialmente” pueden poseerla. El hecho de incluir las poblaciones de mujeres y hombres que teóricamente pueden alcanzar el desempeño a la hora de hallar las referidas proporciones permite una medición más exacta de la brecha de género en la participación social10, siendo, también un procedimiento coherente con la idea de medir diferencias entre hombres y mujeres en relación a su correspondiente “status social” (Bericat, 2012). Otro de los aspectos que mayor interés suscita dentro del debate científico al que antes nos referíamos es, sin duda, la elección de las dimensiones. En este sentido, y como indica
8 Son muchos los índices que reflejan las situaciones desfavorables hacia los hombres: el Relative Status of Women, propuesto por Dijkstra y Hanmer en 2000; el European Gender Equality Index (Bericat, 2012), y el Índice de Desarrollo de Género, publicado por PNUD desde 2014 son claros ejemplos. A todos ellos hay que añadir innumerables propuestas que pueden encontrase en la literatura científica, algunas de las cuales están referenciadas en este estudio (Klansen y Schüler, 1999; Permanyer, 2008; Platenga et al., 2009, y Benería y Permanyer, 2010, entre otros). 9 En las propuestas realizadas por autores tales como Dijkstra (2000), Dijkstra y Hammer (2006), Klansen y Schüler (2011) o Permanyer (2013) se utiliza el concepto de brecha. Los citados trabajos centran el debate en los índices de género del PNUD. 10 Merece la pena destacar los comentarios relativos a esta cuestión que pueden encontrarse en los trabajos de Bericat (2012), Beneria y Permanyer (2010) y Permanyer (2010).
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Permanyer (2013), existe toda una línea de investigación en el ámbito de la medición del desarrollo con el objetivo principal de tratar de incorporar dimensiones alternativas que no se han tenido en cuenta tradicionalmente en la construcción de los índices (véanse, entre otros, los trabajos de Laso y Urrutia, 2001; Tarabussi y Palazzi, 2004; Domínguez, Guijarro y Trueba, 2010; Graham, 2010, y Neumayer, 2010). En el presente estudio se ha optado por tres de las dimensiones más ampliamente utilizadas por organismos internacionales para la construcción de índices de género (PNUD, Social Watch, World Economic Forum, entre otros) como son las de educación, empoderamiento y actividad económica. Considerando, además, que ciertos estudios relacionan la inequidad con la mortalidad y las enfermedades cardiovasculares (Backhans et al., 2012), así como con otras variables de salud (Brinda et al., 2015) y que, junto con demás desequilibrios estructurales, la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS considera a la equidad de género un determinante de contexto socioeconómico y político de la salud (Final Report to the WHO Commission on Social Determinants of Health, 2007), las dimensiones elegidas tienen la ventaja de facilitar los análisis estadísticos entre los índices propuestos y variables de salud-enfermedad y mortalidad. Dentro de las dimensiones, los indicadores que se emplean para la construcción de los correspondientes subíndices son los utilizados por Social Watch en su Índice de Equidad de Género11. Siendo coherentes con nuestra definición de brecha en el desempeño entre mujeres y hombres, el análisis se ha decantado por indicadores que afectan tanto a hombres y mujeres, dejando de lado aquellas variables que solamente conciernen a la vida de las mujeres12. Desde un punto de vista técnico, muchas han sido –y continúan siendo- las investigaciones que tienen por objeto la búsqueda de las formas más idóneas de agregación de las diferentes dimensiones elegidas para la construcción de un índice unidimensional que permita realizar comparaciones temporales y espaciales, cuya interpretación sea sencilla, y que, al mismo tiempo, posea propiedades que puedan ser calificadas como deseables13, y todo ello, independientemente de cuáles sean dichas dimensiones. Con la finalidad de servir de complemento a la información aportada por los índices de género del PNUD para los países de América Latina y el Caribe, en este trabajo se utilizan algunas propuestas de medición de las inequidades hacía mujeres y hombres para algunas de las dimensiones de interés en la consecución del desarrollo humano que son coherentes con el concepto de equidad, entendida en términos de justicia; sencillas de comprender e interpretar; de fácil replicación, y consistentes, desde el punto de vista técnico, ya que superan ciertos inconvenientes de los que adolecen algunos de los índices de género más utilizados y que han sido puestos de manifiesto en la literatura científica. La elección entre estas medidas dependerá del contexto en el que se utilizan y de las preferencias del analista a la hora de interpretar los datos que de ellas se desprenden. Como bien se dice en el documento de trabajo elaborado por The Expert Group Meeting on "Gender Equality 11 Desde su creación en 2007 ha sido uno de los índices más empleado y referenciado tanto en la literatura académica (véase, por ejemplo, Constantini y Monni, 2009), como en la literatura del ramo no convencional (Murakam y Blam, 2008, entre otros), así como por instituciones tales como el Banco Mundial o el Global Development Network (Fernández-Sáez et al., 2013). El principal elemento innovador de esta propuesta fue la incorporación en un solo índice de dimensiones que aparecían de manera separada en el Índice de Desarrollo relativo al Género y en el Índice de Potenciación de Género (Gaye et al., 2010). 12 Este argumento es utilizado por Benería y Permanyer (2010) en su crítica al índice de brecha de género de The World Ecomic Forum. 13 Para una relación de las principales investigaciones en este campo puede consultarse, por ejemplo, Permanyer (2013).
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in Human Development-Measurement Revisited (junio 2015), aunque se necesitan grandes dosis de innovación en la construcción de un índice compuesto, también entran en la ecuación muchos elementos subjetivos. La información aportada por estas medidas –en unos casos complementaria y, en otros, redundante- permite describir la evolución que las inequidades de género han experimentado en América Latina y el Caribe, así como los procesos de convergencia temporal y entre países que han tenido lugar entre los años 2006, primer año con datos sobre las variables para las metodologías propuestas, 2008, año inicial de la serie de valores del Índice de Desigualdad de Género, 2011, año intermedio, y 2014. Los resultados que se deriven de este análisis contribuirán a ilustrar la realidad que en materia de género viven los países de América Latina y el Caribe, pudiendo ser un instrumento de utilidad en el diseño de políticas públicas. El trabajo se estructura del siguiente modo. Tras esta introducción, el segundo apartado está dedicado a la revisión metodológica de las medidas de equidad de género utilizadas en este documento, así como a su aplicación en los países de América Latina y el Caribe y al análisis de las relaciones con los índices de género del PNUD. El estudio de las variaciones y convergencias a lo largo del periodo serán el contenido del tercer epígrafe. Tras un apartado de conclusiones y recomendaciones, el documento termina con una sección de referencias bibliográficas, seguido por una de anexos de tablas.
2. Diferencias entre los logros alcanzados por mujeres y hombres en América Latina y el Caribe: brechas e índices de equidad Dejando a un lado el debate sobre la conveniencia o no de utilizar índices sintéticos a la hora de analizar realidades complejas, lo que resulta evidente es la necesidad de prestar atención a todos y cada uno de los elementos que componen la medida calculada. La interpretación de los valores proporcionados por un índice complejo precisa, sin duda, ser completada con el análisis detallado de índices intermedios e indicadores, análisis que, entre otros aspectos, posibilite el conocimiento de la importancia relativa de cada una de las variables en el valor final del índice. Para ello se requiere una apropiada definición de la brecha de género que, por un lado, permita una fácil interpretación de las diferencias en el desempeño de mujeres y hombres en cada una de las características y, por otro, el cálculo de subíndices e índices con propiedades técnicamente deseables; la correcta construcción técnica de la brecha hará posible que sus valores puedan ser comparados entre diferentes unidades geográficas y para distintos periodos de tiempo. Los tres tipos de brechas consideradas en este documento, así como los subíndices e índices que se derivan de ellas, cumplen los mencionados requisitos. En términos generales, dado un indicador, i, consideraremos que los respectivos logros de mujeres y hombres, pMi y pHi, se corresponden con las proporciones de mujeres y hombres que poseen la característica en cuestión, esto es, la población de mujeres (hombres) que tienen la característica dividida por la población de mujeres (hombres) que “potencialmente” pueden tenerla14.
14 Diversos autores interpretan los desempeños de mujeres y hombres –en todos o algunos de los indicadores- en relación con el tamaño de la potencial población (Bardhan y Klasen, 1999 y Klansen y Schüler 2011, entre otros). Bericat (2012) denomina a este tipo de proporciones achievement rates (“tasas de desempeño”), diferenciándolas de las achievement shares (“cuotas de desempeño”), en cuyo cálculo (tanto para mujeres como para hombres) el denominador de la fracción es el total de personas que poseen la característica en cuestión. El IEG de Social Watch utiliza “tasas de desempeño” para el cálculo de las brechas de los indicadores en las dimensiones de educación y actividad económica, mientras que, para los
73
A la hora calcular la brecha de género para una determinada característica o indicador, a través de la comparación de las proporciones anteriores, se pueden utilizar diferentes definiciones. La primera de las brechas es una comparación en términos relativos (cociente)15 de los logros de mujeres y hombres para un cierto indicador:
Hi
Mii p
p1B
De acuerdo con la expresión anterior16, cuanto menor sea el numerador respecto al denominador, mayor será la inequidad hacia las mujeres (B1i < 1), cuanto mayor el numerador respecto al denominador, mayor la inequidad hacia los hombres (B1i > 1) y, si numerador y denominador coinciden, esto es, si la brecha es igual a la unidad, entonces, se mantienen las proporciones y, en consecuencia, estamos ante una situación de ausencia de brecha entre mujeres y hombres o, lo que es lo mismo, de equidad para la correspondiente característica17. Esta brecha tiene el inconveniente de que sus valores no están simétricamente distribuidos en torno al valor 1 (situación de equidad), ya que el rango de valores de inequidad hacia las mujeres es de 0 a 1, mientras que la inequidad hacia los hombres se refleja en cualquier valor mayor que 1. Este hecho puede suponer una desventaja a la hora de comparar valores de inequidades hacia mujeres con valores de inequidades hacia hombres, al ser diferentes los órdenes de magnitud. Para la construcción del subíndice, o brecha, de cada dimensión, y del consiguiente índice, se propone la media geométrica de las brechas de los indicadores:
n
i
ni1
11B1IEG
La interpretación tanto del subíndice como del índice de equidad de género es la misma que la de la brecha.
indicadores de empoderamiento, las brechas se obtienen a partir de “cuotas de desempeño”. También el European Gender Equality Index emplea los dos tipos de cocientes. 15 La mayoría de los índices utilizados en literatura, salvo excepciones como es el caso de Plantenga et al. (2009), se han decantado por la comparación del desempeño entre mujeres y hombres en términos relativos. En este sentido, puede consultarse el trabajo de Bericat (2012), en el cual, se describen las ventajas y los inconvenientes de cocientes y diferencias a la hora de relacionar proporciones. 16 La brecha así definida es una razón de las “tasas de desempeño” (véase nota a pie 14) de mujeres y hombres para cada una de los indicadores. Como puede verse en Fernández-Sáez et al. (2013), aunque la brecha propuesta se corresponde con la de Social Watch para los indicadores de las dimensiones de educación y de actividad económica (que no para los de la dimensión de empoderamiento, para los que, como ya se ha comentado, Social Watch utiliza la razón de “cuotas de desempeño”, no teniendo en cuenta la ratio de la población femenina), Social Watch elimina las situaciones en las cuales el numerador es mayor que el denominador recodificando como 1 el valor de la brecha en tales casos y no considerando, por tanto, la inequidad hacia los hombres. Aunque Bericat (2012) realiza una interesante descripción de estos dos tipos de razones que permiten la estimación de inequidades de género, junto con una relación de la utilización de las mismas en algunos de los principales índices de género, curiosamente, no contempla al IEG de Social Watch en esta parte de su trabajo. 17 La brecha toma siempre valores positivos, salvándose el problema de que pudiera no estar definida (en los casos en los que el denominador sea cero), mediante la recodificación de 0 a 0,01 que también utiliza Social Watch para tales situaciones.
74
Esta propuesta de medición de la inequidad de género evita los problemas de inconsistencia analítica de algunos de los índices tradicionalmente utilizados18, que se calculan como una media aritmética (suma) de razones (cocientes) 19. Con objeto de poner de manifiesto las ventajas técnicas de esta propuesta, pondremos un sencillo ejemplo20. Supongamos que cierto país tiene, para los dos indicadores de una dimensión, las siguientes proporciones para mujeres y hombres: pM1 = 0,2 y pH1 = 0,3 en el primer indicador, y pM2 = 0,3 y pH2 =0,2, en el segundo. Estamos, por tanto, ante una situación en la que, para el primer indicador existe inequidad hacia las mujeres y, para el segundo, hacia los hombres, siendo ambas de “igual magnitud”. Los valores de las proporciones muestran una situación de “simetría” en la inequidad, situación que cualquier medida de inequidad de género debería recoger21, tomando el valor que se corresponda con la situación de equidad. Si calculamos los valores de la brecha para ambos indicadores obtendríamos 0,2/0,3 para el primer indicador, y 0,3/0,2, para el segundo, siendo el subíndice, o brecha, de esta dimensión, media geométrica de las brechas de ambos indicadores, igual a 1, reflejo de la situación de equidad que muestran los datos22. Con la segunda de las brechas23 se comparan las proporciones de mujeres y hombres que tienen una determinada característica tanto en términos absolutos como relativos. Para ello, se obtiene la diferencia de proporciones y se normaliza el resultado, consiguiendo que la nueva brecha esté acotada. Así, para cada indicador, i, esta brecha, que toma valores entre -1 y 1, responde a la expresión:
HiMi
HiMii pp
pp
B2
De acuerdo con la fórmula anterior:
Si B2i = 0, se tiene equidad para el indicador i.
Si B2i = -1, existirá máxima inequidad hacia las mujeres; valores negativos de la brecha reflejan inequidad hacia las mujeres, que será tanto mayor cuanto más próximo a -1 esté el valor de la brecha.
18 Algunos ejemplos son el Relative Status of Women (Dijkstra y Hammer 2010), el African Gender Status Index (Economic Commission for Africa 2004) o el Gender Gap Index (World Economic Forum 2005). 19 Véase Permanyer (2010) o Bericat (2010) para una descripción detallada de los problemas asociados a la inconsistencia relativa al cálculo de las inequidades en indicadores y en sus dimensiones e índices. Con objeto de resolver algunos de esos problemas, Benería y Permanyer (2013) utilizan la media geométrica para implementar el índice Relative Status of Women, Domínguez y Guijarro (2009) emplean esta forma funcional como alternativa metodológica al Índice de Desarrollo Humano y en Klansen y Schüler (2011) y en Permanyer (2013) a los índices de género del PNUD. Los primeros autores en sugerir la utilización de la media geométrica fueron Desai (1991) y Najam (1998). 20 Este tipo de razonamientos en común en la literatura (véase, por ejemplo, Beneria y Permanyer, 2010). 21 Beneria y Permanyer (2013) alertan de los inconvenientes asociados a los índices que compensan inequidades hacia mujeres y hombres y proponen un índice que solamente considera las inequidades hacia las mujeres. 22 A pesar de la aparente inconsistencia de su cálculo (media aritmética de cocientes), la recodificación a 1 de los valores de la brecha mayores que la unidad permite que el IEG de Social Watch sea también coherente con el objetivo que persigue y, como puede comprobarse, tome también el valor 1 para el subíndice de la dimensión que se corresponde con las proporciones del ejemplo. 23 Esta brecha fue propuesta por Fernández-Sáez et al. (2013) para la construcción del Índice de Equidad de Género modificado como alternativa al IEG de Social Watch al contemplar las inequidades hacia mujeres y hombres.
75
Si B2i = 1, se dará la situación de máxima inequidad hacia los hombres; valores positivos de la brecha muestran existencia de inequidad hacia los hombres, siendo mayor la inequidad, cuanto más cercano a 1 sea el valor de dicha brecha.
La simetría de los valores de la brecha B2 en torno al 0 (equidad) resulta consistente con el cálculo de medias aritméticas para la obtención de subíndices, o brechas, de las dimensiones y del índice24:
n
iin 1
B21IEG2
Asimismo, al ser el recorrido de las inequidades el mismo para mujeres (de -1 a 0) que para hombres (de 0 a 1), se pueden comparar, en términos absolutos, inequidades hacia mujeres y hacia hombres “colocadas simétricamente” respecto al 0. Este hecho hace que la brecha B2 sea de fácil interpretación y muy útil a la hora de ilustrar gráficamente las inequidades. Volviendo al ejemplo anterior, y dada la simetría de la distribución de valores de la brecha B2 en torno al 0, su valor para el primer indicador es -0.1/0,5 y 0,1/0,5 para el segundo, resultando que el subíndice, o brecha, de la dimensión toma el valor 0, indicativo de la situación de igualdad de logros entre mujeres y hombres. A diferencia de la brecha B2, la última de las propuestas considera las inequidades de manera agregada, evitando la compensación de las inequidades hacia las mujeres con las inequidades hacia los hombres. Así dado un indicador, i, la brecha se define como25:
HiMi
HiMii pp
ppB
3
La brecha B3 permite la medición de la distancia existente entre mujeres y hombres: valores de la brecha próximos a 0 indican ausencia de distancia (equidad), mientras que, en la medida en que nos acercamos a la unidad, aumenta la brecha entre mujeres y hombres para el indicador considerado. La definición de esta brecha es también consistente con la aplicación de medias aritméticas para el cálculo del correspondiente subíndice, o brecha, de cada dimensión y del índice 26:
n
iin 1
B31IEG3
El IEG3 mide la inequidad total, al no compensarse las inequidades hacia mujeres y hombres. Así, continuando con el ejemplo, el subíndice, o brecha, de la dimensión sería igual a 0,2/0,5, reflejo de una doble inequidad de igual magnitud en términos absolutos.
24 Este índice recibe el nombre de Índice de Equidad de Género modificado (Fernández-Sáez et al., 2013) (véase nota a pie anterior). 25 Idénticas formas funcionales pero aplicadas a distintas medidas de logros y, por tanto, con interpretaciones muy diferentes, pueden encontrarse en Aroa (2012). 26 Véase Permanyer (2008).
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2.1 Brechas de equidad de género en América Latina y el Caribe Las propuestas metodológicas realizadas para la medición de las diferencias en el desempeño de mujeres y hombres están basadas en el concepto de brecha, esto es, en la definición de la unidad elemental de medida de las inequidades de género y en su posterior formulación. Y por ello, esa unidad básica de medida de la inequidad en el desempeño de hombres y mujeres será también objeto de especial atención en esta parte del trabajo. Para el cálculo de las brechas en las dimensiones de actividad económica, educación y empoderamiento se utilizan los indicadores que se recogen en la Tabla 1. Los datos provienen de los Informes de Desarrollo Humano (PNUD) para los años 2010, 2011 y 2014, de The Global Gender Gap Reports (World Economic Forum) para los años del periodo de análisis y de la Estadística e Indicadores Sociales (CEPAL-CEPALSTAT) de los años 2005, 2010 y 2015. De los países de la región se han seleccionado aquellos en los que había disponibilidad de datos para al menos uno de los años de estudio. Estos países son: Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guayana, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Debido a la falta de disponibilidad de datos en el año 2006 se excluyen Bahamas, Barbados, Belice, Cuba, Guayana y Surinam. En 2007 se excluyen del análisis Bahamas, Barbados y Guayana y en 2008, 2009 y 2010, Guayana.
Tabla 1. Dimensiones e indicadores
Fuente: elaboración propia a partir de Social Watch (2007).
Dimensiones Indicadores
Actividad económica Tasa de actividad
Ingresos ($ USA)
Educación
Tasa de alfabetización
Tasa de educación primaria
Tasa de educación secundaria
Tasa de educación universitaria
Empoderamiento
% de cargos técnicos y profesionales
% de legisladores
% de parlamentarios
% de ministros
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Dado que las brechas B1 y B2 proporcionan las mismas ordenaciones de los países, se ha optado por presentar las gráficas de las figuras con los valores de la brecha B2, ya que su definición determina un rango de valores que permite una interpretación más “visual” de las inequidades y, en consecuencia, una más clara presentación gráfica de las mismas. Para mejor comprensión de los datos, se ha optado, asimismo, por incluir en cada una de las figuras de esta sección una tabla con los valores de la brecha de la dimensión, así como de cada uno de sus indicadores, para todos los países y para los cuatro años de análisis. En el Anexo 1 se encuentra la información relativa a las tres dimensiones para las diferentes formulaciones de las brechas en los países de América Latina y el Caribe y para todos los años del periodo 2006-2014. Además, el Anexo 2 ofrece los datos desagregados por país y dimensión de los valores de la brecha B2 para cada uno de los años. El estudio comparado de las brechas de la dimensión de actividad económica y de sus indicadores en 2006, 2008, 2011 y 2014 se ilustra en la Figura 1. Como puede observarse, todos los valores de las brechas de esta dimensión son negativos, moviéndose entre -0,463 (Guatemala en 2008) y -0,057 (Bahamas en 2011). Si bien es cierto que los resultados son reflejo de la existencia de una situación desfavorable hacia las mujeres, también lo es el hecho de que se ha producido una reducción de las inequidades entre los años 2006 y 2014, salvo en el caso de Honduras, cuya brecha de la dimensión de actividad económica ha crecido, debido al aumento que el país ha experimentado en sus inequidades entre los años inicial y final del periodo de análisis en el indicador de fuerza de trabajo. Idéntico comportamiento, tendente a la reducción de inequidades hacia las mujeres, ha tenido lugar en los países de la región entre 2008 y 2014, aunque en Guatemala, Jamaica y Nicaragua las inequidades crecieron –ligeramente en Guatemala y de modo más notable en los otros dos países- entre los años 2006 y 2008. Se puede afirmar que globalmente la distribución de valores de la brecha de esta dimensión se ha desplazado muy ligeramente hacia mayores niveles de equidad ya que, en 2006, los respectivos valores mínimo y máximo eran -0,459 (Guatemala) y -0,153 (El Salvador) y en 2014, -0,372 (Honduras) y -0,124 (Bahamas). Aunque la figura muestra inequidades hacia las mujeres más acusadas para el indicador de ingresos que para el de fuerza del trabajo –con valores de las brechas, en términos generales, más alejados del 0-, sin embargo, solo El Salvador y Jamaica han experimentado un aumento de sus inequidades entre los años inicial y final del periodo 2006-2014, aumento que fue especialmente acusado en El Salvador entre 2006 y 2008. Además, y a excepción de Honduras, al que hay que añadir Argentina, Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela, el resto de países ha reducido sus inequidades tanto entre 2008 y 2011 como entre 2011 y 2014. La mayoría de los países ha experimentado una disminución sostenida de las inequidades hacia las mujeres entre 2006 y 2014 para el indicador fuerza del trabajo, destacando entre ellos Barbados, país con las menores inequidades de toda la serie entre 2008 y 2014. Sin embargo, Argentina, Colombia, Ecuador, Honduras o Paraguay, entre otros, han tenido una actuación mucho más desigual, con subidas y bajadas de las inequidades a lo largo del periodo.
78
Figura 1. Brechas de la dimensión de actividad económica y de sus indicadores. Años 2006, 2008, 2011 y 2014 Fuente: elaboración propia a partir de The Global Gender Gap Reports (World Economic Forum) de los correspondientes años.
