choque cultural

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Análsisis de la relación cultural entre colonizadores y colonizados en la conquista de América por los castellanos.

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Antn Snchez-Andrade SaavedraHistoria de Amrica Precolonial y Colonial

Choque Cultural entre indgenas y espaoles

Primer nueua cornica y buen gobierno deste rreyno (1615). Obra de Phelipe Guaman Poma de Ayalandice.

1. El concepto de choque cultural.

1.1 La dialctica cultural.1.2 La disparidad de los grupos culturales.

2. Diferencias en la cultura material.

2.1 El sistema agrario2.2 El sistema de poblamiento. Las reducciones. 3. La guerra como primera manifestacin del choque cultural.

4. La visin del otro como evidencia del choque cultural.

4.1 La visin de los vencidos.4.2 La visin de los conquistadores.5. La religin como pilar de la cultura y el poder.

6. La reaccin al choque cultural. El mesianismo.

6.1 El mesianismo andino. El Taki Onqoy (1560 - 1572). La lite andina. Entre la aceptacin y la reaccin poltico-cultural. Antecedentes del Taki Onqoy. El contexto del Taki Onqoy. El discurso poltico-cultural. Muerte y resurreccin de los dioses. Las huacas. Las prcticas rituales. La represin del Taki Onqoy por el visitador Cristbal de Albornoz.

7 Conclusiones.

8 Bibligrafa.

1. El concepto de choque cultural.

Cada sociedad tiene un sistema propio de vida, producto de la convivencia cotidiana, estacional y extraordinaria entre el hombre y la naturaleza. Las culturas prehispnicas se construyeron como un conjunto de ideas, saberes y tecnologas que posibilitaron el desarrollo de los cultivos, las crianzas y las actividades de caza y recoleccin. Ideas, saberes y tecnologas que reglaron el comportamiento productivo y espiritual-cultural de sus miembros[footnoteRef:1]. [1: ALBERRO, S.: Del gachupn al criollo. O de cmo los espaoles de Mxico dejaron de serlo, Ed. El Colegio de Mxico, Mxico, 1997, pg. 94.]

El choque cultural debe entenderse como el resultado de la modificacin de las bases materiales de las culturas mediante la imposicin y la dominacin, de tal manera que el proceso de aculturacin, independientemente de su xito, su sincretismo o su oposicin es una prolongacin dialctica[footnoteRef:2] del cambio de la cultura material. [2: El uso de la palabra no es casual, sino que considero que la relacin entre los aspectos materiales y culturales de una sociedad implica una dependencia recproca, por lo que descarto una relacin unilineal.]

Segn Brislin el choque cultural se representa en las tensiones y sentimientos de malestar que resultan de tener que satisfacer las necesidades cotidianas, como son alimentarse, cuidar la salud y mantener las relaciones interpersonales en formas a las que no se est acostumbrado[footnoteRef:3]. [3: BRISLIN, R.: Cross Cultural Encounters in Face-to-Face Interactions, Ed. Pergamon Press, Nueva York, 1986. Citado en CORTS, G.: El Choque Cultural, en Rev. Tiempo y Cultural n 3, Azcapotzalco, 2002.]

Pese a la utilizacin del trmino choque, este fenmeno tienda a manifestarse de forma gradual y de manera inconsciente, y en el caso concreto de la relacin entre las culturas indgenas y espaola que se dieron a partir de la conquista, implic que todo lo que un colectivo haba aprendido durante su vida, pas a no ser vlido frente a la nueva cultura dominante.Por otro lado, otro pilar importante del choque cultural pasa por el problema de la comunicacin, que va ms all del enfrentamiento a un nuevo idioma y unos nuevos gestos, pues tambin implica nuevos significados fruto de un contexto cultural que ha cambiado. En consecuencia la cultura dominada se enfrenta a la prdida de sus signos y cdigos. El individuo pierde sus modelos culturales de interpretacin que siempre lo haban ayudado hasta entonces a entender su medio ambiente. Estos cdigos o signos, que pueden ser palabras, gestos, expresiones faciales, son costumbres o normas adquiridas que forman parte de una cultura, un idioma y unos valores que hasta entonces eran socialmente aceptados. De todos ellos dependen la confianza y tranquilidad social, y su modificacin es ms perjudicial en la medida en que son usados de manera inconsciente[footnoteRef:4]. [4: OBERG, K.: Culture Shock:Adjustment to a newcultural environment, Ed. Practical Anthropology, 1960. Citado en CORTS, G.: El Choque Cultural, en Rev. Tiempo y Cultural n 3, Azcapotzalco, 2002.]

El resultado del choque cultural es una crisis de identidad, puesto que el colectivo afectado pierde la nocin de quien es. Cuando el individuo reflexiona las diferencias entre sus perspectivas y lo que percibe y experimenta, siente fuertes emociones generalmente negativas. Negativas porque la cultura dominante es evaluada de acuerdo a su propia cultura, la cual es vista desde una perspectiva positiva.Segn Oberg y Adler[footnoteRef:5] el choque cultural lleva aparejado diferentes etapas. Inicialmente se produje un primer contacto intercultural en el que se sostienen las relaciones interpersonales cordiales y superficiales con los individuos del la nueva cultura. Durante este perodo se producen sentimientos de entusiasmo, euforia y afn de encontrar novedades. [5: OBERG, K. Ibidem y ADLER P. S.: The Transitional experience: an alternative view of culture shock, Journal Of Humanistic Psychology, 1975. Citado en CORTS, G.: El Choque Cultural, en Rev. Tiempo y Cultural n 3, Azcapotzalco, 2002.]

Tras esto se produce una crisis o desintegracin, una etapa en la que todo lo que le pareca atractivo pasa a ser rechazado pues los miembros de la cultura dominada pasan a ser conscientes de que la manera en que se acta no es la adecuada para su contexto. Slo una vez superada esta etapa se puede llegar a una recuperacin, marcada por la bsqueda de formas de manejar las nuevas situaciones y empieza a superar las emociones y los sentimientos que experimentaron durante la etapa de crisis. La necesidad de supervivencia lleva a los miembros de la cultura dominada a la adaptacin de las exigencias de la cultura dominante, si bien hay que tener en cuenta que en la medida de sus posibilidades ser una adaptacin superficial y muchas veces sta no incluye un entendimiento real de muchos de los aspectos de la cultura dominante. As estos elementos asimilados de la cultura dominante no slo pasan a entremezclarse con los de la cultura dominada, sino que adems se reinterpretan, dando como resultado una nueva cultura cuyo resultado va ms all de la suma de las partes.

1.1 La dialctica cultural.

Partiendo de lo anteriormente expuesto, hay que rechazar la idea, presente en la antropologa tradicional, de que en la relacin entre dos culturas, la dominante impone una influencia absoluta a la dominada, cuyos miembros pasan a ser agentes pasivos sujetos a la aculturacin. La realidad es que pese a la posicin de fuerza ambas culturas establecen un dilogo que implica reacciones autnomas e influencias mutuas.En este sentido las fuentes coloniales sobre la relacin entre la cultura espaola e indgena, pivotan sobre la base de los progresos y fracasos de la aculturacin de los indgenas. Partiendo de estas fuentes la primera consideracin que surge es el hecho de que a los indgenas se les juzga a partir de los parmetros de la cultura espaola, surgiendo ante desconocidas manifestaciones culturales un temprano ejercicio de comparacin y rivalidad, y en consecuencia la necesidad de imponer una sobre otra. Frente a esta reaccin propia de la cultura dominante ante el choque cultural, la reaccin paralela de la cultura dominada ser la insubordinacin y el rechazo a la imposicin.

1.2 La disparidad de los grupos culturales.

Para entender la variabilidad de las relaciones culturales que se produjeron en la Amrica colonial, hay que tener en cuenta las diferencias entre la memoria colectiva, las representaciones, las costumbres y la sensibilidad de los diferentes grupos, tanto a su vertiente geocultural como en sus contrastes jerrquicos.As, tradicionalmente se ha estudiado las relaciones entre la clase dirigente espaola, especialmente hidalgos y clrigos de origen castellano o extremeo y la de la lite mexica o inca. Esto se debe a que son de estos grupos de los que ms y mejor informacin se ha conservado en las fuentes, pero la realidad es que muchos de los espaoles llegaron a Amrica sin recursos y vivieron all al margen del poder y la riqueza, denunciando un sistema de explotacin de los indgenas, la encomienda, al que no tenan acceso. De la misma manera hay que considerar que poco tienen que ver los valores culturales de un andaluz con un santanderino o un burgals.En el mismo sentido se puede hablar del complejo grupo que las fuentes llaman los indios, cuyas relaciones culturales fueron muy diferentes en funcin de su posicin social, de tal manera que aunque en un primer momento muchos de los reyes, caciques y curacas sufrieron una dura represin sistemtica, sus descendientes e iguales supieron adaptarse a las circunstancias y la mayora adopt el cristianismo y la lengua castellana, pasando a ser intermediarios forzosos de las relaciones de poder que estableci la nueva cultura dominante. Frente a estos se sitan los macehuales, la gente comn que sufri una explotacin sistemtica de los colonizadores, a travs del sistema de la encomienda o el servicio obligatorio en las minas.Otro aspecto de las diferencias culturales de los indgenas la marca la disparidad cultural oculta bajo la focalizacin del imperio mexica y el inca, de tal manera que se olvidan las grandes diferencias existentes por ejemplo en Mesoamrica, con marcados contrastes entre los grupos sedentarios del centro y sur del territorio, y los nmadas y seminmadas del norte.No menos importante es tener en cuenta el contexto en que se dan las relaciones entre los diferentes grupos culturales, as las relaciones en los grandes centros de poder espaol como Mxico/Tenochtitln y Cuzco, sern muy diferente a las relaciones en zonas agrcolas cercanas o alejadas del dominio espaol. Se puede resumir que la autonoma cultural indgena y la permisividad hacia la misma de los espaoles aumentaron en la medida en que la capacidad de control disminua.