-1,000
-0,900
-0,800
-0,700
-0,600
-0,500
-0,400
-0,300
-0,200
-0,100
0,000
0,100
0,200
0,300
0,400
0,500
0,600
0,700
0,800
0,900
1,000
B2 en Actividad Económica 2006 B2 en Actividad Económica 2008 B2 en Actividad Económica 2011 B2 en Actividad Económica 2014
-1,000
-0,900
-0,800
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0,100
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B2 en Fuerza del Trabajo 2006 B2 en Fuerza del Trabajo 2008 B2 en Fuerza del Trabajo 2011 B2 en Fuerza del Trabajo 2014
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1,000
B2 en Ingresos 2006 -0,457 B2 en Ingresos 2008 -0,300 B2 en Ingresos 2011 -0,314 B2 en Ingresos 2014 ---
Mínimo Máximo Argentina Bahamas Barbados Belice Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Cuba R. Dominicana Ecuador El Salvador Guatemala Guayana Honduras Jamaica Mexico Nicaragua Panama Paraguay Peru Suriname Trinidad y Tobago Uruguay VenezuelaB2 en Actividad Económica 2006 -0,459 -0,153 -0,318 --- --- --- -0,260 -0,284 -0,375 -0,232 -0,371 --- -0,374 -0,344 -0,153 -0,459 --- -0,351 -0,179 -0,394 -0,396 -0,271 -0,315 -0,369 --- -0,303 -0,237 -0,299B2 en Fuerza del Trabajo 2006 -0,419 -0,128 -0,178 --- --- --- -0,143 -0,168 -0,308 -0,141 -0,286 --- -0,281 -0,155 -0,236 -0,419 --- -0,245 -0,156 -0,333 -0,410 -0,215 -0,128 -0,163 --- -0,236 -0,164 -0,186B2 en Ingresos 2006 -0,575 -0,071 -0,457 --- --- --- -0,377 -0,400 -0,442 -0,322 -0,456 --- -0,468 -0,533 -0,071 -0,499 --- -0,456 -0,202 -0,454 -0,382 -0,327 -0,503 -0,575 --- -0,371 -0,310 -0,411B2 en Actividad Económica 2008 -0,463 -0,146 -0,219 --- -0,146 -0,364 -0,202 -0,205 -0,362 -0,171 -0,285 -0,306 -0,327 -0,212 -0,317 -0,463 --- -0,292 -0,208 -0,381 -0,463 -0,232 -0,303 -0,218 -0,368 -0,298 -0,204 -0,229B2 en Fuerza del Trabajo 2008 -0,417 -0,068 -0,139 --- -0,068 -0,298 -0,133 -0,145 -0,293 -0,118 -0,259 -0,233 -0,254 -0,139 -0,209 -0,417 --- -0,216 -0,139 -0,317 -0,408 -0,194 -0,115 -0,145 -0,308 -0,230 -0,124 -0,147B2 en Ingresos 2008 -0,518 -0,224 -0,300 --- -0,224 -0,431 -0,270 -0,264 -0,431 -0,224 -0,310 -0,380 -0,401 -0,285 -0,425 -0,510 --- -0,368 -0,278 -0,444 -0,518 -0,270 -0,490 -0,292 -0,427 -0,366 -0,283 -0,311B2 en Actividad Económica 2011 -0,382 -0,057 -0,243 -0,057 -0,137 -0,311 -0,129 -0,193 -0,316 -0,333 -0,277 -0,226 -0,276 -0,303 -0,330 -0,336 -0,347 -0,382 -0,192 -0,339 -0,293 -0,263 -0,219 -0,186 -0,319 -0,222 -0,208 -0,268B2 en Fuerza del Trabajo 2011 -0,323 -0,056 -0,171 -0,057 -0,056 -0,248 -0,129 -0,141 -0,248 -0,301 -0,263 -0,226 -0,209 -0,244 -0,246 -0,286 -0,278 -0,323 -0,122 -0,292 -0,237 -0,232 -0,197 -0,114 -0,263 -0,153 -0,133 -0,203B2 en Ingresos 2011 -0,441 -0,128 -0,314 --- -0,217 -0,374 -0,128 -0,244 -0,385 -0,365 -0,290 --- -0,343 -0,362 -0,413 -0,386 -0,416 -0,441 -0,262 -0,386 -0,350 -0,294 -0,240 -0,258 -0,376 -0,291 -0,283 -0,334B2 en Actividad Económica 2014 -0,372 -0,124 -0,197 -0,124 -0,130 -0,304 -0,174 -0,196 -0,259 -0,224 -0,261 -0,284 -0,207 -0,180 -0,248 -0,272 -0,347 -0,372 -0,168 -0,319 -0,309 -0,241 -0,237 -0,161 -0,307 -0,220 -0,199 -0,216B2 en Fuerza del Trabajo 2014 -0,318 -0,049 -0,197 -0,050 -0,049 -0,241 -0,108 -0,133 -0,179 -0,163 -0,244 -0,212 -0,194 -0,189 -0,233 -0,277 -0,307 -0,318 -0,088 -0,267 -0,252 -0,237 -0,205 -0,115 -0,244 -0,163 -0,124 -0,203B2 en Ingresos 2014 -0,425 -0,171 --- -0,197 -0,212 -0,366 -0,240 -0,259 -0,339 -0,285 -0,277 -0,355 -0,220 -0,171 -0,262 -0,267 -0,386 -0,425 -0,248 -0,370 -0,365 -0,244 -0,269 -0,206 -0,371 -0,277 -0,273 -0,229
Figura 2. Brecha de la dimensión de empoderamiento. Años 2006, 2008, 2011 y 2014
Fuente: elaboración propia a partir de The Global Gender Gap Reports (World Economic Forum) de los correspondientes años y Estadística e Indicadores Sociales (CEPAL-CEPALSTAT, 2015).
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B2 en Empoderamiento 2006 B2 en Empoderamiento 2008 B2 en Empoderamiento 2011 B2 en Empoderamiento 2014
Mínimo Máximo Argentina Bahamas Barbados Belice Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Cuba R. Dominicana Ecuador El Salvador Guatemala Guayana Honduras Jamaica Mexico Nicaragua Panama Paraguay Peru Suriname Trinidad y Tobago Uruguay VenezuelaB2 en Empoderamiento 2006 -0,701 -0,275 -0,415 --- --- --- -0,517 -0,425 -0,477 -0,351 -0,357 --- -0,434 -0,528 -0,439 -0,701 --- -0,538 -0,275 -0,551 -0,663 -0,391 -0,405 -0,450 --- -0,369 -0,579 -0,404
B2 en Empoderamiento 2008 -0,830 -0,212 -0,335 --- -0,382 -0,455 -0,435 -0,490 -0,355 -0,432 -0,301 -0,212 -0,419 -0,325 -0,415 -0,830 --- -0,314 -0,303 -0,515 -0,495 -0,326 -0,621 -0,366 -0,393 -0,222 -0,377 -0,364
B2 en Empoderamiento 2011 -0,893 -0,211 -0,354 -0,418 -0,484 -0,548 -0,447 -0,501 -0,354 -0,429 -0,256 -0,211 -0,446 -0,239 -0,546 -0,893 -0,277 -0,280 -0,291 -0,508 -0,274 -0,317 -0,403 -0,461 -0,614 -0,223 -0,401 -0,325
B2 en Empoderamiento 2014 -0,519 -0,076 -0,389 -0,334 -0,425 -0,469 -0,329 -0,390 -0,394 -0,116 -0,301 -0,261 -0,364 -0,262 -0,456 -0,397 -0,267 -0,329 -0,402 -0,401 -0,076 -0,323 -0,335 -0,311 -0,519 -0,350 -0,408 -0,179
80
La brecha de la dimensión de empoderamiento (Figura 2) arroja notables niveles de inequidad hacia las mujeres aunque, salvo Jamaica y, en menor medida, El Salvador, todos los países han visto reducidas sus brechas de inequidad entre 2006 y 2014, con mayores o menores diferencias entre 2006 y 2010. El elevado valor mínimo, en términos absolutos, de la serie en 2006, -0,701 (Guatemala), se reduce ligeramente en 2014, -0,519 (Surinam). Las cosas han sido distintas entre 2008 y 2014, periodo en el que los países muestran comportamientos muy diversos. Así, mientras Guatemala o Paraguay, que partían de elevados niveles de inequidad en 2008 (-0,830 y -0,621, respectivamente), han reducido notoriamente sus inequidades (-0,397 y -0,335 en 2014), o países como Colombia y Nicaragua, con menores inequidades de origen, han experimentado, igualmente, una marcada disminución de sus inequidades entre 2008 y 2014 (de -0,432 a -0,116, en el primer caso y de -0,495 a -0,076, en el segundo), otros, como Argentina o Uruguay, han aumentado levemente sus inequidades, y algunos, como Jamaica, Surinam o Trinidad y Tobago, lo han hecho de manera más brusca. El resto de países, aunque de modo ciertamente desigual, también han mejorado sus dígitos entre 2008 y 2014. Ahora bien, cuando nos detenemos en los datos de los indicadores de esta dimensión (Figura 3), observamos un comportamiento diferente según el indicador de que se trate. Así, mientras en parlamentos y ministerios la inequidad hacia las mujeres es alarmante (si bien se ha reducido de 2006 a 2014 en casi todos los países), con valores mínimos para cada una de las brechas de los correspondiente indicadores de -0,857 y -1 en 2006 y de -0,941 y -0,885 en 2014, respectivamente, las inequidades hacia las mujeres no son tan acusadas en el indicador de legisladores (valores mínimos de -0,572 y -0,537 en los años inicial y final) e incluso en Jamaica la inequidad reflejada por los valores de la brecha de este indicador en todos los años es hacia los hombres. Por otro lado, la brecha del indicador de cargos técnicos y profesionales toma valores muy próximos a 0 en un gran número de países de la región; es más, en países tales como Jamaica (0,167 en 2008 y 0,178 en 2011) o Venezuela (0,215 en 2008 y 0,314 en 2014) la inequidad hacia los hombres, no solo es destacable, sino que, además, ha crecido a lo largo del periodo de análisis. Aunque han descendido entre 2006 y 2014, sin embargo, siguen manteniéndose las inequidades hacia las mujeres en Bolivia, Costa Rica, El Salvador o México. Según muestran las Figuras 2 y 3, a pesar de los ligeros avances en materia de equidad en el indicador de cargos técnicos y profesionales, estos no han sido suficientes para compensar las enormes inequidades hacia las mujeres en el resto de indicadores de la dimensión.
81
Figura 3. Brechas de los indicadores de la dimensión de empoderamiento. Años 2006, 2008, 2011 y 2014 Fuente: elaboración propia a partir de The Global Gender Gap Reports (World Economic Forum) los correspondientes años y Estadística e Indicadores Sociales (CEPAL-CEPALSTAT, 2015).
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B2 en Cargos Técnicos y Profesionales 2006 B2 en Cargos Técnicos y Profesionales 2008
B2 en Cargos Técnicos y Profesionales 2011 B2 en Cargos Técnicos y Profesionales 2014
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B2 en Legisladores en 2006 B2 en Legisladores en 2008 B2 en Legisladores en 2011 B2 en Legisladores en 2014
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B2 Parlamentarios en 2006 B2 Parlamentarios en 2008 B2 Parlamentarios en 2011 B2 Parlamentarios en 2014
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B2 en Cargos Ministeriales 2006 B2 en Cargos Ministeriales 2008 B2 en Cargos Ministeriales 2011 B2 en Cargos Ministeriales 2011
Mínimo Máximo Argentina Bahamas Barbados Belice Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Cuba R. Dominicana Ecuador El Salvador Guatemala Guayana Honduras Jamaica Mexico Nicaragua Panama Paraguay Peru Suriname Trinidad y Tobago Uruguay VenezuelaB2 en Cargos Técnicos y Profesionales 2006 -0,297 0,215 0,058 --- --- --- -0,225 0,210 0,015 -0,038 -0,190 --- -0,025 -0,211 -0,216 --- --- -0,297 0,167 -0,271 --- 0,005 0,086 -0,067 --- 0,062 -0,161 0,215B2 en Legisladores 2006 -0,572 0,167 -0,531 --- --- --- -0,304 -0,289 -0,538 -0,275 -0,536 --- -0,384 -0,489 -0,443 --- --- -0,572 0,167 -0,554 --- -0,195 -0,536 -0,545 --- -0,257 -0,353 -0,464B2 en Parlamentarios 2006 -0,857 -0,210 -0,338 --- --- --- -0,674 -0,830 -0,712 -0,775 -0,210 --- -0,603 -0,686 -0,712 -0,857 --- -0,553 -0,774 -0,536 -0,598 -0,657 -0,798 -0,426 --- -0,631 -0,802 -0,643B2 en Cargos Ministeriales 2006 -1,000 -0,314 -0,852 --- --- --- -0,867 -0,792 -0,674 -0,314 -0,492 --- -0,722 -0,726 -0,387 -0,545 --- -0,729 -0,660 -0,843 -0,728 -0,717 -0,375 -0,763 --- -0,651 -1,000 -0,723B2 en Cargos Técnicos y Profesionales 2008 -0,536 0,238 0,038 --- -0,020 0,000 -0,225 0,009 0,015 -0,038 -0,150 0,238 0,015 -0,032 -0,138 --- --- 0,022 0,167 -0,232 --- -0,015 -0,536 -0,167 0,018 0,042 0,000 0,215B2 en Legisladores 2008 -0,569 0,167 -0,569 --- -0,198 -0,180 -0,304 -0,348 -0,518 -0,275 -0,392 -0,322 -0,364 -0,449 -0,498 --- --- -0,198 0,167 -0,517 --- -0,095 -0,536 -0,446 -0,441 -0,158 -0,257 -0,464B2 en Parlamentarios 2008 -1,000 -0,142 -0,240 --- -0,821 -1,000 -0,674 -0,830 -0,712 -0,851 -0,251 -0,142 -0,603 -0,509 -0,712 -0,785 --- -0,548 -0,755 -0,591 -0,625 -0,657 -0,798 -0,426 -0,486 -0,474 -0,784 -0,623B2 en Cargos Ministeriales 2008 -0,875 -0,204 -0,569 --- -0,487 -0,640 -0,539 -0,792 -0,204 -0,566 -0,412 -0,621 -0,722 -0,311 -0,312 -0,875 --- -0,533 -0,793 -0,719 -0,365 -0,536 -0,616 -0,426 -0,661 -0,297 -0,468 -0,584B2 en Cargos Técnicos y Profesionales 2011 -0,545 0,236 0,039 0,223 -0,021 -0,006 -0,220 0,007 -0,024 -0,118 -0,130 0,199 0,012 -0,034 -0,181 --- 0,178 0,023 0,178 -0,250 -0,012 0,064 0,003 -0,087 -0,545 0,041 0,000 0,236B2 en Legisladores 2011 -0,625 0,158 -0,569 -0,119 -0,199 -0,186 -0,437 -0,310 -0,537 -0,236 -0,391 -0,401 -0,387 -0,451 -0,573 --- -0,501 -0,196 0,158 -0,441 -0,211 -0,036 -0,317 -0,625 -0,446 -0,159 -0,257 -0,386B2 en Parlamentarios 2011 -1,000 -0,142 -0,259 -0,776 -0,821 -1,000 -0,516 -0,831 -0,731 -0,757 -0,210 -0,142 -0,586 -0,372 -0,680 -0,786 -0,402 -0,650 -0,750 -0,534 -0,601 -0,839 -0,739 -0,565 -0,803 -0,436 -0,729 -0,664B2 en Cargos Ministeriales 2011 -1,000 -0,099 -0,626 -1,000 -0,893 -1,000 -0,614 -0,868 -0,123 -0,605 -0,291 -0,501 -0,823 -0,099 -0,749 -1,000 -0,382 -0,296 -0,750 -0,807 -0,270 -0,457 -0,558 -0,565 -0,664 -0,337 -0,619 -0,486B2 en Cargos Técnicos y Profesionales 2014 -0,241 0,314 -0,180 0,223 -0,021 -0,006 -0,121 0,067 -0,103 0,042 -0,110 -0,241 0,081 -0,014 -0,181 -0,145 0,178 0,023 -0,172 -0,012 -0,040 0,072 -0,147 0,013 0,081 0,060 0,314B2 en Legisladores 2014 -0,537 0,158 -0,415 -0,159 -0,199 -0,186 -0,319 -0,291 -0,537 0,022 -0,271 -0,241 -0,268 -0,292 -0,220 -0,164 -0,424 -0,196 0,158 -0,422 -0,211 -0,056 -0,217 -0,406 -0,446 -0,159 -0,179 -0,308B2 en Parlamentarios 2014 -0,941 -0,022 -0,298 -0,757 -0,693 -0,941 -0,516 -0,831 -0,693 --- -0,331 -0,022 -0,586 -0,173 -0,537 -0,768 -0,382 -0,493 -0,750 -0,327 -0,191 -0,839 -0,699 -0,565 -0,763 -0,436 -0,766 -0,664B2 en Cargos Ministeriales 2014 -0,885 0,108 -0,664 -0,644 -0,785 -0,743 -0,359 -0,505 -0,242 -0,412 -0,492 -0,541 -0,685 -0,569 -0,885 -0,510 -0,442 -0,650 -0,614 -0,681 0,108 -0,357 -0,498 -0,127 -0,882 -0,884 -0,748 -0,057
Figura 4. Brecha de la dimensión de educación. Años 2006, 2008, 2011 y 2014
Fuente: elaboración propia a partir de The Global Gender Gap Reports (World Economic Forum) de los correspondientes años.
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B2 en Educación 2006 B2 en Educación 2008 B2 en Educación 2011 B2 en Educación 2014
Mínimo Máximo Argentina Bahamas Barbados Belice Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Cuba R. Dominicana Ecuador El Salvador Guatemala Guayana Honduras Jamaica Mexico Nicaragua Panama Paraguay Peru Suriname Trinidad y Tobago Uruguay VenezuelaB2 en Educación 2006 -0,093 0,173 0,059 --- --- --- -0,093 0,016 -0,012 0,024 0,049 --- 0,086 0,001 0,018 -0,078 --- 0,074 0,117 -0,004 0,026 0,070 0,019 -0,012 --- 0,027 0,173 0,018B2 en Educación 2008 -0,062 0,138 0,057 --- 0,138 0,093 -0,021 0,051 -0,008 0,019 0,049 0,065 0,083 0,001 0,021 -0,062 --- 0,065 0,113 -0,017 0,036 0,067 0,021 -0,004 0,100 0,035 0,082 0,026B2 en Educación 2011 -0,032 0,128 0,065 0,128 0,099 0,088 -0,032 0,041 0,006 0,015 0,036 0,066 0,080 0,014 0,015 -0,029 -0,002 0,065 0,110 -0,001 0,034 0,062 0,049 -0,002 0,107 0,034 0,079 0,077B2 en Educación 2014 -0,030 0,138 0,064 0,026 0,122 0,101 -0,028 0,049 0,020 0,027 0,040 0,054 0,069 0,023 0,024 -0,030 0,138 0,059 0,108 -0,004 0,034 0,058 0,047 0,004 0,083 0,027 0,080 0,073
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La coherencia entre la formulación de la brecha y el concepto de equidad que pretende medir queda patente en el estudio de la dimensión educativa y de sus correspondientes indicadores. Según se ilustra en la Figura 4, a diferencia del resto de dimensiones, puede afirmarse que prácticamente no existe inequidad hacia las mujeres en la dimensión de educación. Los valores mínimos de -0,093, -0,062, -0,032 y -0,030 y máximos de 0,173, 0,138, 0,128 y 0,138, en los cuatro cortes cronológicos, reflejan la tendencia global de los países de la región a situaciones de inequidad hacia los hombres. Países que eran casi equitativos en 2008, aunque con una cierta inequidad hacia las mujeres (Chile, con un valor de la brecha de -0,008, o Perú, con -0,004), han dado la vuelta a la tendencia y, aunque en 2014se siguen manteniendo en el entorno de la equidad, su ligera inequidad es ahora hacia los hombres (valores de la brecha de 0,02 y 0,004, respectivamente). Sirva como ejemplo de esta propensión hacia la inequidad creciente contra los hombres el caso de Ecuador con valores de la brecha de 0,001 en 2006 y 2008, de 0,014 en 2011 y de 0,024 en 2014. Por el contrario, desde 2006, países como Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Honduras o Jamaica, entre otros, han reducido sus inequidades de partida hacia los hombres, acercándose a valores de equidad en 2014. En esta dimensión, la equidad en los indicadores de alfabetización y educación secundaria es igualmente mayoritaria en los países de la región, resultando casi unánime en el indicador de educación secundaria (Figura 5). Sin embargo, los valores de la brecha en educación universitaria muestran una clara situación de inequidad hacia los hombres en la mayoría de los países. En 2006, solamente cuatro países, Bolivia (-0,3), Chile (-0,023), Guatemala (-0,158) y México (-0,021) tienen valores negativos de la brecha de educación universitaria, y en 2014, únicamente Bolivia y México mantienen inequidades hacia las mujeres. Los valores mínimos de la brecha de -0,3 -0,11, -0,09 y -0,093, cercanos a la equidad desde 2011, y máximos de 0,358, 0,413, 0,467 y 0,419, estables a lo largo del período pero, sin duda, elevados, son reflejo del cambio de signo de las inequidades –ahora hacia los hombres- en la brecha de educación universitaria.
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Figura 5. Brechas de los indicadores de educación. Años 2006, 2008, 2011 y 2014 Fuente: elaboración propia a partir de The Global Gender Gap Reports (World Economic Forum) de los correspondientes años.
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B2 en Alfabetización 2006 B2 en Alfabetización 2008 B2 en Alfabetización 2011 B2 en Alfabetización 2014
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B2 en Educación 1º 2006 B2 en Educación 1º 2008 B2 en Educación 1º 2011 B2 en Educación 1º 2014
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B2 en Educación Universitaria 2006 B2 en Educación Universitaria 2008 B2 en Educación Universitaria 2011 B2 en Educación Universitaria 2014
Mínimo Máximo Argentina Bahamas Barbados Belice Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Cuba R. Dominicana Ecuador El Salvador Guatemala Guayana Honduras Jamaica Mexico Nicaragua Panama Paraguay Peru Suriname Trinidad y Tobago Uruguay VenezuelaB2 en Alfabetización 2006 -0,105 0,075 0,000 --- --- --- -0,069 0,006 0,000 0,000 0,000 --- 0,000 -0,011 -0,031 -0,087 --- 0,000 0,075 -0,011 0,000 -0,005 -0,105 -0,063 --- -0,005 0,005 -0,039B2 en Educación 1º 2006 -0,022 0,012 -0,005 --- --- --- 0,005 --- --- 0,006 --- --- 0,012 0,005 0,000 -0,022 --- 0,011 0,006 0,000 -0,011 0,000 --- 0,000 --- 0,000 --- 0,000B2 en Educación 2º 2006 -0,045 0,091 0,038 --- --- --- -0,007 --- --- 0,055 --- --- 0,091 0,010 0,021 -0,045 --- --- 0,019 0,016 0,062 0,047 --- 0,000 --- 0,028 --- 0,073B2 en Educación Universitaria 2006 -0,300 0,368 0,203 --- --- --- -0,300 0,026 -0,023 0,037 0,098 --- 0,242 0,081 -0,158 --- 0,212 0,368 -0,021 0,056 0,239 0,143 0,015 --- 0,083 0,342 0,038B2 en Alfabetización 2008 -0,075 0,058 0,000 --- --- 0,000 -0,056 0,006 -0,005 -0,005 0,000 0,000 0,006 -0,011 -0,029 -0,075 --- 0,012 0,058 -0,016 0,006 -0,005 -0,005 -0,050 -0,028 -0,005 0,000 0,000B2 en Educación 1º 2008 -0,021 0,016 -0,005 --- -0,005 0,000 0,005 0,011 --- -0,006 --- 0,005 0,013 0,005 0,000 -0,021 --- 0,005 0,000 -0,005 0,000 -0,005 0,005 0,005 0,016 0,000 0,000 0,000B2 en Educación 2º 2008 -0,039 0,162 0,045 --- 0,006 0,038 -0,014 0,051 --- 0,054 --- 0,011 0,096 0,009 0,019 -0,039 --- --- 0,026 -0,007 0,080 0,047 0,026 0,000 0,162 0,015 --- 0,068B2 en Educación Universitaria 2008 -0,111 0,413 0,188 --- 0,413 0,333 --- 0,137 -0,011 0,032 0,098 0,243 0,217 --- 0,095 -0,111 --- 0,176 0,368 -0,038 0,056 0,231 0,059 0,029 0,250 0,130 0,247 0,038B2 en Alfabetización 2011 -0,074 0,058 0,000 0,010 0,000 0,000 -0,044 0,000 -0,005 0,000 0,000 0,000 0,000 -0,036 -0,030 -0,074 0,000 -0,006 0,058 -0,016 0,000 -0,005 -0,016 -0,056 -0,005 -0,005 0,005 0,000B2 en Educación 1º 2011 -0,019 0,011 -0,005 0,011 0,005 0,000 0,005 -0,011 -0,005 -0,006 0,006 0,000 0,000 0,011 0,011 -0,016 -0,005 0,010 -0,019 0,000 0,000 0,000 0,000 0,005 -0,006 -0,005 -0,005 0,000B2 en Educación 2º 2011 -0,025 0,159 0,056 0,024 0,028 0,046 0,000 0,043 0,018 0,041 0,040 0,006 0,096 0,008 0,018 -0,025 --- --- 0,026 0,014 0,080 0,045 0,033 0,000 0,159 0,015 0,050 0,056B2 en Educación Universitaria 2011 -0,091 0,467 0,209 0,467 0,364 0,304 -0,091 0,130 0,018 0,027 0,098 0,257 0,224 0,071 0,061 0,000 0,000 0,189 0,375 0,000 0,056 0,209 0,178 0,043 0,280 0,130 0,267 0,253B2 en Alfabetización 2014 -0,083 0,051 0,000 0,010 0,000 --- -0,026 0,005 -0,005 0,005 0,005 0,000 0,006 -0,011 0,028 -0,083 0,030 -0,006 0,051 -0,011 0,000 -0,011 -0,011 -0,032 -0,005 -0,005 0,005 -0,005B2 en Educación 1º 2014 -0,017 0,063 -0,005 0,031 0,000 0,000 0,000 0,005 0,000 -0,006 0,000 0,005 -0,017 0,011 0,000 -0,005 0,063 0,011 0,000 0,005 0,005 -0,005 0,000 0,000 0,005 -0,005 0,000 -0,011B2 en Educación 2º 2014 -0,032 0,077 0,047 0,036 0,067 0,034 0,007 --- 0,024 0,041 0,027 0,006 0,065 0,014 0,008 -0,032 0,075 --- 0,027 0,022 0,077 0,033 0,040 0,000 --- 0,034 0,056 0,047B2 en Educación Universitaria 2014 -0,093 0,419 0,215 --- 0,419 0,269 -0,093 0,137 0,060 0,067 0,128 0,206 0,224 0,077 0,059 0,000 0,385 0,171 0,355 -0,034 0,056 0,214 0,159 0,047 0,250 0,083 0,260 0,261
La Figura 6 muestra con claridad las diferencias en los valores de las brechas para los cuatro indicadores de la dimensión de educación en los países de América Latina y el Caribe para el año 2014, permitiendo su comparación. Los datos ponen de manifiesto lo ya comentado en párrafos anteriores: puede decirse que existe equidad en casi todos los países para los indicadores de alfabetización y educación primaria; las inequidades existen de manera poco apreciable, y casi siempre son hacia los hombres, en el indicador de educación secundaria, y son de notoria relevancia para el indicador de educación universitaria donde incluso llegan a alcanzar un valor superior a 0,4.
Figura 6. Brechas indicadores de la dimensión de educación. Año 2014
Fuente: elaboración propia a partir de The Global Gender Gap Reports (World Economic Forum) de los correspondientes años.
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B2 en Alfabetización 2014 B2 en Educación 1º 2014 B2 en Educación 2º 2014 B2 en Educación Universitaria 2014 B2 en Educación 2014
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2.2 Índices de género en América Latina y el Caribe Una vez descritos los aspectos más destacados que se desprenden de los valores de las brechas entre mujeres y hombres en dimensiones e indicadores, y como complemento a la información desagregada que las brechas proporcionan, en esta apartado se realiza un análisis de las relaciones entre los índices de equidad de género, IEG1, IEG2 e IEG3, durante el periodo 2006-2014, y entre estos y los índices de Desigualdad de Género y de Desarrollo de Género. El análisis pone de manifiesto, por un lado, la necesidad de emplear medidas complementarias a la hora de describir la realidad de género y, por otro, el papel fundamental de las brechas en esta descripción. Como es bien sabido, el Índice de Desigualdad de Género, GII27, es un índice sintético de las dimensiones de salud reproductiva, empoderamiento y participación en el mercado de trabajo. A su vez, la dimensión de salud reproductiva se mide mediante los indicadores tasa de mortalidad materna y tasa de fecundidad entre adolescentes. La dimensión de empoderamiento tiene tres indicadores: la proporción de escaños parlamentarios ocupados por mujeres y el porcentaje de población con al menos alguna educación secundaria. Por último, la dimensión de mercado de trabajo cuenta como la participación de la fuerza laboral como indicador para su medición. A diferencia del IDH, mayores valores del GII indican mayores niveles de desigualdad de género. El Índice de Desarrollo de Género, IDG, presentado por vez primera en el Informe de 2014 y con las mismas dimensiones que el IDH –salud, educación y nivel de vida-, mide las disparidades del IDH por género y se obtiene como cociente entre los valores del IDH calculados para la población de mujeres y los obtenidos para la población de hombres; cuanto más próximo esté a 1 dicho cociente (que siempre es positivo), menores serán las disparidades de género. La Tabla 2 muestra los índices de equidad de género para los años 2006, 2008, 2011 y 2014, en los países de América Latina y el Caribe, así como el mínimo y el máximo de cada una de las series. Los valores de IEG1 y de IEG2 son indicativos de inequidad hacia las mujeres en todos los países de la región para los cuatro años de estudio: los del IEG1 son menores que 1 y los de IEG2 negativos. Se observa, asimismo, que, salvo excepciones –Barbados, Cuba, El Salvador, Jamaica y Surinam- todos los países mejoran sus dígitos, tanto del IEG1 como del IEG2 entre el año inicial y el final, si bien es cierto que el comportamiento ha sido desigual en los años intermedios. Así, mientras algunos países, como Bolivia, Chile, México o Venezuela, han experimentado una disminución año a año de las inequidades hacia las mujeres, otros como Honduras, Paraguay o Trinidad y Tobago han sufrido altibajos entre 2006 y 2014. No podemos olvidar, sin embargo, que estas cifras sintetizan la información aportada por brechas de dimensiones e indicadores. Colombia, por ejemplo, país que exhibe el mejor dígito en 2014, tiene una posición “intermedia” de inequidad hacia las mujeres en la dimensión de actividad económica, una situación de cuasi equidad en la dimensión de educación y de uno de los mejores valores de toda la serie en la brecha de la dimensión de empoderamiento. Barbados, que ocupa la posición novena entre todos los países en la ordenación determinada por el IEG1, tiene la segunda mayor inequidad hacia los hombres en la dimensión de educación, una de las menores inequidades hacia las mujeres en la de actividad económica y, sin embargo, su brecha de empoderamiento muestra una elevada inequidad hacia las mujeres. Estos son 27 Con la finalidad de evitar confusión con el acrónimo IDG utilizado por PNUD en el Informe de 2014 para referirse al Índice de Desarrollo de Género, nos hemos permitido la licencia de utilizar como acrónimo del Índice de Desigualdad de Género el derivado de su denominación en inglés, Gender Inequality Index, GII.
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solo un par de ejemplos que ponen de manifiesto la necesidad de conjugar la información aportada por brechas e índices.
Tabla 2. Valores de IEG1, IEG2 e IEG3. Años 2006, 2008, 2011 y 2014
IEG1 IEG2 IEG3 Países 2006 2008 2011 2014 2006 2008 2011 2014 2006 2008 2011 2014 Argentina 0,581 0,697 0,677 0,685 -0,225 -0,166 -0,177 -0,174 0,275 0,211 0,228 0,218 Bahamas --- --- 0,505 0,706 --- --- -0,116 -0,144 --- --- 0,238 0,198 Barbados --- 0,726 0,611 0,699 --- -0,130 -0,174 -0,144 --- 0,223 0,240 0,226 Belice --- 0,397 0,262 0,536 --- -0,242 -0,257 -0,224 --- 0,304 0,316 0,291 Bolivia 0,501 0,620 0,646 0,691 -0,290 -0,219 -0,203 -0,177 0,291 0,221 0,203 0,178 Brasil 0,561 0,582 0,563 0,651 -0,231 -0,215 -0,218 -0,179 0,277 0,250 0,248 0,223 Chile 0,519 0,585 0,609 0,628 -0,288 -0,242 -0,221 -0,211 0,291 0,244 0,227 0,225 Colombia 0,656 0,623 0,570 0,804 -0,186 -0,195 -0,249 -0,105 0,202 0,209 0,260 0,138 Costa Rica 0,615 0,689 0,711 0,696 -0,226 -0,179 -0,165 -0,174 0,259 0,212 0,189 0,201 Cuba --- 0,720 0,770 0,708 --- -0,151 -0,124 -0,164 --- 0,234 0,201 0,200 R. Dominicana 0,579 0,606 0,602 0,686 -0,241 -0,221 -0,214 -0,167 0,298 0,279 0,269 0,230 Ecuador 0,513 0,686 0,692 0,744 -0,290 -0,179 -0,176 -0,140 0,294 0,182 0,191 0,157 El Salvador 0,654 0,592 0,517 0,575 -0,192 -0,237 -0,287 -0,227 0,209 0,256 0,302 0,242 Guatemala 0,362 0,307 0,169 0,594 -0,413 -0,452 -0,419 -0,233 0,413 0,452 0,419 0,233 Guyana --- --- 0,642 0,714 --- --- -0,208 -0,159 --- --- 0,238 0,280 Honduras 0,541 0,677 0,647 0,625 -0,271 -0,181 -0,199 -0,214 0,321 0,227 0,247 0,258 Jamaica 0,750 0,704 0,725 0,685 -0,112 -0,133 -0,124 -0,154 0,246 0,264 0,257 0,261 México 0,478 0,507 0,525 0,593 -0,316 -0,304 -0,283 -0,241 0,319 0,304 0,285 0,246 Nicaragua 0,449 0,505 0,684 0,785 -0,344 -0,307 -0,178 -0,117 0,401 0,331 0,200 0,158 Panamá 0,636 0,696 0,658 0,666 -0,197 -0,164 -0,173 -0,169 0,246 0,210 0,226 0,210 Paraguay 0,578 0,494 0,649 0,677 -0,234 -0,301 -0,191 -0,175 0,296 0,316 0,227 0,220 Perú 0,529 0,663 0,620 0,719 -0,277 -0,196 -0,216 -0,156 0,279 0,202 0,224 0,164 Surinam --- 0,614 0,523 0,532 --- -0,220 -0,276 -0,248 --- 0,294 0,349 0,307 Trinidad y Tobago 0,619 0,713 0,752 0,634 -0,215 -0,162 -0,137 -0,181 0,244 0,193 0,168 0,214 Uruguay 0,407 0,679 0,666 0,650 -0,214 -0,166 -0,177 -0,176 0,330 0,221 0,230 0,239 Venezuela 0,593 0,657 0,683 0,788 -0,228 -0,189 -0,172 -0,107 0,143 0,242 0,263 0,211 Mínimo 0,362 0,307 0,169 0,532 -0,413 -0,452 -0,419 -0,248 0,143 0,182 0,168 0,138 Máximo 0,750 0,726 0,770 0,804 -0,112 -0,130 -0,116 -0,105 0,413 0,452 0,419 0,307
Fuente: elaboración propia.
De la Tabla 2 se desprende, además, que las inequidades agregadas recogidas por el IEG3 han descendido igualmente de manera general en todos los países de la región. El descenso global de las inequidades hacia las mujeres (IEG1 e IEG2) y de las inequidades agregadas (IEG3) se pone asimismo de manifiesto por el desplazamiento de máximos y mínimos hacia valores más cercanos al respectivo valor de equidad (1 para IEG1 y 0 para IEG2 e IEG3). Por otro lado, la comparación de los valores mínimos y máximos de las distribuciones de los índices de equidad también permite constatar que, entre 2006 y 2014, se ha producido una reducción en todos ellos de la amplitud del rango de valores: de 0,388 en 2006 a 0,272 en 2014, para el IEG1; de 0,301 en 2006 a 0,143 en 2014, para el IEG2, y de 0,270 en 2006 a 0,169 en 2014, para el IEG3. Esta circunstancia refleja la disminución de las disparidades entre países en términos de equidad entre el año inicial y
88
final de periodo (aunque no de manera lineal en todos los casos), lo cual será objeto de un análisis más detallado en la próxima sección.
Tabla 3. Ordenaciones de los países según los valores de IEG1, IEG2, IEG3. Año 2014
PAÍS IEG1 IEG2 IEG3 Argentina 13 14 12 Bahamas 8 5 6 Barbados 9 6 16 Belice 25 22 25 Bolivia 11 17 5 Brasil 17 18 14 Chile 20 20 15 Colombia 1 1 1 Costa Rica 10 13 8 Cuba 7 10 7 R. Dominicana 12 11 17 Ecuador 4 4 2 El Salvador 24 23 20 Guatemala 22 24 18 Guayana 6 9 24 Honduras 21 21 22 Jamaica 14 7 23 México 23 25 21 Nicaragua 3 3 3 Panamá 16 12 9 Paraguay 15 15 13 Perú 5 8 4 Surinam 26 26 26 Trinidad y Tobago 19 19 11 Uruguay 18 16 19 Venezuela 2 2 10
Fuente: elaboración propia.
Existe una enorme coincidencia entre los países que ocupan las mejores y peores posiciones de las series del IEG1 y del IEG2 en todos los años y que dichas coincidencias, aunque en menor medida, también se producen con la serie de valores del IEG3. Esta circunstancia no es casual. El hecho de que los índices IEG1 e IEG2 sean propuestas metodológicas diseñadas con idéntico objetivo de medición, que, además, se construyan sobre las base de los mismos indicadores y que, aunque formulados con criterios distintos, los dos sean consistentes desde el punto de vista matemático, hace que las ordenaciones que ambos determinan sobre los países de la región sean muy semejantes. Para ilustrarlo en la Tabla 3 aparecen las ordenaciones que los índices de equidad establecen sobre los países de América Latina y el Caribe en el año 2014.
89
Las mejores posiciones en términos de equidad son ocupadas en las dos clasificaciones por Colombia, Venezuela y Nicaragua, mientras que los cinco peores lugares de la tabla, con valores indicativos de las mayores inequidades hacia las mujeres, corresponden, si bien en distinto orden según se refieran a la clasificación determinada por el IEG1 o por el IEG2, a Surinam, México, Belice, Guatemala y El Salvador. El mayor cambio entre las clasificaciones es para Jamaica, que mejora de la posición 14 según el IEG1 a la posición 7 respecto al IEG2, poniendo de manifiesto que la agregación en forma de media aritmética beneficia a este país con inequidades de signo contrario, cosa que no ocurre con Bolivia, con inequidades hacia las mujeres en todas las dimensiones, y que pasa de la posición 11 del IEG1 a la 17 del IEG2. La elevada concordancia entre las ordenaciones que IEG1 y IEG2 determinan en los países de América Latina y el Caribe se ilustra en la Figura 7.
Figura 7. Ordenaciones de los países según el IEG1 y el IEG2. Año 2014
Fuente: elaboración propia.
En cuanto al IEG3, es necesario tener en cuenta que su objetivo es la cuantificación total de las inequidades hacia mujeres y hombres por lo que, al agregar en términos absolutos las inequidades de signo contrario, tiende a penalizar aquellos países con inequidades en ambos sentidos que resultarían compensadas por el IEG1 y el IEG2, como ocurre con Jamaica o Guayana (Figura 8).
90
Figura 8. Ordenaciones de los países según el IEG1 y el IEG3 y según el IEG2 y el IEG3. Año 2014
Fuente: elaboración propia.
Siendo conscientes de que los índices de género están concebidos en buena medida para permitir la clasificación de los países con el propósito de realizar comparaciones temporales y geográficas, se ha elegido el coeficiente de rangos de Spearman, medida estadística de asociación no paramétrica, para cuantificar el grado de concordancia dos a dos entre las clasificaciones de los países determinadas por los índices de equidad, IEG1, IEG2 e IEG3 de la Tabla 3 y que, en parte, queda ilustrada gráficamente por las Figuras 8 y 9. Según se recoge en la Tabla 4, los valores estimados de este coeficiente reflejan la ya comentada elevada y estadísticamente significativa asociación entre las ordenaciones de los países establecidas por el IEG1 y el IEG2. También es estadísticamente significativa, aunque levemente menor, la concordancia existente entre las clasificaciones de los países según IEG3 y las que definen, respectivamente, el IEG1 y el IEG2.
Tabla 4. Comparaciones dos a dos de los índices de equidad de género. Año 2014
IEG1 IEG2 IEG3 IEG1 1 0,940*** 0,729*** IEG2 1 0,626*** IEG3 1
***p < 0,001
Fuente: elaboración propia.
91
En la Tabla 5 se muestran los principales estadísticos descriptivos del GII para el periodo 2008-2013, cuyos datos han sido extraídos del Informe de Desarrollo Humano 2014 (PNUD, 2014). De igual forma, los valores de la mediana y de los otros dos cuartiles reflejan el cambio de posición de los valores de la distribución hacia mayores niveles de igualdad de género. En cuanto al índice de dispersión con respeto a la mediana28, sus valores son indicativos de una ligera reducción de las disparidades en la distribución, que se ha convertido en más homogénea en 2013.
Tabla 5. Principales estadísticos descriptivos del GII. Años 2006 y 2014
Mínimo Máximo Q1 Mediana Q3 IMe 2008 0,448 0,713 0,528 0,633 0,654 0,099 2013 0,316 0,524 0,367 0,441 0,463 0,119
Fuente: elaboración propia.
Atendiendo a la clasificación que, sobre los países de la región, determinan los tres cuartiles de la distribución de valores del GII del año 2013 (Tabla 5), la Figura 9 muestra la información que, sobre equidad y sobre disparidad de género en relación a las dimensiones del IDH, aportan, respectivamente, los valores del IEG1 y del IDG para ese mismo año. Los siete países de la región con menores niveles de desigualdad en 2013, esto es, con un valor del GII inferior a 0,367, primer cuartil de la distribución (Bahamas, Trinidad y Tobago, Costa Rica, Cuba, Barbados, Chile y Uruguay), tienen, sin embargo, mayores niveles de inequidad hacia las mujeres en términos relativos, ya que de ellos, únicamente Cuba, Costa Rica y Trinidad y Tobago se encuentran entre los siete primeros países con mayor equidad, según los valores del IEG1. Profundizando un poco más en el análisis, se comprueba que el comportamiento de los tres países con menor desigualdad en 2013 es diverso en términos de equidad. Así, mientras Bahamas ocupa la tercera peor posición en la dimensión de empoderamiento y está situado entre los países con mayor inequidad hacia los hombres en la dimensión de educación, según la brecha B1, Trinidad y Tobago y Costa Rica tienen posiciones que podrían calificarse de intermedias para las dimensiones de actividad económica y empoderamiento –aunque, como el resto de países de la región, inequitativas hacia las mujeres-, y sus valores en la brecha de la dimensión de empoderamiento -en este caso todos menores que 1- están más cercanos a la situación de equidad que el de Bahamas (Anexo 1). Tres países, Argentina, Barbados y Uruguay, tienen un IDG superior a 1, indicativo de un mejor desempeño de las mujeres en las dimensiones del IDH.
28 En coherencia con la importancia que en este trabajo se da a la naturaleza clasificadora de los índices de género, la medida de posición utilizada en este estudio es la mediana y, consecuentemente, se emplea el índice de dispersión con respecto a la mediana como medida de variabilidad de las distribuciones de los valores de los índices.
92
Figura 9. GII, IDG e IEG1 en América Latina y el Caribe. Año 2013
0 < GII < 0,367
0,367 < GII < 0,441
0,441 < GII < 0,463
0,463 < GII < 1
Brasil IEG1: 0,648
IDG: ---
México IEG1: 0,591 IDG: 0,940
Argentina IEG1: 0,653 IDG: 1,001
Perú IEG1: 0,629 IDG : 0,957 Ecuador
IEG1: 0,725 IDG: ---
Belice IEG1: 0,344 IDG: 0,963
El Salvador IEG1: 0,500 IDG: 0,965
Bahamas IEG1: 0,475
IDG: ---
Trinidad y Tobago IEG1: 0,710 IDG: 0,994
Costa Rica IEG1: 0,714 IDG: 0,973
Cuba IEG1: 0,785 IDG: 0,962 Barbados
IEG1: 0,703 IDG: 1,021
Chile IEG1: 0,560 IDG: 0,962
Uruguay IEG1: 0,605 IDG: 1,015
Jamaica IEG1: 0,688 IDG: 0,989
Paraguay IEG1: 0,595 IDG: 0,966
Nicaragua IEG1: 0,749 IDG: 0,912
Colombia IEG1: 0,707 IDG: 0,972 Surinam
IEG1: 0,506 IDG: ---
Venezuela IEG1: 0,705 IDG: 0,999
Bolivia IEG1: 0,753 IDG: 0,931
Honduras IEG1: 0,593 IDG: 0,929
R. Dominicana IEG1: 0,672
IDG: ---
Panamá IEG1: 0,667 IDG: 0,978
Guatemala IEG1: 0,172 IDG: 0,910
Guyana IEG1: 0,702 IDG: 0,985
Figura 10. Concordancia de las ordenaciones determinadas por los índices de género. Años 2008, 2011 y 2013
Fuente: elaboración propia
Extendiendo el análisis del grado de concordancia dos a dos también al GII, la Figura 10 recoge la matriz de diagramas de asociación29 para los años 2008, 2011 y 2013 y la Tabla 6 las correspondientes estimaciones del coeficiente de rangos. Como muestra la figura30, 29 Se trata de una versión adaptada de la conocida matriz de diagramas de dispersión que se obtiene “agrupando” los diagramas de dispersión obtenidos de la estimación por pares del coeficiente de correlación de un grupo de variables (Permanyer ,2013 utiliza la matriz de diagramas de dispersión con coeficientes de correlación para comparar sus propuestas alternativas al GII). A las razones conceptuales esgrimidas, que justifican sobradamente la elección del coeficiente de rangos en lugar del coeficiente de correlación hay que añadir que tanto el IEG1 como el IEG2 tienen rangos de valores cuya interpretación no es “lineal”, a diferencia, por ejemplo, del IDH (cuanto mayor, mejor) o del GII (cuanto menor, mejor), lo cual hace que su utilización sea, además, aconsejable. 30 A la hora de realizar las correspondientes ordenaciones, tanto para la estimación de los valores del coeficiente de rangos como para realizar los gráficos y figuras, se han tenido en cuenta los diferentes rangos
94
la elevada concordancia de IEG1 e IEG2 es también patente en estos tres años –aunque ligeramente menor en 2011-, siendo asimismo estable el grado de asociación entre IEG3 y los otros dos índices de equidad. En cuanto a grado de asociación entre las clasificaciones determinadas por el GII en los países de América Latina y el Caribe en los años de análisis y las definidas por el resto de los índices es evidente que las diferentes metodologías de formulación empleadas y los distintos indicadores utilizados hacen que el coeficiente de rangos estimado tenga valores más pequeños que los relativos a la cuantificación del grado de concordancia entre los índices de equidad dos a dos. Si bien, mientras en 2008 y 2011 dichas estimaciones son estadísticamente significativas en prácticamente todos los casos, los resultados de 2013, además de no ser significativos desde el punto de vista estadístico, evidencian una casi nula relación entre las ordenaciones que se derivan de los valores del GII y de los índices de equidad. Este hecho justifica la utilización complementaria de ambos tipos de medidas.
Tabla 6. Comparaciones dos a dos de los índices de género. Años 2008, 2011 y 2013
IEG1 IEG2 IEG3 GII Año 2013 IEG1 1 0,959*** 0,852*** 0,021 IEG2 1 0,803*** 0,024 IEG3 1 0,071 Año 2011 IEG1 1 0,749*** 0,736*** 0,358*** IEG2 1 0,609*** 0,579*** IEG3 1 0,424** Año 2008 IEG1 1 0,967*** 0,720*** 0,537*** IEG2 1 0,689*** 0,531*** IEG3 1 0,315
***p < 0,001
Fuente: elaboración propia
de valores de los coeficientes, considerando que la primera posición es “la mejor” y la última “la peor” en términos de equidad o igualdad, según los casos.
95
3. Índices y brechas de género: variaciones y convergencias Uno de los aspectos que puede resultar de mayor interés en el estudio de las inequidades de género es su evolución a largo del tiempo. Además de los análisis descriptivos de brechas e índices de las secciones anteriores, los cuales han permitido tener una imagen de las variaciones que las inequidades de género han experimentado entre 2006 y 2014 en los países de América Latina y el Caribe (Figura 11), en este trabajo se presenta una medida que sintetiza la evolución temporal de las inequidades de una forma consecuente con el concepto de equidad que aquí se maneja. La medida propuesta, que denominaremos variación media de equidad (VME), cuantifica las variaciones medias de las inequidades hacia mujeres y hombres que se han producido a lo largo de un periodo. En términos generales, la VME calcula la distancia entre los valores absolutos de la brecha (o del índice) en los años inicial y final, dividiendo el resultado por el número de años transcurridos. Puesto que, necesariamente, esta medida ha de tener en cuenta los respectivos rangos de valores de cada brecha o índice, así como la interpretación los mismos en términos de equidad, la formulación de la VME está sujeta a ligeras modificaciones (véase Anexo 4). Su definición permite que la VME sea capaz de reflejar la reducción de las inequidades y, en consecuencia, la mejora en equidad que experimenta un país cuando los valores de la brecha B1 (o del IEG1) se acercan a 1, tanto si tal acercamiento se da desde valores menores que 1, como si lo hace desde valores mayores que 1. Asimismo, la propuesta tiene en cuenta las reducciones de las inequidades que se producen cuando la brecha B2 (o el IEG2) se aproxima a 0, tanto desde valores negativos como desde valores positivos. La aplicación de la VME en índices tales como el IEG3 o el GII que siempre mejoran “en la misma dirección” –en estos dos casos el resultado es mejor cuanto menor es el valor del índice- es inmediata. Con la idea de ilustrar el funcionamiento de esta medida, veamos un sencillo ejemplo. Supongamos que, para un cierto indicador, la brecha B2 pasa de ser igual a -1, en el año 2008, a tener un valor de –0,5, en 2013; el valor 0,1 de la VME en este caso refleja la mejora absoluta media en equidad de este indicador entre 2008 y 2013, mejora idéntica a la que experimentaría el indicador si su brecha pasase de 1 a 0,5, o de -1 a 0,5, o bien de 1 a -0,5, pues, aunque el signo de las inequidades cambia de unos casos a otros, desde el punto de vista de la equidad, las situaciones de partida y de llegada coinciden entre sí en todos ellos. En consecuencia, la VME, cuya finalidad es cuantificar las variaciones medias que se producen en la “cantidad” de inequidad, independientemente de si estas son hacia mujeres o hacia hombres, toma igual valor para las cuatro situaciones del ejemplo, reflejando la misma reducción de inequidades en términos absolutos o, dicho de otro modo, idéntica mejora en equidad. En el Anexo 4 se recogen los valores de la VME para las brechas de las tres dimensiones, así como para los índices de equidad, en los países de América Latina y el Caribe, entre los años 2006 y 2014. La Figura 12 muestra las variaciones medias en equidad de los países a lo largo del periodo, a través de los valores del IEG1 y de sus brechas, poniendo de manifiesto, una vez más, la necesidad de estudiar conjuntamente brechas e índices para poder disponer de una mejor interpretación de la realidad. Así, aunque las VME de la serie del índice reflejen que, excepto dos países, todos los demás han experimentado una reducción media de las inequidades, es realmente a la luz de las brechas cuando puede conocerse la verdadera naturaleza de tales reducciones. Destacan las mayores variaciones en la brecha de la dimensión de actividad económica y, sobre todo, en la de empoderamiento y las prácticamente inexistentes en la brecha de la dimensión de educación, en coherencia con la evolución que estas dimensiones han experimentado entre el año inicial y el final del periodo.
96
Figura 11. Evolución de las inequidades de género entre 2006 y 2014. Valores del IEG2
Fuente: elaboración propia
Año 2014
-1,000
-0,800
-0,600
-0,400
-0,200
0,000
0,200
0,400
0,600
0,800
1,000
-1,000 -0,800 -0,600 -0,400 -0,200 0,000 0,200 0,400 0,600 0,800 1,000
IEG2
-1,000
-0,800
-0,600
-0,400
-0,200
0,000
0,200
0,400
0,600
0,800
1,000
-1,000 -0,800 -0,600 -0,400 -0,200 0,000 0,200 0,400 0,600 0,800 1,000
B2 Actividad Económica
-1,000
-0,800
-0,600
-0,400
-0,200
0,000
0,200
0,400
0,600
0,800
1,000
-1,000 -0,800 -0,600 -0,400 -0,200 0,000 0,200 0,400 0,600 0,800 1,000
B2 Educación
-1,000
-0,800
-0,600
-0,400
-0,200
0,000
0,200
0,400
0,600
0,800
1,000
-1,000 -0,800 -0,600 -0,400 -0,200 0,000 0,200 0,400 0,600 0,800 1,000
B2 Empoderamiento
Año 2006
Año 2014
97
Figura 12. Valores de la VME del IEG1 y sus brechas
Fuente: Elaboración propia.