2. Diferencias en la cultura material.

El medio natural americano es un elemento clave a tener en cuenta, no slo para comprender la conformacin de las culturas previas a la conquista sino tambin el choque cultural que se produjo con los espaoles, pues los elementos tcnicos y sociales que desarrollaron los indgenas para adaptarse al medio eran muy diferentes de los espaoles. Desde esta ptica se plantea el choque cultural como el resultado del choque de dos culturas materiales diferentes fruto de dos medios naturales muy distintos.

2.1 El sistema agrcola.

Los cereales son la base de las culturas sedentarias, como eran la mayora de las indgenas y y espaolas, por lo que la mayora de stas se organizan en torno a su produccin y consumo.Por un lado los espaoles tenan una cultura que en lo material vena definida por el trigo, que supone una organizacin compleja del espacio y del tiempo. Su cosecha debe ser programada con un ao de anticipacin, implica una rotacin de cultivos y conlleva un calendario agrcola concreto. Adems sus rendimientos reducidos suponen la necesidad de maquinaria y abono que conllevan una organizacin comunitaria que adems debe de tener en cuenta los diferentes ciclos estacionales.Frente a esto el maz permite unos rendimientos que multiplican por diez o veinte los del trigo, su cultivo slo requiere tres meses y slo requiere unos cincuenta das anuales de trabajo agrcola. La libertad y la garanta alimentaria que se deriva de esto dieron lugar a una organizacin social muy diferente a la del trigo, sobre todo si se tiene en cuenta que la previsin y necesidad de conservar alimentos ante las diferencias estacionales era mucho menos necesaria debido al equilibrio de las zonas tropicales y subtropicales.Por otro lado, el pan era el principal alimento derivado del sistema agrcola espaol, y ste implicaba una preparacin de varios das en la que intervienen varios miembros de la comunidad, generalmente hombres. Frente al pan, la tortilla americana es un alimento que se prepara en unas horas, de forma individual y vinculada al mundo femenino.La autora Solange Alberro desde esta perspectiva ha considerado que la cultura material espaola parta de una mayor tendencia a la organizacin y la previsin de una alimentacin basada en un reducido nmero de alimentos obtenidos en unas condiciones ambientales duras y cambiantes. Frente a esto plantea que la cultura material americana es ms inmediata, con una alimentacin mucho ms variada y ms centrada en la presentacin y el disfrute del presente[footnoteRef:6]. [6: ALBERRO, S.: Del gachupn al criollo. O de cmo los espaoles de Mxico dejaron de serlo, Ed. El Colegio de Mxico, Mxico, 1997, pg. 84-99.]

Aunque es difcil evaluar la evolucin de una cultura desde sus aspectos materiales, parece evidente que el punto de partida era muy diferente, y no deja de ser sintomtico, que en el siglo XVIII y XIX, cuando comienzan los conflictos entre los criollos, plenamente inmersos en la cultura material americana, y los espaoles metropolitanos, los segundos adjudiquen a los primeros los atributos socioculturales que los primeros espaoles denunciaron en los indios[footnoteRef:7]. [7: ALBERRO, S.: Ibdem, pg. 88-90.]

2.2 El sistema habitacional. Las reducciones.

se ha procurado siempre interponer los medios ms convenientes para que los Indios sean instruidos en la Santa Fe Catlica, y Ley Evanglica, y olvidando los errores de sus antiguos ritos, y ceremonias, vivan en concierto, y polica; y para que esto se ejecutase [] resolvieron que los Indios fuesen reducidos a Pueblos, y no viviesen divididos, y separados por las sierras, y montes, privndose de todo beneficio espiritual, y temporal, sin socorro de nuestros Ministros, y del que obligan las necesidades humanas, que deben dar unos hombres a otros.[footnoteRef:8] [8: Ley IX, Ttulo III, Libro VI, promulgada por Felipe II en 1573, recogida en Recopilacin de Las leyes de Indias, Ed. Consejo de Hispanidad, Madrid, 1943, pags. 671-682. Citado en COELLO de la Rosa, A.: Espacios de exclusin, espacios de poder: La reduccin de indios de Santiago del Cercado en la Lima colonial (1568-1590), Gutirrez Escudero, Antonio, Mara Luisa Laviana Cuetos (coords.): Estudios sobre Amrica: siglos XVI-XX, Ed, Asoc. Espaola de Americanistas, Sevilla, 2005, pg. 1508.]

Esta ley espaola sintetiza de forma incomparable la relacin entre las bases materiales, los comportamientos sociales y habitacionales y las construcciones culturales, y al mismo tiempo muestra cmo los espaoles fueron conscientes de ello, pues plasma que la mejor va para inculcar su cultura y su religin en los indgenas amerindios era imponerles el patrn habitacional propio de la cultura espaola.Esta poltica buscaba acabar por la fuerza con la dispersin poblacional indgena, que a su vez parta de un sistema agrario de altos rendimientos que exiga una reducida concentracin de la poblacin en funcin de las necesidades derivadas de los trabajos agrcolas, basados en pequeas parcelas de tierra cultivable conocidas como chcaras o chacras.En su lugar el nuevo modelo, surgido de la mano de las autoridades religiosas como una forma de evangelizacin, fue asumido por las autoridades civiles a mediados del siglo XVI, y tuvo su mayor foco de implantacin en los Andes, un territorio que era muy difcil de controlar para los espaoles. Adems del objetivo de la imposicin cultural y religiosa, tambin tena como objetivo facilitar el cobro del tributo y la mita minera, y en conjunto sintetizaba la necesidad de dominar a los indgenas en todos los mbitos. Por otro lado, aunque tambin se argument que se buscaba evitar la cada demogrfica de la poblacin nativa, la realidad es que durante el virreinato de Toledo en Per (1569-81), el momento de mayor implantacin, la poblacin cay a un milln de personas de los seis que haba antes de la llegada de los espaoles[footnoteRef:9]. [9: COELLO de la Rosa, A.: Ibdem, pg. 1509-1511.]

Otra evidencia de la vinculacin entre las reducciones y la modificacin de la cultura indgena se ve en los requisitos para su ubicacin, pues se recomendaba que se situaran en lugares apartados de las antiguas huacas o divinidades, de modo que los indios no continuaran practicando sus religiones. De la misma manera se establecieron prcticas de control de todas las costumbres indgenas a travs de los sacerdotes y las rdenes religiosas.

3. La guerra como primera manifestacin del choque cultural.

La conquista de Amrica se llev a cabo a lo largo de poco ms de cincuenta aos despus de su descubrimiento y supuso una gran masacre de su poblacin nativa. Pero ms all de esto lo relevante desde el punto de vista del shock cultural es el impacto inicial que los espaoles causaron en los indgenas a travs de la conquista, ya que ste condicion la relacin entre ambas culturas durante el resto del perodo colonial.La superioridad tcnica de los espaoles se centr en el uso de armas de hierro[footnoteRef:10], que eran desconocidas por todos los pueblos amerindios, que usaban macanas, dardos y lanzas de madera que en el mejor de los casos llevaban puntas de obsidiana y en general ninguna proteccin salvo cuero en el caso de los caciques, de la misma manera tampoco contaban con sistemas defensivos salvo en el caso de los incas. [10: Las armas ms usadas fueron las lanzas, alabardas, picas, espadas, estoques, dagas, cuchillos, mazas, hachas e incluso arcos y ballestas, y en menor medida lombardas y arcabuces. MIRA Caballos, E.: Conquista y destruccin de la Indias (1492-1573), Ed. Muoz Moya, Sevilla, 2009, pg. 206.]

Por otro lado las armas de fuego fueron un instrumento estratgico, pero tambin efectivo, al servicio de la intimidacin, al igual que las trompetas, tambores o los cascabeles de los caballos. Ms prcticos por su nmero fueron los perros que eran entrenados para atacar a los indios o los caballos, que aunque reducidos permitieron que grandes ejrcitos indgenas se enfrentaran con pequeos grupos de espaoles, porque como declar Hernn Corts no tenamos, despus de Dios, otra seguridad sino la de los caballos[footnoteRef:11]. [11: MIRA CABALLOS, E.: ibdem, pg. 207.]