0,070
0,062
0,059
0,047
0,040
0,038
0,036
0,027
0,026
0,024
0,021
0,021
0,020
0,019
0,018
0,015
0,006
0,003
-0,011
-0,016
-0,110 -0,100 -0,090 -0,080 -0,070 -0,060 -0,050 -0,040 -0,030 -0,020 -0,010 0,000 0,010 0,020 0,030 0,040 0,050 0,060 0,070 0,080 0,090 0,100 0,110
Nicaragua
Guatemala
Uruguay
Ecuador
Bolivia
Peru
Venezuela
Mexico
Colombia
Chile
R. Dominicana
Argentina
Paraguay
Brasil
Honduras
Costa Rica
Panama
Trinidad y Tobago
Jamaica
El Salvador
VME 2006-2014 IEG1
0,025
0,054
0,010
0,048
0,023
0,062
0,023
0,022
0,002
0,032
0,047
0,034
0,025
0,024
-0,005
0,031
0,008
0,023
0,003
-0,024
-0,110 -0,100 -0,090 -0,080 -0,070 -0,060 -0,050 -0,040 -0,030 -0,020 -0,010 0,000 0,010 0,020 0,030 0,040 0,050 0,060 0,070 0,080 0,090 0,100 0,110
Nicaragua
Guatemala
Uruguay
Ecuador
Bolivia
Peru
Venezuela
Mexico
Colombia
Chile
R. Dominicana
Argentina
Paraguay
Brasil
Honduras
Costa Rica
Panama
Trinidad y Tobago
Jamaica
El Salvador
VME 2006-2014 B1 Actividad Económica
-0,002
0,012
0,025
-0,005
0,017
0,002
-0,014
0,000
-0,001
-0,002
0,004
-0,001
-0,007
-0,008
0,004
0,002
0,003
0,000
0,002
-0,002
-0,110 -0,100 -0,090 -0,080 -0,070 -0,060 -0,050 -0,040 -0,030 -0,020 -0,010 0,000 0,010 0,020 0,030 0,040 0,050 0,060 0,070 0,080 0,090 0,100 0,110
Nicaragua
Guatemala
Uruguay
Ecuador
Bolivia
Peru
Venezuela
Mexico
Colombia
Chile
R. Dominicana
Argentina
Paraguay
Brasil
Honduras
Costa Rica
Panama
Trinidad y Tobago
Jamaica
El Salvador
VME 2006-2014 B1 Educación
0,086
0,080
0,049
0,069
0,059
0,074
0,031
0,021
0,026
0,027
0,023
0,063
0,017
0,012
-0,014
-0,035
-0,026
-0,110 -0,100 -0,090 -0,080 -0,070 -0,060 -0,050 -0,040 -0,030 -0,020 -0,010 0,000 0,010 0,020 0,030 0,040 0,050 0,060 0,070 0,080 0,090 0,100 0,110
Nicaragua
Guatemala
Uruguay
Ecuador
Bolivia
Peru
Venezuela
Mexico
Colombia
Chile
R. Dominicana
Argentina
Paraguay
Brasil
Honduras
Costa Rica
Panama
Trinidad y Tobago
Jamaica
El Salvador
VME 2006-2014 B1 Empoderamiento
-0,002
0,012
0,025
-0,005
0,017
0,002
-0,014
0,000
-0,001
-0,002
0,004
-0,001
-0,007
-0,008
0,004
0,002
0,003
0,000
0,002
-0,002
-0,110 -0,100 -0,090 -0,080 -0,070 -0,060 -0,050 -0,040 -0,030 -0,020 -0,010 0,000 0,010 0,020 0,030 0,040 0,050 0,060 0,070 0,080 0,090 0,100 0,110
Nicaragua
Guatemala
Uruguay
Ecuador
Bolivia
Peru
Venezuela
Mexico
Colombia
Chile
R. Dominicana
Argentina
Paraguay
Brasil
Honduras
Costa Rica
Panama
Trinidad y Tobago
Jamaica
El Salvador
VME 2006-2014 B1 Educación
-0,002
0,012
0,025
-0,005
0,017
0,002
-0,014
0,000
-0,001
-0,002
0,004
-0,001
-0,007
-0,008
0,004
0,002
0,003
0,000
0,002
-0,002
-0,110 -0,100 -0,090 -0,080 -0,070 -0,060 -0,050 -0,040 -0,030 -0,020 -0,010 0,000 0,010 0,020 0,030 0,040 0,050 0,060 0,070 0,080 0,090 0,100 0,110
Nicaragua
Guatemala
Uruguay
Ecuador
Bolivia
Peru
Venezuela
Mexico
Colombia
Chile
R. Dominicana
Argentina
Paraguay
Brasil
Honduras
Costa Rica
Panama
Trinidad y Tobago
Jamaica
El Salvador
VME 2006-2014 B1 Educación
-0,002
0,012
0,025
-0,005
0,017
0,002
-0,014
0,000
-0,001
-0,002
0,004
-0,001
-0,007
-0,008
0,004
0,002
0,003
0,000
0,002
-0,002
-0,110 -0,100 -0,090 -0,080 -0,070 -0,060 -0,050 -0,040 -0,030 -0,020 -0,010 0,000 0,010 0,020 0,030 0,040 0,050 0,060 0,070 0,080 0,090 0,100 0,110
Nicaragua
Guatemala
Uruguay
Ecuador
Bolivia
Peru
Venezuela
Mexico
Colombia
Chile
R. Dominicana
Argentina
Paraguay
Brasil
Honduras
Costa Rica
Panama
Trinidad y Tobago
Jamaica
El Salvador
VME 2006-2014 B1 Educación
-0,002
0,012
0,025
-0,005
0,017
0,002
-0,014
0,000
-0,001
-0,002
0,004
-0,001
-0,007
-0,008
0,004
0,002
0,003
0,000
0,002
-0,002
-0,110 -0,100 -0,090 -0,080 -0,070 -0,060 -0,050 -0,040 -0,030 -0,020 -0,010 0,000 0,010 0,020 0,030 0,040 0,050 0,060 0,070 0,080 0,090 0,100 0,110
Nicaragua
Guatemala
Uruguay
Ecuador
Bolivia
Peru
Venezuela
Mexico
Colombia
Chile
R. Dominicana
Argentina
Paraguay
Brasil
Honduras
Costa Rica
Panama
Trinidad y Tobago
Jamaica
El Salvador
VME 2006-2014 B1 Educación
98
Se analiza, además, si a lo largo del periodo de estudio, ha existido o no una reducción de las disparidades en equidad entre los países de América Latina y el Caribe, esto es, si entre los años inicial y final, la distribución de los valores de la correspondiente medida de equidad en los países se ha vuelto más homogénea, disminuyendo la dispersión entre ellos. Para llevar a cabo este análisis de convergencia en equidad dentro de la región, se ha calculado el índice de dispersión respecto a la mediana, IMe, de cada una de las distribuciones de valores de brechas e índices para los años 2006 y 2014. Para cada brecha o índice, se considerará que existe convergencia en equidad entre los países si la dispersión disminuye con el paso del tiempo, o lo que es igual, si el valor del índice de dispersión con respecto a la mediana es menor en 2014 que en 200631. La Tabla 7 muestra cómo la dispersión de las inequidades entre países, medida a través de los valores que el IMe toma para los índices, se ha reducido ligeramente a lo largo del periodo considerado, en coherencia con la reducción experimentada por la amplitud del intervalo determinado, en cada caso, por los valores máximo y mínimo (Tabla 2). Cabe señalar, además, que el grado de dispersión del IEG2 es superior siempre al del resto de los índices. En cuanto a las brechas, si bien se han reducido las disparidades entre países en los valores de la brecha de la dimensión de educación, para el resto de las dimensiones puede decirse que las diferencias se han mantenido estables a lo largo del periodo. Por último, existe también una leve convergencia entre los países en términos de igualdad, a tenor de los valores del índice de dispersión de las distribuciones relativas al GII.
Tabla 7. Convergencia entre países. Valores del IMe
IMe 2006 IMe 2014 IEG1 0,123 0,077 B1 Actividad Económica 0,144 0,110 B1 Educación 0,088 0,068 B1 Empoderamiento 0,221 0,241 IEG2a 0,202 0,168 B2 Actividad Económica 0,192 0,227 B2 Educación 1,935 0,678 B2 Empoderamiento 0,185 0,218 IEG3 0,153 0,138 B3 Actividad Económica 0,222 0,227 B3 Educación 0,823 0,538 B3 Empoderamiento 0,185 0,178 GII 0,099 0,119b
a La medida de dispersión se interpreta en términos absolutos tanto para el índice como para sus brechas. b El dato corresponde al año 2013. Fuente: elaboración propia.
31 El intenso debate entre los especialistas en desarrollo económico sobre la velocidad de crecimiento de las economías más pobres en relación a las más ricas ha llevado a popularizar el concepto de convergencia para variables de renta. La convergencia sigma se entiende como la reducción de las disparidades entre distintas economías y se analiza mediante medidas de dispersión, fundamentalmente con la desviación estándar y con el coeficiente de variación (véase, por ejemplo, Barro y Sala-i-Martin, 1995). Salvando las distancias debidas al ámbito de análisis, la convergencia entre países de este documento podría entenderse como una suerte de convergencia sigma.
99
Por último, con objeto de comprobar si los países que parten con mayores inequidades de género mejoran o no más rápidamente que aquellos que lo hacen con más nivel de equidad, se analiza la convergencia en equidad de brechas e índices entre 2006 y 201432. Para ello, se estima el coeficiente de rangos entre la ordenación determinada sobre los países de la región por la correspondiente medida de equidad en el primer año de análisis y la definida por su VME entre los años inicial y final del periodo. Un resultado negativo y estadísticamente significativo del coeficiente de rangos indicará la existencia de convergencia en equidad, la cual será tanto más intensa cuanto más próximo esté a -1 el valor estimado de dicho coeficiente. De forma análoga, la estimación del grado de concordancia entre las clasificaciones definidas por el GII del año 2008 y su VME entre 2008 y 2013 permitirá averiguar si existe o no convergencia en términos de igualdad.
Tabla 8. Convergencia temporal. Estimaciones del coeficiente de rangos
Índices y brechas de equidad 2006-2014 IEG1 -0,875** B1 Actividad Económica -0,700** B1 Educación -0.771** B1 Empoderamiento -0,747** IEG2 -0,781** B2 Actividad Económica -0,643** B2 Educación -0,761** B2 Empoderamiento -0,600** IEG3 -0,798** B3 Actividad Económica -0,804** B3 Educación -0,712** B3 Empoderamiento -0,798** GIIa -0,546**
a El periodo de análisis es 2008-2013.
**p<0,01
Fuente: elaboración propia. Los resultados del análisis de convergencia aplicado a los índices IEG1, IEG2 e IEG3, indican que los países que mejoran más son aquellos que parten de niveles más bajos de equidad, lo cual confirma la existencia de convergencia temporal (Tabla 8); este resultado es coherente con la evolución de las inequidades experimentada en los países y que ya ha sido descrita en la sección anterior. El ligero peor desempeño entre 2006 y 2014 de los países con mayor equidad de inicio, junto con la evidente mejoría de los menos equitativos, ha permitido que estos últimos disminuyan la distancia que los separaba de los primeros, produciéndose un proceso de convergencia en la región (Figura 13). Los países con menores niveles de equidad en 2006, según el IEG1, Guatemala, Uruguay y Nicaragua, tuvieron unos valores de la correspondiente VME iguales a 0,062, 0,059 0,070, respectivamente, mientras que los dígitos de los más equitativos, Jamaica,
32 Esta “convergencia temporal” puede recordar a la convergencia beta (Sala-i-Martín, 1990), relación negativa entre los niveles iniciales de renta y las tasas de variación de la misma; el estudio de este tipo de convergencia implica la estimación de los parámetros de una ecuación de convergencia. El concepto de convergencia beta subyace, en cierta medida, en la convergencia temporal aquí estudiada, aunque en nada tiene que ver la metodología utilizada.
100
Colombia y Panamá, no solo fueron inferiores sino que, incluso, en el caso de Jamaica, el valor fue negativo: -0,011, 0,26 y 0,006 (Tabla 9). Los datos relativos al IEG3 son igualmente concluyentes. Así, si en 2006 la diferencia entre el máximo valor del IEG3, 0,530 (Nicaragua), y el mínimo, 0,143 (Venezuela), era 0,387, la distancia entre estos dos países se redujo en 2014 hasta 0,053 (a favor de Venezuela), siendo la diferencia entre el nuevo máximo, 0,307 (Surinam), y el nuevo mínimo, 0,138 (Colombia), de 0,169 (Tabla 2 y Anexo 3). Según muestra la Figura 13, la convergencia también se produjo en las brechas: en todas las dimensiones, la variación media entre los años inicial y final fue mayor en los países que partían con mayores inequidades (todos los coeficientes de rangos estimados son negativos y estadísticamente significativos). Figura 13. Ordenaciones de los países según el IEG1 y las brechas del año 2006 y los valores de la VME 2006-2014
Fuente: elaboración propia
101
Aunque no tan intensa, también evidencia la existencia de convergencia temporal el resultado relativo al GII, siendo ligeramente superior al resto el ritmo de reducción de las desigualdades entre 2008 y 2013 de los países peor posicionados en 2008: la diferencia entre el máximo valor del GII del país con mayor nivel de desigualdad en 2008, 0,713 (Guatemala), y el mínimo valor, 0,448 (Barbados), pasó de 0,265 a 0,208 en 2013 (obtenido por diferencia de los valores máximo y mínimo de Guayana y Bahamas, respectivamente).
Tabla 9. Evolución de los países más y menos equitativos en 2006. Valores de la VME
Fuente: elaboración propia.
Países más equitativos en 2006
IEG1 B1 Actividad Económica B1 Educación B1 Empoderamiento
VM VM VM VM Jamaica (0,750) -0,011 El Salvador
(0,732 -0,024 Ecuador (1,002) -0,005
Jamaica (0,476) -0,035
Colombia (0,656) 0,026 Jamaica
(0,696) 0,003 México (0,992) 0,000
Costa Rica (0,462) 0,017
El Salvador (0,654) -0,016 Colombia
(0,621) 0,002 Chile (0,977) -0,002
Colombia (0,432) 0,074
Países menos equitativos en 2006
IEG1 B1 Actividad Económica B1 Educación B1 Empoderamiento
VM VM VM VM Nicaragua (0,449) 0,070 México
(0,433) 0,022 Bolivia (0,827) 0,017 Nicaragua
(0,199) 0,182
Uruguay (0,407) 0,059 Nicaragua
(0,433) 0,025 Jamaica (0,827) 0,002 Guatemala
(0,150) 0,119
Guatemala (0,362) 0,062 Guatemala
(0,370) 0,054 Uruguay (1,435) 0,025 Uruguay
(0,076) 0,191
102
4. Conclusiones Detrás de la falta de atención que a la hora de reflejar las inequidades de género han despertado en ciertos sectores las situaciones de inequidad hacía los hombres, subyace la tozuda realidad de que, en la mayoría de las sociedades, y a lo largo de toda su historia, los hombres han disfrutado de mayores privilegios que las mujeres. De hecho, “en ninguna sociedad las mujeres disfrutan de las mismas oportunidades que los hombres” (UNDP, 1995). Sin embargo, medir la inequidad de género es un instrumento fundamental de cara a eliminarla y, por ello, resulta imprescindible contar con herramientas adecuadas para llevar a cabo esta tarea, medidas que evidencien las situaciones de inequidad tanto hacia mujeres como hacia hombres, permitiendo la toma de decisiones sobre la conveniencia o no de la puesta en práctica de determinadas políticas o bien sobre si dichas políticas han de ser reformuladas o, en su caso, canceladas a la vista de los datos empíricos aportados por tales medidas. Si bien es cierto, y así se pone de manifiesto en este trabajo, que en la mayoría de las situaciones la inequidad desfavorece a las mujeres, también lo es que, en determinadas sociedades, entre las que se hallan muchos de los países de América Latina y el Caribe, la mujer ha tenido un mejor desempeño que el hombre en algunos de los indicadores relacionados con el desarrollo humano. Siendo coherentes con la realización del valor de justicia entendido como equidad o igual consideración de las personas independientemente de su género, las propuestas de medición de las inequidades de género de este documento están definidas de modo que son capaces de reflejar también esas situaciones. Todas ellas consideran dimensiones de interés para la consecución del desarrollo humano, son innovadoras, aunque gozan de apoyo en la literatura científica, no tienen inconsistencias metodológicas -como es el caso de algunos de los índices más utilizados-, son de sencilla interpretación, son coherentes con el objetivo que persiguen y resultan de fácil replicación. Estas medidas consideran como unidad básica de análisis la brecha entre los logros alcanzados por mujeres y hombres en cada una de las características. Entendiendo el logro como el número de mujeres (hombres) que tienen una determinada característica dividido por el número de mujeres (hombres) que “potencialmente” pueden poseerla, se consideran tres tipos de brechas a partir de diferentes formas funcionales que permiten comparar dichos logros de manera técnicamente consistente. El papel fundamental de las brechas en la descripción de las inequidades de género está fuera de toda duda a lo largo del documento; los resultados que las brechas arrojan, siendo imprescindibles para conocer las inequidades hacia mujeres y hombres en indicadores y dimensiones, lo son, si cabe, aún más, para completar, e incluso en ocasiones explicar, los valores de los índices obtenidos a partir de ellas. De la interpretación de los valores de las brechas en las diferentes dimensiones e indicadores se extraen interesantes conclusiones. En lo que se refiere a la brecha de actividad económica, el análisis realizado muestra que, aunque las inequidades hacia las mujeres se han reducido en la mayoría de los países, profundas inequidades persisten todavía al final del periodo. Al hecho de que, entre 2006 y 2014, los países han tendido a “acercarse” en términos de equidad, reduciéndose la dispersión entre ellos, hay que añadir el proceso de convergencia por el que los países que partían con un mayor nivel de inequidad en esta dimensión han visto reducidas sus inequidades de manera más intensa que los más equitativos. La consecución de un deseable descenso, constante y sostenido, de las inequidades –que, por otro lado, se observa ya en un nutrido grupo de países-
103
requiere de agendas estratégicas que, acompañadas de los necesarios cambios legales, estén encaminadas a la disminución de las diferencias salariales y a la promoción de la inserción laboral de las mujeres; todo ello sin olvidar los problemas estructurales de la región que actúan como elemento de freno en la reducción de las inequidades hacia las mujeres. A pesar de que la brecha entre los ingresos percibidos por mujeres y hombres se ha reducido en los últimos años, una de las formas más claras de expresión de la desigualdad de género sigue siendo la menor remuneración que las mujeres perciben por su trabajo, toda vez que son quienes los destinan en mayor medida al bienestar de sus familias. En 2013 todavía un 30,8% de las mujeres de la región no percibía ningún tipo de ingresos, frente al 11,3% de los hombres y el índice de feminidad de la pobreza era igual a 116,9 y el de la indigencia a 120,9. El mercado de trabajo tiene un papel clave como espacio que puede reproducir la desigualdad o, por el contrario, ser el mecanismo esencial para revertirla (CEPAL et al. 2013). Es necesario contar con un marco laboral que permita la inserción de la mujer en el mercado de trabajo en las mismas condiciones de acceso, a la vez que incentive su permanencia y, por supuesto, su promoción profesional. La brecha de la dimensión de empoderamiento muestra elevados niveles de inequidad hacia las mujeres, motivados por la situación sumamente desfavorable en los indicadores de parlamentarios y cargos ministeriales, situación que no alcanza a ser compensada por los valores próximos a la equidad en el indicador de cargos técnicos y profesionales que algunos países exhiben. Para la mayoría de los países de la región, los resultados de esta brecha son muy superiores a los del resto de las brechas y, aunque, ciertamente, las inequidades se han reducido entre 2006 y 2014, debido, en algunos casos, a la implantación de normativas relativas al cuotas de género, se mantienen, en general, en niveles que podrían ser calificados de alarmantes. Los procesos de convergencia temporal y espacial han servido para reducir las diferencias entre países en términos de equidad, poniéndose de manifiesto, al igual que en la dimensión de actividad económica, la mejor evolución de aquellos que partían de peores situaciones iniciales. El menor acceso de las mujeres a los ámbitos de poder es la causa de gran parte de las situaciones de inequidad a las que se enfrentan. Si las mujeres están ausentes de los espacios de toma de decisiones políticas, sociales y económicas, difícilmente se priorizarán sus problemas ni existirá una asignación de recursos públicos para dar respuesta a las demandas de género (CEPAL et al., 2013). Si bien es necesario seguir profundizando en los cambios normativos precisos para garantizar el acceso de la mujer a estos espacios, también lo es continuar avanzando en la generación de una cultura de la equidad. En materia educativa, los datos muestran que el ritmo de disminución de las inequidades ha tendido a aumentar en todos los países de la región, pero mucho más en aquellos que inicialmente tenían mayores niveles de inequidad. Los esfuerzos de los países en este ámbito han permitido no sólo un aumento de la escolarización de las mujeres en edades más tempranas sino, lo que es aún más notorio, un mejor desempeño que los hombres en educación universitaria. Este hecho es sumamente positivo porque para que una persona pueda integrarse en el mundo laboral y se reduzcan sus probabilidades de mantenerse o caer en la pobreza debe completar, al menos, el nivel de estudios secundarios (CEPAL, 2010). También lo es, sin duda, el que la brecha entre los países se haya reducido igualmente en esta dimensión, debido a la mejor actuación de los que partían de peores niveles de equidad en 2006. No obstante, se mantienen importantes desafíos puesto que, en una aplastante mayoría de los casos, y como ya se ha comentado, estos avances no
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vienen acompañados de mejores oportunidades laborales ni de una mayor participación en los ámbitos de poder. En América Latina y el Caribe el ingreso medio de las mujeres con 13 o más años de estudio seguía representando en 2013 en torno al 70% del ingreso medio de los hombres con el mismo nivel de formación, y en 2012, la tasa de participación en el mercado de trabajo –tasa de población económicamente activa- de ese colectivo de mujeres era del 71,2%, frente al 82,9% de los hombres. Si bien es verdad que las estadísticas muestran la existencia de una relación positiva entre el número de años de estudio y la probabilidad de formar parte de la población económicamente activa, tanto en mujeres como en hombres, también lo es el que son necesarios más años de estudio en la mujer para que en ella se dé tal circunstancia. Sirva como ejemplo el que, en el año 2012, dicha tasa era de 38,1% para las mujeres con menos de 5 años de estudio y de 74,8% para los hombres. Por otro lado, aunque la proporción de mujeres económicamente activas ha crecido en los últimos años, esto no se ha visto acompañado de un aumento en las oportunidades de empleo en las mujeres. Así, entre 2013 y 2014 la tasa de ocupación de las mujeres decreció en un 0,4% frente a un descenso del 0,3% de la de los hombres y, en 2014, la tasa de desempleo de las mujeres era un 30% superior a la de los hombres (OIT, 2014) El hecho de que existan espacios en los que las mujeres desempeñan mejor que los hombres y que, sin embargo, ello no repercuta en una mejora de su condición o, lo que es todavía más grave, se corresponda con situaciones de mayor desigualdad de oportunidades para ellas, tendría que ser un elemento de profunda reflexión para las autoridades políticas. Es importante señalar que, si bien las dimensiones e indicadores considerados en este estudio, además de ser de interés para el análisis de las inequidades de género, están disponibles para las mayoría de los países de la región, son muchas las variables que han quedado fuera del análisis, variables que, sin duda, servirían para ampliar el conocimiento sobre la realidad de género en los países de América Latina y el Caribe. Aunque conscientes de estas limitaciones, creemos que las propuestas de medición aquí presentadas pueden aportar datos empíricos relevantes sobre las inequidades de género en América Latina y el Caribe, sirviendo de complemento a al Índice de Desigualdad de Género y al Índice de Desarrollo de Género del PNUD. Afrontar el problema de las desigualdades sociales en América Latina requiere el diseño y la implementación de políticas públicas dirigidas a la reducción de las inequidades hacia las mujeres. El interés de las medidas aplicadas en este estudio ha de considerase desde el punto de vista de los principios de justicia que han de sustentar, no solo tales políticas, sino también las propuestas de medición en cuyos resultados se habrá de basarse necesariamente la formulación de las mismas.