Aqu comienza a verse la problemtica cultural y como sta fue aprovechada por los conquistadores, pues los amerindios desconocedores del caballo los consideraron a veces un todo con su jinete y otras veces crean que no podan matarlos, ante lo cual los conquistadores se cuidaron de no dejar sus cadveres a la vista. Sirva como reflejo de la importancia del choque cultural militar la siguiente cita del cronista Benzoni:

Los indios estaban admirados y atnitos discurriendo y comentando entre ellos de que parte podra venir una tal gente barbuda; y viendo las espadas, las vestimentas, las naos, las velas, las amarras, las anclas y otras cosas, se quedaban con la boca abierta, mirando fijamente semejante espectculo Los que haba odo la artillera crean que era gente que gobernaba los truenos entre las nubes y que haba bajado del cielo a ver la tierra; otros, con la boca cerrada, se quedaban confusos no sabiendo qu decir de tanta nueva gente extraa.[footnoteRef:12] [12: BENZONI, G.: Historia del Nuevo Mundo. Madrid, Ed. Alianza Editoria, Madrid, 1989. Citado en MIRA Caballos, E.: Conquista y destruccin de la Indias (1492-1573), Ed. Muoz Moya, LUGAR, 2009, pg. 215.]

La aplastante tctica espaola tambin fue un pilar de la conquista y una clara manifestacin de la divergencia cultural en cuanto a la concepcin de la guerra. Por un lado la mayora de los indios, entre ellos los mexicas, consideraban la guerra como un ritual centrado en la captura de los guerreros enemigos, lo que sellaba la conquista y permita hacer sacrificios. Frente a esto las tropas espaolas estaban formadas por soldados curtidos dedicados al saqueo y la destruccin como herramienta de sometimiento moral, conquista y enriquecimiento. Con este objetivo los espaoles no dudaban en atacar de noche y utilizar el factor sorpresa, elementos ajenos a la cultura blica indgena. Esta al contrario buscaba el enfrentamiento directo, con avisos y recurriendo a la lucha cuerpo a cuerpo, intentando adems no matar al enemigo para capturarlo.Otro elemento determinante era que entre los indgenas sus caciques solan sobresalir quedando a la vista de los suyos y de sus enemigos, ante lo cual los espaoles se centraron en ir contra ellos, percatndose de que una vez derrotados estos el resto de las tropas indgenas tenda a disgregarse[footnoteRef:13]. [13: Se conservan referencias de los propios conquistadores en este sentido como las hechas por Francisco Pizarro o Hernando de Soto. MIRA Caballos, E.: Ibdem, pg. 212-113.]

La plasmacin psico-cultural de la guerra se evidenci en la superioridad psicolgica mostrada por los espaoles en los enfrentamientos, lo que Worsley ha denominado la fuerza de sus motivaciones[footnoteRef:14]. Los espaoles aspiraban a la honra, las riquezas y la salvacin de sus almas, y de hecho la legitimacin catlica fue en gran medida lo que les permiti estar seguros de su superioridad moral frente a los demonacos dioses indgenas.[footnoteRef:15] [14: WORSLEY, M.: El tercer mundo, Ed. Siglo XXI, Mxico, 1974. Citado en MIRA Caballos, E.: Conquista y destruccin de la Indias (1492-1573), Ed. Muoz Moya, LUGAR, 2009, pg. 213.] [15: Existen numerosos relatos de cmo el apstol Santiago acompaaba a las tropas, otras veces era la Virgen u otros santos. MIRA Caballos, E.: Ibdem, pg. 214-215.]

Hay que tener en cuenta que por ejemplo los aztecas eran los seguidores del dios de la guerra, Huitzilopochtli, que se consideraban escogidos del sol y que en consecuencia crean que su misin divida era someter a otros pueblos, por lo que se tenan por invencibles. Partiendo de esto las derrotas aplastantes y el modo de guerrear de los espaoles supuso un gran impacto, he hizo que los mexicas se cuestionaran todo su sistema de creencias. Los espaoles no dudaron en usar esto en favor de la aculturacin indgena:

Si eran verdaderos vuestros dioses, [] qu se han hecho despus que vinieron los cristianos? dnde se han ido?, dnde estn escondidos?, dnde se han huido?, por qu no vuelven por su ley y religin? De donde se ve claramente que no eran verdaderos dioses, sino que todo era mentira y engao grande del demonio.[footnoteRef:16] [16: FERIA, P.: Doctrina Christiana, Mxico, 1567. Citado en MIRA Caballos, E.: Ibdem pg. 217-218.]

Otra de las manifestaciones culturales de la guerra fue la falta de conciencia de un enfrentamiento global entre dos culturas, algo que slo afectaba a los indgenas y que se materializ en el apoyo de muchos de sus grupos a los conquistadores, pues haba grandes grupos como los mayeques en territorio mexica o los yanaconas en los Andes que vivan subordinados y no fueron conscientes de que los nuevos dominadores les obligaran a cambiar sus valores y su cosmovisin.

4. La visin del otro como evidencia del choque cultural.

4.1 La visin de los vencidos.

A travs de las fuentes conservadas de la relacin entre los espaoles y los sabios mexicas tras la conquista, se puede apreciar el concepto que los segundos tenan de los primeros y de lo que la conquista y el dominio espaol implicaban en lo cultural, poltico y religioso.En un comienzo los lderes mexicas con Motecuhzoma a la cabeza consideraron que era posible que los conquistadores recin llegados encarnaran el regreso de Quetzalcatl y por tanto los trataron como dioses, una duda que se mantuvo hasta la matanza del templo mayor en Tenochtitlan. Fue la destruccin y la codicia lo que hizo que pasaran de ser considerados dioses a popolocas o brbaros que venan a destruir su forma de vida.Los Coloquios con los Doce, es una obra que recoge las discusiones entre los primeros franciscanos llegados a Nueva Espaa y los sabios aztecas supervivientes, por lo que recoge una temprana visin de la lite intelectual indgena sobre los espaoles y la relacin cultural de dominacin recin establecida:

... Por razn de l [el Seor del cerca y del junto], nos arriesgamos, por esto nos metemos en peligro Tal vez a nuestra perdicin, tal vez a nuestra destruccin, es slo a donde seremos llevados. [Ms] A dnde deberemos ir an? Somos gente vulgar, somos perecederos, somos mortales, djennos pues ya morir, djennos ya perecer, puesto que nuestros dioses han muerto. [] Vosotros dijisteis que nosotros no conocemos al Seor del cerca y del junto, aquel de quien son los cielos y la tierra. Dijisteis que no eran verdaderos nuestros dioses. Nueva palabra es sta, la que hablis, por ella estamos perturbados, por ella estamos molestos. Porque nuestros progenitores [] no solan hablar as. Ellos nos dieron sus normas de vida, ellos tenan por verdaderos, daban culto, honraban a los dioses. Ellos nos estuvieron enseando [] Era doctrina de nuestros mayores que son los dioses por quien se vive, []que ellos nos dan nuestro sustento, [] Ellos dieron el mando, el poder, la gloria, la fama. Y ahora, nosotros destruiremos la antigua regla de vida? [] Es ya bastante que hayamos perdido, que se nos haya quitado, que se nos haya impedido nuestro gobierno. Si en el mismo lugar permanecemos, slo seremos prisioneros. Haced con nosotros lo que queris.[footnoteRef:17] [17: Traduccin del Coloquio de los Doce, libro escrito en 1524 en Tenochtitlan por los primeros misiones franciscanos, recoge textos en nhuatl. Citado en LEN Portilla, M.: El reverso de la conquista, Ed. Joaqun Mortiz, Mxico, 1988, pgs. 23-28.]

Por otro lado destaca la imagen que plantean las fuentes mayas del Yucatn sobre los espaoles en un momento en que ya han asumido una cristianizacin parcial. De nuevo son conscientes de la implicacin social y cultural que supone la conquista, destacando los juicios sobre ella emitidos en el libro de Chilam Balam de Chumayel, que muestra al igual que los aztecas la consciencia de la muerte de sus dioses, de su cultura, pero adems seala que frente al mensaje de paz y amor del cristianismo los espaoles, que ya no son dioses, no los tratan en base a esto, sino que los esclavizan. As lo seala:

Entonces todo era bueno y entonces [los dioses] fueron abatidos. Haba en ellos sabidura. No haba entonces pecado No haba entonces enfermedad, [] no haba viruelas [] No fue as lo que hicieron los dzules [forasteros, en referencia a los espaoles] cuando llegaron aqu. Ellos ensearon el miedo, vinieron a marchitar las flores. Para que su flor viviese, daaron y sorbieron la flor de nosotros [] Nos cristianizaron, pero nos hacen pasar de unos a otros como animales. Dios est ofendido de los chupadores[footnoteRef:18]. [18: Traduccin del Chilam Balam de Chumayel, libro perteneciente a una coleccin mayor escrita en lengua maya en el s.XVI de la que se conserva una copia del s.XVIII. Citado en LEN Portilla, M.: El reverso de la conquista, Ed. Joaqun Mortiz, Mxico, 1988, pgs. 78-79.]

Finalmente destaca la visin de los quechuas, quienes pese a que en un primer momento confundieron a los espaoles con dioses, concretamente con Huiracocha, posteriormente ralcalcaron su codicia y sus ansias de oro. Entre las fuentes quechuas quiz la ms interesante sea que escribi un miembro de la lite andina, pero al que al mismo tiempo es cristiano, Felipe Guamn Poma de Ayala, en 1615:

Cristiano lector, [] no he hallado que sean tan codiciosos en oro ni plata los indios. Ni he hallado quien deba cien pesos, ni mentiroso, ni jugador, ni perezoso, ni puta, ni puto, ni quitarse entre ellos. [] Todo lo tenis y lo enseis a los pobres de los indios decs que habris de restituir. No veo que lo restituyis en vida ni en muerte. Parceme a m, cristiano, que todos vosotros os condenis al infierno.[footnoteRef:19] [19: GUAMN POMA de Ayala, F.: Primera nueva crnica y buen gobierno de este reino, 1615. Citado en LEN Portilla, M.: ibdem, pgs. 130-131.]