105
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Anexo 1. Brechas de las dimensiones. Años 2006, 2007 y 2008
Brecha en Actividad Económica Brecha en Educación Brecha en Empoderamiento
2006 2007 2008 2006 2007 2008 2006 2007 2008
País B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3
Argentina 0,510 -0,318 0,318 0,627 -0,228 0,228 0,638 -0,219 0,219 1,127 0,059 0,062 1,022 0,011 0,014 1,121 0,057 0,059 0,342 -0,415 0,445 0,342 -0,415 0,445 0,473 -0,335 0,354
Bahamas --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- ---
Barbados --- --- --- --- --- --- 0,743 -0,146 0,146 --- --- --- --- --- --- 1,341 0,138 0,141 --- --- --- --- --- --- 0,384 -0,382 0,382
Belice --- --- --- 0,459 -0,369 0,369 0,464 -0,364 0,364 --- --- --- 1,196 0,086 0,086 1,212 0,093 0,093 --- --- --- 0,220 -0,520 0,540 0,111 -0,455 0,455
Bolivia 0,582 -0,260 0,260 0,666 -0,200 0,200 0,663 -0,202 0,202 0,827 -0,093 0,095 0,962 -0,019 0,026 0,958 -0,021 0,025 0,262 -0,517 0,517 0,262 -0,517 0,517 0,375 -0,435 0,435
Brasil 0,553 -0,284 0,284 0,646 -0,214 0,214 0,659 -0,205 0,205 1,032 0,016 0,016 1,040 0,019 0,019 1,108 0,051 0,051 0,309 -0,425 0,530 0,241 -0,534 0,548 0,270 -0,490 0,495
Chile 0,452 -0,375 0,375 0,459 -0,369 0,369 0,466 -0,362 0,362 0,977 -0,012 0,012 0,977 -0,012 0,012 0,984 -0,008 0,008 0,317 -0,477 0,485 0,317 -0,477 0,485 0,436 -0,355 0,363
Colombia 0,621 -0,232 0,232 0,672 -0,195 0,195 0,707 -0,171 0,171 1,050 0,024 0,024 1,046 0,023 0,023 1,039 0,019 0,024 0,432 -0,351 0,351 0,386 -0,369 0,369 0,329 -0,432 0,432
Costa Rica 0,456 -0,371 0,371 0,517 -0,318 0,318 0,556 -0,285 0,285 1,103 0,049 0,049 1,103 0,049 0,049 1,103 0,049 0,049 0,462 -0,357 0,357 0,482 -0,341 0,341 0,533 -0,301 0,301
Cuba --- --- --- 0,622 -0,233 0,233 0,529 -0,306 0,306 --- --- --- 1,139 0,063 0,069 1,141 0,065 0,065 --- --- --- 0,545 -0,262 0,381 0,618 -0,212 0,331
R. Dominicana 0,451 -0,374 0,374 0,494 -0,337 0,337 0,505 -0,327 0,327 1,191 0,086 0,086 1,201 0,090 0,090 1,183 0,083 0,083 0,361 -0,434 0,434 0,372 -0,419 0,426 0,372 -0,419 0,426
Ecuador 0,472 -0,344 0,344 0,641 -0,217 0,217 0,649 -0,212 0,212 1,002 0,001 0,009 1,002 0,001 0,009 1,002 0,001 0,008 0,285 -0,528 0,528 0,395 -0,399 0,399 0,497 -0,325 0,325
El Salvador 0,732 -0,153 0,153 0,525 -0,309 0,309 0,514 -0,317 0,317 1,036 0,018 0,033 1,048 0,023 0,039 1,043 0,021 0,036 0,369 -0,439 0,439 0,377 -0,430 0,430 0,387 -0,415 0,415
Guatemala 0,370 -0,459 0,459 0,364 -0,464 0,464 0,365 -0,463 0,463 0,855 -0,078 0,078 0,903 -0,051 0,051 0,884 -0,062 0,062 0,150 -0,701 0,701 0,150 -0,701 0,701 0,090 -0,830 0,830
Guayana --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- --- ---
Honduras 0,476 -0,351 0,351 0,529 -0,306 0,306 0,545 -0,292 0,292 1,163 0,074 0,074 1,163 0,074 0,074 1,139 0,065 0,065 0,286 -0,538 0,538 0,286 -0,538 0,538 0,499 -0,314 0,325
Jamaica 0,696 -0,179 0,179 0,656 -0,207 0,207 0,654 -0,208 0,208 1,275 0,117 0,117 1,084 0,040 0,040 1,265 0,113 0,113 0,476 -0,275 0,442 0,001 -0,998 0,998 0,422 -0,303 0,471
México 0,433 -0,394 0,394 0,452 -0,376 0,376 0,447 -0,381 0,381 0,992 -0,004 0,012 0,992 -0,004 0,012 0,967 -0,017 0,017 0,255 -0,551 0,551 0,250 -0,555 0,555 0,302 -0,515 0,515
Nicaragua 0,433 -0,396 0,396 0,367 -0,461 0,461 0,366 -0,463 0,463 1,054 0,026 0,032 1,040 0,019 0,027 1,074 0,036 0,036 0,199 -0,663 0,775 0,185 -0,685 0,685 0,328 -0,495 0,495
Panamá 0,572 -0,271 0,271 0,610 -0,242 0,242 0,623 -0,232 0,232 1,153 0,070 0,073 1,145 0,067 0,075 1,145 0,067 0,072 0,390 -0,391 0,394 0,390 -0,391 0,404 0,473 -0,326 0,326
Paraguay 0,506 -0,315 0,315 0,570 -0,267 0,267 0,521 -0,303 0,303 1,039 0,019 0,124 0,810 -0,105 0,105 1,043 0,021 0,024 0,368 -0,405 0,449 0,368 -0,405 0,449 0,222 -0,621 0,621
Perú 0,441 -0,369 0,369 0,546 -0,289 0,289 0,640 -0,218 0,218 0,976 -0,012 0,019 0,976 -0,012 0,019 0,992 -0,004 0,021 0,344 -0,450 0,450 0,314 -0,485 0,485 0,459 -0,366 0,366
Surinam --- --- --- 0,529 -0,308 0,308 0,461 -0,368 0,368 --- --- --- 1,117 0,055 0,073 1,225 0,100 0,114 --- --- --- 0,372 -0,416 0,425 0,410 -0,393 0,402
Trinidad y Tobago 0,533 -0,303 0,303 0,534 -0,302 0,302 0,539 -0,298 0,298 1,055 0,027 0,029 1,096 0,034 0,039 1,073 0,035 0,038 0,423 -0,369 0,400 0,423 -0,369 0,400 0,625 -0,222 0,243
Uruguay 0,615 -0,237 0,237 0,651 -0,210 0,210 0,660 -0,204 0,204 1,435 0,173 0,173 1,000 0,000 0,000 1,183 0,082 0,082 0,076 -0,579 0,579 0,083 -0,539 0,539 0,401 -0,377 0,377
Venezuela 0,535 -0,299 0,113 0,619 -0,234 0,234 0,625 -0,229 0,229 1,037 0,018 0,037 1,047 0,023 0,023 1,054 0,026 0,026 0,375 -0,404 0,279 0,381 -0,399 0,506 0,431 -0,364 0,472 Los países que no aparecen en la lista han sido suprimidos por falta de disponibilidad de datos para los tres años.
Fuente: Elaboración propia a partir de The Global Gender Gap Reports 2007, 2008 y 2009 (World Economic Forum, 2007, 2008 y 2009) y Estadística e Indicadores Sociales (CEPAL-CEPALSTAT, 2015).
Anexo 1 (Continuación). Brechas de las dimensiones. Años 2009, 2010 y 2011
Brecha en Actividad Económica Brecha en Educación Brecha en Empoderamiento
2009 2010 2011 2009 2010 2011 2009 2010 2011
País B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3
Argentina 0,621 -0,233 0,233 0,598 -0,250 0,250 0,608 -0,243 0,243 1,121 0,057 0,059 1,139 0,064 0,067 1,140 0,065 0,067 0,473 -0,335 0,070 0,448 -0,354 0,373 0,448 -0,354 0,373
Bahamas 0,799 -0,111 0,111 0,800 -0,111 0,111 0,892 -0,057 0,057 1,038 0,019 0,019 1,030 0,015 0,015 1,317 0,128 0,128 0,323 -0,397 0,417 0,106 -0,433 0,544 0,110 -0,418 0,530
Barbados 0,752 -0,141 0,141 0,760 -0,136 0,136 0,758 -0,137 0,137 1,231 0,099 0,099 1,231 0,099 0,099 1,231 0,099 0,099 0,384 -0,382 0,282 0,244 -0,484 0,484 0,244 -0,484 0,484
Belice 0,485 -0,344 0,344 0,508 -0,324 0,324 0,524 -0,311 0,311 1,216 0,095 0,095 1,193 0,086 0,086 1,198 0,088 0,088 0,111 -0,455 0,365 0,029 -0,548 0,548 0,029 -0,548 0,548
Bolivia 0,684 -0,186 0,186 0,687 -0,185 0,185 0,772 -0,129 0,129 1,004 0,002 0,002 0,932 -0,035 0,038 0,937 -0,032 0,035 0,375 -0,435 0,283 0,372 -0,447 0,447 0,372 -0,447 0,447
Brasil 0,644 -0,215 0,215 0,671 -0,196 0,196 0,676 -0,193 0,193 1,101 0,048 0,048 1,085 0,041 0,046 1,085 0,041 0,046 0,276 -0,480 0,331 0,243 -0,501 0,504 0,243 -0,501 0,504
Chile 0,483 -0,346 0,346 0,501 -0,330 0,330 0,518 -0,316 0,316 1,004 0,002 0,007 1,006 0,003 0,006 1,013 0,006 0,012 0,422 -0,370 0,101 0,436 -0,349 0,349 0,432 -0,354 0,354
Colombia 0,718 -0,163 0,163 0,617 -0,236 0,236 0,500 -0,333 0,333 1,051 0,025 0,025 1,018 0,009 0,016 1,031 0,015 0,018 0,326 -0,437 0,300 0,369 -0,393 0,393 0,359 -0,429 0,429
Costa Rica 0,564 -0,279 0,279 0,518 -0,317 0,317 0,567 -0,277 0,277 1,071 0,034 0,034 1,071 0,034 0,034 1,075 0,036 0,036 0,557 -0,276 0,055 0,589 -0,256 0,256 0,589 -0,256 0,256
Cuba 0,555 -0,284 0,284 0,556 -0,284 0,284 0,632 -0,226 0,226 1,146 0,067 0,067 1,144 0,066 0,066 1,144 0,066 0,066 0,571 -0,247 0,135 0,632 -0,211 0,311 0,632 -0,211 0,311
R. Dominicana 0,591 -0,252 0,252 0,623 -0,232 0,232 0,566 -0,276 0,276 1,174 0,079 0,079 1,176 0,080 0,080 1,176 0,080 0,080 0,368 -0,424 0,239 0,307 -0,466 0,472 0,327 -0,446 0,452
Ecuador 0,621 -0,233 0,233 0,554 -0,286 0,286 0,534 -0,303 0,303 1,049 0,024 0,032 1,028 0,014 0,029 1,028 0,014 0,032 0,542 -0,291 0,066 0,528 -0,302 0,302 0,604 -0,239 0,239
El Salvador 0,552 -0,288 0,288 0,527 -0,309 0,309 0,501 -0,330 0,330 1,042 0,021 0,039 1,028 0,014 0,031 1,031 0,015 0,030 0,400 -0,406 0,157 0,268 -0,546 0,546 0,268 -0,546 0,546
Guatemala 0,424 -0,399 0,399 0,484 -0,346 0,346 0,496 -0,336 0,336 0,934 -
0,034 0,034 0,944 -0,029 0,029 0,944 -0,029 0,029 0,090 -0,830 0,830 0,010 -0,893 0,893 0,010 -0,893 0,893
Guayana --- --- --- --- --- --- 0,483 -0,347 0,347 --- --- --- --- --- --- 0,997 -0,002 0,002 --- --- --- --- --- --- 0,549 -0,277 0,366
Honduras 0,458 -0,372 0,372 0,420 -0,405 0,405 0,446 -0,382 0,382 1,135 0,063 0,063 1,139 0,065 0,068 1,139 0,065 0,068 0,498 -0,315 0,326 0,564 -0,253 0,265 0,534 -0,280 0,291
Jamaica 0,661 -0,203 0,203 0,672 -0,195 0,195 0,676 -0,192 0,192 1,277 0,118 0,118 1,258 0,110 0,119 1,258 0,110 0,119 0,418 -0,308 0,466 0,448 -0,291 0,459 0,448 -0,291 0,459
México 0,474 -0,356 0,356 0,478 -0,352 0,352 0,493 -0,339 0,339 0,969 -
0,016 0,016 0,991 -0,005 0,015 0,999 -0,001 0,007 0,302 -0,510 0,510 0,295 -0,508 0,508 0,295 -0,508 0,508
Nicaragua 0,379 -0,448 0,448 0,455 -0,367 0,367 0,545 -0,293 0,293 1,078 0,038 0,038 1,063 0,031 0,031 1,070 0,034 0,034 0,508 -0,304 0,304 0,549 -0,274 0,274 0,549 -0,274 0,274
Panamá 0,615 -0,238 0,238 0,601 -0,249 0,249 0,583 -0,263 0,263 1,145 0,067 0,072 1,145 0,066 0,072 1,134 0,062 0,065 0,402 -0,356 0,379 0,431 -0,317 0,349 0,431 -0,317 0,349
Paraguay 0,719 -0,162 0,162 0,653 -0,210 0,210 0,641 -0,219 0,219 1,043 0,021 0,024 1,088 0,042 0,050 1,104 0,049 0,057 0,375 -0,410 0,413 0,386 -0,403 0,404 0,386 -0,403 0,404
Perú 0,652 -0,209 0,209 0,686 -0,185 0,185 0,685 -0,186 0,186 0,995 -
0,003 0,025 0,997 -0,002 0,026 0,997 -0,002 0,026 0,484 -0,341 0,341 0,379 -0,431 0,431 0,350 -0,461 0,461
Surinam 0,488 -0,342 0,342 0,508 -0,325 0,325 0,515 -0,319 0,319 1,222 0,099 0,113 1,223 0,099 0,115 1,244 0,107 0,112 0,412 -0,391 0,401 0,294 -0,540 0,540 0,224 -0,614 0,614
Trinidad y Tobago 0,584 -0,260 0,260 0,634 -0,223 0,223 0,635 -0,222 0,222 1,080 0,039 0,044 1,080 0,038 0,044 1,070 0,034 0,039 0,625 -0,222 0,243 0,626 -0,223 0,243 0,626 -0,223 0,243
Uruguay 0,655 -0,208 0,208 0,646 -0,214 0,214 0,654 -0,208 0,208 1,183 0,082 0,082 1,183 0,082 0,082 1,176 0,079 0,082 0,401 -0,377 0,377 0,384 -0,401 0,401 0,384 -0,401 0,401
Venezuela 0,595 -0,253 0,253 0,567 -0,275 0,275 0,575 -0,268 0,268 1,049 0,024 0,024 1,171 0,078 0,078 1,171 0,077 0,077 0,431 -0,364 0,472 0,483 -0,316 0,452 0,473 -0,325 0,443 Fuente: Elaboración propia a partir de The Global Gender Gap Reports 2009, 2010 y 2011 (World Economic Forum, 2009, 2010 y 2011) y Estadística e Indicadores Sociales (CEPAL-CEPALSTAT, 2015).
Anexo 1 (Continuación). Brechas de las dimensiones. Años 2012, 2013 y 2014
Brecha en Actividad Económica Brecha en Educación Brecha en Empoderamiento
2012 2013 2014 2012 2013 2014 2012 2013 2014
País B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3 B1 B2 B3
Argentina 0,588 -0,258 0,258 0,569 -0,274 0,274 0,671 -0,197 0,197 1,136 0,063 0,066 1,131 0,061 0,063 1,139 0,064 0,067 0,425 -0,373 0,392 0,433 -0,363 0,402 0,421 -0,389 0,389
Bahamas 0,773 -0,127 0,127 0,517 -0,318 0,318 0,779 -0,124 0,124 1,338 0,136 0,136 1,254 0,106 0,117 1,053 0,026 0,026 0,112 -0,414 0,525 0,165 -0,685 0,685 0,430 -0,334 0,446
Barbados 0,760 -0,135 0,135 0,763 -0,133 0,133 0,768 -0,130 0,130 1,291 0,122 0,122 1,325 0,133 0,133 1,293 0,122 0,122 0,295 -0,456 0,456 0,344 -0,425 0,425 0,344 -0,425 0,425
Belice 0,520 -0,314 0,314 0,528 -0,307 0,307 0,533 -0,304 0,304 1,087 0,041 0,068 1,140 0,064 0,100 1,230 0,101 0,101 0,067 -0,533 0,533 0,067 -0,533 0,533 0,235 -0,469 0,469
Bolivia 0,791 -0,117 0,117 0,811 -0,104 0,104 0,703 -0,174 0,174 0,938 -0,032 0,038 0,932 -0,035 0,035 0,945 -0,028 0,032 0,500 -0,324 0,324 0,564 -0,269 0,269 0,497 -0,329 0,329
Brasil 0,676 -0,193 0,193 0,683 -0,188 0,188 0,671 -0,196 0,196 1,098 0,046 0,046 1,104 0,049 0,049 1,104 0,049 0,049 0,361 -0,405 0,408 0,361 -0,405 0,408 0,372 -0,390 0,423
Chile 0,542 -0,297 0,297 0,568 -0,274 0,274 0,586 -0,259 0,259 1,021 0,010 0,016 1,035 0,017 0,020 1,040 0,020 0,022 0,311 -0,486 0,486 0,299 -0,506 0,506 0,406 -0,394 0,394
Colombia 0,576 -0,269 0,269 0,670 -0,198 0,198 0,632 -0,224 0,224 1,063 0,030 0,033 1,044 0,021 0,024 1,055 0,027 0,030 0,410 -0,376 0,376 0,506 -0,271 0,303 0,779 -0,116 0,159
Costa Rica 0,573 -0,272 0,272 0,583 -0,263 0,263 0,586 -0,261 0,261 1,078 0,037 0,040 1,136 0,063 0,063 1,084 0,040 0,040 0,550 -0,286 0,286 0,550 -0,286 0,286 0,530 -0,301 0,301
Cuba 0,632 -0,226 0,226 0,646 -0,215 0,215 0,556 -0,284 0,284 1,134 0,062 0,062 1,134 0,062 0,062 1,116 0,054 0,054 0,628 -0,211 0,311 0,661 -0,186 0,286 0,571 -0,261 0,261
R. Dominicana 0,570 -0,273 0,273 0,663 -0,203 0,203 0,657 -0,207 0,207 1,166 0,075 0,092 1,159 0,073 0,081 1,151 0,069 0,078 0,363 -0,426 0,432 0,395 -0,386 0,442 0,427 -0,364 0,405
Ecuador 0,558 -0,283 0,283 0,585 -0,261 0,261 0,695 -0,180 0,180 1,040 0,019 0,028 1,039 0,019 0,028 1,046 0,023 0,028 0,569 -0,267 0,267 0,627 -0,223 0,226 0,567 -0,262 0,262
El Salvador 0,500 -0,330 0,330 0,509 -0,322 0,322 0,603 -0,248 0,248 1,026 0,013 0,028 0,907 -0,048 0,056 1,048 0,024 0,024 0,271 -0,532 0,532 0,271 -0,532 0,532 0,301 -0,456 0,456
Guatemala 0,496 -0,336 0,336 0,502 -0,331 0,331 0,572 -0,272 0,272 0,942 -0,030 0,030 0,944 -0,029 0,029 0,941 -0,030 0,030 0,011 -0,884 0,884 0,011 -0,884 0,884 0,389 -0,397 0,397
Guayana 0,485 -0,345 0,345 0,480 -0,351 0,351 0,484 -0,347 0,347 1,280 0,117 0,117 1,325 0,134 0,134 1,332 0,138 0,138 0,543 -0,282 0,371 0,543 -0,282 0,371 0,563 -0,267 0,356
Honduras 0,450 -0,378 0,378 0,455 -0,373 0,373 0,457 -0,372 0,372 1,153 0,071 0,071 1,054 0,026 0,026 1,125 0,059 0,062 0,436 -0,359 0,370 0,434 -0,360 0,371 0,474 -0,329 0,341
Jamaica 0,685 -0,186 0,186 0,699 -0,176 0,176 0,710 -0,168 0,168 1,280 0,118 0,124 1,291 0,122 0,128 1,252 0,108 0,108 0,361 -0,402 0,841 0,361 -0,402 0,507 0,361 -0,402 0,507
México 0,510 -0,323 0,323 0,493 -0,339 0,339 0,516 -0,319 0,319 1,005 0,003 0,008 0,994 -0,003 0,014 0,991 -0,004 0,018 0,357 -0,463 0,463 0,423 -0,392 0,392 0,408 -0,401 0,401
Nicaragua 0,531 -0,305 0,305 0,525 -0,311 0,311 0,527 -0,309 0,309 1,065 0,032 0,032 1,065 0,032 0,032 1,072 0,034 0,034 0,751 -0,141 0,141 0,751 -0,141 0,141 0,856 -0,076 0,131
Panamá 0,582 -0,264 0,264 0,578 -0,267 0,267 0,612 -0,241 0,241 1,127 0,059 0,069 1,136 0,063 0,068 1,124 0,058 0,066 0,456 -0,302 0,334 0,452 -0,307 0,329 0,430 -0,323 0,323
Paraguay 0,646 -0,215 0,215 0,651 -0,212 0,212 0,616 -0,237 0,237 1,107 0,050 0,056 1,093 0,044 0,052 1,100 0,047 0,053 0,277 -0,478 0,480 0,296 -0,468 0,468 0,459 -0,335 0,371
Perú 0,698 -0,177 0,177 0,704 -0,173 0,173 0,722 -0,161 0,161 1,001 0,001 0,028 0,999 -0,001 0,027 1,007 0,004 0,020 0,323 -0,485 0,485 0,355 -0,456 0,456 0,510 -0,311 0,311
Surinam 0,514 -0,320 0,320 0,524 -0,311 0,311 0,528 -0,307 0,307 1,166 0,076 0,078 1,192 0,086 0,089 1,186 0,083 0,087 0,207 -0,634 0,634 0,207 -0,634 0,634 0,240 -0,519 0,526
Trinidad y Tobago 0,630 -0,226 0,226 0,639 -0,220 0,220 0,638 -0,220 0,220 1,081 0,039 0,041 1,085 0,041 0,043 1,055 0,027 0,032 0,506 -0,301 0,322 0,516 -0,291 0,332 0,379 -0,350 0,390
Uruguay 0,658 -0,205 0,205 0,669 -0,197 0,197 0,667 -0,199 0,199 1,178 0,080 0,083 1,174 0,079 0,079 1,177 0,080 0,080 0,263 -0,479 0,479 0,282 -0,445 0,465 0,350 -0,408 0,438
Venezuela 0,575 -0,268 0,268 0,578 -0,266 0,266 0,645 -0,216 0,216 1,169 0,077 0,082 1,172 0,078 0,080 1,161 0,073 0,081 0,561 -0,251 0,388 0,517 -0,286 0,392 0,654 -0,179 0,336 Fuente: Elaboración propia a partir de The Global Gender Gap Reports 2012, 2013 y 2014 (World Economic Forum, 2012, 2013 y 2014) y Estadística e Indicadores Sociales (CEPAL-CEPALSTAT, 2015).
Anexo 2. Brechas de las dimensiones por años y por países
-1,000
-0,900
-0,800
-0,700
-0,600
-0,500
-0,400
-0,300
-0,200
-0,100
0,000
0,100
0,200
0,300
0,400
0,500
0,600
0,700
0,800
0,900
1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
-1,000
-0,900
-0,800
-0,700
-0,600
-0,500
-0,400
-0,300
-0,200
-0,100
0,000
0,100
0,200
0,300
0,400
0,500
0,600
0,700
0,800
0,900
1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
-1,000
-0,900
-0,800
-0,700
-0,600
-0,500
-0,400
-0,300
-0,200
-0,100
0,000
0,100
0,200
0,300
0,400
0,500
0,600
0,700
0,800
0,900
1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
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0,900
1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
Bahamas Argentina
Barbados Belice
111
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-0,800
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0,700
0,800
0,900
1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
-1,000
-0,900
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Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
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Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
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Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
Bolivia Brasil
Colombia Chile
112
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Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
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Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
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Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
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Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
Costa Rica Cuba
República Dominicana Ecuador
113
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Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
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Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
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Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
-1,000
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1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
El Salvador Guatemala
Honduras Guayana
114
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-0,800
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0,700
0,800
0,900
1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
-1,000
-0,900
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0,700
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1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
-1,000
-0,900
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0,600
0,700
0,800
0,900
1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
-1,000
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0,800
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1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
Jamaica México
Panamá Nicaragua
115
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Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
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0,800
0,900
1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
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0,300
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0,700
0,800
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1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
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1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
Paraguay Perú
Surinam Trinidad y Tobago
116
Fuente: Elaboración propia a partir de The Global Gender Gap Reports 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011,2012, 2013 y 2014 (World Economic Forum, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011,2012, 2013 y 2014) y Estadística e Indicadores Sociales (CEPAL-CEPALSTAT, 2015).
-1,000
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0,800
0,900
1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
-1,000
-0,900
-0,800
-0,700
-0,600
-0,500
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-0,100
0,000
0,100
0,200
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0,500
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0,700
0,800
0,900
1,000
Brecha de Actividad Económica Brecha de Educación Brecha de Empoderamiento
Año 2006 Año 2007 Año 2008 Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Año 2014
Uruguay Venezuela
117
Anexo 3. Valores de IEG1. Años 2006-2014
Países 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 Argentina 0,581 0,603 0,697 0,691 0,673 0,677 0,657 0,653 0,685 Bahamas --- --- --- 0,645 0,444 0,505 0,488 0,475 0,706 Barbados --- --- 0,726 0,709 0,611 0,611 0,662 0,703 0,699 Belice --- 0,494 0,397 0,403 0,259 0,262 0,336 0,344 0,536 Bolivia 0,501 0,551 0,620 0,636 0,620 0,646 0,719 0,753 0,691 Brasil 0,561 0,545 0,582 0,580 0,561 0,563 0,645 0,648 0,651 Chile 0,519 0,522 0,585 0,589 0,603 0,609 0,556 0,560 0,628 Colombia 0,656 0,647 0,623 0,627 0,614 0,570 0,631 0,707 0,804 Costa Rica 0,615 0,650 0,689 0,695 0,689 0,711 0,698 0,714 0,696 Cuba --- 0,728 0,720 0,713 0,738 0,770 0,766 0,785 0,708 R. Dominicana 0,579 0,604 0,606 0,634 0,608 0,602 0,623 0,672 0,686 Ecuador 0,513 0,633 0,686 0,707 0,670 0,692 0,691 0,725 0,744 El Salvador 0,654 0,592 0,592 0,613 0,525 0,517 0,518 0,500 0,575 Guatemala 0,362 0,367 0,307 0,329 0,167 0,169 0,171 0,172 0,594 Guyana --- --- --- --- --- 0,642 0,696 0,702 0,714 Honduras 0,541 0,560 0,677 0,637 0,646 0,647 0,609 0,593 0,625 Jamaica 0,750 0,087 0,704 0,706 0,724 0,725 0,681 0,688 0,685 México 0,478 0,482 0,507 0,518 0,518 0,525 0,568 0,591 0,593 Nicaragua 0,449 0,413 0,505 0,592 0,643 0,684 0,751 0,749 0,785 Panamá 0,636 0,648 0,696 0,657 0,667 0,658 0,669 0,667 0,666 Paraguay 0,578 0,554 0,494 0,655 0,650 0,649 0,583 0,595 0,677 Perú 0,529 0,551 0,663 0,680 0,638 0,620 0,609 0,629 0,719 Surinam --- 0,603 0,614 0,626 0,568 0,523 0,499 0,506 0,532 Trinidad y Tobago 0,619 0,628 0,713 0,733 0,754 0,752 0,701 0,710 0,634 Uruguay 0,407 0,377 0,679 0,677 0,664 0,666 0,588 0,605 0,650 Venezuela 0,593 0,628 0,657 0,645 0,684 0,683 0,722 0,705 0,788
Fuente: elaboración propia.