Por otro lado los quechuas pronto asimilaron que la conquista significaba la destruccin de su cultura y su modo de vida, como confirma la elega annima en honor de Atahualpa:

Bajo extrao imperio, aglomerados los martirios, y destruidos, perplejos, extraviados, negada la memoria, solos; muerta la sombra que protege, lloramos. Sin tener a quin o a dnde volver, estamos delirando.[footnoteRef:20] [20: Apu Inca Atawallpaman, citada en LEN Portilla, M.: ibdem, pg. 132.]

En conjunto se ve como las fuentes ms tempranas asumen no slo la derrota militar si no que son conscientes de que la conquista de los espaoles supone el fin de su cultura y su forma de vida, representada en la muerte sus dioses, al tiempo que vinculan esto a la miseria en que viven.Por otro lado las fuentes indgenas tambin sealan la divergencia entre la predicacin del cristianismo y la prctica de las autoridades y de los espaoles en general, lo que enmarca el rechazo a la nueva religin.

4.2 La visin de los conquistadores.

Las Casas no fue una figura aislada, sino el dirigente de una minora muy activa, gloria ms autntica de Espaa que sus conquistadores. Esta frase de Marcel Bataillon refleja que si bien hubo una postura cultural y material dominante en Espaa y la Amrica colonial, segn la cual los indios tenan una cultura inferior y esto legitimaba a los espaoles para conquistarlos, evangelizarlos, imponerles una nueva cultura e incluso explotarlos; tambin surgi una corriente eclesistica y laica que en diferentes grados se cuestion los modos e incluso la esencia de la dominacin espaola, y que supo valorar las culturas amerindias. Posicin crtica.

El franciscano Bernardino de Sahagn, quien comenz a estudiar la cultura indgena para poder favorecer su conversin al cristianismo acab fascinado por la misma y su obra La historia de la cosas de la Nueva Espaa es un estudio de la cultura, costumbres y el pensamiento indgena poco corriente en una poca

Posicin dominante.

Pese a todo lo dicho, la postura dominante estuvo marcada por un choque cultural que llev a afirmar a Polo de Ondegardo que como los indgenas no comprendan los misterios teolgicos de la virginidad de la madre de Cristo o la Santsima Trinidad, eran menos inteligentes que los espaoles, o como Juan Gins de Seplveda que crea que la distancia entre los indgenas y los espaoles era la misma que separaba a los segundos del mono.Ms all de los radicalismos expuestos la postura dominante estuvo marcada por el paternalismo cultural, que llev a ver al indgena como un ser humano racional[footnoteRef:21] con una cultura inferior que deba ser extirpada y sustituida por la espaola, lo que en su mximo exponente supona sustituir la idolatra por el cristianismo. Este razonamiento constituy la base moral de la dominacin espaola en Amrica, pues el amerindio no era capaz de autogobernarse y la destruccin de todo rasgo de su cultura material o religiosa era agradable a los ojos de Dios. [21: En 1537 se acord esta consideracin de forma oficial.]

Aunque es difcil de deslindar la creencia sincera del oportunismo, la realidad es que eran muchos los intereses que llevaban a los conquistadores a defender estas posturas, pues como se ha dicho legitimaban todos sus privilegios en Amrica.Quiz la visin ms sincera que la oligarqua criolla argument sobre los indios, es que si les daban la libertad ningn espaol querra quedarse en Amrica, y eso impedira su evangelizacin, con lo que una vez ms se entrecruzan los objetivos culturales y materiales sin solucin de continuidad.Por otro lado acusaciones recurrentes fueron la holgazanera, la incapacidad, crueldad, servilismo, torpeza, etc. La mayora de ellas eran argumentos falaces que buscaban legitimar una vez ms el trabajo obligatorio ya fuera mediante la esclavitud o la encomienda, y en aquellos casos en que fuera cierto lo ms probable es que se debiera al sufrimiento interno de la explotacin y el sometimiento a un sistema de valores y una cultura que no comprendan[footnoteRef:22] [22: Esta afirmacin, defendida por Mira Caballos se sustenta en la comparacin de similares acusaciones a los esclavos negros del siglo XVIII y XIX por parte de los ingleses. MIRA Caballos, E.: Ibdem, pgs. 140.142.]

La visin cultural de los espaoles hacia la cultura india tuvo a sus mejores representantes en los eclesisticos, que como depositarios de la cultura cristiana se encargaron de destruir la cultura a la que se enfrentaban, la indgena. As lo ejemplifican los actos del obispo de Mxico Juan de Zumrraga, quien en 1529 orden quemar cientos de cdices sagrados en la plaza mayor de la ciudad.Los clrigos fueron los encargados de vigilar la aculturacin de los indgenas, y ante lo que consideraban desviaciones no dudaron en recurrir a la hoguera. La consideracin principal era que los credos indgenas estaban inspirados por el demonio y era necesario eliminarlos, y para ello se desat una campaa iconoclasta contra todo signo de la cultura y la religin indgena:

Y el modo con que sacaban los dolos los frailes era que colgaban a los indios. Primero azotaban al indio por mandado del provincial, y cuando menos azotes daban eran ciento, y si no confesaban tener dolos lo colgaban pblicamente en la ramada de la iglesia por las muecas y echbanle mucho peso a los pies, y quembanle las espaldas y barrigas con hachas de cera encendidas hasta que confesaban los dolos Y de estos fueron ms de diez mil, y muchos no tenan dolos[footnoteRef:23] [23: Carta de fray Lorenzo de Bienvenida al rey en 1563 quejndose de los actos de fray Diego de Landa, que fue acusado no de crueldad, sino de atribuirse funciones propias de la Inquisicin. MIRA Caballos, E.: Ibdem, pg, 149-150.]

El uso de las lenguas nativas por los evangelizadores no debe verse a priori como un intento de entendimiento cultural, sino como una herramienta para una mejor imposicin cultural de su principal objetivo, el cristianismo.Igualmente, aunque es cierto que hubo muchos clrigos, sobre todo regulares pero tambin seculares e incluso obispos, que lucharon por la reduccin de las vejaciones que los encomenderos cometan sobre los indgenas, la realidad es que en la vertiente cultural las imposiciones no fueron cuestionadas ms que por la reducida corriente crtica.

5. La religin como pilar de la cultura y el poder.

La antropologa ha atribuido unas determinadas funciones sociales a la religin, que sintetizan su importancia en las relaciones culturales, y especficamente en aquellas definidas por el shock. As cabe destacar su papel en:

Interpretacin del mundo: origen, sentido, destino y salvacin a travs de un conjunto orgnico o cosmovisin. Estabilidad social: regula la familia y el trabajo, la moral y la autoridad, las instituciones, ritos de paso y de sacrificio, etc. Esto supone una sacralizacin de una determinada manera de entender la sociedad. Funcin econmica y de control poltico: a travs de la legitimacin. Funcin psicolgica, de estabilidad emocional, dirigida al individuo: sentido a la vida, salvacin individual mediante la gracia, integracin en la comunidad celeste mediante la salvacin.

6. La reaccin al choque cultural. El mesianismo.

El concepto de mesianismo tiene como idea central que la divinidad, cumplidos ciertos requisitos por sus seguidores, enviar un mesas para redimirlos. Es comn a muchas religiones y sus elementos podan ser actualizados en momentos de crisis.La sociedad, ante una situacin de crisis econmica, social o sicolgica, que pude deberse a una conquista, a fenmenos naturales o problemas polticos internos, pero que en cualquier caso su solucin se le escapa, vive a la expectativa de la llegada del mesas. Ante esta situacin el refugio en lo sobrenatural es la respuesta obligada, tanto ms si en el propio sistema de creencias exista la idea de un redentor que acudir en momentos de dolor colectivo.La llegada del mesas viene precedida por la prdica de un profeta que habla en su nombre, y proclama la voluntad divina de solucionar la crisis mediante su enviado. Ante esto el pueblo deber organizarse para cumplir o modificar su ritual. Como recompensa el mesas liderar el movimiento militar, poltico o mstico que solucionar los problemas sociales. La idea subyacente es la creacin de una comunidad idlica que se asocia al regreso a los orgenes, corruptos por los pecados de la propia gente o bien por la presin de seres forneos o catstrofes naturales. En el caso de los mexicas sera un espacio concreto, Aztln.En Amrica el contexto de explotacin de los indios por los colonos, las epidemias y la imposicin de un proceso de aculturacin que eliminaba todos sus valores y creencias desencaden en varios movimientos mesinicos que fueron duramente aplastados. Entre los aos 1560 y 1565 los mayas de Sotuta y Man (Yucatn) fueron reprimidos dos veces: finalmente Pablo Be, jefe indgena del pueblo de Kini, que era intrprete del dios Hunab Ku o Verdadera Fe, y Baltazar Ceh,batabo lder de Tecoh que diriga el movimiento, fueron capturados y ejecutados.Pero con la cada de los lderes mesinicos no desparece la aspiracin de bienestar de la comunidad, por lo que de forma recurrente reaparecieron. El ciclo se repite hasta que se cumplen las demandas, el pueblo asume la religin de la sociedad o grupo dominante, o desaparece.El mesianismo maya de 1560 fue reprimido cifrndose en 12.000 los torturados, pero a los dos aos se reanud la esperanza de liberarse de los europeos y los rituales nativos renacieron hasta que fueron derrotados en 1565.Estos lderes mayas haban sido educados en parroquias catlicas. Su lder, Pablo Be, atacaba a la Iglesia Catlica en sus bases negando la validez del bautismo y, en general, la prdica misionera. El verdadero dios Hunab Ku se comunicaba con l en xtasis shamnicos de los que regresaba para incitar la rebelin contra los cristianos[footnoteRef:24]. [24: BARABAS, A. M.: Utopas indias. Movimientos sociorreligiosos en Mxico, Ed. Grijalbo, Mxico, 1989, pg. 113. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 4.]

Al norte de Mxico otros movimientos anunciaron el retorno de sus antepasados, sus profetas: Tenamaxtle, conocido como Diego el zacateco, y Francisco Aguilar, cacique de Nochistln, llevaron a cabo una rebelin anticristiana. Anunciaban a sus seguidores que renunciando a las enseanzas de los sacerdotes catlicos y siguindolos a ellos volveran a ser jvenes y tendran varias esposas, y adems que si llegaban a envejecer volveran a procrear. El dios Tecoroli viajara a donde hubiese cristianos para matarlos a todos[footnoteRef:25]. Esto desemboc en la guerra de Mixtn (1539-1540), la cual termin con la batalla de Coyna donde se calcula que murieron ms de 6.000 indgenas combatiendo por sus dioses. [25: GRAZIANO, F.: The Millennial New World, Ed. Oxford University Press, New York, 1999, pgs. 109-110. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 4-5.]

El contacto con la doctrina catlica por un lado gener un sentimiento de rechazo hacia el nuevo dios de los dominadores, pero al tiempo sta contena aquellos elementos que podan dinamizar las tendencias mesinicas existentes en los cultos precolombinos. En consecuencia muchos profetas usaron elementos del cristianismo.

6.1 El mesianismo andino. El Taki Onqoy (1560 - 1572).

En los territorios andinos la presencia de movimientos mesinicos est registrada slo a partir del siglo XVI y todos ellos corresponden a la reaccin indgena frente a la colonizacin europea. Pero pese a la falta de antecedentes, una vez producida la expectativa mesinica, su fervor despierta elementos religiosos que son esencialmente precolombinos e incluso preincaicos. La persecucin sistemtica de las imgenes prehispnicas como dolos falsos, llev a que estas y sus rituales se convirtieran en los soportes ideolgicos del mesianismo andino. Adems sus lderes invocaron los nombres de los Incas para legitimar su liderazgo, y agregaron elemento del cristianismo para apoyarse en unas creencias nuevas que encarnaban la legitimacin y que tambin comenzaban a extenderse entre la poblacin. Un ejemplo claro de esta situacin es el movimiento de Juan Santos Atahualpa, nombre que tom un mestizo nacido en Ayacucho y afincado entre las tribus asheninkas de la Amazona. En su prdica inicial aceptaba la evangelizacin de unas rdenes religiosas y rechazaba otras y su propio apelativo muestra su deseo de vincularse al prestigio del Tahuantinsuyu y de la Iglesia Catlica en un territorio ajeno a ambas. Algo parecido sucedi en territorio calchaqu donde un andaluz se hizo proclamar Inca y consigui la adhesin de los curacas locales. En todo caso el primer movimiento con caractersticas mesinicas documentado es el que se autodenominTaki Onqoy.

La lite andina. Entre la aceptacin y la reaccin poltico-cultural.

En un principio los lderes indgenas no comprendieron las consecuencias derivadas de su choque cultural con los espaoles, ni que la religin de los conquistadores, mxima expresin cultural, los haca pecadores por el mero hecho de haber nacido al margen de la Iglesia Catlica, por lo que todos los indios eran en principio enemigos de Dios.El cristianismo espaol no hizo concesiones y apoy sin reparos la construccin colonial, convirtindose en su sostn ideolgico. La supervivencia de las religiones no cristianas slo se dio donde su control era imposible. Los oficiales de la Iglesia cristiana actuaron desde la posicin de conquistadores, conscientes de que podan imponer condiciones.Laspanacaso familias descendientes de los Incas vacilaron entre una adaptacin humillante, pero conveniente, y una revuelta libertadora que restaurase sus privilegios. As, desde 1569 los nietos de los Incas reclamaban sus derechos siguiendo las reglas de la legalidad europea. Fue as que "se presentaron ante el Licenciado Juan de Aylln para solicitar que se recibiera una informacin probando su ascendencia real y las conquistas de Tupac Yupanqui".[footnoteRef:26] [26: ROWE, J.H.: Los Incas del Cuzco. Siglos XVI, XVII, XVIII. Ed. Instituto Nacional de Cultura, Cuzco, 2003, pg. 79. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 6.]

Estos nobles haban asumido su derrota y reclamaban las ventajas propias de la nobleza. Pero para hacerlo tuvieron que rechazar su universo religioso y dar muestras de serbuenos cristianos[footnoteRef:27]. Manifestaciones que tambin se dieron entre muchoscuracaslocales surgidos de las "guerras civiles" y que reclamaron derechos adquiridos por su lealtad. [27: Las muestras de aculturacin fueron constantes, como por ejemplo sus grandes donativos a las iglesias locales o sus retratos y de su familia adorando a los santos extranjeros. MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 7]

En en el lado contrario se sitan personajes como Manco Inca, hijo de Huayna Capac y Mama Runtu, que permaneci en Vilcabamba hasta su muerte en 1554. Sus hijos Sayri Tupac, Tupac Amaru y Titu Cussi Yupanqui, continuaron liderando una especie de resistencia incaica. Sin embargo las estrategias de los Incas mencionados variaron notablemente, pasando de la confrontacin a varios acuerdos con las autoridades coloniales. Todo acab cuando el virrey Toledo orden el exterminio de lo que consider un foco de subversin. Lo importante es que al mismo tiempo que la nobleza vencida asuma la rebelda como bandera, otro grupo prefera jugar la carta de la legalidad europea y por lo tanto renunciaba a sus dioses para obtener beneficios.La asuncin de las bases de la nueva cultura dominante tambin lleg a los rebeldes: Manco Inca acogi a espaoles para familiarizarse con la nueva cultura material e inmaterial. Dos de sus sucesores se relacionaron con las autoridades coloniales, Titu Cussi Yupanqui lleg a dejar una crnica en 1570 en la que proclamaba ser "el hijo legtimo, digo el primero y mayorazgo que mi padre Mango Inga Yupangui dej entre otros muchos"[footnoteRef:28]. [28: LEGNANI, N. (ed.): [1570]. Titu Cusi. A 16th Century Account of the Conquest. Ed. Harvard University Press. Cambridge, 2005, pag. 74. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 9.]

Frente a la aceptacin cultural de la lite, sumisa o en rebelda, de que la presencia de los espaoles era un hecho, los fenmenos mesinicos como elTaki Onqoyeran impensables, y ms all de la inexistencia de pruebas, su colaboracin parece inverosmil. Es necesario entender que existe una diferencia de culturas jerrquicas o de clase que explica el Taki Onqoy, pues los beneficios de la asimilacin poltica y cultural eran ajenos a los indios tributarios. En el medio se situaban sus jefes locales ocuracas, que vivan tratando de mantener el complicado equilibrio de ser funcionarios coloniales y esquilmar a su propia gente al tiempo que los protegan[footnoteRef:29]. Tras la conquista, sercuracafue el resultado de una negociacin. [29: La posicin de los curacas fue muy peligrosa, puesto que ni el corregidor de indios ni el doctrinero confiaban en l y en ocasiones se enfrentaron a las nacientes autoridades indgenas paralelas a su mando, como envarados y alcaldes. A veces los propios indgenas delataban su siempre compleja red de arreglos ilegales. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 11.]

Debieron crear o reforzar lealtades. Para ello partieron de los valores culturales andinos recubiertos de una capa superficial de la nueva cultura dominante, y esto pese a que sus bases eran en muchos casos incomprensibles, mxime dada la disonancia entre la prdica y la prctica.No fue un proceso uniforme. Muchos se resignaron a sufrir las arbitrariedades de los encomenderos, otros se refugiaron en el entorno de las parroquias tratando de sobrevivir a la sombra del sacerdote. Otros tantos huyeron a zonas de difcil acceso, casi siempre de baja productividad agrcola, llamadas "regiones de refugio" en Mxico. Aunque en trminos globales la sumisin poltica y cultural fue inevitable, el combate interior dur muchos aos.

Antecedentes del Taki Onqoy.

En tiempos de crisis preeuropea las ceremonias de purificacin incluan un baile conocido comoTaki OnqoyoSara Onqoy, segn lo recuerda Polo de Ondegardo[footnoteRef:30], quien agrega que estaba ligado a los confesores indgenas, llamados para calmar la enfermedad o onqoy. Segn laDoctrina Christiana[footnoteRef:31]de 1558: [30: POLO de Ondegardo, J.: [1571]. Informaciones acerca de la religin y gobierno de los Incas. Ed. Sanmarti y Ca, Lima, 1916, pg. 196. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 13.] [31: CIEZA de Len, P.: [1550]. Crnica del Per. Segunda Parte. Ed. Unv. Pont. Catlica y Academia Nacional de Historia, Lima, 1985, pg. 258. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 13.]