118
Anexo 3 (Continuación). Valores de IEG2. Años 2006-2014
Países 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 Argentina -0,225 -0,211 -0,166 -0,170 -0,180 -0,177 -0,189 -0,192 -0,174 Bahamas --- --- --- -0,163 -0,176 -0,116 -0,135 -0,299 -0,144 Barbados --- --- -0,130 -0,141 -0,173 -0,174 -0,157 -0,141 -0,144 Belice --- -0,267 -0,242 -0,235 -0,262 -0,257 -0,269 -0,259 -0,224 Bolivia -0,290 -0,245 -0,219 -0,207 -0,222 -0,203 -0,157 -0,136 -0,177 Brasil -0,231 -0,243 -0,215 -0,216 -0,219 -0,218 -0,184 -0,181 -0,179 Chile -0,288 -0,286 -0,242 -0,238 -0,225 -0,221 -0,258 -0,254 -0,211 Colombia -0,186 -0,181 -0,195 -0,192 -0,207 -0,249 -0,205 -0,149 -0,105 Costa Rica -0,226 -0,203 -0,179 -0,174 -0,179 -0,165 -0,173 -0,162 -0,174 Cuba --- -0,144 -0,151 -0,155 -0,143 -0,124 -0,125 -0,113 -0,164 R. Dominicana -0,241 -0,222 -0,221 -0,199 -0,206 -0,214 -0,208 -0,172 -0,167 Ecuador -0,290 -0,205 -0,179 -0,167 -0,192 -0,176 -0,177 -0,155 -0,140 El Salvador -0,192 -0,239 -0,237 -0,224 -0,280 -0,287 -0,283 -0,301 -0,227 Guatemala -0,413 -0,406 -0,452 -0,421 -0,423 -0,419 -0,417 -0,414 -0,233 Guyana --- --- --- --- --- -0,208 -0,170 -0,166 -0,159 Honduras -0,271 -0,256 -0,181 -0,208 -0,198 -0,199 -0,222 -0,236 -0,214 Jamaica -0,112 -0,388 -0,133 -0,131 -0,125 -0,124 -0,157 -0,152 -0,154 México -0,316 -0,312 -0,304 -0,294 -0,288 -0,283 -0,261 -0,245 -0,241 Nicaragua -0,344 -0,376 -0,307 -0,238 -0,203 -0,178 -0,138 -0,140 -0,117 Panamá -0,197 -0,189 -0,164 -0,176 -0,167 -0,173 -0,169 -0,170 -0,169 Paraguay -0,234 -0,259 -0,301 -0,184 -0,190 -0,191 -0,214 -0,212 -0,175 Perú -0,277 -0,262 -0,196 -0,184 -0,206 -0,216 -0,221 -0,210 -0,156 Surinam --- -0,223 -0,220 -0,211 -0,255 -0,276 -0,293 -0,286 -0,248 Trinidad y Tobago -0,215 -0,213 -0,162 -0,148 -0,136 -0,137 -0,163 -0,157 -0,181 Uruguay -0,214 -0,250 -0,166 -0,168 -0,178 -0,177 -0,201 -0,188 -0,176 Venezuela -0,228 -0,203 -0,189 -0,198 -0,171 -0,172 -0,148 -0,158 -0,107
Fuente: elaboración propia.
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Anexo 3 (Continuación). Valores de IEG3. Años 2006-2014
Países 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 Argentina 0,275 0,229 0,211 0,121 0,230 0,228 0,238 0,246 0,218 Bahamas --- --- --- 0,182 0,223 0,238 0,263 0,373 0,198 Barbados --- --- 0,223 0,174 0,240 0,240 0,238 0,230 0,226 Belice --- 0,332 0,304 0,268 0,319 0,316 0,305 0,313 0,291 Bolivia 0,291 0,248 0,221 0,157 0,223 0,203 0,159 0,136 0,178 Brasil 0,277 0,261 0,250 0,198 0,249 0,248 0,216 0,215 0,223 Chile 0,291 0,288 0,244 0,151 0,228 0,227 0,266 0,267 0,225 Colombia 0,202 0,196 0,209 0,163 0,215 0,260 0,226 0,175 0,138 Costa Rica 0,259 0,236 0,212 0,123 0,202 0,189 0,199 0,204 0,201 Cuba --- 0,227 0,234 0,162 0,220 0,201 0,199 0,188 0,200 R. Dominicana 0,298 0,284 0,279 0,190 0,261 0,269 0,266 0,242 0,230 Ecuador 0,294 0,208 0,182 0,110 0,206 0,191 0,193 0,171 0,157 El Salvador 0,209 0,259 0,256 0,161 0,295 0,302 0,297 0,304 0,242 Guatemala 0,413 0,406 0,452 0,421 0,423 0,419 0,417 0,414 0,233 Guyana --- --- --- --- --- 0,238 0,277 0,285 0,280 Honduras 0,321 0,306 0,227 0,254 0,246 0,247 0,273 0,257 0,258 Jamaica 0,246 0,415 0,264 0,262 0,258 0,257 0,384 0,270 0,261 México 0,319 0,314 0,304 0,294 0,292 0,285 0,265 0,248 0,246 Nicaragua 0,401 0,391 0,331 0,263 0,224 0,200 0,159 0,161 0,158 Panamá 0,246 0,240 0,210 0,230 0,223 0,226 0,222 0,221 0,210 Paraguay 0,296 0,274 0,316 0,200 0,221 0,227 0,250 0,244 0,220 Perú 0,279 0,264 0,202 0,192 0,214 0,224 0,230 0,219 0,164 Surinam --- 0,269 0,294 0,285 0,327 0,349 0,344 0,345 0,307 Trinidad y Tobago 0,244 0,247 0,193 0,182 0,170 0,168 0,196 0,198 0,214 Uruguay 0,330 0,250 0,221 0,222 0,232 0,230 0,256 0,247 0,239 Venezuela 0,143 0,254 0,242 0,250 0,268 0,263 0,246 0,246 0,211
Fuente: elaboración propia.
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Anexo 4. Variación media de equidad entre 2006 y 2014. Índices de equidad de género y brechas de dimensiones
Países IEG1a
B1a Actividad
Económica B1a
Educación B1a
Empoderamiento IEG2
B2 Actividad
Económica B2
Educación B2
Empoderamiento IEG3
B3 Actividad
Económica B3
Educación B3
Empoderamiento Argentina 0,021 0,034 -0,001 0,026 0,006 0,015 -0,001 0,003 0,007 0,015 -0,001 0,007 Bolivia 0,040 0,023 0,017 0,080 0,014 0,011 0,008 0,024 0,014 0,011 0,008 0,024 Brasil 0,019 0,024 -0,008 0,023 0,007 0,011 -0,004 0,004 0,007 0,011 -0,004 0,013 Chile 0,024 0,032 -0,002 0,031 0,010 0,015 -0,001 0,010 0,008 0,015 -0,001 0,011 Colombia 0,026 0,002 -0,001 0,074 0,010 0,001 0,000 0,029 0,008 0,001 -0,001 0,024 Costa Rica 0,015 0,031 0,002 0,017 0,007 0,014 0,001 0,007 0,007 0,014 0,001 0,007 R. Dominicana 0,021 0,047 0,004 0,021 0,009 0,021 0,002 0,009 0,009 0,021 0,001 0,004 Ecuador 0,047 0,048 -0,005 0,086 0,019 -0,012 -0,003 0,033 0,017 0,020 -0,002 0,033 El Salvador -0,016 -0,024 -0,002 -0,026 -0,004 0,023 -0,001 -0,002 -0,004 -0,012 0,001 -0,002 Guatemala 0,062 0,054 0,012 0,119 0,022 -0,003 0,006 0,038 0,022 0,023 0,006 0,038 Honduras 0,018 -0,005 0,004 0,063 0,007 0,001 0,002 0,026 0,008 -0,003 0,001 0,025 Jamaica -0,011 0,003 0,002 -0,035 -0,005 0,009 0,001 -0,016 -0,002 0,001 0,001 -0,008 México 0,027 0,022 0,000 0,059 0,009 0,011 0,000 0,019 0,009 0,009 -0,001 0,019 Nicaragua 0,070 0,025 -0,002 0,182 0,028 0,004 -0,001 0,073 0,030 0,011 0,000 0,011 Panamá 0,006 0,008 0,003 0,012 0,004 0,010 0,002 0,009 0,005 0,004 0,001 0,009 Paraguay 0,020 0,025 -0,007 0,027 0,007 0,026 -0,004 0,009 0,009 0,010 0,009 0,010 Perú 0,038 0,062 0,002 0,049 0,015 0,010 0,001 0,017 0,014 0,026 0,000 0,017 Trinidad y Tobago 0,003 0,023 0,000 -0,014 0,004 0,010 0,000 0,002 0,004 0,010 0,000 0,001 Uruguay 0,059 0,010 0,025 0,191 0,005 0,005 0,012 0,021 0,011 0,005 0,012 0,018 Venezuela 0,036 0,023 -0,014 0,069 0,015 0,010 -0,007 0,028 -0,008 -0,013 -0,005 -0,007
Los países que no aparecen en la lista han sido suprimidos por falta de disponibilidad de datos para el año 2006. a El cálculo de la VME requiere la transformación mediante logaritmos neperianos de la serie inicial.
Fuente: Elaboración propia.
121
7.3 ARTÍCULO II. Tiempos de equidad de género: descripción de las
desigualdades entre comunidades autónomas, España 2006-2014
123
Cómo citar este artículo: Fernández-Sáez J, et al. Tiempos de equidad de género: descripción de las desigualdades entre comunidadesautónomas, Espana 2006-2014. Gac Sanit. 2016. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.03.015
ARTICLE IN PRESSG Model
GACETA-1255; No. of Pages 8
Gac Sanit. 2016;xxx(xx):xxx–xxx
Original
Tiempos de equidad de género: descripción de las desigualdadesentre comunidades autónomas, Espana 2006-2014
José Fernández-Sáeza,∗, María Teresa Ruiz-Canteroa,b, Marta Guijarro-Garvic,Carmen Rodenas-Calatayudd, Mónica Martí-Sempered y María Dolores Jiménez-Alegree
a Grupo de Investigación de Salud Pública, Universidad de Alicante, Alicante, Espanab CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), Espanac Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Cantabria, Santander, Espanad Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Alicante, Alicante, Espanae Facultad de Educación, Universidad de Alicante, Alicante, Espana
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Historia del artículo:
Recibido el 17 de diciembre de 2015Aceptado el 29 de marzo de 2016On-line el xxx
Palabras clave:
Género y saludEquidad en saludÍndicesEducaciónRenta
r e s u m e n
Objetivo: La equidad de género es un determinante estructural de las desigualdades ensalud. Por ello, se pretende visibilizar su evolución en las comunidades autónomas (CC.AA.) desde2006, previamente a la promulgación de la Ley de Igualdad (2007) y la crisis económica (2008), hasta2014.Método: Estudio ecológico sobre la equidad de género en las 17 CC.AA. en 2006-2011-2014. Cálculode: 1) índice de equidad de género modificado (IEGM) de las CC.AA. (0 = equidad, ±1 = inequidad); 2)convergencia interregional y temporal en equidad de género.Resultados: El IEGM de las CC.AA.2014 toma valores negativos próximos a 0 (inequidad desfavorable a lasmujeres). No hay convergencia interregional en la equidad de género, pues aumenta la dispersión (2006:0,1503; 2011: 0,2280; 2014: 0,4964). Tampoco existe convergencia temporal, al no evolucionar mejor lasCC.AA. menos equitativas. La brecha de género en actividad económica sigue desfavorable a las mujeres.En 2006-2011 disminuye en todas las CC.AA., y en 2014 aumenta en seis CCAA. La brecha de géneroen educación tiene valores positivos próximos a 0 (desfavorable a los hombres) en 2006-2011-2014, yen empoderamiento es desfavorable a las mujeres, siendo la dimensión que más pesa en la equidad degénero. Se mantiene la dispersión entre CC.AA. en 2006-2014 en actividad económica y educación, yaumenta en empoderamiento.Conclusiones: El contexto de equidad de género alcanzado en las CC.AA. espanolas en 2006 se ha perdidodurante la crisis económica, al aumentar la desigualdad en la equidad de género entre CC.AA. en 2014. Lainequidad de género sigue siendo desfavorable a las mujeres.
© 2016 SESPAS. Publicado por Elsevier Espana, S.L.U. Este es un artıculo Open Access bajo la CCBY-NC-ND licencia (http://creativecommons.org/licencias/by-nc-nd/4.0/).
Times of gender equity: a description of the inequalities between autonomouscommunities, Spain 2006–2014
Keywords:
Gender and healthHealth equityIndexesEducationIncome
a b s t r a c t
Objective: Gender equity (GE) is a structural determinant of health inequalities. In this light, our objectiveis to show the evolution of gender equity in the Spanish autonomous communities since 2006, prior tothe enactment of the Equality Act (2007) and the economic crisis (2008), until 2014.Method: Ecological study of gender equity in the 17 Spanish autonomous communities from2006–2011–2014. We have calculated: 1) modified gender equity index (MGEI) for the autonomouscommunities (0 = equity, ±1 = inequity); 2) interregional and temporal convergences in gender equity.Results: The MGEI in the autonomous communities in 2014 has negative values close to 0 (inequitytowards women). There is no interregional convergence due to the dispersion increase (2006: 0.1503;2011: 0.2280; 2014: 0.4964), and no temporal convergence due to the lack of progress of the autonomouscommunities with poor gender equity. The gender gap in economic activity continues to be unfavourableto women, decreasing in all communities between 2006 and 2011 but increasing in six communities in2014. The gender gap in education from 2006–2011–2014 has positive values close to 0 (unfavourableto men), while the gender gap in empowerment is unfavourable to women, representing the most sig-nificant gender equity disparity. Inter-community dispersion of economic activity and education did notchange between 2006 and 2014, while inter-community dispersion of empowerment increased.
∗ Autor para correspondencia.Correo electrónico: [email protected] (J. Fernández-Sáez).
http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.03.0150213-9111/© 2016 SESPAS. Publicado por Elsevier Espana, S.L.U. Este es un artıculo Open Access bajo la CC BY-NC-ND licencia (http://creativecommons.org/licencias/by-nc-nd/4.0/).
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Cómo citar este artículo: Fernández-Sáez J, et al. Tiempos de equidad de género: descripción de las desigualdades entre comunidadesautónomas, Espana 2006-2014. Gac Sanit. 2016. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.03.015
ARTICLE IN PRESSG Model
GACETA-1255; No. of Pages 8
2 J. Fernández-Sáez et al. / Gac Sanit. 2016;xxx(xx):xxx–xxx
Conclusions: The level of gender equity achieved in the Spanish autonomous communities in 2006 waslost during the economic crisis, as gender equity disparities between the communities had increased by2014. Gender inequity continues to be unfavourable to women.
© 2016 SESPAS. Published by Elsevier Espana, S.L.U. This is an open access article under the CCBY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
Introducción
La equidad de género implica tomas de decisiones preceden-tes en los sectores públicos y privados, centradas en relaciones depoder entre ambos sexos, en los obstáculos que enfrentan las muje-res en busca de autonomía y oportunidades en contextos socialesdiferentes, en prejuicios a soportar en sus vidas privadas/públicas,en estereotipos que experimentan, y en formas sutiles y groseras enque son invisibilizadas y desempoderadas1. En 2006, Espana vivíaun momento de equidad de género emergente dentro del contextomundial, al ocupar una de las posiciones mejores en el ranking delíndice de equidad de género (IEG) y ascender con el tiempo2. LaLey de Igualdad efectiva de mujeres y hombres de 2007 fue proba-blemente un indicador y un producto de aquellas condiciones deequidad de género, siendo su objeto hacer efectivo el derecho deigualdad de trato y oportunidades entre ambos sexos, al eliminar ladiscriminación de las mujeres en los ámbitos político, civil, laboral,económico, social y cultural3.
Diversos indicadores permiten evaluar la integración de lasmujeres en el desarrollo4. Sin embargo, atendiendo a la reclamaciónde cambios de paradigma de desarrollo con derechos, oportunida-des y resultados iguales para ambos sexos, el índice de desigualdadde género (IDG), indicador propuesto en 2010 por Naciones Uni-das, incluyó el empoderamiento5, aunque ya previamente SocialWatch lo había incluido en 2006 dentro del IEG2, al priorizar elvalor de la autonomía y abrazar el objetivo último de las políti-cas de género, que reconocen la valía de una persona en tanto estáfacultada como agente, con sus habilidades, valores, juicios y prio-ridades. La bondad del IEG para la salud pública respecto a otrosindicadores radica en que no incluye variables de salud −comola reproductiva del IDG−, o la supervivencia del índice de la bre-cha de género6, permitiendo análisis estadísticos de su relacióncon variables de salud-enfermedad y mortalidad. Esta capacidad esimportante, pues uno de los resultados de la inequidad de géneroson las desigualdades de género en salud, mediadas por la desi-gual distribución del poder y los recursos, y por la factibilidad dereparación de la desigualdad social, económica y política fruto denormas sociales1,7–9. Las políticas de equidad de género dismi-nuyen las brechas de género en mortalidad general y por causascardiovasculares10, así como las desigualdades de género en saludpercibida11. A mejor estado social de las mujeres, menor preva-lencia de depresión y estrés postraumático12, y en los países conaltos niveles de igualdad de género disminuyen o desaparecenlas desigualdades de género en la actividad física13 y la obesi-dad, de las mujeres en particular14, y se reduce la mortalidadinfantil15.
El IEG de 2012 situó a Espana en séptimo lugar, escalando desdela 12.a posición de 20062. Pero la situación social de las mujeresvaría según áreas geopolíticas dentro del propio país1,4. En elcontexto de las comunidades autónomas (CC.AA.), el IDG mostróun patrón norte-sur en 2005, desfavorable a las comunidades delsur4. Así, para mejorar la situación, desde 2007 se cuenta con laLey de competencia estatal, que exige unos mínimos a todas lasCC.AA., y con políticas autonómicas que podían mejorar la propiaLey, pero que por su distinta aplicación según las CC.AA. tambiénpodían aumentar las desigualdades de género interregionales. Lacrisis económica de 2008 reestructura la situación y es posiblecrear, junto con las leyes y normativas de igualdad, un nuevo
marco de oportunidades para las mujeres, o por el contrario tenderal retroceso de los indicadores de género en todas o en parte delas CC.AA. por razones financieras o políticas bajo argumentosde austeridad16. Por tanto, con el mismo fin que Social Watchdesarrolló el IEG2, es decir, hacer visible la inequidad de géneroen los países, se pretende visibilizar la evolución hasta 2014 dela equidad de género en las CC.AA. de Espana desde 2006, fechaanterior a la promulgación de la Ley de Igualdad y al comienzo dela crisis económica, con énfasis en el análisis de la convergencia entérminos de equidad de género entre CC.AA.
Método
Estudio ecológico sobre la equidad de género en las 17 CC.AA. deEspana en 2006, 2011 y 2014. La tabla 1 describe el IEG, sus dimen-siones e indicadores, y las fuentes de información utilizadas parasu construcción. El Apéndice online contiene las tablas I, II y III conlos datos descriptivos por sexo de las dimensiones y los indicadorespara cada C.A. en los 3 anos.
Para medir la equidad de género se ha utilizado el índice deequidad de género modificado (IEGM)17, alternativa metodológicaal IEG, que permite identificar aquellas situaciones en que existeinequidad desfavorable a las mujeres y a los hombres, a diferenciadel IEG, que solo identifica la inequidad desfavorable a las mujeres.Esta característica es una ventaja útil en los países, como Espana,donde para ciertas dimensiones los logros de las mujeres son mayo-res que los de los hombres. El IEGM oscila entre −1 y 1 (0 = equidad y±1 = inequidad), siendo desfavorable a las mujeres cuando el valores negativo y a los hombres cuando es positivo.
Para analizar la evolución de la equidad de género y sus dimen-siones entre 2006-2011, 2011-2014 y 2006-2014, se propone unamedida que denominamos variación media de la equidad de género(VMEG). Para su cálculo se han restado los correspondientes valo-res absolutos de los anos inicial y final del periodo de análisis,dividiendo la diferencia entre el número de anos (5, 3 y 8, respecti-vamente). Valores positivos de la VMEG indican mejora en equidadde género, y viceversa.
Para analizar si a lo largo del periodo existe una reducción pro-gresiva de las desigualdades entre CC.AA. en equidad de género, seha estudiado la convergencia interregional utilizando el índice dedispersión respecto a la mediana (Ime) −medida estadística que,como la mediana, resulta preferible en el trabajo con índices− delos valores del IEGM de las CC.AA. para 2006, 2011 y 2014. Idénticoanálisis se realiza con las brechas de cada dimensión. Una reduccióndel Ime durante el periodo refleja una disminución de las desigual-dades interregionales en equidad de género y, por tanto, un procesode convergencia.
Para analizar la convergencia temporal en equidad de género en2006-2011, 2011-2014 y 2006-2014 se ha calculado, para el IEGMy las brechas de sus dimensiones, la correlación de Spearman (�)entre los valores iniciales del IEGM (y de las brechas) de las CC.AA. ylos correspondientes valores de la VMEG (rango: −1 = convergenciaa 1 = no convergencia). La convergencia se produce cuando, conel tiempo, las CC.AA. con menor equidad de género inicialmejoran más que aquellas con más equidad. El análisis de losdatos se ha realizado con el programa Excel y suite estadísticaSPSS15.0.
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Tabla 1
Dimensiones e indicadores del índice de equidad de género, y fuentes de información para su cálculo en Espana
Dimensión Indicador: brecha en. . . Fuentes 2006-2010-2014
Actividad económica Ingresos medios anuales per cápita de mujeres y hombres con actividadremunerada
Encuesta Nacional de EstructuraSalarialINE
Tasa de actividad de mujeres y hombres ≥16 anos, laboralmente activos, respectoa la población de mujeres y hombres ≥16 anos
EPA, INE
Educación Tasa de alfabetización de adultos: porcentaje de mujeres y hombres ≥16 anos sinestudios
Indicadores Sociales de Educación,INE
Matriculación en estudios primarios: ninas y ninos matriculados en primaria entrepoblación de ninas y ninos de 6-11 anos de edad
MECD, EENU, PM, INE
Matriculación en estudios secundarios: ninas y ninos matriculados en secundariaentre población de ninas y ninos de 12-17 anos de edad
MECD, EEENU, PM, INE
Matriculación universitaria: mujeres y hombres matriculados en 1◦ , 2◦ ciclo yGrado de universidad entre población de mujeres y hombres ≥18 anos de edad
MECD, Estadísticas de EnsenanzasUniversitarias, PM, INE
Empoderamiento Porcentaje de mujeres y de hombres con cargos técnicos y profesionales(gerentes/directores de empresas y administraciones públicas,técnicos/profesionales científicos e intelectuales y de apoyo)Porcentajes calculados respecto al total de cargos técnicos y profesionales
EPA, INE
Porcentaje de mujeres y de hombres que ocupan un escano en el Parlamento decada C.A., respecto al total de escanos parlamentarios
Webs oficiales de los órganos degobierno de las 17 CC.AA.
Cargos políticos: porcentaje de mujeres y de hombres con cargo de Consejero/a enel gobierno de cada C.A., respecto al total de cargos de gobierno
Webs oficiales de los órganos degobierno de las 17 CC.AA.
CC.AA.: comunidades autónomas; EENU: Estadísticas de Ensenanzas No Universitarias; EPA: Encuesta de Población Activa; INE: Instituto Nacional de Estadística; MECD:Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; PM: Padrón Municipal.
Resultados
Las CC.AA. tienen mayor equidad de género en 2014 que en2006, con valores de IEGM próximos a 0. Solo Galicia y Cantabria(VMEG2006-2014= −0,0064 y −0,0003, respectivamente) retroce-den respecto a sí mismas. Sin embargo, en todas ellas continúahabiendo una inequidad desfavorable a las mujeres (tabla IV
del Apéndice online). La evolución es diferente en 2006-2011que en 2011-2014. En 2011 respecto a 2006, todas las CC.AA.mejoraron en equidad de género excepto cuatro: Murcia, Galicia,Baleares y La Rioja (VMEG2006-2011 = −0,0054, −0,0051, −0,0039y −0,0009, respectivamente), y en 2014 respecto a 2011, elcrecimiento en equidad de género es mayor en Murcia, La Rioja, Ara-gón y Canarias (VMEG2011-2014 = 0,0307, 0,0295, 0,0211 y 0,0206,
respectivamente). Seis CC.AA. retroceden ligeramente: Canta-bria, Galicia, Cataluna, Navarra, País Vasco y Castilla-La Mancha(VMEG2011-2014 = −0,0112, −0,0087, −0,0051, −0,0027, −0,0005 y−0,0005, respectivamente).
La dispersión entre CC.AA. en equidad de género aumenta entre2006 (Ime2006 = 0,1503) y 2011 (Ime2011 = 0,2280), y más en 2014(Ime2014 = 0,4964), sin convergencia interregional. Tampoco existeconvergencia temporal, al no detectarse una correlación significa-tiva entre el orden de las CC.AA. en el IEGM de 2006 y la VMEGentre 2006 y 2014 (� = −0,2240; p = 0,4) (fig. 1). La figura 2 mues-tra el cambio de orden de las CC.AA. según los valores del IEGM en2006-2011, 2011-2014 y 2006-2014.
Respecto a las dimensiones del índice, aunque entre 2006 y2014 todas las CC.AA. reducen la brecha de género en actividad
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País Vasco C–La Mancha Baleares Andalucia Galicia Canarias Murcia Castilla–León La Rioja
Madrid Asturias Extremadura Cantabria C. Valenciana Cataluña Aragón Navarra
Inequidad desfavorable a
los hombres
Inequidad desfavorable a
las mujeres
Equidad
2006 2011 2014
Convergencia temporal: ρ2006–2011
= –0,2930 ρ2011–2014
= –0,4818 ρ2006–2014
= –0,2240
Convergencia interregional: Ime2006
= 0,1503 Ime2011 = 0,2280 Ime
2014 = 0,4968
Figura 1. Evolución del índice de equidad de género modificado de las comunidades autónomas de Espana en 2006, 2011 y 2014. Convergencias interregional y temporal.