En algunas partes les da una enfermedad de baile que le llaman Taki Onqoy, o Sara Onqoy: para cuya cura llaman los hechiceros, o van a ellos, y hacen mil supersticiones, y hechiceras, donde tambin hay idolatra, y van a confesarse con los hechiceros, y otras ceremonias diferentes.ElTaki Onqoycomo enfermedad tambin es mencionado por Fray Martn de Mura[footnoteRef:32]: [32: MURA, M.: [1590]. Historia General del Per, Ed. Gngora, Madrid, 1964. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 14.]

"Sulese dar una enfermedad de bailar, que llaman taquioncoy. Para curar de ella llaman a los hechiceros, y se curaban con ellos millones de supersticiones, y confesbanse entonces con los hechiceros".

El baile y el canto suponan la limpieza fruto de la mediacin de los "confesores" indgenas. Por tanto elTaki Onqoycomo actividad teraputica debi preceder al movimiento, porque como dice Curatola, el movimiento "no pudo surgir de la nada, creandoex novomitos, smbolos, actos y gestos rituales"[footnoteRef:33]. Es plausible pensar que la enfermedad fue la base de donde se dispar el ritual. Lo que queda demostrado es que en tiempos de suprema necesidad, producida por sta u otra carencia general, la sociedad andina tena un ritual de respuesta que una a las poblaciones en una plegaria comn donde compartir el dolor y daba fuerzas para seguir viviendo[footnoteRef:34]. [33: CURATOLA, M.: Il giardino d'oro del dio sole, Ed. Liguori Editore, Npoles, 1997, pg. 142. Citado en Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 14.] [34: MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 14-15.]

El contexto del Taki Onqoy.

El Taki Onqoy surgi en el sur del actual Per, concretamente el sur de la regin de Huamanga, actual Ayacucho, entre 1560 y 1572, involucrando a muchos pueblos indgenas, pero especialmente a los de Hatun Soras y Rucanas, contra los que luego se desat la represin espaola.En la regin, haba aumentado el nmero de encomiendas y los impuestos tributarios que los nativos pagaban eran pesados. La situatin de los indgenas empeor cuando comenzaron a trabajar en las minas de Atunsulla, Huancavelica y Lucanas. En concreto los Soras y los Rucanas fueron a cumplir la mita minera en Chumbilla y GuaIlaripa, adems de en Potos. Las quejas de los Soras y Rucanas sobre su descenso demogrfico a causa de las enfermedades, la opresin y la explotacin a manos de los espaoles estn documentadas, as como por las reducciones obligatorias. Adems, en esta zona, debido a la distancia de los centros de dominacin espaola, tanto la evangelizacin como el control espaol eran reducidos pero al mismo tiempo iban en aumento. Probablemente las reducciones indgenas fueron uno de los desencadenantes materiales de la reaccin que llev al Taki Onqoy, pues supona un aumento del control espaol, un aumento de las enfermedades y una ruptura del modo de vida tradicional de la poblacin nativa.Existe un ejemplo documentado del contexto en que surgi el Taki Onqoy. En la dcada de 1580 se desataron epidemias vinculadas a las reducciones de los indgenas, cuyo patrn habitacional era disperso de acuerdo a las exigencias de la agricultura. Pero esta vez en los Andes peruanos la enfermedad ya contaba con una explicacin racionalizada que acusaba a los europeos, y en especial al culto catlico, de ser los causantes de los males. En 1585 predicadores indgenas sermoneaban sobre el abandono que sufran lashuacas. Las huacas era el nombre genrico con que se denominaba a toda manifestacin religiosa indgena y sobre todo a los dioses prehispnicos. Lashuacasexigan la restauracin de su culto y el olvido de su ritual explicaba la presencia de estos males. Estos movimientos se desataron en lugares de importancia precolombina, y con antecedentes de cultos no cristianos: Huaquirca y Vilcashuamn.Los documentos llamanmoro oncoya la epidemia, seguramente las viruelas de los europeos. Aunque no era la primera vez que los nativos sufran el contagio europeo, s era la primera en la que se haca responsable a los invasores. Incluso el ritual comprenda ofrendas a una deidad andina, lo que indicaba la vigencia de antiguos ceremoniales, y al mismo tiempo se hacan ofrendas de objetos del culto catlico como parte de la asimilacin del adoctrinamiento cristiano.[footnoteRef:35] [35: CURATOLA, M.: El culto de crisis del "moro oncoy", Ed. Centro de Proyeccin Cristiana, Lima, 1978, pgs. 182-184. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 15.]

Parece evidente la conexin entre elmuru onqoyy el movimiento mesinico delTaki Onqoyy tambin que ambas tenan un carcter mestizo respecto a la influencia del cristianismo[footnoteRef:36]. Tiene sentido por tanto afirmar que este ltimo tena sus races indgenas en un ritual preestablecido ante la amenaza de las plagas, pero que fue reconvertido como un ritual purificador contra los espaoles, su cultura y su religin. [36: Destaca la referencia hecha en las Informaciones de Albornoz sobre la convivencia en el movimiento anticristiano de elementos del propio cristianismo, as el testigo Diego de Roman dijo haber visto a seis o siete jvenes indios "que andaban como tontos y gente que haba perdido el juicio", y a "ciertas indias que se hacan santas y se nombraban Santa Mara y la Magdalena y otros nombres de santas". CAVERO, R.: Taki Onqoy: Milenarismo e Historia lndigena (Hatun Soras-Per, sculo XVI), Tesis presentada en el Instituto de Filosofia e Cincias Humanas de la Univ. de Campinas, Campinas, 1999, pg. 190.]

El discurso poltico-cultural. Muerte y resurreccin de los dioses. Las huacas.

Cuando en 1565 se descubri el movimiento del Taki Onqoy la expectativa mesinica haba rebasado los lmites del ritual de curacin. Los predicadores y conversos haban elaborado un cuidadoso discurso que explicaba la relacin de Cristo y Espaa contra la que se alzaban victoriosos los dioses andinos y sus profetas o taqui ongos.La crnica de Cristbal de Molina refleja que, a diferencia de los movimientos de Nueva Espaa, elTaki Onqoyno lleg a pasar a las armas y se centr en la expectativa mesinica y la prdica. Los andinos quedaron a la espera de una seal divina que les dijera que efectivamente:

todas las huacas del reino, cuantas haban los cristianos derrotado y quemado, haban resucitado, y de ellas se haban hecho dos partes: las unas se haban juntado con lahuacade Pachacamac, y las otras con lahuacade Titicaca; que todas andaban por el aire, ordenando el dar batalla a Dios, y vencerle; y que ya le traan de vencida; y que cuando el marqus [F. Pizarro] entr en esta tierra, haba Dios vencido a las huacas, y los espaoles a los indios; empero que, ahora daba la vuelta el mundo; y que Dios y los espaoles quedaban vencidos de esta vez, y todos los espaoles muertos, y las ciudades dellos anegadas; y que la mar haba de crecer, y los haba de ahogar, por que de ellos no hubiese memoria.[footnoteRef:37] [37: MOLINA, C.: [1575]. Fbulas y ritos de los Incas. Coleccin "Los pequeos grandes libros de la historia americana". Serie I, Tomo IV, Ed. Miranda, Lima, 1943, pgs. 79-80. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pgs. 15-16.]

La expresin castellanizada "daba la vuelta al mundo", pudo ser la traduccin aproximada depachakuti, concepto quechua que significa "el fin del mundo, o grande destruccin, pestilencia, ruina, o prdida, o dao comn"[footnoteRef:38]. La referencia apachakutiera indispensable, puesto que toda renovacin religiosa para un nuevo tiempo tiene que cimentarse sobre una ruptura cosmolgica. La nueva prdica buscaba su xito en la superacin de los dogmas precristianos, puesto que como toda manifestacin cultural deba asumir el radical cambio material. Con los restos de todo lo existente, lo antiguo y lo moderno, lo indgena y lo europeo, se construira una nueva sociedad. [38: GONZLEZ Huign, D.: [1608]. Vocabulario de la lengua general de todo el Per llamada lengua quichua o del Inca, Ed. Univ. de San Marcos, Lima, 1989, pg. 270. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pg. 16.]

Comenzaba una guerra religiosa[footnoteRef:39] en la que Pachacamac y Titicaca estaban derrotando al dios cristiano. La guerra se explicaba como la revancha de una derrota anterior, se enfrentaban nuevamente los dioses creadores de ambos bandos: los resucitados comandados por Pachacamac, el dios oracular del valle de Lurn y en general de la costa del Pacfico, y Titicaca, la pacarinau origen de los seres vivientes ubicada en el Collao, en la sierra sur del Per y Bolivia. Frente a esto se situaba el dios cristiano "que haba hecho a los espaoles, Castilla, a los animales y mantenimientos de Castilla"[footnoteRef:40]. [39: Las luchas sagradas andinas tienen su antecedente en el enfrentamiento entre Huatiacuri, el hroe del manuscrito de Huarochir, y su cuado, culminando con la muerte de su rival y su esposa. CAVERO, R.: Taki Onqoy: Milenarismo e Historia lndigena (Hatun Soras-Per, sculo XVI), Tesis presentada en el Instituto de Filosofia e Cincias Humanas de la Univ. de Campinas, Campinas, 1999, pg. 135.] [40: MOLINA, C.: [1575]. Fbulas y ritos de los Incas. Coleccin "Los pequeos grandes libros de la historia americana". Serie I, Tomo IV, Ed. Miranda, Lima, 1943, pg. 80. Citado en MILLONES, L.: Mesianismo en Amrica hispana: el Taki Onqoy, en Rev. Memoria Americana, n15, Buenos Aires, 2007, pgs. 19.]

En 1570 uno de sus testigos del visitador Albornoz, Bartolom Berrocal defini el movimiento del Taki Onqoy de la siguiente manera:

la secta y apostasa que entre los dichos naturales se guardaba que es la Aira Taqui ongo, que era que muchos de los dichos naturales predicaban y publicaban y decan que no creyesen en Dios ni en sus santos mandamientos, ni entrasen en las iglesias, y que se confesasen con ellos y no con clrigos ni padres, y que ayunasen cinco das en sus formas como lo tenan de costumbre en tiempo del Inca, [], ni teniendo cpula con sus mujeres si no slo beber una bebida de azua destemplada sin fuerza, y mandndoles adorasen y ofreciesen de las cosas suyas naturales [], y que ellos eran mensajeros de las huacas Titicaca, Tiaguanaco, Chimborazo, Pachacamac, Tambotoco, Carrhuarazo y otros ms de sesenta o setenta huacas que en nombre de ellas les predicaba, las cuales dichas huacas decan los dichos apstatas que estaban peleando con el dios de los cristianos y que presto sera de vencida y que se acabara su mita de mandar.

El texto agrega el nombre de varias de las huacas o divinidades comprometidas con los profetas delTaki Onqoy. Algunas de ellas como Titicaca y Pachacamac son imprescindibles dada la enorme convocatoria que tenan en las regiones donde se encontraban sus santuarios, sin mencionar sus zonas de influencia. La mencin de Tambotoco podra aludir al lugar donde brotan las cuatro parejas fundadoras del estado incaico,Tiaguanaco o Tiwanaku, era un centro de sacralidad importante para el sur del Per y Bolivia, pero en cualquier caso ambas parecen menos importantes que las divinidades anteriores.El movimiento buscaba por tanto crear una federacin sacra que se pone de acuerdo para combatir al dios cristiano, por lo que tambin aparecen deidades como Carhuarazo (Qarwaraso), una huaca local vinculada a los soras. La presencia de Chimborazo, volcn de lo que hoy es Ecuador, puede deberse a los mitimaes[footnoteRef:41]. [41: Fueron grupos de familias separadas de sus comunidades por el Imperio inca y trasladadas de pueblos leales a conquistados o viceversa para cumplir funciones econmicas, sociales, culturales, polticas y militares.]

Lashuacashaban recobrado sus fuerzas gracias a la renovacin del ritual, puesto que es comn en las religiones que el poder de la divinidad dependiera del mantenimiento de su ceremonial. Si los creyentes abandonan el ritual, en la mayora de las religiones se percibe a los dioses debilitados y enfadados con sus seguidores o aquellos que los persiguen. En los Andes este fenmeno supuso que "las huacas andaban por el aire, secas y muertas de hambre; por que los indios no le sacrificaban ya, ni derramaban chicha"[footnoteRef:42]. Su falta era mayor pues se haban bautizado entregndose al ritual catlico. [42: MOLINA, C.: Ibdem, pg. 80. Citado en MILLONES, L.: Ibdem, pg. 19.]

La venganza no se hara esperar. Lashuacas "haban sembrado muchas chacras de gusanos, para plantarlos en los corazones de los espaoles, ganados de Castilla y los caballos y de los indios que permanecen en el cristianismo". Para evitar tamaa desgracia haba que renunciar a todo lo aprendido en la doctrina, solo as "viviran en prosperidad, gracia y salud".[footnoteRef:43] [43: MOLINA, C.: Ibdem, pg. 80. Citado en MILLONES, L.: Ibdem, pg. 20.]

Este discurso empezaba con la inundacin martima, pues los europeos haban venido por el mar. El ocano o Mamacocha, ahogara a los espaoles acabando con la enfermedad que causaban. Pero el castigo comenzaba con los gusanos, la podredumbre, que atacaran al cuerpo donde reside elsonqode los quechua, "conciencia, juicio, razn, memoria". Esto se materializara en la putrefaccin de las llamas, que en los Andes sustituan a los humanos en los sacrificios. Pero la salvacin tambin estaba en el cuerpo de los creyentes, y llegara con la posesin del mismo por las propiashuacas.

Las prcticas rituales.

La salvacin comenzaba con frmulas propias de los antiguos rituales prehispnicos: ayuno de varios das y abstinencia sexual. Adems convena evitar todo trato con la parroquia, no comer alimentos de origen europeo, ni vestir ropas ajenas a su tradicin "camisa, sombrero, alpargatas", desor el llamado de los sacerdotes catlicos ausentndose de la misa, olvidar el nombre de bautismo y, por supuesto, no practicar ninguno de los sacramentos. En conjunto supone un rechazo no slo religioso sino cultural y material.Los relatos de Molina transpiran en esta parte el rechazo absoluto a la presencia extranjera. El nombre del movimiento y en general todo su discurso califican de enfermedad a todo lo que haba arribado con Pizarro, y por tanto las ceremonias de adhesin alTaki Onqoypartan de la curacin de este mal.El primer paso era recuperar lo que quedaba de los primeros treinta aos de extirpacin de imgenes sagradas. Concebidas como representacin del demonio, los misioneros no vacilaron en quebrar o incinerar todas las pinturas, esculturas o murales donde se hubiese dibujado o esculpido dioses andinos.

[Los] "taqui ongos [...] pedan en los pueblos, si haba alguna de las huacas quemadas, y como trajese algn pedazo de piedra de ellos, se cubran la cabeza delante del pueblo con una manta y encima de la piedra derramaban chicha, y la fregaban con harina de maz blanco; y luego daban voces, invocando la huaca, y luego se levantaban, con la piedra, y decan al pueblo: Veis aqu vuestro amparo, y veis al que os hizo, y da salud, hijos y chacra, ponedle en su lugar, en donde estuvo en tiempo del Inca.[footnoteRef:44] [44: MOLINA, C.: Ibdem, pg. 81. Citado en MILLONES, L.: Ibdem, pg. 20.]

Aqu el concepto Inca slo hace referencia a una poca y lugar idealizados. Se trata de restaurar una era de felicidad, evocada como el gobierno autnomo anterior a los espaoles. Estos profetas no son cuzqueos, sino gentede muy distinto origen, ubicados en territorio chanca y que buscaban una frmula de convocatoria idealizada que incluyera a todos menos a los europeos y a quienes han aceptado su cultura.La innovacin cultural de este movimiento se evidencia en el relato de los predicadores de la nueva fe, pues lashuacasya no tienen templos, ni ceremoniales pblicos, sino que se refugian ahora en el cuerpo de los creyentes: "no se metan ya en las piedras, ni en las nubes, ni en las fuentes para hablar, si no que se incorporaban ya en los indios, y los hacan ya hablar; y que tuvieran sus casas barridas y aderezadas, para si alguna de las huacas quisiese posar en ella"[footnoteRef:45]. [45: MOLINA, C.: Ibdem, pg. 81. Citado en MILLONES, L.: Ibdem, pg. 21.]

Producido el xtasis inicitico en los conversos, descrito como que: "temblaban y se revolcaban por el suelo; y otros tiraban de pedradas como endemoniados, haciendo visajes y luego reposaban", los profetas delTaki Onqoyles pedan que explicasen lo que haban sentido. La respuesta usual era que unahuacadeterminada "se le haba entrado en el cuerpo", a continuacin "se lo tomaba en brazos, y lo llevaban a un lugar diputado y all le hacan un aposento con pajas y mantas. Y luego lo embijaban"[footnoteRef:46] para constituirse en recipientes de lahuacaque los haba posedo. El dios, ahora presente, reciba las ofrendas del pueblo a que perteneca el iniciado y tras una fiesta de dos o tres das en la que se invocaba a la huaca y se la velaba sin dormir. [46: Lo pintaban de color rojo, generalmente con una tintura preparada con semillas de achiote.]

Las posesiones fue una considerable innovacin pues suponan un elemento ajeno a los canales regulados por el dogma incaico establecido. Lostaqui ongoshaban nacido en la clandestinidad y saban que su prdica sera condenada de inmediato, por ello la posesin o xtasis les daba un poder incontrolable e impredecible. Los atacados por la enfermedad -onqoy- eran incorporados a sus filas para participar del proceso de curacin que los librara de la otra enfermedad: la presencia hispnica.Uno de los personajes con nombre propio es Juan Chono o Chocne, que en lasInformacionesaparece como predicador delTaki Onqoy.Este taqui ongo fue capturado en Laramati, provincia de Lucanas, y enviado como uno de "los ms principales docmatizadores, que eran dos hombres y una mujer, envi [Albornoz] presos a esta ciudad del Cuzco"[footnoteRef:47]. De los otros dos lderes capturados no ha quedado constancia. [47: MOLINA, C.: Ibdem, pg. 82. Citado en MILLONES, L.: Ibdem, pg. 19.]

La represin delTaki Onqoypor el visitador Cristbal de Albornoz.