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Orden de las CC.AA según el IEGM 2011 Orden de las CC.AA según el IEGM 2014 Orden de las CC.AA según el IEGM 2014
Figura 2. Ordenación de las comunidades autónomas según el índice de equidad de género modificado. Anos 2006-2011, 2011-2014 y 2006-2014.
económica, sigue desfavorable a las mujeres (fig. 3 y tabla V delApéndice online), oscilando entre Baleares (−0,0760) y Murcia(−0,1466). Todas las CC.AA. redujeron la brecha de género enactividad económica en 2006-2011, pero en 2011-2014 seis laaumentan: Extremadura, Navarra, Murcia, Castilla-La Mancha, LaRioja y País Vasco (VMEG2006-2011 = −0,0068, −0,0033, −0,0022,−0,0015, −0,0012 y −0,0012, respectivamente).
La dispersión entre CC.AA. en la brecha de género de la actividadeconómica disminuye ligeramente entre 2006 (Ime2006 = 0,0967)y 2011 (Ime2011 = 0,0916), lo que implica una leve conver-gencia interregional. La dispersión aumenta algo en 2014(Ime2014 = 0,1057) y es mayor que en 2006. Existe convergenciatemporal entre 2006 y 2014 (� = −0,5860; p = 0,01). Esta convergen-cia es a expensas de la convergencia temporal entre 2006 y 2011(fig. 3).
La figura 3 y la tabla VI del Apéndice online muestran tam-bién el alcance en la equidad de género en educación en todas lasCC.AA., al ser los valores de la brecha próximos a 0. La brecha indicauna inequidad sistemática desfavorable a los hombres. La disper-sión entre CC.AA. en la equidad de género en educación aumentaen 2011 (Ime2011 = 0,3486) respecto a 2006 (Ime2006 = 0,2166), yvuelve a disminuir en 2014 (Ime2014 = 0,2972). Al ser esta disper-sión mayor que en 2006, no existe convergencia interregional en2006-2011 ni en 2006-2014. Tampoco existe convergencia tempo-ral (� = −0,2560, p = 0,3).
La figura 3 y la tabla VII del Apéndice online senalan que haytres CC.AA. con mayor equidad de género en el empoderamientoen 2006: Castilla-La Mancha, País Vasco y Andalucía. La brechade género en este indicador en 2014 sigue siendo desfavorable alas mujeres, excepto en Canarias (0,1053), Murcia (0,0047) y LaRioja (0,0109). Sobresale Cataluna con altos valores de inequidadde género en la brecha de empoderamiento en 2006, 2011 y, sobretodo, en 2014.
La dispersión entre CC.AA. en la brecha de género en empodera-miento aumenta con los anos (Ime2006 = 0,2768, Ime2011 = 0,3843,Ime2014 = 1,7234), sin que exista convergencia interregional. Sinembargo, hay una cierta convergencia temporal en el periodode estudio (� = −0,4710; p = 0,05), algo mayor entre 2011 y 2014(� = −0,6340; p = 0,006) (fig. 3). La figura 4 muestra el cambio deorden de las CC.AA. según los valores de la brecha de género en acti-vidad económica, educación y empoderamiento entre 2006-2011,2011-2014 y 2006-2014.
Discusión
El principal hallazgo es que en 2006 existían desigualdadesentre CC.AA. en los valores del IEGM, que aumentan en 2011 ymás en 2014, siendo siempre y en todas las CC.AA. desfavorable a
las mujeres. Por tanto, la Ley de Igualdad no ha tenido el impactoesperado. Esta situación en 2014 se relaciona con la gran brechade género en empoderamiento y la persistencia de la brecha degénero en la actividad económica. Pese a que la brecha de género eneducación es desfavorable a los hombres, hay un mayor descensode la matriculación universitaria en las mujeres. Además, con eltiempo, los valores de equidad de género en actividad económicay educación han crecido y decrecido en paralelo en las CC.AA.,produciéndose las grandes variaciones en la brecha de género deempoderamiento, pues CC.AA. con altos niveles de inequidad degénero han evolucionado mejor que otras con mejores valores deequidad, y viceversa. Los resultados senalan la pertinencia de unseguimiento constante de las políticas de equidad de género delos gobiernos de las CC.AA, y de sus procesos de acercamiento oalejamiento de ellas18, son una herramienta útil para tal fin, y paraabordar su impacto en las desigualdades en salud.
El balance entre la Ley de Igualdad y la crisis económica mues-tra el mayor peso de esta última en la situación de equidad degénero en las CC.AA. Una de las razones del aumento de la dis-persión de la equidad de género entre CC.AA., pese a tener una leycomún, son las políticas de austeridad que subyacen en el retro-ceso de la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres19.Al amparo de la crisis se han realizado recortes presupuestariospara las políticas de género, retrocesos en los marcos normati-vos y reformas como la eliminación de los organismos de igualdadestatal y de las CC.AA. Estas medidas, además, se han tomado conmayor frecuencia en las CC.AA. gobernadas por partidos políticosconservadores16.
Existe una ligera convergencia en la equidad de género en la acti-vidad económica entre CC.AA. en 2011, que desaparece en 2014, ypersiste la brecha en perjuicio de las mujeres. La mayor equidadde género en actividad económica en 2014 respecto a 2006 se rela-ciona con el aumento de la tasa de actividad de las mujeres en 2011,y aunque frenó, también en 2014. Mientras, la tasa de actividad delos hombres en unas CC.AA. aumentó menos, y en otras se mantuvoo redujo, como en el País Vasco, Navarra y La Rioja. Esto coincidecon los datos de la literatura científica y de Naciones Unidas, puescon la crisis se redujo el empleo para los hombres en ciertos secto-res y, aunque en situación de precariedad, se intensificó el trabajoremunerado de las mujeres. También ha aumentado el trabajo noremunerado, dificultando el alcance del Objetivo de Desarrollo delMilenio III para 201519,20. Esta situación laboral influye en la saludmental de las mujeres y en las desigualdades en salud21.
El patrón de género de la tasa de actividad no coincide con elde redistribución de los ingresos por sexo según las estadísticasoficiales, al aumentar las diferencias de salarios medios entresexos. En el País Vasco, con el más alto salario medio anual enambos sexos, es donde mayor inequidad de género salarial existe,en concordancia con lo hallado por Social Watch2 y los estudios
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Inequidad
desfavorable a
los hombres
Equidad
Inequidad
desfavorable a
las mujeres
Brecha de género en actividad económica
Brecha de género en educación
Brecha de género en empoderamiento
*p < 0,05,
**p < 0,01
Inequidad
desfavorable a
los hombres
Equidad
Inequidad
desfavorable a
las mujeres
Inequidad
desfavorable a
los hombres
Equidad
Inequidad
desfavorable a
las mujeres
Convergencia temporal: ρ2006–2011
= –0,7030* ρ
2011–2014 = 0,0510 ρ
2006–2014 = –0,5860
**
Convergencia interregional: Ime2006
= 0,0967 Ime2011
= 0,0916 Ime2014
= 0,1057
*p < 0,05,
**p < 0,01
Convergencia temporal: ρ2006–2011
= –0,3590 ρ2011–2014
= 0,6340** ρ
2006–2014 = –0,4710
*
Convergencia interregional: Ime2006
= 0,2768 Ime2011
= 0,3843 Ime2014
= 1, 7234
Convergencia temporal: ρ2006–2011
= –0,1210 ρ2011–2014
= 0,4810 ρ2006–2014 = –0,2560
Convergencia interregional: Ime2006
= 0,2166 Ime2011
= 0,3486 Ime2014
= 0,2972
Figura 3. Evolución de la equidad de género en la actividad económica, la educación y el empoderamiento en las comunidades autónomas en 2006-2011-2014. Valores dela brecha de género. Convergencias interregional y temporal.
de Nussbaum22 y Sen23, que senalaron que no hay relación directaentre riqueza y equidad22,23. Esta circunstancia de inequidad enlos ingresos se asocia a la mayor percepción de mala salud auto-percibida en las mujeres que en los hombres24, por disponibilidadde recursos económicos, historia de acceso al mercado de trabajoy grado de independencia y poder en el hogar.
La equidad en educación en 2014, como en 2006, es alta. Labrecha de género es a expensas de los estudios universitarios, queaunque siempre en perjuicio de los hombres disminuyó en 2014 porla reducción, en dos tercios de las CC.AA., de las matriculaciones de
las mujeres. Este hecho es resenable por estar en la base del cambioproducido en la trayectoria de las mujeres, y porque el mayor nivelde educación de las mujeres predice su menor mortalidad y la de susparejas25. En todo caso, la educación influye en las desigualdadesde género en la mortalidad, pero afecta más a los hombres26,27.
Pese a la Disposición adicional segunda de la Ley de Igualdad, quealude a la paridad en las candidaturas electorales, es la gran brechaen el empoderamiento lo que más pesa en la inequidad de género,implicando una disminución de las vías de participación políticade las mujeres. En la mayoría de la CC.AA. empeoró en 2011 y se
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Orden de las CC.AA según educación 2011
Orden de las CC.AA según empoderamiento 2011 Orden de las CC.AA según empoderamiento 2014 Orden de las CC.AA según empoderamiento 2014
Orden de las CC.AA según educación 2014 Orden de las CC.AA según educación 2014
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Orden de las CC.AA según actividad económica 2011 Orden de las CC.AA según actividad económica 2014 Orden de las CC.AA según actividad económica 2014
Figura 4. Ordenación de las comunidades autónomas según las dimensiones del índice de equidad de género modificado. Anos 2006-2011, 2011-2014 y 2006-2014.
dispersó ampliamente en 2014, más que en 2006, persistiendo elsesgo desfavorable a las mujeres. El empoderamiento de las muje-res se redujo en 2014, por ocupar menos escanos parlamentarios yfundamentalmente menos consejerías de libre designación, lo queindica que las mujeres no han alcanzado el status de agentes, esdecir, sujetos capaces de alcanzar fines en nombre propio y ajenoy por sus propios derechos, siendo todavía instrumentos para finesde terceros22,23. Refleja la no aceptación de los gobiernos autóno-mos y de los partidos políticos de políticas públicas orientadas a laconstrucción de comunidades donde toda la ciudadanía participeen el diseno del marco y del tejido social23, como se ha demostradorecientemente16.
Existe más equidad de género en los cargos técnicos y pro-fesionales. La crisis ha revelado la escasez de mujeres directivas,facilitando su acceso a los mismos como indicador de un cambio, almenos formal, de las empresas en crisis. Este fenómeno, denomi-nado «acantilado de cristal», debe vigilarse por los riesgos para lasalud de asumir la dirección de empresas de riesgo28.
Las limitaciones del trabajo detectadas son que, dado que ensociedades desarrolladas la educación básica es obligatoria, contasas de alfabetización de adultos similares por sexo4, son las bre-chas de género de la actividad económica y del empoderamientolas que tienen el peso explicativo del índice. Como todo índice
compuesto, este es de compleja interpretación, pese a no conside-rar aspectos sociales relevantes como la segregación horizontal yvertical del trabajo, el tipo de contrato (temporal o sin contrato)y la participación en el trabajo reproductivo. Pero es un índiceinternacional que aporta información aplicada a la situación de lasCC.AA., importante para complementar otros índices, con cuya con-sistencia pueden contribuir a mejorar la equidad de género de lasCC.AA.
La equidad de género debería ser un objetivo de las políticasde salud. Implica la identificación de las similitudes y diferenciasen la distribución de recursos para la salud, así como un análisisde género de los obstáculos para que hombres y mujeres alcan-cen su potencial de salud29. La resistencia activa al reconocimientode la desigual posición de las mujeres en la sociedad es un ins-trumento de perpetuación de las desigualdades de género1,30,31 adisputar desde la salud pública, pues cuando las mujeres están enposición de poder promueven iniciativas, como las parlamentarias,respecto a problemas de salud en los que subyace la subordina-ción, como la violencia de género32, el aborto33 y la fertilidad34.Las políticas públicas de las CC.AA. dirigidas al empoderamientodeberán necesariamente centrarse en las mujeres23, con un disenosocial en el cual el género deje de ser un condicionante negativo,principalmente para las mujeres.
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Editora responsable del artículo
Carme Borrell.
Declaración de transparencia
El/la autor/a principal (garante responsable del manuscrito)afirma que este manuscrito es un reporte honesto, preciso y trans-parente del estudio que se remite a Gaceta Sanitaria, que no se hanomitido aspectos importantes del estudio, y que las discrepanciasdel estudio según lo previsto (y, si son relevantes, registradas) sehan explicado.
Financiación
Este trabajo ha sido parcialmente financiado por el Instituto dela Mujer. Ministerio de Igualdad. Inv. Expediente 112/09. Espana.
¿Qué se sabe sobre el tema?
La mortalidad de las mujeres y los hombres, y las desigual-dades de género en salud, se asocian a la situación social de lasmujeres y al desarrollo de género, que varían según las áreasgeográficas y las políticas dentro del mismo país. La equidadde género (y sus políticas) disminuyen las desigualdades degénero en salud.
¿Qué aporta el estudio realizado a la literatura?
Las desigualdades en la equidad de género en las comuni-dades autónomas de Espana aumentaron entre 2006 y 2014, ysiguen desfavorables para las mujeres. Los resultados puedenser una herramienta útil para un seguimiento de las políticaspara la equidad de género de las comunidades autónomas ypara abordar su impacto en las desigualdades en salud.
Contribuciones de autoría
J. Fernández Sáez ha contribuido a la concepción y el diseno, laadquisición, el análisis y la interpretación de los datos, la redac-ción del artículo, la revisión crítica del contenido intelectual y laaprobación final de la versión para ser publicada. M. Teresa RuizCantero ha contribuido a la concepción y el diseno, la interpreta-ción de los datos, la redacción del artículo, la revisión crítica delcontenido intelectual y la aprobación final de la versión para serpublicada. M. Guijarro Garvi ha contribuido a la concepción y eldiseno, la adquisición, el análisis y la interpretación de los datos, laredacción del artículo, la revisión crítica del contenido intelectual yla aprobación final de la versión para ser publicada. C. Rodenas Cala-tayud, M. Martí Sempere y M.D. Jiménez Alegre han contribuido enla revisión crítica del contenido intelectual y en la aprobación finalde la versión para ser publicada.
Conflicto de intereses
Los autores firmantes del artículo declaran no tener ningún tipode conflicto de intereses.
Anexo. Material adicional
Se puede consultar material adicional a este artículo en su ver-sión electrónica disponible en doi:10.1016/j.gaceta.2016.03.015.
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Cómo citar este artículo: Fernández-Sáez J, et al. Tiempos de equidad de género: descripción de las desigualdades entre comunidadesautónomas, Espana 2006-2014. Gac Sanit. 2016. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.03.015
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8 J. Fernández-Sáez et al. / Gac Sanit. 2016;xxx(xx):xxx–xxx
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132
Anexo online
Tabla I. Indicadores de la dimensión de la Actividad Económica del Índice de Equidad de Género Modificado de las Comunidades Autónomas de
España ordenadas, de menor a mayor brecha en la dimensión Actividad Económica en el año 2006. Años 2006, 2011 y 2014.
Tasa de Actividada Ingresosb 2006 2011 2014 2006 2011 2014
CCAA Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Canarias 42,3 62,9 55,3 68,2 56,2 67,7 14840 17535 17602 20987 17620 20678 Baleares 49,2 68,8 57,2 69,1 62,9 71,7 15750 20018 19812 23213 18998 22585 Galicia 39,6 57,0 47,8 59,7 48,8 58,6 14244 19022 17691 22626 17258 22523 Navarra 45,9 65,3 52,0 63,5 53,4 63,9 17750 24460 19927 26982 19364 27848 Madrid 49,2 68,7 56,0 69,2 59,6 71,1 19240 27042 22721 29016 22959 29224 Cataluña 47,0 66,2 54,8 66,3 57,5 68,2 17178 24287 21042 27601 20741 27684 País Vasco 43,7 63,1 51,1 62,2 51,7 62,2 18581 25947 22706 29709 22687 30313 La Rioja 44,2 65,0 51,2 63,6 54,4 66,0 14707 20271 18131 23641 17436 23641 C. Valenciana 42,1 64,0 51,3 65,1 53,4 65,0 14825 20067 17777 23332 17918 23651 Murcia 41,1 65,2 52,8 70,5 52,1 68,1 13924 18206 17838 23482 16957 23428 Extremadura 31,3 56,3 43,8 61,8 47,5 63,2 13806 16646 17877 20787 16305 21781 Cantabria 40,2 61,5 47,3 62,1 50,3 61,9 14419 20537 17888 23925 16542 23225 Aragón 41,6 63,2 49,7 63,2 53,0 65,5 14894 22030 18843 25263 18702 25129 Castilla y León 36,1 58,8 45,9 60,3 48,9 61,0 14250 19873 17684 23641 17429 23379 Castilla - La Mancha 34,4 64,3 48,0 65,0 51,0 65,7 14853 18509 17913 22293 17481 23317 Asturias 34,6 54,4 44,3 56,3 46,3 55,2 15357 22782 18786 25171 18455 25500 Andalucía 34,7 60,2 49,2 65,7 52,8 65,8 14138 19253 17871 23421 17690 23565
a. Los valores están expresados en porcentajes. b Salario medio per-cápita
133
Tabla II. Indicador de la Tasa de Matriculación Universitaria de la dimensión Educación
del Índice de Equidad de Género Modificado de las Comunidades Autónomas de España
ordenadas, de menor a mayor brecha en la dimensión Educación en el año 2006. Años
2006, 2011 y 2014a.
Universidad
2006 2011 2014
CCAA Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Cantabria 2,3 2,2 2,0 2,1 2,1 2,2 Navarra 3,4 3,0 3,1 2,8 3,0 2,8 Madrid 4,7 4,5 4,5 4,5 4,6 4,6 País Vasco 3,5 3,0 2,9 2,6 2,9 2,8 La Rioja 2,7 2,3 2,1 1,9 1,8 1,6 Extremadura 2,8 2,4 2,5 2,3 2,5 2,2 Asturias 3,3 2,9 2,6 2,4 2,4 2,3 Cataluña 3,3 2,7 3,0 2,7 3,1 2,8 Aragón 3,3 2,8 2,9 2,6 3,1 2,8 Andalucía 3,9 3,2 3,6 3,0 3,7 3,2 Murcia 3,9 3,0 3,8 2,9 4,2 3,5 Canarias 3,0 2,4 2,3 1,8 2,6 2,0 Castilla y León 4,3 3,5 1,3 1,1 1,4 1,1 Castilla - La Mancha 1,9 1,5 4,9 3,7 5,3 4,3 C. Valenciana 3,7 3,2 3,5 3,2 3,6 3,3 Galicia 3,4 2,7 2,8 2,4 2,7 2,4 Baleares 1,8 1,2 1,8 1,2 1,6 1,2 a. Los valores están expresados en porcentajes.
134
Tabla III. Indicadores de Cargos Técnicos y Profesionales, Escaños Parlamentarios y
Cargos Políticos (Consejerías) de la dimensión Empoderamiento del Índice de Equidad de
Género Modificado de las Comunidades Autónomas de España ordenadas, de menor a
mayor brecha en la dimensión Empoderamiento en el año 2006. Años 2006, 2011 y 2014a.
Cargos Técnicos Parlamentarios Consejeros
2006 2011 2014 2006 2011 2014 2006 2011 2014
CCAA M H M H M H M H M H M H M H M H M H Castilla - La Mancha 42 58 43 57 44 56 50 50 53 47 42 58 50 50 50 50 50 50 País Vasco 48 52 48 52 47 53 53 47 47 53 44 56 45 55 55 45 56 44 Andalucía 42 58 43 57 45 55 42 58 47 53 50 50 57 43 43 57 38 62 Galicia 48 52 47 53 48 52 35 65 49 51 43 57 50 50 13 88 14 86 Baleares 42 58 44 56 47 53 36 64 46 54 47 53 46 54 13 88 40 60 Castilla y León 46 54 46 54 48 52 44 56 40 60 42 58 30 70 40 60 56 44 Canarias 46 54 46 54 46 54 42 58 38 62 53 47 30 70 33 67 60 40 Asturias 47 53 48 52 47 53 37 63 40 60 49 51 40 60 30 70 50 50 Murcia 42 58 43 57 41 59 39 61 38 62 48 52 33 67 11 89 44 56 Cantabria 46 54 43 57 45 55 43 58 44 56 39 61 30 70 44 56 25 75 Extremadura 45 55 45 55 43 57 39 61 38 62 40 60 30 70 25 75 50 50 La Rioja 47 53 43 57 45 55 41 59 42 58 49 51 22 78 13 88 50 50 Madrid 45 55 46 54 47 53 38 62 42 58 36 64 33 67 44 56 67 33 Aragón 44 56 45 55 47 53 37 63 39 61 48 52 30 70 20 80 44 56 C. Valenciana 42 58 44 56 44 56 46 54 41 59 48 52 20 80 36 64 40 60 Cataluña 44 56 43 57 47 53 34 66 43 57 40 60 31 69 25 75 23 77 Navarra 49 51 47 53 50 50 37 63 36 64 45 55 9 91 44 56 38 63 a. Los valores están expresados en porcentajes.
135
Tabla IV. Distribución de las Comunidades Autónomas de España según los valores del Índice de Equidad de Género Modificado en 2006, 2011 y 2014. Variación Media de la Equidad de Género de las Comunidades Autónomas de España entre los años 2006-2011, 2011-2014 y 2006-2014.
Índice de Equidad de Género Modificadob
Variación Media de la Equidad de Género
CCAAa 2006 2011 2014 2006-2011 2011-2014 2006-2014 País Vasco -0,0640 -0,0417 -0,0432 0,0045 -0,0005 0,0026 Castilla - La Mancha -0,0709 -0,0381 -0,0396 0,0066 -0,0005 0,0039 Baleares -0,0781 -0,0975 -0,0383 -0,0039 0,0198 0,0050 Andalucía -0,0805 -0,0706 -0,0581 0,0020 0,0041 0,0028 Galicia -0,0813 -0,1066 -0,1328 -0,0051 -0,0087 -0,0064 Canarias -0,0915 -0,0780 0,0162 0,0027 0,0206 0,0094 Murcia -0,1058 -0,1326 -0,0406 -0,0054 0,0307 0,0081 Castilla y León -0,1110 -0,0834 -0,0400 0,0055 0,0145 0,0089 Madrid -0,1152 -0,0749 -0,0340 0,0081 0,0136 0,0102 La Rioja -0,1158 -0,1207 -0,0322 -0,0010 0,0295 0,0104 Asturias -0,1169 -0,1037 -0,0502 0,0026 0,0178 0,0083 Extremadura -0,1191 -0,1103 -0,0545 0,0018 0,0186 0,0081 Cantabria -0,1192 -0,0879 -0,1216 0,0063 -0,0112 -0,0003 C. Valenciana -0,1199 -0,0857 -0,0542 0,0069 0,0105 0,0082 Cataluña -0,1211 -0,1012 -0,1165 0,0040 -0,0051 0,0006 Aragón -0,1243 -0,1164 -0,0532 0,0016 0,0211 0,0089 Navarra -0,1410 -0,0761 -0,0843 0,0130 -0,0027 0,0071 a. Las Comunidades Autónomas están ordenadas respecto a los mejores valores de equidad del año 2006. b. Elaboración propia.
136
Tabla V. Distribución de las Comunidades Autónomas de España según los valores de la Brecha de Género en Actividad Económica en 2006, 2011 y 2014. Variación Media de la Equidad de Género en Actividad Económica de las Comunidades Autónomas de España entre los años 2006-2011, 2011-2014 y 2006-2014.
Brecha de Género en Actividad Económica**
Variación Media de la Equidad de Género
CCAA* 2006 2011 2014 2006-2011 2011-2014 2006-2014 Canarias -0,1394 -0,0958 -0,0867 0,009 0,003 0,007 Baleares -0,1425 -0,0868 -0,0760 0,011 0,004 0,008 Galicia -0,1620 -0,1165 -0,1119 0,009 0,002 0,006 Navarra -0,1664 -0,1250 -0,1348 0,008 -0,003 0,004 Madrid -0,1672 -0,1135 -0,1040 0,011 0,003 0,008 Cataluña -0,1705 -0,1150 -0,1141 0,011 0,000 0,007 País Vasco -0,1733 -0,1157 -0,1181 0,012 -0,001 0,007 La Rioja -0,1744 -0,1201 -0,1236 0,011 -0,001 0,006 C. Valenciana -0,1781 -0,1267 -0,1179 0,010 0,003 0,008 Murcia -0,1798 -0,1399 -0,1466 0,008 -0,002 0,004 Extremadura -0,1891 -0,1224 -0,1427 0,013 -0,007 0,006 Cantabria -0,1920 -0,1400 -0,1357 0,010 0,001 0,007 Aragón -0,1997 -0,1327 -0,1264 0,013 0,002 0,009 Castilla y León -0,2018 -0,1401 -0,1278 0,012 0,004 0,009 Castilla - La Mancha -0,2067 -0,1299 -0,1345 0,015 -0,002 0,009 Asturias -0,2084 -0,1322 -0,1236 0,015 0,003 0,011 Andalucía -0,2111 -0,1390 -0,1260 0,014 0,004 0,011 a. Las Comunidades Autónomas están ordenadas respecto a los mejores valores de equidad del año 2006. b. Elaboración propia.
137
Tabla VI. Distribución de las Comunidades Autónomas de España según los valores de la Brecha de Género en Educación en 2006, 2011 y 2014. Variación Media de la Equidad de Género en Educación de las Comunidades Autónomas de España entre los años 2006-2011, 2011-2014 y 2006-2014.