La represin del Tak Onqoy corri a manos del visitador Cristbal de Albornoz, que dej cuatro informaciones de servicios de su labor evangelizadora[footnoteRef:48] que describen el movimiento mesinico y su represin. [48: Respectivamente son de 1569, 1570, 1577, 1584. ALBORNOZ, C.: Cuatro Informaciones de Servicios. Segn CAVERO, R.: Taki Onqoy: Milenarismo e Historia lndigena (Hatun Soras-Per, sculo XVI), Tesis presentada en el Instituto de Filosofia e Cincias Humanas de la Univ. de Campinas, Campinas, 1999, pgs. 172-183.]

El descubridor del movimiento fue Luis de Olvera, cura del repartimiento de Parinacochas[footnoteRef:49]. [49: Esta localidad se ubica al sur-este de Huamanga, en la frontera de lo que hoy es el departamento de Arequipa.]

Segn esta fuente los repartimientos de Chocorbos, Soras y Lucanas eran uno de los focos de mayor concentracin de idlatras. El descubridor declar que "la nueva secta estaba sembrada por toda la tierra entre los indios y naturales de ella". No se sabe donde empez el movimiento pero s que Albornoz comenz su erradicacin en repartimiento de Pedro Daz de Rojas, en las reducciones de indios quinuas y cabinas: La natividad de Quinua, La visitacin de Chinchos y San Juan de Guaychat, donde castig a ciento cincuenta hechiceros.Cuando empez su represin el movimiento se haba extendido por la mayora de las encomiendas de Huamanga y, en parte, en las vecinas. La relacin ms detallada de la extensin del movimiento la ofreci el testigo Bartolom Berrocal, notario de la Audiencia Eclesistica (Huamanga 1570) quien refiere que:

[el] Taki Onqoy estaba sembrado en el repartimiento de Yauyos del capitn Francisco de Crdenas, del pueblo de Allauca, de Antonio de Or, Pedro Ordez Pealoza y del pueblo de Guacras de los Lucanas y en las provincias de Laramati y Hatun Lucanas, que estn a la cabeza de Su Magestad, y la provincia de Apcara y Andamarcas de la encomienda de Juan Velazquez Vela Nez, y en la provincia de Soras, y en el repartimiento de Juan de Maueco, y en los pueblos del repartimiento de Juan de Maueco (sic) y Pedro de Ribera, en todos los cuales dichos pueblos y provincias de suso nombradas vido este testigo que la dicha apostasa entre los naturales la dicha apostasa se haba sembrado y cundido.[footnoteRef:50] [50: ALBORNOZ, C.: Cuatro Informaciones de Servicios. Citado en CAVERO, R.: Ibdem, pgs. 185.]

En Oruro se ha documentado el Taki Onqoy veinte aos despus de que supuestamente hubiera desaparecido. Es posible que el movimiento se sumergiera cuando se divulgaron las campaas de Albornoz y la represin de los doctrineros. Hay que advertir que la relacin de las encomiendas de Huamanga con el sur del Virreinato estaba asegurada por las remesas de trabajadores enviados a las minas de Potos. Pero adems de eso, estaba el hecho de que las etnias soras de Huamanga eran parte de la gran etnia boliviana del mismo nombre, ambas aymara hablantes[footnoteRef:51]. [51: CAVERO, R.: Ibdem, pgs. 207-226.]

En 1565, cuando elTaki Onqoyes intervenido los soras de Huamanga pertenecan a una de las encomiendas ms ricas del Per. En las Informaciones de Cristbal de Albornoz se los recuerda como los indgenas ms comprometidos ya que se descubri en su territorio "mil y ciento y tantas huacas [...] las cuales los dichos naturales tenan por sus dioses criadores y les adoraban y ofrecan oro, plata, ovejas, aves, cuyes y muchas otras cosas". La cifra es importante porque al hablar de sus mritos, al inicio de esta Informacin, Albornoz recuerda como nmero total dehuacasdescubiertas a ms de seis mil. La actividad al interior de una doctrina intervenida tuvo un comportamiento muy preciso. El cura encargado daba cuenta a Albornoz y a su equipo del estado de la evangelizacin, lo que poda incluir el sacramento de la confesin del doctrinero, teniendo al visitador como confesor, y el escrutinio administrativo de lo sucedido desde que haba asumido su labor o desde la ltima visita. Luego se activaba la vida ceremonial de la comunidad:

haciendo procesiones generales con todos ellos y dicindoles sus misas con toda diligencia y predicndolas y dndoles a entender el oficio de su venida y como era por su bien y quietud y remedio de sus nimas y conciencias y que haciendo ellos [los indgenas] de su parte lo que en s era e acusndose de sus culpas, que l [Albornoz] les vena a reformar y dar penitencia saludable con caridad, porque de otra manera seran muy castigados

En conjunto Albornoz encontr a 8.000 naturales convertidos, alTaki Onqoyy 6000 objetos de culto a los que llamahuacas, tambin menciona la lista de curacas e indgenas a los que castig por ser miembros de la "secta". Desde entonces los indgenas calificaban al visitador diciendo "albornozmi atin guaca conacta", que significa Albornoz, l solo, haba vencido a las huacas de los indios, y da una idea del impacto de la visita de Cristbal de Albornoz[footnoteRef:52]. [52: ALBORNOZ, C.: Cuatro Informaciones de Servicios. Citado en CAVERO, R.: Ibdem, pg. 19-23.]

Tras su represin Albornoz comenz una campaa de predicacin del cristianismo en lengua quechua con varios sacerdotes, lo que fue el inicio del definitivo proceso aculturacin en Ayacucho, conformando sus prcticas actuales, lo que sin embargo no supuso una renuncia a muchos de sus valores culturales y cosmovisiones, que fueron incorporadas al cristianismo local.

7. Conclusiones.

En este trabajo se ha intentado mostrar por un lado como una cultura surge como la manifestacin inmaterial de una sociedad adaptada a un medio concreto. Pero tambin como el establecimiento de una relacin abrupta y de dominacin entre dos culturas marcadamente diferenciada da lugar a un choque cultural, sobre todo como resultado de la estrategia aculturadora de los espaoles en el caso de la conquista y colonizacin de Amrica.Para mostrar los desencadenantes del choque cultural he optado por tratar el tema de la guerra desde la perspectiva cultural, no slo por ser el primer elemento de contacto, sino porque dados los parmetros de exterminio sin oposicin que se dieron en Amrica, marc el inicio del rechazo de los indios hacia los valores culturales de la nueva cultura, pero al mismo tiempo dada la superioridad blica de los conquistadores, llev a un cuestionamiento catastrofista de todo el sistema de valores indgena, pues ste era un todo holstico. El tratamiento de la lengua como otro elemento significativo del choque cultural parte de los problemas de comprensin con respecto al castellano, pero sobre todo la dificultad para traducir conceptos culturales entre los idiomas de las culturas indgenas y espaola. En este sentido la importancia del idioma no se centra en su valor como vehculo de comunicacin, sino como sistema que responde a una determinada manera de entender el mundo.La religin es en el trabajo un pilar esencial para entender el choque cultural, tanto por ser una clara manifestacin cultural que envuelve a toda las dems como por su papel como elemento legitimador y soporte de las acciones polticas tanto de los espaoles como de los indgenas.Finalmente estos tres elementos junto al primer apartado conceptual sirven como contexto para situar el estado de esquizofrenia cultural que produjo el choque cultural entre los dominados, los indgenas sometidos de manera obligada al proceso de aculturacin. Entre estas manifestaciones, que llevaron a constantes suicidios, emigraciones a los cerros o a una apata generalizada denunciada en las fuentes como vagancia ante las labores de explotacin, es donde se sitan fenmenos de reaccin como el Taki Onqoy.El Taki Onqoy hay que entenderlo como una manifestacin que desde la perspectiva del largo plazo se enmarca en las cosmovisiones y en la cultura andina prehispnica en general y de las etnias de la regin de Ayacucho en particular. Pero al mismo tiempo fue un fenmeno que en el corto plazo se produce como resultado del choque cultural, del contacto con los espaoles, convirtindose en una forma religiosa y cultural de resistencia a la colonizacin, con el objetivo de restablecer la base cultural que deba sustentar el movimiento poltico antiespaol, pero tambin contra el dominio que hasta entonces haban ejercido los Incas y los sacerdotes del Sol y tras ellos los curacas y clrigos cristianos al servicio de los dominadores espaoles.En consecuencia el Taki Onqoy fue un movimiento popular y regional que buscaba crear un nuevo orden. Desde esta perspectiva es fundamental tener en cuenta la relacin entre los mitos y los ritos surgidos entonces y el contexto poltico y cultural en que se producen, de tal manera que no es casual que por un lado los mitos hablen de visiones catastrofistas y de una enfermedad universal que deba curarse a travs de una danza, sino que estos planteamientos fueron las reacciones culturales tanto al dominio espaol como a las epidemias que se producan entonces en las reducciones andinas hechas por los espaoles.En concreto los seguidores de este movimiento crean que el arriba y el abajo, el Hanan y el Hurin se haban juntado tras la desaparicin del mediador entre ambos que era el rey Inca, esto haba llevado al Pachacuti o fin del mundo que se manifestaba en la terrible realidad que vivan los indgenas, no slo por su explotacin sino en trminos culturales en tanto que todo su sistema de creencias y valores estaba siendo cuestionado ante la nueva cultura dominante.

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