Brecha de Género en Educación**
Variación Media de la Equidad de Género
CCAA* 2006 2011 2014 2006-2011 2011-2014 2006-2014 Cantabria 0,0122 -0,0041 0,0068 0,002 -0,001 0,001 Navarra 0,0179 0,0155 0,0136 0,000 0,001 0,001 Madrid 0,0194 0,0112 0,0155 0,002 -0,001 0,000 País Vasco 0,0218 0,0208 0,0111 0,000 0,003 0,001 La Rioja 0,0224 0,0195 0,0160 0,001 0,001 0,001 Extremadura 0,0227 0,0106 0,0138 0,002 -0,001 0,001 Asturias 0,0241 0,0162 0,0143 0,002 0,001 0,001 Cataluña 0,0244 0,0182 0,0191 0,001 0,000 0,001 Aragón 0,0268 0,0196 0,0159 0,001 0,001 0,001 Andalucía 0,0269 0,0235 0,0197 0,001 0,001 0,001 Murcia 0,0289 0,0304 0,0200 0,000 0,003 0,001 Canarias 0,0301 0,0291 0,0300 0,000 0,000 0,000 Castilla y León 0,0307 0,0186 0,0275 0,002 -0,003 0,000 Castilla - La Mancha 0,0323 0,0320 0,0238 0,000 0,003 0,001 C. Valenciana 0,0329 0,0234 0,0186 0,002 0,002 0,002 Galicia 0,0402 0,0294 0,0259 0,002 0,001 0,002 Baleares 0,0415 0,0329 0,0349 0,002 -0,001 0,001 a. Las Comunidades Autónomas están ordenadas respecto a los mejores valores de equidad del año 2006. b. Elaboración propia.
138
Tabla VII. Distribución de las Comunidades Autónomas de España según los valores de la Brecha de Género en Empoderamiento en 2006, 2011 y 2014. Variación Media de la Equidad de Género en Empoderamiento de las Comunidades Autónomas de España entre los años 2006-2011, 2011-2014 y 2006-2014.
Brecha de Género en Empoderamiento**
Variación Media de la Equidad de Género
CCAA* 2006 2011 2014 2006-2011 2011-2014 2006-2014 Castilla - La Mancha -0,0382 -0,0165 -0,0082 0,004 0,003 0,004 País Vasco -0,0407 -0,0301 -0,0227 0,002 0,002 0,002 Andalucía -0,0572 -0,0962 -0,0681 -0,008 0,009 -0,001 Galicia -0,1220 -0,2327 -0,3122 -0,022 -0,027 -0,024 Baleares -0,1332 -0,2388 -0,0737 -0,021 0,055 0,007 Castilla-León -0,1619 -0,1286 -0,0196 0,007 0,036 0,018 Canarias -0,1651 -0,1672 0,1053 0,000 0,021 0,007 Asturias -0,1663 -0,1952 -0,0413 -0,006 0,051 0,016 Murcia -0,1665 -0,2885 0,0047 -0,024 0,095 0,020 Cantabria -0,1777 -0,1195 -0,2361 0,012 -0,039 -0,007 Extremadura -0,1908 -0,2190 -0,0347 -0,006 0,061 0,020 La Rioja -0,1954 -0,2614 0,0109 -0,013 0,084 0,023 Madrid -0,1978 -0,1223 -0,0133 0,015 0,036 0,023 Aragón -0,1999 -0,2360 -0,0491 -0,007 0,062 0,019 C. Valenciana -0,2147 -0,1537 -0,0634 0,012 0,030 0,019 Cataluña -0,2173 -0,2067 -0,2545 0,002 -0,016 -0,005 Navarra -0,2746 -0,1187 -0,1317 0,031 -0,004 0,018 a. Las Comunidades Autónomas están ordenadas respecto a los mejores valores de equidad del año 2006. b. Elaboración propia.
139
8. PRINCIPALES RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados que a continuación se presentan son una síntesis de los principales
hallazgos extraídos de los artículos que forman parte de esta tesis doctoral.
Sobre la base de las consideraciones relacionadas con la justicia social, sobre la
cual descansa la salud pública, sugieren que el IEG sea reformulado mediante el IEGM.
Aunque el IEG ordena a los países de manera similar que el IEGM, éste corrige el sesgo
que se produce en las mediciones de inequidad obtenido usando el IEG, que trunca
todos los valores superiores a la unidad a 1.
Es importante que los indicadores sean sensibles a los cambios en los valores de
equidad de género y para detectar deficiencias en la educación, la actividad económica y
el empoderamiento de las mujeres o los hombres de modo que se puedan tomar medidas
ya que estos son los pilares básicos e interdependientes de desarrollo social, y si uno de
ellos se debilita, toda la estructura puede colapsar.
En la brecha de género de educación es donde hay más discordancia entre los
dos métodos ya que los países se clasifican de manera diferente dependiendo del índice
de equidad de género usado. Al no truncar a 1, el IEGM capta esta inequidad contra los
hombres. El 65,8% de los países analizados en el año 2006 muestran inequidad en
contra de los hombres en la brecha de género de educación. Como consecuencia, los
valores de los países en esta brecha de género muestran una mayor dispersión. Por tanto
una gestión más eficiente de los fondos estatales para la educación, dirigida a evitar el
abandono escolar por ejemplo, podría ayudar a prevenir las dificultades de este tipo de
estudiantes en la búsqueda de empleo y así evitar su eventual marginación (67). Por otra
parte, en la educación universitaria, un mayor número de estudiantes de sexo femenino
no representa necesariamente un mayor número de mujeres cualificadas que trabajan en
posiciones de acuerdo con su calificación.
La noción de empoderamiento pone en primer plano el valor de la autonomía
siendo el objetivo último de las políticas de igualdad de género. Se reconoce el valor de
una persona como un agente de sus propias habilidades, valores, juicios y prioridades.
Midiendo con el IEGM algunos países obtienen el mismo grado de inequidad de género
para las componentes de empoderamiento, sin embargo, mientras que en muchos países
141
esta desigualdad se muestra hacia las mujeres, en un buen número de otros la
desigualdad era hacia los hombres.
Los estudios realizados por Nussbaum y Sen han demostrado la inexistencia de
una relación directa entre la riqueza y la equidad (68, 69). Así se confirma en nuestro
trabajo, pues la equidad de género continúa a pesar del desarrollo económico de una
sociedad particular, como revela el IEGM de algunos países con bajos niveles de
riqueza, como Ruanda y Lituania, que han dado pasos significativos para lograr la
equidad de género. Por otro lado, países como Emiratos Árabes Unidos, Brasil, USA, de
gran desarrollo económico no alcanzan altos niveles de equidad de género.
Respecto a la medición de la equidad de género en América Latina y El Caribe,
la primera observación es la existencia de inequidad hacia las mujeres en todos los
países de la región. El hecho de que los índices IEG1 e IEGM sean propuestas
metodológicas diseñadas con idéntico objetivo de medición, hace que las ordenaciones
que ambos determinan sobre los países de América Latina y el Caribe sean muy
semejantes. La dispersión de las inequidades entre países de América Latina y El Caribe
se ha ido reduciendo progresivamente a lo largo del periodo comprendido entre 2006 y
2014 lo que implica una convergencia entre dichos países. Además, los países que
mejoran más son aquellos que parten de niveles más bajos de equidad de género
confirmando la convergencia temporal. El mercado de trabajo tiene un papel clave
como espacio que puede reproducir la desigualdad o, por el contrario, ser el mecanismo
esencial para revertirla (70).
En materia educativa, los datos muestran que el ritmo de disminución de las
inequidades ha tendido a aumentar en todos los países de la región, pero mucho más en
aquellos que inicialmente tenían mayores niveles de inequidad. Los esfuerzos de los
países en este ámbito han permitido no sólo un aumento de la escolarización de las
mujeres en edades más tempranas sino, lo que es aún más notorio, un mejor desempeño
que los hombres en educación universitaria. Este hecho es sumamente positivo porque
para que una persona pueda integrarse en el mundo laboral y se reduzcan sus
probabilidades de mantenerse o caer en la pobreza debe completar, al menos, el nivel de
estudios secundarios (71).
A los determinantes de la salud propios de los distintos contextos de la vida
cotidiana (72) y a los relacionados con los distintos regímenes del Estado de Bienestar
(73) hay que añadir la experiencia de España respecto a la equidad de género. El
142
principal hallazgo es que en 2006 existían desigualdades entre CC.AA. en los valores
del IEGM, que aumentan en 2011 y más en 2014, siendo siempre y en todas las CC.AA.
desfavorable a las mujeres. Por tanto, la Ley de Igualdad no ha tenido el impacto
esperado. Esta situación en 2014 se relaciona con la gran brecha de género en
empoderamiento que ha tenido grandes variaciones con el paso del tiempo alcanzando
altos niveles de inequidad.
Entrando al detalle de las dimensiones, se confirma que los valores de equidad
de género en actividad económica y educación han crecido y decrecido en paralelo en
las CC.AA. con el paso del tiempo, siendo la brecha de género en educación
prácticamente nula en todas las CC.AA., aunque la que hay indica una inequidad
sistemática desfavorable a los hombres.
Existe una leve convergencia en la equidad de género en la actividad económica
inter-CC.AA. en 2011, que desaparece en 2014, y persiste la brecha en perjuicio de las
mujeres. La mayor equidad de género en actividad económica en 2014 respecto a 2006,
está relacionada con el aumento de la tasa de actividad de las mujeres. También ha
aumentado el trabajo no remunerado, dificultando el alcance del Objetivo de Desarrollo
del Milenio III para 2015 (74) y sus efectos en la salud de las mujeres (75, 76).
La equidad en educación en 2014 como en 2006 es elevada. Aunque la brecha de género
es a expensas de los estudios universitarios, que, aun siendo perjuicio de los hombres, ha
disminuido en 2014 a consecuencia de la disminución de la matriculación de las mujeres. En
todo caso, la educación influye en las desigualdades de género en la mortalidad, afectando más
a los hombres (76, 77).
Respecto a la dimensión de empoderamiento, existe más equidad de género en
los cargos técnicos y profesionales. La crisis ha revelado la escasez de mujeres
directivas, facilitando su acceso a los mismos como indicador de un cambio, al menos
formal, de las empresas en crisis. Este fenómeno denominado “acantilado de cristal”
debe vigilarse por los riesgos para la salud de asumir la dirección de empresas de riesgo
(77).
Pese a que la Ley de Igualdad hace alusión a la paridad en las candidaturas
políticas, la brecha en el empoderamiento es la que más pesa en la brecha en la equidad
de género. En la mayoría de la CC.AA. empeoró en 2011, y se dispersó ampliamente en
2014. El empoderamiento de las mujeres se redujo en 2014, fundamentalmente por
contar con menos cargos de libre designación, indicando que las mujeres no han
143
alcanzado el status de agentes reflejando la no aceptación de los gobiernos autónomos y
partidos políticos de políticas públicas orientadas a la construcción de comunidades
donde toda la ciudadanía participe en el diseño del marco y tejido social (50), como se
ha demostrado recientemente (66).
El debate sobre las consecuencias de la crisis económica en la salud y las
desigualdades en salud y sus determinantes ha sido y es amplio dentro de la literatura
científica, y hay autores que recomiendan la prudencia a la hora de predecir o concluir,
discutir en profundidad sobre el modelo teórico y sobre cuáles son los indicadores a
emplear, así como completar los datos (78). En el caso de la equidad de género medida
a través del IEGM podemos afirmar que es alta en todo el territorio español respecto a
los valores internacionales. Pero, pese a la Ley de Igualdad de 2008, la crisis económica
sobrevenida ha ganado la partida respecto a la equidad de género con los recortes y las
restricciones producidas al amparo de la misma en la mayoría de las CC.AA, o al menos
lo ha hecho solo de momento.
144
9. CONCLUSIONES
1. Dado que el valor bajo escrutinio es la equidad de género, se ha hecho un intento
de refinar un índice que puede ser particularmente útil para la vigilancia de la
salud de las mujeres y los hombres; así como para futuras iniciativas de políticas
de salud.
2. El Índice de equidad de género complementa a diversos índices de género,
siendo una fuente de datos para la salud pública respecto a éstos; pues al no
incluir variables de salud permite análisis estadísticos de su relación con
variables de salud, morbilidad y mortalidad. Esta capacidad es importante, pues
las desigualdades de género en salud son resultado de la inequidad de género,
mediadas por la desigual distribución del poder y los recursos.
3. El Índice de equidad de género modificado produce valores sensibles a la
inequidad de género, tanto en el ámbito internacional, como en el nacional y
regional dentro de un mismo país.
4. Aunque las clasificaciones de los países obtenidos utilizando el IEGM y el IEG
fueron bastante similares, el IEGM corrige el sesgo que se produce en las
mediciones de la equidad obtenidas usando el IEG, que trunca todos los valores
por encima de la unidad a 1.
5. Un valor añadido del IEGM es que cuenta con signos negativo y positivo, lo que
permite identificar países o regiones que teniendo el mismo valor absoluto de
equidad de género, con los signos se indican si es en perjuicio de las mujeres o
de los hombres, respectivamente.
6. En el estudio del IEGM a nivel internacional realizado en 2006, nuestros
hallazgos muestran que la educación es la dimensión más afectada por el
truncamiento de todos los valores mayores que la unidad a 1, lo que tiene como
consecuencia la no identificación de la inequidad hacia los hombres en la
mayoría de los países. También muestran, que en los países donde la inequidad
de género en educación es en perjuicio de las mujeres, la brecha de género es
mayor.
7. En los países de América Latina y El Caribe, la inequidad de género se ha
reducido entre 2006 y 2014. Al hecho de que, entre 2006 y 2014. Estos países
145
han tendido a “acercarse” en términos de equidad, pues aquellos que partían de
un mayor nivel de inequidad de género, la han mejorado más que los más
equitativos.
8. Partiendo del hecho de que España es uno de los países de mayor equidad de
género, el principal hallazgo es que en 2006 existían desigualdades entre CC.AA.
en la equidad de género, que aumentan en 2011 y más en 2014, siendo siempre y
en todas las CC.AA. desfavorable a las mujeres.
9. Esta situación en 2014 se relaciona con la gran brecha de género en
participación política y la persistencia de la brecha de género en la actividad
económica. Y, pese a que la brecha de género en educación es desfavorable a los
hombres, hay un mayor descenso de la matriculación universitaria en mujeres en
este año. En concreto:
La mayor equidad de género en actividad económica en 2014 respecto a 2006, se
relaciona con el aumento de la tasa de actividad de las mujeres en 2011, y
aunque frenó, también en 2014. Pero, este patrón no coincide con el de
redistribución de los ingresos, al haber aumentado las diferencias de salarios
medios entre hombres y mujeres, concordando con los estudios de Nussbaum y
Sen, quienes señalaron que no hay relación directa entre riqueza y equidad.
Pese a la disposición adicional segunda de la Ley de Igualdad que alude a la
paridad en las candidaturas electorales, es la gran brecha de género en
participación política, la que más pesa la equidad de género, implicando una
disminución de las vías de participación política de las mujeres. Así, el
empoderamiento de las mujeres se redujo en 2014, por ocupar menos puestos
políticos de libre designación, indicando que las mujeres no han alcanzado el
status de agentes. Es decir, sujetos capaces de alcanzar fines en nombre propio y
ajeno y por sus propios derechos, siendo todavía instrumentos para fines de
terceros.
10. Las CC.AA. con altos niveles de inequidad de género han evolucionado mejor
que otras con mejores valores de equidad, y viceversa. Pero en definitiva, el
balance entre la Ley de Igualdad y la crisis económica, que era la incógnita en el
comienzo del proyecto, muestra el mayor peso de esta última en la situación de
equidad de género de las CC.AA.
146
10. IMPLICACIONES PARA LAS POLÍTICAS Y LAS PRÁCTICAS
PROFESIONALES
La utilidad del Índice de equidad de género (con sus brechas) ha de considerase desde el
punto de vista de los principios de justicia en el que se han de sustentar; no solo las
políticas, sino también las propuestas de medición, en cuyos resultados deberían basarse
tanto la formulación de las mismas, como en su desarrollo en la práctica.
Al ser una fuente de datos presentada a modo de ranking por CC.AA, es más
fácil su comprensión por la ciudadanía, los profesionales, incluidos los de los medios de
comunicación, y las autoridades que desean comprender, controlar y reparar la
desigualdad de género social, económica y política. En concreto, aporta una
información que hace posible:
1. Realizar un seguimiento constante de las experiencias de desigualdad de género
fruto de políticas específicas de los gobiernos de las CC.AA, y de sus procesos de
acercamiento o alejamiento a la equidad de género; para redefinir las políticas o
abandonarlas.
2. Tomar medidas inmediatas para que se produzcan cambios en los valores de las
brechas de género en educación, actividad económica y participación política.
3. Determinar el período de tiempo durante el cual estas políticas debe mantenerse
con el fin de corregir la pertinaz discriminación estructural contra las mujeres.
4. Y dado que la equidad de género debería ser un objetivo de las políticas de salud.
Con el ranking del IEGM se puede evaluar la influencia del grado de equidad de las
políticas educativas, de actividad económica y participación política conjuntamente,
en los indicadores de salud, morbilidad y mortalidad en ambos sexos. En concreto,
mediante la identificación de las similitudes y diferencias en la distribución de
recursos para la salud, y el análisis de género de los obstáculos para que mujeres y
hombres alcancen su potencial de salud.
5. Desarrollar futuras políticas públicas que persigan la igualdad de género.
147
11. REFERENCIAS
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71. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). La hora de la
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relevante son las políticas de austeridad? Salud Colectiva. 2014; 10: 92-4.
155
12. ANEXO 1. DIVULGACIÓN DE LOS RESULTADOS.
12.1 Comunicaciones a Congresos
1. Título: Equidad de género en España. Determinante social de la salud sigue siendo
desfavorable a las mujeres en 2011.
Autores: J. Fernández-Sáez, M.T. Ruiz-Cantero, M. Guijarro, C. Ródenas, V. Clemente,
M. Carrasco-Portiño, V. Roca, M. Martí, D. Jiménez.
Tipo de Participación/Congreso: Comunicación Oral (10 minutos) en la XXXII
Reunión científica de la sociedad española de epidemiología y ix congresso da
associação portuguesa de epidemiologia: Primum non Nocere. Alicante (2 al 5 de
Septiembre 2014).
2. Título: Impacto de las desigualdades de género en la mortalidad materna en
Latinoamérica.
Autores: M.J. Sánchez-Calderón; J. Fernández-Sáez; V. Clemente-Gómez; M.T. Ruiz-
Cantero.
Tipo de Participación/Congreso: Comunicación Oral (10 minutos) en la XXXII
Reunión científica de la sociedad española de epidemiología y ix congresso da
associação portuguesa de epidemiologia: Primum non Nocere. Alicante (2 al 5 de
Septiembre 2014).
3. Título: Medidas de protección de las víctimas de violencia de género según las
desigualdades de género de la comunidad de residencia. ¿Una justicia inversa?
Autores: M. García Quinto; J. Fernández Sáez, V. Clemente Gómez; M.T. Ruiz
Cantero.
Tipo de Participación/Congreso: Comunicación Oral (10 minutos) en la XXXII
Reunión científica de la sociedad española de epidemiología y ix congresso da
associação portuguesa de epidemiologia: Primum non Nocere. Alicante (2 al 5 de
Septiembre 2014).
157
4. Título: ¿Afectan las desigualdades de género a la inseguridad alimentaria en
Iberoamérica?
Autores: C. Calderón-Vallejo; J. Fernandez-Sáez; V. Clemente-Gómez; M.T. Ruiz-
Cantero.
Tipo de Participación/Congreso: Comunicación Oral (10 minutos) en la XXXII
Reunión científica de la sociedad española de epidemiología y ix congresso da
associação portuguesa de epidemiologia: Primum non Nocere. Alicante (2 al 5 de
Septiembre 2014).
5. Título: Una Forma Más Equitativa De Medir El Desarrollo De Género En España Y
Sus Comunidades Autónomas.
Autores: J. Fernández-Sáez, M.T. Ruiz, M. Carrasco-Portiño, M. Guijarro, V. Roca, C.
Ródenas, M. Martí.
Tipo de Participación/Congreso: Comunicación Oral (3 minutos) en el Congreso Salud
y Equidad en todas las Políticas. SEE-SESPAS 2011. Madrid (6 al 8 de Octubre 2011).
Revista: Gaceta Sanitaria 2011; 25 (Esp. Congr): 289.
6. Título: Revisión De La Medición De La Equidad De Género: Contexto Social De
Salud De Las Mujeres.
Autores: J. Fernández-Sáez, M.T. Ruiz, M. Guijarro, M. Carrasco-Portiño, V. Roca, C.
Ródenas, M. Martí, C. Álvarez-Dardet.
Tipo de Participación/Congreso: Comunicación Oral (10 minutos) en el Congreso
Salud y Equidad en todas las Políticas. SEE-SESPAS 2011. Madrid (6 al 8 de Octubre
2011).
Revista: Gaceta Sanitaria 2011; 25 (Esp. Congr): 285.
7. Título: ¿El desarrollo de género es bueno para mejorar la capacidad de enfrentar el
deterioro medioambiental de los países?
158
Autores: Mercedes E. Carrasco; Diana Gil González; J. Fernández-Sáez, C. Álvarez-
Dardet; M.T. Ruiz Cantero.
Tipo de Participación/Congreso: Comunicación Oral en el 2º Congreso
Latinoamericano y del Caribe sobre Salud Global. Santiago de Chile (9 al 11 de Enero
2013).
8. Título: Esperanza de vida libre de incapacidad como indicador del desarrollo de
género en el mundo.
Autores: Carrasco-Portiño M, Ruiz MT, V Clemente Gómez, J Fernández Sáez.
Tipo de Participación/ Congreso: Comunicación Póster en el XIII Congreso de
SESPAS: Tiempos para la Salud Pública. Sevilla (04-06 de Marzo de 2009).
Revista: Gaceta Sanitaria 2009; 23 (Esp. Congr): 143.
9. Título: Desarrollo de género durante la democracia en España.
Autores: Carrasco-Portiño M, MT Ruiz Cantero, J Fernández Sáez, V Clemente Gómez.
Tipo de Participación/Congreso: Comunicación Póster en el XIII Congreso de SESPAS:
Tiempos para la Salud Pública. Sevilla (04-06 de Marzo de 2009).
Revista: Gaceta Sanitaria 2009; 23 (Esp. Congr): 143.
12.2 Publicaciones relacionadas con mi Tesis Doctoral
1. Chilet-Rosell E, Ruiz-Cantero MT, Fernández-Sáez J, Alvarez-Dardet C. . Inequality
in analgesic prescription in Spain. A gender development issue. Gac Sanit. 2013; 27:
135-42.
Premio al mejor trabajo publicado en Gaceta Sanitaria en el año 2013.(Anexo 2)
Referido en 17 noticias en diferentes medios de comunicación (Anexo 2)
159
2. Carrasco-Portiño M, Ruiz-Cantero MT, Fernández-Sáez J, Clemente Gómez V,
Roca-Pérez V. Desigualdades en el desarrollo geopolítico de género en España 1980-
2005. Un determinante estructural de la salud. Rev Esp Salud Pública. 2010; 84: 13-28.
160
13. ANEXO 2. FINANCIACIčN Y RECONOCIMIENTO
Esta tesis ha sido parcialmente financiada por el Instituto de la Mujer. Ministerio de
Igualdad. Inv. Expediente 112/09. Espa¶a.
Forma parte del contrato firmado entre PNUD y la Universidad de Cantabria
consecuencia del procedimiento de concurrencia competitiva “Referencia 2262 RSC
2015 Consultants on Multidimensional Poverty in Latin America and the Caribbean for
Development of Research Papers”. También ha recibido financiación del Centro de
Investigaci·n Biom®dica en Red Epidemilog²a y Salud P¼blica (CIBRESP)
161
162
Divulgación en prensa digital y escrita
163
1. Agencia SINC: http://www.agenciasinc.es/Noticias/Los-medicos-prescriben-mas-analgesicos-a-las-mujeres-por-el-hecho-de-serlo
2. ABC: http://www.abc.es/salud/noticias/20130521/abci-medicos-prescriben-analgesicos-mujeres-201311291310.html 3. El Correo: http://www.elcorreo.com/salud/vida-sana/20130520/pastillas-mujeres-201305201907-rc.html 4. La razón: http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/2347464/los-medicos-prescriben-mas-analgesicos-a-las-
m#.UueFh_uDPMo
5. El economista: http://ecodiario.eleconomista.es/interstitial/volver/nuezene14/ciencia/noticias/4841277/05/13/Los-medicos-prescriben-mas-analgesicos-a-las-mujeres-por-el-hecho-de-serlo.html
6. Portales médicos http://www.portalesmedicos.com/noticiasmedicas/2013/05/20/los-medicos-prescriben-mas-analgesicos-a-las-mujeres-por-el-hecho-de-serlo/
7. El punto crítico http://www.elpuntocritico.com/noticias-salud/61256-recetan-m%C3%A1s-analg%C3%A9sicos-a-mujeres.html
8. Intramed: http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=80284
9. Perfil: http://wvw.perfilcr.com/articulo/m%C3%A9dicos-prescriben-m%C3%A1s-analg%C3%A9sicos-las-mujeres-por-el-hecho-de-serlo
10. Eurekalert: http://www.eurekalert.org/pub_releases/2013-05/f-sf-dpm052113.php
11. Science Daily: http://www.sciencedaily.com/releases/2013/05/130521105606.htm
12. Medical Daily: http://www.medicaldaily.com/women-are-more-likely-men-receive-pain-reliever-prescription-246096
13. Medimoon: http://medimoon.com/2013/05/doctors-prescribe-more-analgesics-to-women-than-to-men-just-for-being-female/
14. MedicalXpress: http://medicalxpress.com/news/2013-05-analgesics-heavily-women-men.html 15. News medical: http://www.news-medical.net/news/20130522/Study-Regardless-of-pain-women-are-more-likely-to-
be-prescribed-pain-relieving-drugs.aspx
16. RedOrbit: http://www.redorbit.com/news/health/1112852872/women-prescribed-more-analgesics-than-men-052113/
17. MedIndia: http://www.medindia.net/news/research-doctors-prescribe-more-analgesics-to-women-than-to-men-
just-for-being-female-119420-1.htm